Psicosomático II (1)==============
En julio de 2011 abordé en este foro el tema de qué es lo psicosomático (Ver hilo de discusión --> Psicosomático) Ahora, una persona inteligente y con una formación intelectual de primer orden, me pregunta en la consulta qué es eso de psicosomático. Vuelvo de nuevo sobre el tema, porque afecta a nuestro concepto de la enfermedad y toca de lleno a nuestra visión antropológica del problema de la enfermedad.
No creo que con esto que diga y desarrolle aquí uno vaya a ser capaz de diagnosticar un grupo de enfermedades nuevas, mal catalogadas o no catalogadas, como tampoco encontrará una terapéutica mágica nueva. Mi pensamiento evoluciona en relación a esto, aunque sobre una base que no se modifica. (¿Estaré hecho de ADN?)
Pero ¿qué le digo yo a ese paciente que quiere saber? Si le explico por encima algo de lo que pienso, no va a entender nada, y si le digo lo que piensan otros, va a ser peor. ¿Qué decirle, pues, a alguien que no es tonto, que pregunta, que piensa, que quiere saber "en serio", dejándose de boberías y de lugares comunes vacíos de contenido qué es eso de "psicosomática"? Hay respuestas que se pueden dar para salir de un compromiso y otras que requieren que te comprometas (que has de "mojar" o de "enseñar el culo", vaya) Por lo común, el tipo de respuesta la exige el interlocutor. Lo que uno ofrece a esa demanda del otro, es harina del propio costal.
La enfermedad, antes de ser nada, antes que ser cualquier otra cosa, de pasar por el cedazo triturador del discurso médico o del cuchillo del carnicero que desmiembra las articulaciones, es una cosa que uno percibe en su cuerpo y que quiere saber qué es, si eso es normal, si es una enfermedad, y en suma, es algo por cuya causa uno se inquieta. Así pues, antes de ser cualquier cosa, la enfermedad es un rasgo de la personalidad: ocurre en una persona que la percibe como algo inquietante.
Con esa inquietud y con su percepción anómala, uno va a ver a alguien que dice que entiende de eso, y le cuenta. Quien dice entender de esas cosas anómalas que nos ocurren en nuestros cuerpos, evidentemente el médico, realiza una primera operación, que es un corte en la personalidad, porque trata, mediante un método de interrogatorio (el método anamnésico que nos enseñaron a todos en la Facultad) de separar del cúmulo de cosas que uno le cuenta, aquellas que se refieren al funcionamiento del organismo, dejando un resto discursivo aparentemente inservible. De lo que alguien le cuenta al médico, el médico sólo retendrá lo que su oreja entrenada le permitirá escuchar. El resto de lo que oye, es basura, resto, inservible. Eso es un corte discursivo.
Pero eso de "organismo" es ya una cosa del médico, porque lo que uno lleva al médico es un cuerpo. ¿Qué es un cuerpo? Es eso que vemos en el espejo o que vemos cuando nos miramos de cuello para abajo; es eso que sentimos de nosotros mismos (placer, dolor, etc) o mediante lo que percibimos el mundo. Es también eso que vemos en otros y que nos causa a veces un irresistible deseo de poseerlo, de abrazarlo, besarlo, etc., o nos produce un rechazo directo, o incluso indiferencia. El cuerpo es, para nosotros, el lugar del goce del cuerpo, porque hay otros goces que no son del cuerpo (¿o si?), como el goce intelectual, etc.
Entonces, el corte que da el médico sobre lo que uno le cuenta, separa el cuerpo (del goce) del organismo (lleno de órganos). Lo psicosomático es ese corte que separa el cuerpo del organismo. ¿Por qué? Porque antes de ese corte, lo que hay es una persona. Tras el corte discursivo que da el médico, hay un organismo y un enfermo; y el médico se ocupa del organismo.
¿Pero qué hay antes del corte del médico? ¿Se podría hablar de una enfermedad pura, de un estado previo que llamaríamos "psicosomático", esto es, una unidad entre el cuerpo y el espíritu, que el médico separa mediante un corte (discursivo)? ¿Es posible abordar la enfermedad de un modo "holístico", sin cortes?
A ese paciente mío, que me fuerza a pensar de un modo racional bien argumentado, para no decir tonterías (es alguien que piensa) le doy una primera respuesta: "Podemos partir de la hipótesis de que no es posible una medicina holística, pues para poder hablar de organismo, es preciso hablar de órgano y, en consecuencia, "olvidarse" de la totalidad anterior al corte."
Evidentemente, ese es un punto de partida: no es posible hacer, pues, una "medicina psicosomática" que integre el "cuerpo" y el "alma" en un solo proceso "integrador", porque o bien se está en el cuerpo, o bien se está en el alma.
Pero ¿cómo hemos llegado a este punto de ruptura irreconciliable entre "cuerpo" y "alma"? ¿Podemos seguir hablando de "alma" después de los ataques de los neurocientíficos a ese concepto? Creo que esto ya lo hemos hablado en diversas ocasiones, pero vamos a ver si es posible darle alguna que otra vuelta de tuerca más al asunto, que por más vueltas que le demos, o parece que no le hemos dado suficientes, o la definitiva, o que nos hemos pasado de rosca.
La idea capital, la idea central a retener: lo psicosomático es un corte que da el médico al discurso del paciente sobre su cuerpo o, mejor dicho, sobre su persona, que lo divide en un organismo y en un psiquismo.
Me compré hace un tiempo un librito: Claude Smajda. Los modelos psicoanalíticos de la psicosomática. Biblioteca Nueva. 2009. Hace unas semanas empecé su lectura. Está bien leer esas cosas para saber por dónde va el pensamiento de algunas personas que le han hincado el diente a lo mismo que tú, para ver que, después de todo, no es al mismo bocado el que hemos "trincado". Un poco, he visto reflejada en él la historia de mis pasos por esto de la psicosomática y por las diversas escuelas y pensamientos. Yo creo que están "meando fuera de tiesto", porque en ningún momento, nadie se ha cuestionado precisamente qué es la enfermedad antes de ser una enfermedad en el discurso médico. Y tratan de hacer encajes de bolillos, a cuál más virtuoso, para hacer encajar de alguna manera lo que no encaja de ninguna: la enfermedad psicosomática.
Pero mi militancia ha conocido pocos límites, y he ido a congresos, conferencias, seminarios y otros dispositivos del saber, para ver si en algún sitio se dijera algo que despertara algún interés en mí. Ciertamente, como que me marché antes de que acabaran algunos de estos sabios eventos, se me puede reprochar el haberme perdido un saber esencial, algo muy interesante o una exposición definitivamente aclaratoria. Eso es un fantasma: el de creer que lo que no has leído, lo que no has escuchado, que en el próximo libro o artículo que leas, encontrarás la solución a lo que te inquieta. Pues si marchando de algunos insoportables lugares me perdí la "revelación", pues mira, peor para mí; pero entonces, esa "revelación" mejor no haberla escuchado aunque fuera divina mismamente.
Lo que voy a contar en los siguientes mensajes creo que aclarará bastante lo que sostengo, eso de que psicosomático es el corte que da el médico al discurso del consultante (paciente o enfermo). Eso espero: enseñar de dónde sale lo que digo, por qué lo digo y cómo lo digo. A lo mejor a algunos les resulta inútil, aburrido e ineficaz (que no es lo mismo que inútil) ¿Para qué sirve eso que haces? me preguntó un amigo durante un encuentro al que ya me he referido. ¿Para qué sirve la Física? ¿Para qué sirven las matemáticas? Carecen intrínsecamente de ninguna utilidad práctica, pero es impensable el mundo tal como lo conocemos sin la física y sin las matemáticas. ¿O no? Pues salvando las distancias, o no tanto, porque nos precipitamos a tumba abierta hacia las matemáticas (¡menuda metáfora se me ha ocurrido ahí!), nosotros venimos a dar fundamento científico (que no empírico) a una práctica, la médica, "antes de impuestos", esto es, antes de que el efecto del discurso médico adscrito a la ciencia, anule o borre la realidad del fenómeno humano.
Volveremos sobre esa idea, si es que alguna vez ha dado la impresión de que nos pudiéramos alejar de ella.
¡Vamos allá!
JM Gasulla