¿Qué es psicosomática?

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JM Gasulla

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May 12, 2012, 9:46:51 AM5/12/12
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Psicosomático II (1)
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En julio de 2011 abordé en este foro el tema de qué es lo psicosomático (Ver hilo de discusión --> Psicosomático) Ahora, una persona inteligente y con una formación intelectual de primer orden, me pregunta en la consulta qué es eso de psicosomático. Vuelvo de nuevo sobre el tema, porque afecta a nuestro concepto de la enfermedad y toca de lleno a nuestra visión antropológica del problema de la enfermedad.

No creo que con esto que diga y desarrolle aquí uno vaya a ser capaz de diagnosticar un grupo de enfermedades nuevas, mal catalogadas o no catalogadas, como tampoco encontrará una terapéutica mágica nueva. Mi pensamiento evoluciona en relación a esto, aunque sobre una base que no se modifica. (¿Estaré hecho de ADN?)

Pero ¿qué le digo yo a ese paciente que quiere saber? Si le explico por encima algo de lo que pienso, no va a entender nada, y si le digo lo que piensan otros, va a ser peor. ¿Qué decirle, pues, a alguien que no es tonto, que pregunta, que piensa, que quiere saber "en serio", dejándose de boberías y de lugares comunes vacíos de contenido qué es eso de "psicosomática"? Hay respuestas que se pueden dar para salir de un compromiso y otras que requieren que te comprometas (que has de "mojar" o de "enseñar el culo", vaya) Por lo común, el tipo de respuesta la exige el interlocutor. Lo que uno ofrece a esa demanda del otro, es harina del propio costal.

La enfermedad, antes de ser nada, antes que ser cualquier otra cosa, de pasar por el cedazo triturador del discurso médico o del cuchillo del carnicero que desmiembra las articulaciones, es una cosa que uno percibe en su cuerpo y que quiere saber qué es, si eso es normal, si es una enfermedad, y en suma, es algo por cuya causa uno se inquieta. Así pues, antes de ser cualquier cosa, la enfermedad es un rasgo de la personalidad: ocurre en una persona que la percibe como algo inquietante.

Con esa inquietud y con su percepción anómala, uno va a ver a alguien que dice que entiende de eso, y le cuenta. Quien dice entender de esas cosas anómalas que nos ocurren en nuestros cuerpos, evidentemente el médico, realiza una primera operación, que es un corte en la personalidad, porque trata, mediante un método de interrogatorio (el método anamnésico que nos enseñaron a todos en la Facultad) de separar del cúmulo de cosas que uno le cuenta, aquellas que se refieren al funcionamiento del organismo, dejando un resto discursivo aparentemente inservible. De lo que alguien le cuenta al médico, el médico sólo retendrá lo que su oreja entrenada le permitirá escuchar. El resto de lo que oye, es basura, resto, inservible. Eso es un corte discursivo.

Pero eso de "organismo" es ya una cosa del médico, porque lo que uno lleva al médico es un cuerpo. ¿Qué es un cuerpo? Es eso que vemos en el espejo o que vemos cuando nos miramos de cuello para abajo; es eso que sentimos de nosotros mismos (placer, dolor, etc) o mediante lo que percibimos el mundo. Es también eso que vemos en otros y que nos causa a veces un irresistible deseo de poseerlo, de abrazarlo, besarlo, etc., o nos produce un rechazo directo, o incluso indiferencia. El cuerpo es, para nosotros, el lugar del goce del cuerpo, porque hay otros goces que no son del cuerpo (¿o si?), como el goce intelectual, etc. 

Entonces, el corte que da el médico sobre lo que uno le cuenta, separa el cuerpo (del goce) del organismo (lleno de órganos). Lo psicosomático es ese corte que separa el cuerpo del organismo. ¿Por qué? Porque antes de ese corte, lo que hay es una persona. Tras el corte discursivo que da el médico, hay un organismo y un enfermo; y el médico se ocupa del organismo.

¿Pero qué hay antes del corte del médico? ¿Se podría hablar de una enfermedad pura, de un estado previo que llamaríamos "psicosomático", esto es, una unidad entre el cuerpo y el espíritu, que el médico separa mediante un corte (discursivo)? ¿Es posible abordar la enfermedad de un modo "holístico", sin cortes?

A ese paciente mío, que me fuerza a pensar de un modo racional bien argumentado, para no decir tonterías (es alguien que piensa) le doy una primera respuesta: "Podemos partir de la hipótesis de que no es posible una medicina holística, pues para poder hablar de organismo, es preciso hablar de órgano y, en consecuencia, "olvidarse" de la totalidad anterior al corte."

Evidentemente, ese es un punto de partida: no es posible hacer, pues, una "medicina psicosomática" que integre el "cuerpo" y el "alma" en un solo proceso "integrador", porque o bien se está en el cuerpo, o bien se está en el alma.

Pero ¿cómo hemos llegado a este punto de ruptura irreconciliable entre "cuerpo" y "alma"? ¿Podemos seguir hablando de "alma" después de los ataques de los neurocientíficos a ese concepto? Creo que esto ya lo hemos hablado en diversas ocasiones, pero vamos a ver si es posible darle alguna que otra vuelta de tuerca más al asunto, que por más vueltas que le demos, o parece que no le hemos dado suficientes, o la definitiva, o que nos hemos pasado de rosca.

La idea capital, la idea central a retener: lo psicosomático es un corte que da el médico al discurso del paciente sobre su cuerpo o, mejor dicho, sobre su persona, que lo divide en un organismo y en un psiquismo.

Me compré hace un tiempo un librito: Claude Smajda. Los modelos psicoanalíticos de la psicosomática. Biblioteca Nueva. 2009. Hace unas semanas empecé su lectura. Está bien leer esas cosas para saber por dónde va el pensamiento de algunas personas que le han hincado el diente a lo mismo que tú, para ver que, después de todo, no es al mismo bocado el que hemos "trincado". Un poco, he visto reflejada en él la historia de mis pasos por esto de la psicosomática y por las diversas escuelas y pensamientos. Yo creo que están "meando fuera de tiesto", porque en ningún momento, nadie se ha cuestionado precisamente qué es la enfermedad antes de ser una enfermedad en el discurso médico. Y tratan de hacer encajes de bolillos, a cuál más virtuoso, para hacer encajar de alguna manera lo que no encaja de ninguna: la enfermedad psicosomática. 

Pero mi militancia ha conocido pocos límites, y he ido a congresos, conferencias, seminarios y otros dispositivos del saber, para ver si en algún sitio se dijera algo que despertara algún interés en mí. Ciertamente, como que me marché antes de que acabaran algunos de estos sabios eventos, se me puede reprochar el haberme perdido un saber esencial, algo muy interesante o una exposición definitivamente aclaratoria. Eso es un fantasma: el de creer que lo que no has leído, lo que no has escuchado, que en el próximo libro o artículo que leas, encontrarás la solución a lo que te inquieta. Pues si marchando de algunos insoportables lugares me perdí la "revelación", pues mira, peor para mí; pero entonces, esa "revelación" mejor no haberla escuchado aunque fuera divina mismamente.

Lo que voy a contar en los siguientes mensajes creo que aclarará bastante lo que sostengo, eso de que psicosomático es el corte que da el médico al discurso del consultante (paciente o enfermo). Eso espero: enseñar de dónde sale lo que digo, por qué lo digo y cómo lo digo. A lo mejor a algunos les resulta inútil, aburrido e ineficaz (que no es lo mismo que inútil) ¿Para qué sirve eso que haces? me preguntó un amigo durante un encuentro al que ya me he referido. ¿Para qué sirve la Física? ¿Para qué sirven las matemáticas? Carecen intrínsecamente de ninguna utilidad práctica, pero es impensable el mundo tal como lo conocemos sin la física y sin las matemáticas. ¿O no? Pues salvando las distancias, o no tanto, porque nos precipitamos a tumba abierta hacia las matemáticas (¡menuda metáfora se me ha ocurrido ahí!), nosotros venimos a dar fundamento científico (que no empírico) a una práctica, la médica, "antes de impuestos", esto es, antes de que el efecto del discurso médico adscrito a la ciencia, anule o borre la realidad del fenómeno humano.

Volveremos sobre esa idea, si es que alguna vez ha dado la impresión de que nos pudiéramos alejar de ella.

¡Vamos allá!

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 12, 2012, 11:52:24 AM5/12/12
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Psicosomático II (2)
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"Psicosomático" es, pues, el nombre que recibe el corte que el médico propina al discurso del "enfermo".

Quizás este concepto sea difícil de captar para un médico, porque estamos acostumbrados a una determinada imagen de lo psicosomático. En los casos más favorables, "psicosomático" es el atributo psíquico que se le otorga a un conjunto de enfermedades y dolencias. 

Si trasladamos este concepto a nuestra afición preferida, que es escribir las cosas de un modo tal que se puedan leer en un idioma universal, a un lenguaje que, por lo demás, nos es familiar, podemos decir que ese corte psicosomático que da el médico al discurso del paciente es equivalente a una negación clásica del estilo que ya hemos visto

... y que ahora podemos representar así:

... tras haber sustituido la letra "p" por un valor semántico diferente que, en nuestro caso, "p" por lo Somático y "nop" por lo "Psíquico" y donde lo Somático, lo orgánico, es Verdadero y lo Psíquico queda afuera y es Falso. Así que el corte psicosomático es una negación lógica clásica: tiene la misma función. Lo psíquico es lo que no es somático y es falso en relación al concepto de enfermedad. 

No hay más que hablar: lo psíquico es falso y ha de ser ignorado, en relación a la enermedad.

¿Seguro?

Vamos a dar un breve paseo histórico. ¿De dónde procede ese corte, esa negación discursiva, que separa el discurso del enfermo en dos mitades: una que entra en el discurso médico, con la que se construye la enfermedad (el soma), y otra que queda fuera, ignorada e inutilizada para entrar en la libre circulación asociativa del discurso médico (lo psíquico).

Pero todavía, aún más, pues ¿no sería ya esa forma de ver, de dividir, de establecer categorías, una de las muchas otras posibles? ya que, siendo hipotéticamente iguales las enfermedades para todos los humanos, hay diversos tipos de medicinas o de conceptualizaciones del "mal": china, mágica, etc. Efectivamente, la medicina depende de una forma de ver: la occidental. ¿No habría alguna forma "pura", independiente de las distintas formas  de ver y de entender el mundo, que daría cuenta de una realidad última del fenómenos patológico? Eso es claramente que no, puesto que al depender nuestra forma de ver el mundo de un discurso aceptado socialmente, no hay otro modo de captar lo Real que llamamos enfermedad que mediante el cercenado y, a la vez, la ganancia, de un discurso psicosomático incompleto que opera como una negación.

La medicina es un discurso que se establece sobre la enfermedad mediante un corte (psicosomático) discursivo equivalente a una negación lógica clásica. Tenemos testimonios de esas operaciones. Sabemos cómo ocurrieron. Yo daré aquí las indicaciones y en los siguientes mensajes vendrán los detalles.

Para seguir la pista al establecimiento de ese corte discursivo psicosomático, pasaremos revista al Tractatus Hipocrático. Uno puede leer todos los libros de Hipócrates, pero es probable que, además de aburrirse, no les saque ningún provecho y no le sirvan para nada. Estudiando esos libros no se cura ni se va a ninguna parte, puede pensar un médico occidental; la medicina ha avanzado muchísimo desde entonces. ¿De qué iba a servir leer eso? Sirve para entender de qué va este oficio nuestro y para ver también cómo se establece la medicina. Pero aunque uno haya leído las obras hipocráticas, es mejor dejarse guiar por alguien que ha hecho de esa lectura su oficio, y no hay a mi juicio nadie mejor que Laín Entralgo.

Pero una vez visto el establecimiento del corte en la medicina clásica primitiva, hemos de ver cómo evolucionó y cuáles fueron las fuerzas determinantes de esa evolución. Aquí tendremos que hacer alguna breve y fácil mención a los filósofos griegos, Platón y Aristóteles.

¿Por qué Platón y Aristóteles? ¿Por qué no, por ejemplo, acudir a los médicos egipcios o babilonios, o a los chinos o a los hindúes? Porque nuestra cultura es cristiana y el cristianismo adoptó la filosofía griega aristotélica como base y fundamento de la racionalización de las creencias. 

De modo que tendremos que ver, aunque sea de pasada, qué concepción tenían Agustín de Hipona (San Agustín) y Tomás de Aquino (Santo Tomás) y qué influencia tuvieron sobre esa dicotomía psicosomática que, finalmente, algunos atribuyen a Descartes.

Visto a vuelo de pájaro este panorama, estaremos en condiciones de comprender mejor el concepto de enfermedad, qué incluye y qué excluye.

Todo este recorrido es especial para aquellos a quienes les interesa su profesión y cuyo interés va más allá de saber lo que hacer con los protocolos que les constriñen a ellos y a sus pacientes. Quienes sólo buscan lo inmediato, lo operativo y desprecian el saber y comprender, se aburrirán.

Continuará.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 16, 2012, 3:31:29 PM5/16/12
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Psicosomático II (3)
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Estaba repasando artículos, notas, apuntes y libros para seguir con este hilo y di con la publicación de una mesa redonda organizada por el Collège de Médecine (Colegio de Médicos) de París el día 16 de febrero de 1.966 en el Hospital de La Salpêtrier con el título de "Psicoanálisis y Medicina", moderada por Jenny Aubry y en la que participaron, además de la doctora Aubry, el Dr. Royer, la Dra. Ginette Raimbault y el Dr. Jacques Lacan. Si alguien tuviera interés en esta discusión, lo enviaré como archivo adjunto en algún mensaje.

Poco después de este encuentro, Émile Raimbault, esposo de Ginette Raimbault, propuso unas "Notas para una discusión", en donde, en el párrafo 1, titulado "El fiasco de la psicosomática", dice: "... se ha podido proponer así una psicogénesis de un cierto número de síndromes calificados de enfermedades psicosomáticas, como si existiese, por oposición, una patología no psicosomática, reservada a los sujetos cuyo cuerpo estaría excluido de los efectos del deseo y del inconsciente..."

Más adelante añadía: "...[El concepto de psicosomática] no parece, sin embargo, de una utilidad indiscutible. Si se trata de definir el lugar y la función del cuerpo en la topología del sujeto, o bien de la función de la patología corporal en la cura analítica, eso surge de la teoría del análisis y Lacan nos propondrá sin duda los modelos que nos permitirán articular correctamente esta difícil cuestión... Si [por el contrario] se trata de estudiar la patología corporal, allí donde ella existe, es decir, en el contexto de la relación médico-enfermo-enfermedad, es entonces del psicoanálisis de la relación terapéutica de lo que se trata..."

Ese es un planteamiento de la cuestión, el planteamiento de Émile Raimbault en el año 1966. Para mi, casi 50 años más tarde, se trata del corte discursivo (en forma de negación clásica) que el discurso médico propina al discurso del paciente, y esto lo he desarrollado en el dispositivo que he llamado "la puerta del consultorio médico". Este discurso médico, según lo entiendo yo, genera dos campos semánticos diferentes e inmixibles: el campo del signo clínico y el campo del síntoma. Además, he desarrollado una teoría sobre los SIM o Síntomas Insignificables Médicamente en la que doy cuenta de que la cuestión radica en el referente del síntoma. Si el referente de los síntomas se encuentra en el "campo médico", se trata de un signo, y si el referente se encuentra en el discurso del paciente y hace referencia al deseo y al goce del cuerpo, se está en el "campo del sentido".

Tal como yo lo entiendo, no existe una patología específica de lo psicosomático, pues, en el decir de Émile Raimbault, no existe una patología reservada o excluida de los efectos del goce del cuerpo. Nadie queda libre de los avatares a que nos vemos sometidos por el goce del cuerpo. Dicho de otra manera, no existe ninguna enfermedad a la que pueda atribuirse una causa psíquica: se trata de las relaciones del humano con el goce del cuerpo.

(Hago un paréntesis. Cuando en alguna ocasión he dicho que, para mí, existe un error básico en las personas que se cambian de sexo, y el error consiste en que nadie puede gozar con el cuerpo de otro (cambiando de sexo, por ejemplo, la idea de que siendo anatómicamente un hombre, transformando mi cuerpo en la anatomía de una mujer gozaré con el cuerpo de una mujer), y que el límite a ese goce se encuentra en el goce del cuerpo propio (sólo podemos gozar de nuestro cuerpo), no he cosechado, por lo común, más que asombro o desdén) 

Ahora bien. Es preciso mantener de un modo constantemente presente la idea de que la "enfermedad" no existe en cuanto tal. No existe en la naturaleza nada que pueda ser llamado "enfermedad". Con "las enfermedades" ocurre algo parecido a lo que ocurría con el concepto de "derecho natural" y que, de acuerdo con Kelsen, no existía en la naturaleza absolutamente nada parecido a un castigo consecuente a un juicio sobre un acto. En la naturaleza hay consecuencias, pero no hay ningún juicio moral sobre ningún acto. El león que mata las crías de una hembra para poder aparearse con ella, no sufre ningún castigo por ello. 

Del mismo modo, en la naturaleza ocurren fenómenos, pero no enfermedades. Y ni mucho menos es posible encontrar nada parecido a un goce del cuerpo regulado por el lenguaje, como ocurre en el ser humano. Si los humanos categorizamos una serie de fenómenos como "enfermedades2 o "patología", es porque de ese modo construimos una serie de categorías con las que intentar controlar el goce del cuerpo. Desde el punto de vista del goce del cuerpo, las enfermedades son distintas categorías con las que se nombra un goce en el cuerpo que no es de uno. Y es que cuando hablamos de "enfermedades" estamos hablando de aquello que goza en nosotros de nuestro cuerpo y nos priva de ese goce al que teníamos acceso hasta ese momento.

Soy plenamente consciente, porque poseo sobre esta cuestión suficientes conocimientos y mucho más amplios de lo que expongo aquí, de que las cosas pueden exponerse de un modo más fundamentado en eso que Raimbault, creo que sin demasiados conocimientos todavía, decía sobre una "topología del sujeto". Pero no quiero dar un paso sin haber siquiera dejado planteados los precedentes, para comprender dónde está el problema y cómo resolverlo. De ahí que antes de entrar en otros desarrollos, lo hagamos en los que intuitivamente son acaso más fáciles de comprender. Estoy presentando todavía la lógica que rige nuestro pensamiento científico-matemático mediante diagramas de Euler-Venn. Pretendí hacer sentir la dificultad mayor que este tipo de presentaciones tiene para construir un aparato lógico que nos permita acceder a las leyes que rigen nuestro pensamiento en relación con el goce del cuerpo que existe en eso que llamamos "enfermedad". Intenté hacer sentir esa dificultad en diversos lugares, el más próximo en el mensaje (2) de este hilo, donde intenté dejar claro que lo que llamamos "psíquico" queda fuera del concepto de enfermedad.

A continuación, dije que intentaría exponer las pistas por las que podemos comprender el destino que ha deparado el devenir histórico a eso "psíquico" que queda fuera del concepto de enfermedad, y tras pensar en ello a medida que recopilaba la bibliografía necesaria para exponer la idea aquí, decidí no extenderme más de lo necesario en un resumen lo más esclarecedor que pueda. No me interesa tanto exponer el desarrollo histórico de los conceptos como el desarrollo en términos lógico-matemáticos que les podamos encontrar aquí y ahora. Por lo demás, como proporcionaré las referencias bibliográficas que he consultado, cualquiera podrá seguir esos pasos o los que considere más adecuados, por su cuenta, si es que sintiera curiosidad por saber más.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 18, 2012, 6:50:15 AM5/18/12
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Psicosomático II (4)
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La ocasión de escribir este hilo sobre psicosomática me ha llevado a volver a visitar textos que hacía bastante tiempo que había leído. Desde luego, siempre es una lectura diferente: aquella era de aprendizaje y la actual es crítica. Son dos lecturas diferentes.

Pero en ese repaso a la bibliografía se me han planteado dudas de cómo exponer los conceptos: si siguiendo un orden cronológico detallado, por ejemplo, abordando algunos pasajes de los escritos del Corpus Hipocrático, si citar el libro que me parece la mejor guía posible para leer a Hipócrates, esto es el libro de Pedro Laín Entralgo, La medicina hipocrática, de Alianza Universidad, si acudir directamente a los autores cristianos San Agustín y Santo Tomás para ver de primera mano cómo se produce la separación definitiva entre alma y cuerpo, psique y soma, si abordar a Descartes en sus Meditaciones Metafísicas o si acudir directamente a los neurocientíficos o filósofos que abogan por un único principio. 

Como se ve, esto de la psicosomática tiene un largo recorrido conceptual en la historia del pensamiento, y no parece quedar circunscrito únicamente al ámbito puramente médico, si es que pudiéramos encontrar un tal ámbito en estado puro. 

Pero al final me he decidido por hacer breves indicaciones y que cada cuál siga su propio camino según sus intereses intelectuales. He desistido de hacer aquí ese recorrido histórico, por pereza y porque me interesa más desarrollar "lo nuevo", con el sentimiento de que dejo de lado pasajes interesantísimos y en ocasiones fundamentales, para comprender lo actual. 

Así que abandono el proyecto de hacer un repaso histórico al concepto de enfermedad y de fenómeno psicosomático/a, y sin perder de vista ese recorrido conceptual histórico, abordo lo que creo que más nos puede interesar.

Lo psicosomático lo he conceptualizado como el corte que da el discurso médico al discurso del paciente. Este corte es equivalente a una negación clásica, tal como he mostrado en el mensaje (2), y eso nos planteaba un problema cuando aplicábamos nuestros conocimientos al cálculo lógico, pues según hemos visto, únicamente puede considerarse verdadero lo que está en el interior del círculo, cuyo valor semántico es SOMÁTICO, y falso lo que queda fuera, cuyo valor semántico es PSÍQUICO. 

Ahora vamos a dar un paso más, porque al plantearnos lo psicosomático no podemos seguir sosteniendo que lo psíquico sea falso, sino que más bien nos interesa comprender cuáles son las relaciones entre lo psíquico y lo somático. El dispositivo de la "puerta del consultorio médico" más bien es un dispositivo cuya lógica hay que situar en el esquema de la negación clásica, pero no nos introduce en qué relación puede haber entre el síntoma y el signo, entre la lógica del sentido y la lógica del significado, entre el médico y el paciente. Es por eso que nos vemos llevados a dar algunos pasos más allá del dispositivo de la "puerta del consultorio médico" y de la lógica que hay que desarrollar para comprender mejor o, si se quiere, más correctamente dicho, qué conceptos hay que desarrollar mejor para poder calcular mejor lógicamente, porque la lógica no ayuda a comprender nada, sino que sólo sirve para calcular, es un canon. 

Así que ahora hemos de entrar conceptualmente en un sistema de relaciones que consiste en una presentación mediante círculos de Euler-Venn del tipo

Figura 1
y que trasladado a nuestro círculo de intereses, podemos mostrar así:

Figura 2
... donde en la unión entre lo psíquico y lo somático o, lo que es lo mismo, entre el Sujeto y el Otro, pueden haber elementos en común.

A pesar de que ahora, en nuestras formas de presentar la cuestión de lo psicosomático, vamos a utilizar provisionalmente círculos de Euler-Venn, no vamos a dejar de tener presente que arrastramos un defecto de base, y es que de acuerdo con la forma de presentar la negación clásica mediante un corte dado sobre la superficie del Universo de Discurso, hay proposiciones que siendo negadas son verdaderas y proposiciones que siendo afirmadas son falsas que no podíamos representar. De momento, vamos a sacar el máximo provecho posible a esta forma de presentación lógica y poco a poco nos iremos introduciendo en formas más adecuadas de presentación lógico-matemática.

De momento nos quedamos con la forma de presentar la lógica psicosomática que se muestra en la figura 2 de este mensaje. Poco a poco nos iremos introduciendo en una lógica matemática que espero que sea muy comprensible para todos y que nos haga sentir a la vanguardia del pensamiento científico actual. Lo que comprendamos bien ahora nos servirá en el futuro para abrir nuestras mentes hacia destinos más firmes y seguros y de mayor valor intelectual. Eso espero.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 19, 2012, 8:45:55 AM5/19/12
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Psicosomático II (5)
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Una persona me ha mostrado cierto grado de "desencanto" porque esperaba que continuara con ese recorrido histórico del concepto de enfermedad a partir de esos dos conceptos en litigio, alma y cuerpo, que  llevan dando que hablar a la humanidad desde hace más de 26 siglos. Para disculparme, insisto en que esas cosas se encuentran en los libros, que es donde yo las encuentro; de modo que no hay más que hacerse un plan personal de lectura, y seguirlo. Lo que yo encuentro lo puede encontrar cualquiera y pensar y deducir desde ahí otras cosas. No hay ningún misterio: todo está ahí, pero hay que ir a buscarlo. Prefiero entrar en lo "nuevo", porque probablemente lo que vaya diciendo aquí no se encontrará en ningún libro.

No obstante, para no dejar con mal sabor de boca a una persona que ha tenido la amabilidad de dirigirse a mí con una cuestión personal, intentaré darle cierta satisfacción trasladando unos párrafos de Galeno, que a mi juicio ubican muy bien la cuestión y las vías de solucionarla.

Se trata de una obra tardía y, en consecuencia, expresa la máxima madurez del pensamiento del médico. La obra fue escrita durante la segunda estancia del autor en Roma, durante el reinado de Septimo Severo: GalenoLas facultades del alma siguen los temperamentos del cuerpo. Gredos. Transcribo fragmentos del capítulo 3 del libro.

"Se ha demostrado en otros lugares que hay tres tipos de almas, tal como quería Platón, y que se asientan en el hígado, en el corazón y en el cerebro. Platón está claramente convencido de que entre estas especies y partes del alma entera, la racional es inmortal, pero yo no puedo sostener frente a él si ello es así o no. En primer lugar analicemos las especies del alma que se sitúan en el corazón y en el hígado; éstas -estamos de acuerdo Platón y yo- quedan destruidas con la muerte... Y si todos los cuerpos se componen de materia y forma -al propio Aristóteles le parece que el cuerpo natural se engendra cuando aparecen las cuatro cualidades de la materia- obligatoriamente el temperamento de estas cualidades crea la forma del cuerpo, de modo que incluso la sustancia del alma sería una mezcla de las cuatro cualidades -el calor, el frío, lo seco y lo húmedo- o de los cuatro cuerpos: el húmedo, el caliente, el frío y el seco. Ha quedado demostrado que las facultades del alma siguen su sustancia, si también lo hacen las funciones..."

"... Si la especie del alma es inmortal, como cree Platón, ¿por qué cuando el cerebro [recordemos que el cerebro es la sede el alma racional e inmortal, según Platón] se enfría de manera violenta o se calienta demasiado o se seca o se humidifica excesivamente, se separa? ... Efectivamente, según Platón, la muerte sobreviene cuando el alma se separa del cuerpo. ¿Por qué una hemorragia de sangre, beber cicuta y una fiebre muy alta provocarán tal separación?  ... Me atrevo a afirmar que cualquier especie de cuerpo no puede recibir el alma racional... y esta pertenece al género de sustancias carentes de cuerpo... Aunque he analizado la cuestión muchas veces y la he investigado cuidadosamente, no concibo ninguna diferencia en una sustancia incorporal que pueda existir por sí misma y que no es ni cualidad ni forma de un cuerpo. Y si no reside en ningún lugar del cuerpo, no entiendo que pueda extenderse completamente en él. No he sido capaz de entender ninguna de esas cosas ni tan siquiera en la imaginación, aunque me he esforzado en ello durante mucho tiempo. Conozco lo que se ve de modo claro y evidente: que la evacuación de la sangre o el beber cicuta enfrían el cuerpo y una fiebre violenta lo calienta en exceso. Y digo de nuevo que el alma abandona el cuerpo que se ha enfriado de modo violento o que se ha calentado en exceso. Aunque he indagado mucho, no he encontrado el porqué, igual que tampoco el de que cuando la bilis amarilla se acumula en el cerebro nos vemos arrastrados hacia el delirio, y si es la bilis negra, a la melancolía; ni por qué la flema y las sustancias que enfrían nos sumen en el letargo, a causa del cual perdemos la memoria y la inteligencia..."

Así que Galeno, al examinar el cuerpo clínicamente, no encuentra explicación a lo que deducen ciertos filósofos, sino que se ve incapaz de resolver la cuestión de por qué el alma racional abandona al cuerpo por causas físicas y materiales, si es que el cuerpo está hecho por el alma y, en consecuencia, posee sus mismas facultades. De acuerdo con Platón, Aristóteles e Hipócrates, el alma se divide en dos: un alma racional, situada en el cerebro, y un alma irracional, ésta última dividida a su vez en otras dos: el alma irascible, situada en el corazón, y el alma concupiscible, situada en el hígado. La cuestión que examina Galeno en esta obra es una cuestión científico-médica y se examina según los criterios del conocimiento médico-físico y no de la especulación metafísica de los filósofos.

Habrá que esperar más de 10 siglos para que Tomás de Aquino (Santo Tomás) en el siglo XIII, proponga para el alma una naturaleza distinta, espiritual, inmaterial, que resuelve la cuestión que deja evidentemente manifiesta Galeno, que en su práctica como médico, además de seguir a Hipócrates, se planteaba las mismas cuestiones que Platón y Aristóteles. Si el alma es lo que dicen Platón y Aristóteles, él, Galeno, dice que no consigue entender; con lo que quedan abiertas dos posibilidades: o bien el alma tal como la suponen los filósofos, no existe, y entonces las funciones del cuerpo habrá que explicarlas de otra manera, o bien el alma es de otra naturaleza que la del cuerpo, cuestión en la que no entra y que espera para ser resuelta unos cuantos siglos más adelante y por la que toma partido Tomás de Aquino. 

Trasladada esta cuestión a nuestros días al, para mí pseudo conflicto entre neurofisiólogos y psicosomatólogos, le daríamos plenamente la razón a Galeno y apostaríamos, con él junto a los neurofisiólogos, a que no existe tal alma espiritual. Lo que, sorprendentemente, no reduce los principios (hilemorfismo) a uno (monismo), sino que debemos mantener dos principios (dualismo) para explicar los fenómenos que comprendemos. 

Pero si bien no comprendemos ni somos capaces de ir más allá de dos principios, materia y energía, del mismo modo que afirmamos que la materia es energía "enfriada", es decir, que en suma, el mundo se reduce a un solo principio que es la energía en distintos grados de calentamiento y enfriamiento, y sostenemos, no obstante, que hay dos principios, materia y energía para explicar las distintas formas de comportamiento, o sostenemos que hay dos tipos de física, la newtoniana y la cuántica en virtud de lso distintos comportamientos de la materia según su tamaño, de igual modo decimos que si bien en el cuerpo en el que vivimos todo es materia, hay una parte que, siendo material, se comporta como si no lo fuera, que es el pensamiento formado de lenguaje. Esta ha sido mi postura frente al problema; mi solución, si se quiere. Resumiendo: que si bien sólo hay un principio que nos gobierna, y es el principio material, hay un punto de ruptura en el que la materia del cuerpo responde a un principio nuevo, original y exclusivo, que es el pensamiento-lenguaje. No es un fenómeno, este de asignar principios diferentes a las mismas cosas dependiendo de los distintos comportamientos según sus diversos posibles estados,   que no encontremos en otras ramas del conocimiento

Espero que este resumen, algo denso, sea suficiente para satisfacer un poco el interés por saber de mi comunicante.

Ahora, seguiré con ese nuevo plan que he diseñado para este hilo, si es que nadie más objeta algo nuevo.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 19, 2012, 4:28:46 PM5/19/12
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Psicosomático II (6)
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Voy a seguir con ese cambio de planes en este hilo, donde pretendo obtener un fundamento lógico-racional para nuestro concepto de enfermedad, dando pequeños pero conceptualmente inconmensurables pasos.

El punto de partida lo exponía en el mensaje (2) de este hilo, afirmando que el concepto psicosomático es un corte que da el discurso médico al discurso del enfermo y este concepto lo presentaba mediante un círculo de Euler-Venn. Más adelante, en el mensaje (4) del mismo hilo, decía que, independientemente de lo que la medicina pueda decir sobre la enfermedad, se trata de las relaciones del sujeto con el goce de su cuerpo. Esta particular relación la habíamos desarrollado un poco en el hilo que titulé "¿Qué aporta de más esta reflexión a la pastilla?", más concretamente en los mensaje (3) y mensaje (4) donde a partir del análisis de varias frases, podíamos deducir que, con René Leriche, hay una enfermedad del enfermo y una enfermedad del médico. 

En la enfermedad del enfermo estamos frente al "problema" de las relaciones del sujeto con su cuerpo, y la función que regula esas relaciones es lo que llamamos "el goce del cuerpo". Se trata, si se quiere, de del estado de cosas anterior al corte dado por el médico, pero teniendo en cuenta al médico. En esta particularización de las relaciones del sujeto, el cuerpo toma el lugar del que podemos considerar el lugar del Otro genérico, señalando que esas relaciones no son distintas de las que uno puede tener relacionándose con lo que no es uno mismo, esto es, el Otro con mayúscula (que los filósofos actuales conceptúan como aquello que representa para uno "la radical diferencia" o, dicho de otro modo, "lo radicalmente diferente" a uno, lo distinto de un semejante, lo que no se puede aprehender mediante los sentidos, Dios, El Padre, el Lenguaje, lo Simbólico, etc., que son otras tantas figuras del "Otro"), para distinguirlo del "otro" en minúscula que haría referencia al semejante.

En la que llamamos impropiamente "enfermedad del enfermo", el cuerpo ocupa, pues, el lugar del Otro, el partenaire desconocido absoluto, el interlocutor, con el que nos relacionamos, el sujeto se relaciona mediante el goce. Lo habíamos representado en la figura 2 del mensaje mensaje (4)   mediante círculos de Euler-Venn entrecruzados. Esa relación del sujeto con el cuerpo es, pues, una función regulada por el goce, de modo tal que si la representáramos matemáticamente mediante una función inyectiva, como se hace en teoría de conjuntos

la función de flecha que hace corresponder cada elemento de un conjunto con cada elemento de otro, sería, en el caso de la enfermedad, el goce del cuerpo que relacionaría el conjunto de la izquierda (el Sujeto) con el conjunto de la izquierda (el Cuerpo) El Goce es, pues, la función que pone en relación algunos elementos del Sujeto (el pensamiento) con su cuerpo, a no confundir en ningún momento con el "organismo". El Cuerpo al que me refiero es, siempre, el cuerpo del goce, nunca el cuerpo de los anatomistas y de los fisiólogos; es el cuerpo del placer y del dolor, de lo que nos gusta y de lo que nos disgusta.

Hasta aquí he utilizado rectángulos y círculos (o figuras en forma de bolsa no precisamente circulares) para representar los conceptos, pero no son más que dibujos para ilustrar, ilustraciones, y no son elemento lógico-matemáticos con los que se pueda operar.

Cuando utilizamos representaciones para el cálculo y la deducción matemática utilizando las conocidísimas coordenadas cartesianas, lo hacemos utilizando cualquier superficie sobre la que podamos escribir, por lo común sobre una hoja de papel. Suponemos que esa superficie u hoja de papel, es plana, representa un plano pero que al haber sido cortado para darle forma de la hoja de papel rectangular a la que estamos acostumbrados, posee un borde continuo de modo que para pasar a la otra cara le hemos de dar la vuelta a la hoja o, lo que es lo mismo, cuando llegamos al borde del papel, hemos de dar un salto en el espacio de tres dimensiones y salirnos del espacio plano bidimensional de la hoja de papel.

Si ahora suponemos que no cortamos la hoja de papel para darle la forma rectangular que conocemos y que, en consecuencia, la extendemos al infinito estirando los cuatro lados de ese borde, envolveremos la superficie esférica del planeta y volveremos al mismo lugar en el que estábamos sentados estirando imaginariamente ese tejido de papel. 

En consecuencia, la superficie del plano sobre el que construimos nuestras figuras matemáticas y escribimos nuestros textos es, en realidad, un trozo de una esfera, solo que como la esfera del planeta es muy grande en relación a nuestro tamaño, no percibimos la curvatura de nuestra hoja de papel DIN A4 y la tomamos como "localmente plana". En términos matemáticos o, mejor dicho, topológicos, a esa hoja de papel ya no se le llama "hoja de papel" y se le llama "pastilla esférica"; abreviando: "pastilla". Así pues, nuestra hoja de papel es un pedazo de una superficie esférica. Escribimos sobre pastillas esféricas y los cálculos matemáticos que hacemos, en especial y con consecuencias severas, se realizan sobre pedazos de superficie esférica.

Nuestra pastilla esférica u hoja de papel la obtenemos del siguiente modo, haciendo un agujero puntual, o dibujando un punto sobre la superficie de esa esfera,  extendiéndolo uniformemente  hacia los cuatro puntos cardinales:

 Hemos accedido de este modo a la cara interior de la esfera y hemos obtenido una superficie plana de dos caras separadas por un borde infranqueable en la dimensión D2. Sobre esa superficie esférica, vamos a escribir pero anticipo que no podemos hacer más que dibujos en dos dimensiones. 

En el siguiente mensaje vamos a intentar escribir sobre esa superficie. Veremos con qué problemas nos encontramos.

Todo esto no es más que para intentar introducir lo que nos va a convenir, esto es y finalmente, obtener nuestro modelo de enfermedad biopsicosocial de modo tal que sea su propia "forma" (aquí evoco a los médicos clásicos con Galeno y a su vez toda la tradición aristotélica sobre las relaciones entre materia y forma o la menos creíble teoría tomista sobre el cuerpo y el espíritu) perfectamente conforme a la tradición del pensamiento científico desde la Grecia clásica. Es decir, que el modelo que abreviadamente he llamado BPS, se encuentre en íntima correspondencia con el pensamiento occidental, tanto filosófico como físico y químico, expresado en un lenguaje lógico-matemático, que es la propia concepción del modelo de enfermedad, tal como iremos viendo a lo largo de este (previsto) largo desarrollo, pero que a cuyo término es posible que aquellos que hayan seguido su construcción, vean con claridad donde los demás ven confusión y oscuridad. No hay más que seguir con paciencia los pequeños, ínfimos, sencillos pasos que voy dando, y darlos conmigo. 

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 20, 2012, 6:11:56 AM5/20/12
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Psicosomático II (8)
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El mensaje anterior creo que ha llegado muy descompuesto a los buzones de correo. La idea es ver la secuencia ordenada de cómo a partir de un punto o de haber hecho un poro sobre la superficie de una esfera, se puede ir extendiendo el corte sobre esa superficie hasta reducirla de nuevo, si se quiere, a un punto, pasando por una pastilla u hoja de papel. Así que en "topología", una hoja de papel es equivalente a una esfera agujereada. Como la esfera es una superficie sin bordes (tiene horizonte, pero no borde), al generarle un borde de inmediato se trasforma en una hoja o pastilla, incluso hasta llegar a ser un punto circular.

Pero ¿por qué digo estas cosas de que una esfera agujereada es equivalente a una hoja de papel? ¿Qué nos puede importar eso a los médicos? Es que vamos entrando poco a poco en un dominio de las matemáticas, que es el que nos conviene, y que se llama Topología. ¿Qué es la topología? Pues es una geometría donde lo que se estudian son las transformaciones. Si buscamos una definición intuitiva, podríamos decir que la topología, o "geometría de la goma elástica" como se la llama vulgarmente, es el estudio de aquellas propiedades de los objetos geométricos que permanecen inalterables por transformaciones continuas. 

En este artículo de Wikipedia Topología tenéis una buena aproximación, tanto intuitiva como formal, al estudio de la topología. Nosotros somos más modestos y pasaremos de puntillas por lo que se llama "topología algébrica" u otras ramas de la topología, que son muchas fórmulas y letras y cosas abstractas, y haremos una "topología para médicos", es decir, utilizaremos conceptos sobre todo intuitivos, que nos pueden ser útiles para formalizar nuestros conceptos médicos, sin necesidad de convertirnos en matemáticos y abandonar entonces nuestro campo específico, que es el de la clínica. Del mismo modo que utilizamos conceptos de la química, de la biología, de la física, aplicados al campo de la clínica, utilizaremos también conceptos de topología y los aplicaremos al campo de la clínica, que es el nuestro.

La topología son las matemáticas de las transformaciones continuas y de sus invariantes. Así, por ejemplo, una rosquilla es equivalente a una taza de café porque mediante una transformación continua, punto por punto, la forma se desvanece pero permanece invariable el agujero central de la rosquilla que no puede reducirse, como el agujero del asa de la taza de café


Topológicamente, la rosquilla es equivalente homeomórfica (ya iremos viendo poco a poco qué es eso de homeomorfismo, pero en principio, dos espacios son homeomórficos si son equivalentes manteniendo ciertos elementos invariantes) con la taza de café. Tanto igual podríamos decir de una serie de objetos que son equivalentes (homeomórficos, que tienen la misma forma) unos a otros porque mantienen invariables algunas características irreducibles

En esta serie de objetos, A, E, G, I son esferas o, mejor, superficies esféricas; C, D, F son superficies tóricas o toros, porque conservan invariable el agujero central; acaso veremos en algún momento, porque es una de las superficies que más nos va a interesar, que la superficie del toro no tiene agujeros, y que solo por cierta convención decimos que el toro, el donuts o la rosquilla, lo mismo que la taza de café, tienen un agujero. Por último, B, H son dobles toros, o superficies tóricas dobles porque conservan la propiedad de poseer dos "agujeros".  Si nos paramos a pensar un momento, veremos como el cuerpo humano es una superficie tórica, porque hay un agujero central (el tubo digestivo) que es equivalente al agujero del toro, mientras que todos los demás orificios del cuerpo llevan a superficies cerradas, no perforadas, en su interior y se las puede trasformar sin apuros en superficies planas (los orificios nasales conducen a los sacos alveolares, esto es, a superficies no perforadas, estudiaríamos las propiedades de las superficies de otros órganos, y analizaríamos sus propiedades topológicas, pero eso no lo haremos aquí). El cuerpo humano es, pues, equivalente a la superficie tórica. Y eso que voy llamando "el cuerpo" o "el cuerpo de goce", ha de ser concebido como un toro. Iremos dando pasos para ir asimilando estas cosas, con miras a comprender qué es una enfermedad antes de ser eso que un médico dice que es.

¿Qué interés puede tener que nos adentremos en estas trasformaciones geométricas? Pues porque es posible establecer una geometría del cuerpo que no sea métrica, y que esta geometría sea la lógica misma que tiene para nosotros ese cuerpo de goce que recubre al organismo. El número, la medida, carecen de valor en nuestra geometría del goce, porque el goce es algo imposible de medir, o algo cuya posible medida carece por entero de ningún valor. En nuestro cuerpo de goce no importa la cantidad, la magnitud, sino la cualidad. Por decirlo así, no nos importa ni la intensidad de un orgasmo ni cuántos orgasmos hemos tenido, sino que lo que nos mueve a relacionarnos con alguien es, precisamente, para obtener un goce en la relación que, por lo general, el placer, el orgasmo, pone un límite. Por decirlo así, tras un buen "polvo" uno se queda dormido o se va, ya no se relaciona. El orgasmo, el placer pone fin al goce. El placer nos interesa más que como final, conclusión; nos mostramos más interesados en la relación, en el goce que se obtiene ahí, en todo lo que ocurre antes del placer. Nos interesa el goce y el cuerpo en tanto sede del goce. Y nos interesa el pensamiento como siendo el "órgano" regulador del goce.

Así, pues, nos interesan las matemáticas de las trasformaciones continuas y de las relaciones que se modifican, porque nos vienen muy bien a lo que nos interesa sobre el cuerpo. No insistiré en el porqué de las matemáticas. Creo que ya he insistido suficientemente en este espacio. Ahora me propongo ir introduciendo poco a poco esta otra forma de ver y de entender qué es un cuerpo humano.

Alguien podrá objetar que al médico únicamente le interesa el organismo y que el cuerpo no le interesa para nada. En cualquier caso, decir eso, objetar eso, sería el resultado de una elección, de una decisión. Pero podemos elegir otra cosa y decidir que nos interesa entender el cuerpo antes de su paso por el corte del médico, porque en ese cuerpo se encuentran las condiciones de la enfermedad, antes que en el organismo.

En cualquier caso, siempre se va a tratar de aquello que nos hace disfrutar, y si pensar en el cuerpo y aplicarle a nuestros conocimientos sobre él una geometría que formalice los conceptos y sirva de referente para no decir demasiadas tonterías o arbitrariedades, nos hace pasarlo bien, nos atrapa y nos hace gozar, pues bienvenidos sean ese conocimiento y esa forma de vivir nuestra existencia habiendo dado con algo que además de ser con lo que nos lo pasamos bien, es útil para todos.

Sigo.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 20, 2012, 6:31:52 AM5/20/12
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Psicosomático II (9)
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Hemos visto que una superficie esférica se podía perforar mediante un poro y que esa superficie esférica perforada por un poro era topológicamente equivalente a una hoja de papel sobre la que podemos escribir o hacer dibujos geométricos. 

Antes de seguir, decir que la mayoría de imágenes y conceptos los obtengo del libro de Jean-Michel Vappereau. Estofa. Ediciones Kliné. 1997 y del libro de Ian Stewart Conceptos de matemática moderna. Alianza Universidad. 1977

Ahora vamos a aprender qué se puede hacer sobre una superficie esférica, esto es, estudiaremos algunas propiedades de las superficies esféricas y las cosas que se pueden hacer cuando escribimos sobre ellas.

Supongamos que sobre la superficie de una esfera dibujamos una circunferencia alrededor de su centro, tal como se muestra en la figura,

 y que desplazamos esa circunferencia sobre la superficie de la esfera, tal como se muestra en la secuencia 

donde la línea de puntos representa la porción oculta de la circunferencia, que pasa por detrás de la superficie esférica, hasta recomponerse en el polo opuesto, tal como se muestra en la figura:

Tal como dice Vappereau, la superficie de una esfera es suave como la franela, sobre la que se pueden deslizar dibujos y hasta bolas de billar. Es suave, permite dibujar sobre ella cuanto queramos, trasladar y deformar esos dibujos hasta recomponerlos, tal como se ha mostrado en esta secuencia, pero no se puede anudar nada sobre ella porque es una superficie bidimensional a pesar de estar sumergida en un espacio tridimensional. 

Este concepto conviene retenerlo, pues la superficie de la esfera es bidimensional, solo tiene dos dimensiones, y posee dos caras: una "exterior, sobre la que dibujamos, y otra interior a la que sólo se puede acceder si se perfora la superficie bidimensional. Pero no obstante ser una superficie de dos dimensiones y dos caras, la esfera misma, como cuerpo, existe en un espacio tridimensional.

Estos conceptos topológicos van a tener mucha importancia, por lo que conviene retenerlos: la esfera es una superficie bidimensional que existe en un espacio tridimensional y que en consecuencia, posee dos caras, es bilátera que se dice, esto es, que posee dos lados o caras.

Las superficies topológicas se dividen en biláteras (la esfera y el toro) y uniláteras (la botella de Klein y el Cross-Cap) Ya llegaremos y utilizaremos lo que nos convenga para nuestros fines y usos.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 22, 2012, 7:02:25 AM5/22/12
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Psicosomático II (10)
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Asumiendo algunas críticas que se me pudieran hacer de permanecer aparentemente insensible a mi entorno social y continuar con esto que, pueden pensar algunos entre ellos yo mismo, nadie lee, me veo llevado a continuar porque una vez iniciado, mejor desarrollar todo esto de una vez, con las menores interrupciones posibles, porque de otro modo se corre el riesgo de perder el hilo y esto es muy fácil de captar si se va siguiendo paso a paso.

Habíamos aprendido que una superficie esférica en topología o en teoría de superficies, no tiene nada que ver con la forma de esa superficie sino que, tal como veíamos en la figura 2 del mensaje (8), la superficie de un balón de fútbol, un flotador, una barra de pan y un tetra-brick (formas A, E, G, I), son equivalentes, porque en teoría de superficies una esfera es una superficie cerrada bilátera y sin bordes, y esas propiedades definen una superficie esférica, mientras que en geometría la esfera se define por la relación constante de los puntos de la superficie a un punto "central". En topología esta definición geométrica, que incluye necesariamente la medida (distancia constante a un punto central), no interesa porque es métrica y en topología no interesan las medidas ni las distancias (la física cuántica actual es impensable sin estos conceptos de borramiento de las distancias) Vamos a decir que en topología no importan en absoluto el tamaño (algunos podemos respirar tranquilos) ni las distancias: importa la forma.

El segundo concepto importante que habíamos aprendido es que si se practica un poro en esa superficie, el poro se puede extender cuanto se quiera hasta reducir la superficie de la esfera a un disco o pastilla, pasando por algo que utilizamos a diario, como una hoja de papel.

La tercera cosa que hemos aprendido es que podemos escribir y dibujar sobre las superficies esféricas y sobre los discos, pastillas u hojas de papel. Ahora aprenderemos que lo que escribimos sobre una hoja de papel está representando algo que ocurre en otro lugar, por ejemplo, en nuestra cabeza cuando pensamos. Pensamos algo y lo escribimos sobre una superficie, de modo que lo que ocurre está en otro lugar (nuestra cabeza) distinto a donde eso que ocurre está representado (el papel) Esto, que es lo más parecido a una verdad de Perogrullo, una evidencia de por sí, una banalidad, una tontería de cajón, es importante, porque lo que escribimos o dibujamos sobre una hoja de papel o sobre una superficie esférica no es la cosa misma que se quiere representar, sino que es una representación realizada mediante una serie de transformaciones y convenciones de lenguaje y dibujo: la idea está en nuestra cabeza y no es exactamente lo que hay representado sobre el papel. 

Para poder leer se necesitan dos sujetos: uno, el que escribe y otro, el que lee e interpreta lo escrito, pero sabemos los problemas que eso genera cuando carecemos del código interpretativo, y lo sabemos desde la imposibilidad de comprender los jeroglíficos egipcios hasta Champollion, hasta la ciencia de la criptología y de los mensajes cifrados y códigos secretos. Sin embargo, por contraste, la idea de un triángulo muestra sus propiedades al instante sin necesidad de dibujarlo y cualquiera puede encontrar su propio pensamiento en ella sin necesidad de ningún código. Esto va a ser el punto capital para comprender todo lo que voy a construir aquí sobre la enfermedad. Sin captar esta diferencia entre lo escrito sobre una superficie de papel y la idea abstracta, por ejemplo de triángulo, que puede tener millones de representaciones sobre un papel, pero que no necesita para nada ser representada sobre un papel o sobre lo que se quiera, sin captar eso, digo, no podremos entender muy bien lo que va a seguir.

El medio que utilicemos para representar nuestro pensamiento impone condiciones a nuestro pensamiento, mientras que la idea abstracta de un triángulo no necesita ser dibujada para ser comprendida; la idea del triángulo es, por así decirlo, el pensamiento mismo sin necesidad de representación, aunque no la excluye. Esto puede parecer un concepto extraño, incluso chocante o sorprendente, pero se podrá comprender si se piensa, por ejemplo, en el ordenador que tenemos ahora delante nuestro. La forma del ordenador, su funcionamiento interno, impone a nuestro pensamiento determinado sistema de representaciones, mientras que lo que aparece en la pantalla no es más que una representación de nuestro pensamiento cuya forma de presentación viene impuesta por la estructura y el funcionamiento interno del ordenador. Pero nuestro pensamiento no tiene en absoluto la forma de estas letras ni es plano. Nuestro pensamiento está sometido a otras estructuras topológicas que el ordenador las elude al aplanar el pensamiento en forma de letras que siguen una dimensión lineal.

Tal como dice Vappereau en el libro que me sirve de inspiración y fuente de lo que escribo aquí (Estofa), "la esfera es la ausencia de topología, no se puede anudar nada en esa estofa, suave com la franela, y solo puede sumergirse en ella el nudo trivial." Nota aclaratoria: nudo trivial es un nudo que no anuda, que parece que es un nudo, pero que no lo es porque no anuda, no ata, no liga. Ya lo veremos en su momento. Sobre una esfera deslizamos dibujos y letras en dos dimensiones, pero las podemos deslizar en cualquier dirección, porque no es más que una hoja de papel generada a partir de un poro en su superficie.

Nuestro sistema de representación del pensamiento sobre un papel (superficie esférica, disco o pastilla), se la debemos a Descartes en eso que se llamó "coordenadas cartesianas" en su honor, ya que fue él quien inventó la "geometría analítica". Este invento figura expuesto por primera vez en su famosísimo "Discurso del método", en cuya introducción incluyó el archifamoso "pienso, luego existo" que tanto ha dado, y da, que hablar. Este libro, del que os podéis hacer con un ejemplar en cualquier librería porque son diversas las editoriales que lo publican y no cesan de publicarlo aunque yo prefiero estudiarlo (con frecuencia vuelvo a él) en la edición de Alfaguara porque me parece la más completa, sin menospreciar por ello una edición bilingüe que sería complementaria, está dividido en cuatro partes: Discurso del método (que es la introducción y en cuya cuarta parte figura el famosísimo "pienso, luego existo" (A-T. VI, 32)) Dióptrica, Meteoros y Geometría. Pues en esta cuarta aprte del libro, Geometría, fue donde Descartes inventó la geometría analítica.

El resultado más primero, más importante para nosotros, porque es una de nuestras herramientas más comunes (representamos a partir de ellas todo tipo de gráficas y hacemos un montón de cálculos sobre ellas), es lo que se ha dado en llamar las "coordenadas cartesianas" que es un sistema de representar nuestro pensamiento a partir de dos rectas infinitas que se cortan en un punto sobre un plano, y llamamos a cada una de estas dos rectas, "eje de ordenadas" y "eje de abscisas", y les damos un valor en letras, "y" para las ordenadas, e "x" para las abscisas. En este artículo de Wikipedia "Coordenadas cartesianas", hay una magnífica explicación formal de en qué consisten estas coordenadas. Es un artículo bastante bueno y no insisto más en esto. Voy a lo que nos interesa de cara a manejar nuestro pensamiento de un modo formal.

Las dos perpendiculares, ordenadas y abscisas, tal como se definen son rectas infinitas que se cortan en un punto, que es el punto de origen o "0" (cero) Esto tendrá para nosotros una importancia capital que examinaremos en su momento mucho más adelante, pero ahora estamos haciendo la crítica a este sistema. 

Figura 1
En la figura 1 representamos las coordenadas cartesianas sobre una superficie esférica, mediante dos rectas infinitas que se cortan en el punto 0. Pero puesto que como las hemos dibujado sobre una superficie esférica, no tenemos ningún inconveniente en poder representar estas coordenadas sobre la esfera

Figura 2
En la figura 2, las coordenadas se han dibujado sobre la esfera y los trazos en punteado representan la porción de las rectas que pasa por detrás de la superficie esférica (el punteado es una convención en el sistema de escritura matemática, para indicar que una recta, plano o superficie de n dimensiones está oculta tras un plano o superficie) 

Sigo en otro mensaje.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 22, 2012, 8:58:15 AM5/22/12
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Psicosomático II (11)
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Según como lo miro, este hilo tendría que titularse, en buena ley, "Introducción a lo psicosomático, según JM Gasulla"

Sigo.

Además de comprender en qué se diferencia una superficie esférica en teoría de superficies (definición de superficie esférica), de una esfera en geometría euclídea (por la equidistancia a un centro de los puntos de la superficie), y cómo una hoja de papel es equivalente a una esfera con un poro (no entramos en esferas con más de un poro o agujero, que eso resulta en diversos tipos de superficies esféricas) hemos visto que lo que se escribe sobre la superficie es una representación del pensamiento, pero que, lo iremos viendo poco a poco porque esos son conceptos que conviene ir introduciendo lentamente, una vez el pensamiento se ha escrito (por ejemplo, hemos dibujado sobre un papel una representación de un triángulo o lo hemos escrito de algún otro modo, como una pantalla de un ordenador), eso, el contenido que se ha representado fuera de nuestro pensamiento, sobre una hoja de papel o sobre una pantalla de un ordenador, se convierte en sí mismo en un instrumento o aparato lógico, o incluso en la clave de un nuevo pensamiento, interpretando con ello la frase (creo que de Poincaré) "la inspiración está en el tintero".

Este sorprendente fenómeno de interacción entre el pensamiento y lo escrito lo tendremos que ir viendo con cautela y sin perder comba. Ahora, seguimos con lo que escribimos sobre una superficie esférica para ir comprendiendo algo más sobre ese concepto psicosomático formal de la enfermedad al que le tenemos que proporcionar estas explicaciones previas.

Me centro en las coordenadas cartesianas que hemos escrito sobre una superficie esférica que no anuda (esto de que sobre una superficie esférica no se anuda nada, o que sus nudos son triviales, lo entenderemos mejor cuando veamos en qué consiste un nudo o anudar algo, pero creo que ya lo podemos ir comprendiendo intuitivamente). Según sigue Vappereau, esas coordenadas en realidad han de sufrir cierta modificación, pues de acuerdo con los lógicos y lingüistas, en particular Ferdinand de Saussure y Roman Jakobson, esos ejes representan una estructura bidimensional instantánea (sincronía) y una evolución temporal (diacronía) (por decirlo así, los datos se anotan con un valor instantáneo, pero en la gráfica se representa una evolución) de modo que ambas dimensiones se han de encontrar en otro punto en el que la sincronía coincide con la diacronía. Ahora esto lo presentaremos como sigue, pero es posible que en un futuro a esta forma de escribirlo sobre un plano de dos dimensiones, requerirá, exigirá, hacerlo en tres dimensiones. Por ahora, ese encuentro entre diacronía y sincronía que se representa en esos ejes, lo representramos mediante lo que Lacan llamó "la puntada" o "punto de capitón" que es un punto tomado de los tapiceros mediante el cual sujetaban la lana en el interior de los colchones para evitar que la lana se desplazara por el interior del colchón, del sofá, del sillón, etc.:

Figura 1
Si ahora hacemos como hemos hecho con las coordenadas cartesianas escritas sobre un plano esférico y unimos esas líneas que se extienden también al infinito, pero que se cierran sobre la superficie de la esfera...

Figura 2
... se puede presentar como dos círculos que se cortan.

Pero sean las coordenadas cartesianas en sí mismas o sea la puntada o punto de capitón que representa las relaciones lógicas entre la diacronía y la sincronía, que son otra forma de presentar las coordenadas cartesianas, se trata de dos círculos escritos sobre una superficie esférica y, en consecuencia, mediante transformaciones continuas obtenemos lo que sigue...


Figura 3
... donde a la vez que trasformamos la superficie de la esfera en una pastilla, los dos círculos orientados, pero unidos, no en el infinito, sino sobre la superficie esférica, obtenemos...

Figura 4
... y un paso en el orden de las deformaciones topológicas autorizadas en el homemorfismo, más y obtenemos todavía...

Figura 5
... formas mediante las que se representan mediante círculos de Euler-Venn las proposiciones de la lógica.

Esta transformación que hemos presenciado, y que se la debemos por entero a Jean-Michel Vappereau, es en sí misma, como veremos a continuación, un aparato lógico. La forma de presentar la lógica constituye en sí misma una fuente nueva de inspiración para pensar la lógica y, como veremos en los mensajes que siguen, vamos a encontrar en ella cualquier elemento clínico que se nos quiera presentar. 

Advierto que lo que va a seguir ya no es de Vappereau, sino que es cosecha propia.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 22, 2012, 11:54:31 AM5/22/12
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Psicosomático II (12)
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Si nos detenemos en ese "deslizar" las figuras sobre la superficie de una hoja de papel según los principios de la topología, y nos quedamos en el segundo paso de la figura 4 del mensaje (11) 

Figura 5
como figura 5, obtenemos una forma que nos resulta conocida, que es la que se utiliza para representar el cálculo lógico mediante círculos de Euler-Venn.

En el hilo que llamé "Homo ex machina", pero más específicamente en los mensajes (10) "La construcción de la metáfora fundamental", (11) Anexo 2b, (12) Anexo 2 y (13) Anexo 2c  y mensajes siguientes, desarrollé las tablas numéricas y mediante círculos de Euler-Venn, correspondientes a las 16 conectivas lógicas que relacionan dos proposiciones.

Si recordamos la tabla completa de las 16 conectivas, que podéis obtener, por lo demás, en cualquier libro de lógica canónica clásica de primer y segundo orden...   

 
Tabla 1

... donde en cada functor se escribe en la columna inferior de cada elemento un número entre paréntesis que remite a la siguiente leyenda, leyendo desde la izquierda hacia la derecha, el orden es (1), (2)... (8) y de derecha a izquierda (1'), (2')... (8'), donde la comilla simple (...') representa la negación simple 'no' de la conectiva afirmativa:

(1)   Contradicción Antilogía, que se opone a (1’) Tautología

(2)   Conjunción que se opone a (2’) Incompatibilidad trazo de Nicod barra de Sheffer

(3)   Negación de la implicación que se opone a (3’) la implicación

(4)   Reiteración o reafirmación del antecedente que se opone a (4’) su renegación

(5)   Negación de la replicación implicación recíproca, que se opone a (5’) replicación oimplicación recíproca

(6)   Reiteración o reafirmación del consecuente que se opone a (6’) su renegación

(7)   Disyunción excluyente o fuerte (aut) o diferencia simétrica, que es la negación de (7’) laequivalencia simétrica

(8)   Disyunción incluyente o débil (vel propiamente dicho) que se opone a (8’) la llamada Negación conjunta de Peirce o trazo de Sheffer.

Decía entonces, y reitero ahora, que en esta tabla lógica se encuentran todas las situaciones clínicas con las que uno se puede encontrar. Lo habíamos visto con el delirio y había dicho que el delirio respondía a la forma lógica del "Trazo de Nicod" o "Barra de Sheffer" que es la conectiva (2') porque tal como habíamos visto en el mensaje (3) del mismo hilo "Homo ex machina", "La estructura de un delirio", y en especial en el mensaje 15, en el que se aporta esa forma lógica a la que responde el delirio, se trata en esa forma de pensamiento en que el sujeto no encuentra ningún elemento en común con su "Otro" pensamiento, que es el pensamiento original "antes de recortes". 

Recuerdo la estructura de la "Incompatibilidad":

 
Figura 6
El resultado de pasar la tabla de las conectivas a su representación mediante círculos de Euler-Venn, lo tenéis aquí en borrador completo. Lamento que sólo disponga de este borrador y aunque las cuatro primeras conectivas pasadas "a limpio" las tenéis también disponible

 
Figura 7
... el hecho de que sólo esté la mitad me inhibe al momento de presentarla, como ya me ocurrió en el mensaje 14 del hilo "Homo ex machina". Mantengo la promesa formal de enviaros el cuadro completo una vez esté completamente pasado a limpio, pero quien me lo tiene que hacer, está ocupado en otras cuestiones y lo va posponiendo, para mi desesperación.

Sigo

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 22, 2012, 3:33:30 PM5/22/12
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Psicosomático II (13)
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Acabo ya con esto, que me lo había planteado aportarlo aquí de un tirón para no perder el hilo. 

El corte que veíamos en el mensaje (2) de este hilo, y que yo decía que era un corte psicosomático que se hacía sobre el discurso del paciente... 

 
Figura 1
...después nos hemos visto llevados a darle forma de una relación entre dos conjuntos según una transformación topológica tal como se expone en el mensaje (11), que lleva de las coordenadas cartesianas al estudio de las relaciones entre dos conjuntos que comparten, o no, determinados elementos según se desprende de la presentación de las 16 conectivas lógicas en círculos de Euler-Venn.

El conjunto de la clínica se ha estudiado desde la perspectiva del discurso de las relaciones del enfermo con su cuerpo, que en un primer momento ocupa en el lugar del Otro. El Otro es lo que no soy Yo o, mejor, lo que no soy yo en tanto sujeto del lenguaje. Este lugar del Otro puede ser ocupado tanto en la presentación lógica como en la presentación clínica de los fenómenos, tomando la figura del médico, la enfermera, el psicólogo o cualquiera que esté representando para el sujeto la diferencia más radical, de modo que en ese lugar de la relación no puede situarse nunca algo conocido o familiar, como un semejante. El Otro solo admite una definición: ser la radical diferencia, y una condición: poder formar parte en el discurso del sujeto.

Pues bien. Desde la perspectiva del pensamiento, lo psicosomático "puro", aquello que los médicos han clasificado como un fenómeno psicosomático en el que lo psíquico está en el lugar de la causa de la enfermedad, responde a la estructura lógica que llamamos Negación de la réplica y que es la conectiva (5)

Esta conectiva posee la siguiente presentación mediante círculos de Euler-Venn:

Figura 2
Lamento presentarlo en un borrador y un poco chapucero, incluyendo algunas instrucciones para quien pase a limpio los dibujos, pero ya he explicado las razones.

Se trata de la conectiva (5) "Negación de la replicación" cuya negación es (5'), la "Replicación" o "Réplica". Así interpreto yo esta conectiva como el punto en el que no existe más que lo que dice el Otro. Es la única conectiva a cuyo través el organismo responde, pero borrando, haciendo desaparecer al sujeto: no hay más que Otro y el Sujeto queda borrado. En su lugar, aparece una enfermedad.

Al fenómeno clínico se le llama "Afánisis" o "Borramiento del sujeto" El sujeto no puede posicionarse como tal en el discurso del Otro y eso provoca una respuesta a nivel corporal. Por lo común, una caída, un desmayo, una lipotimia, una desaparición, un desfallecimiento, en suma, si el efecto es puntual e instantáneo, pero si se trata de algo más largo en el tiempo, los fenómenos corporales, como enfermedades, actos de violencia sobre uno mismo, autolesiones, incluso el suicidio, fenómenos somáticos de todo tipo, desde manifestaciones cutáneas hasta fenómenos internos como cólicos intestinales, renales, vómitos, espasmos, alcalosis respiratoria crónica por hiperventilación, y cuantos fenómenos somáticos podamos asociar a la ansiedad, a la angustia y a la depresión, como pérdida, agotamiento, que supone la imposibilidad crónica de situarse ante el discurso único y aplastante del Otro.

El efecto dramático es el de la desaparición, la afánisis, del sujeto. Y esto es lo que hay que intentar escuchar en la clínica e intentar comprender qué le ocurre a nivel lógico a nuestro paciente, o de la estructura lógica, de la que aquí he aportado una primera aproximación.

Si uno comprende bien esa estructura lógica de la clínica, está en disposición de operar lógicamente sobre la enfermedad y con su paciente. 

El abordaje terapéutico va a requerir dar más pasos dentro de esa lógica que aquí he desarrollado mediante la topología porque, de últimas, se trata de lograr obtener un aparato lógico con el que pensar, ver qué le ocurre a nuestros pacientes y qué operación lógica podemos hacer para intentar "reparar" el daño psíquico presente, bien sea como causa o como efecto.

Como que según el deslizamiento topológico que podemos hacer con la escritura sobre una superficie esférica, al final los círculos de Euler-Venn solo representan, pero no presentan el problema clínico que resolvemos mediante las 16 conectivas lógicas, porque al deslizarse pierden los elementos en común que situábamos en la Intersección de ambos conjuntos, tal como vemos en la ilustración tomada de Vappereau


 
Figura 3
en la imagen de la figura 3b, donde finalmente ambos círculos pueden separarse según la teoría de superficies, porque los nudos y cruces de las figuras escritas sobre una superficie esférica son triviales, nos vamos a ver precisados de considerar otras formas de presentación de la lógica en las que los anudamientos y elementos compartidos no sean triviales, sino que nos vayan a servir para operar lógicamente sobre las relaciones entre el enfermo y su enfermedad y entre el enfermo y el médico.

Lo iremos construyendo.

Lamento que esto sea hasta cierto punto algo denso, pero creo que seguido paso a paso, poco a poco, pero sin pausas y según tal como lo he ido desarrollando en este hilo, las dificultades para comprender han de ser mínimas. No obstante, como esto les puede sonar a muchos a chino, quedo abierto a vuestras dudas, angustias, y a resolver el efecto de la maldita conectiva (5), donde nos aguardan los fenómenos psicosomáticos por no poder comprender lo que aquí se dice, acompañado de un sentimiento de deber, la exigencia del saber y culpa, que tendremos que desarrollar en algún momento para sentirnos más sobre seguro frente a los fenómenos de la enfermedad humana.

JM Gasulla

JM Gasulla

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May 22, 2012, 3:39:08 PM5/22/12
to la-enf...@googlegroups.com
Psicosomático II (13)
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Acabo ya con esto, que me lo había planteado aportarlo aquí de un tirón para no perder el hilo. 

El corte que veíamos en el mensaje (2) de este hilo, y que yo decía que era un corte psicosomático que se hacía sobre el discurso del paciente... 

 
Figura 1
...después nos hemos visto llevados a darle forma de una relación entre dos conjuntos según una transformación topológica tal como se expone en el mensaje (11), que lleva de las coordenadas cartesianas al estudio de las relaciones entre dos conjuntos que comparten, o no, determinados elementos según se desprende de la presentación de las 16 conectivas lógicas en círculos de Euler-Venn.

El conjunto de la clínica se ha estudiado desde la perspectiva del discurso de las relaciones del enfermo con su cuerpo, que en un primer momento ocupa en el lugar del Otro. El Otro es lo que no soy Yo o, mejor, lo que no soy yo en tanto sujeto del lenguaje. Este lugar del Otro puede ser ocupado tanto en la presentación lógica como en la presentación clínica de los fenómenos, tomando la figura del médico, la enfermera, el psicólogo o cualquiera que esté representando para el sujeto la diferencia más radical, de modo que en ese lugar de la relación no puede situarse nunca algo conocido o familiar, como un semejante. El Otro solo admite una definición: ser la radical diferencia, y una condición: poder formar parte en el discurso del sujeto.

Pues bien. Desde la perspectiva del pensamiento, lo psicosomático "puro", aquello que los médicos han clasificado como un fenómeno psicosomático en el que lo psíquico está en el lugar de la causa de la enfermedad, responde a la estructura lógica que llamamosNegación de la réplica y que es la conectiva (5)
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