Homo ex machina

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JM Gasulla

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Jan 29, 2012, 5:57:18 AM1/29/12
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Homo ex machina (1)
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El título que preside este hilo de discusión (a ver si es verdad y os animáis a discutir) "Homo ex machina" hace referencia a la frase latina "Deus ex machina", a su vez traducción de la frase griega "apò mêcaés theós", que traduciremos al español por "El dios que sale de la máquina". En consecuencia, la traducción del título de esta discusión, "El hombre que sale de la máquina", hace alusión a su uso escénico en el teatro clásico.

El dios que sale de la máquina hace referencia a un recurso del teatro griego y latino, aunque posteriormente se ha utilizado como recurso literario y en diversos guiones cinematográficos, que consistía en que en un momento de intensidad dramática y de nudo de imposible solución en el que entraban los personajes, se hacía salir de detrás del escenario, elevado y descendido mediante una grúa, a un personaje que representaba a un dios que resolvía milagrosamente la situación. La "mêcaés", o máquina, era la grúa, y lo que salía de la máquina, un dios. Tanto por su vertiente de recurso escénico como de solución providencial, el dios que surge de la máquina lo utilizo aquí como metáfora en "el hombre que sale de la máquina" y que resuelve un nudo, si no escénico, sí dramático en relación a la noción antropológica que ponemos en el fundamento de la medicina como discurso. Es el hombre que surge de la máquina que es el cerebro, el que está convocado aquí a dar cuenta de su emergencia, bajo su apariencia humana, y destinado a resolver un conflicto irresoluble  de otro modo.

Este "homo ex machina" estaría también destinado en este lugar a resolver lo que podríamos llamar el "homo ex infirmitas", esto es, el hombre que surge de la enfermedad y que resuelve un nudo antropológico, social y psíquico en medicina. Este "homo ex infirmitas" lo hemos considerado como biopsicosocial, esforzándonos así en introducir al sujeto en medicina, una vez fue desalojado con violencia. Podríamos decir que el signo de los tiempos (me refiero a ciertos aspectos de la historia contemporánea occidental, y ya global) nos lleva a tener que comprender el papel del sujeto en la enfermedad, y a comprender ésta como fenómeno individual más que universal. Habrá que estudiar un poco esa historia contemporánea para comprender el porqué de esa exigencia de individualización de la enfermedad, pero lo dejaremos para otro hilo de discusión. Lo malo es que voy dejando montones de cosas para un futuro, y siempre encuentro otros temas que me atrapan más, o que abordo antes que los que voy prometiendo. A veces intento meter varias cosas en un solo tema, relacionándolas, y así ya las he comentado. Es una argucia.

También el título de este hilo hace referencia a un libro que me causó cierta impresión y de cuya lectura se generó en mí el esbozo de la idea del hombre que surge de la máquina cerebral. Este libro se titulaba, precisamente, "Lingua ex machina" (la lengua que sale de la máquina, que en ese caso era el cerebro), con el subtitulo "La conciliación de las teorías de Darwin y Chomsky sobre el cerebro humano", de William H. Calvin y Derek Bickerton (Editorial Gedisa. 2001) publicado con posterioridad a un libro de uno de los autores, el neurofisiólogo Willam H. Calvin, que había publicado Editorial Debate en el año 2000 y que se podría considerar el precedente de aquél, titulado Cómo piensan los cerebros: la evolución de la inteligencia, antes y ahora. Dos libros de divulgación de lectura muy sugerente.

Esta cuestión, la que quedará planteada en este hilo sobre el "homo ex machina", y de paso el "homo ex infirmitas" que es nuestro enigma en tanto médicos, ha inquietado a los humanos, creo yo, desde que adquirimos la autoconciencia y, por mi parte, la considero como un clásico no resuelto y, en consecuencia, recurrente en la medida en que hay nuevos elementos que aportan nuevas luces, convirtiéndola en debate. Una solución a la cuestión sobre la naturaleza del mundo y del hombre se obtuvo de la creencia en un principio espiritual todopoderoso y eterno, más que atemporal, y en el caso del hombre, de la creencia en un espíritu inmortal subordinado al primero. Pero el desarrollo del conocimiento científico del mundo y de la naturaleza del ser humano han ido desplazando ese principio espiritual por otro principio que se proclama materialista, en cuyo seno han de poder explicarse todos los fenómenos conocidos, que es su exigencia y condición en tanto principio único, monista. Por mi parte, publiqué un artículo en torno a la necesidad de mantener un principio dualista en contra del monismo "rampante", y que titulé (hacer clic en el título para acceder al artículo) --> "¿Es todavía vigente el dualismo cartesiano?" Mi postura es la necesidad del dualismo, pero no como una materia y un espíritu, sino como una materia y el lenguaje que sale de esa materia. Este principio material monista desplaza al espiritual y asume entonces el reto de tener que explicar totalmente y de un modo satisfactorio, la naturaleza del hombre (dejamos el conocimiento de la naturaleza del mundo a los físicos) De ahí que yo proponga a ese hombre saliendo de una máquina para explicar su naturaleza y su existencia, esto es, su fenomenología; de ahí también, que al no quedar todo explicado bajo una única perspectiva monista, recurriera yo a un segundo principio no material, aunque salido o surgido de la materia: el lenguaje, adhiriéndome así al "lingua ex machina" de Calvin y Bickerton.

El tema se ha planteado por una diversidad de autores, filósofos, religiosos o científicos, abriendo un pasional debate cuyo antecedente más remoto figura resumido por John William Draper, en Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia  de 1875, traducido al año siguiente al español, y del que se dispone de una edición facsímil editada por "Alfa Fulla. Mundo científico" en octubre de 1987. Obviamente, el conflicto entre creencia y ciencia se remonta a la antigüedad histórica y ha pasado por una diversidad de fases en las que ha predominado uno u otro aspecto, imponiéndose en la cultura y en la visión antropológica del ser humano. Conocido es el predominio de la solución espiritual que generó la Edad Media, por citar lo más próximo, y conocido es también el conflicto generado a partir del advenimiento de la ciencia como discurso dominante desde Descartes hasta nuestra actualidad. 

El escenario en el que situar este "homo ex machina" que planteo aquí, proviene, evidentemente, de la concepción científica y materialista del ser humano, y queda planteada en los términos de una pregunta: ¿qué es el pensamiento? Y la respuesta está esbozada en el título: es lo que sale del cerebro, tomando aquí el cerebro el lugar de la "machina", de lo biológico, en el sentido que se desprende del título del libro de Calvin antes citado, Cómo piensan los cerebros. Pero hemos de ver qué dificultades van surgiendo a partir de esta concepción materialista que aquí se defiende como no exclusiva e incompleta.

Por situar nuestros antecedentes, citar al descubridor de la estructura del ADN, Francis Ckick, La búsqueda científica del alma: Una revolucionaria hipótesis para el siglo XXI. Editorial Debate. 1994; Mario Bunge, El problema mente-cerebro. Editorial Tecnos. 1985; Antonio Damasio. El error de Descartes. Editorial Crítica. 1999; Arthur Koestler. The ghost in the machine. Pan Piper. 1967; Jean-Pierre Changeux. El hombre neuronal. Espasa Calpe. 1985; Gérard Pommier. Comment les neurosciences démontrent la psychanalyse. Flammarion. 2004. La lista que se puede añadir es extensa, pero acaso el más prolijo de los autores sobre la cuestión, un poco explotando su condición de Premio Nobel haya sido Gerald M. Edelman, con una extensa serie de artículos de revista y libros publicados, de la que cito: Second nature: brain science and human knowledge. Yale University Press. 2006; Wider than the sky: the phenomenal gift of consciousness. Yale University Press. 2004; A Universe of Consciousness: How matter becomes imagination. Basic Books. 2000. Y acaso el más conocido de este autor, Bright Air, Brilliant Fire: On the Matter of the Mind. Basic Books, 1992, traducido a otros idiomas, como el francés, con el título Biología de la consciencia.

Y entre mis antecedentes inmediatos, una pregunta surgida a vuelapié en un encuentro fortuito: ¿qué es el pensamiento? ¿depende de un alma?

Es una pregunta que cada cual ha de resolver por su cuenta. Yo aporto mi experiencia clínica, que creo que aporta alguna luz al asunto.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jan 29, 2012, 6:54:02 AM1/29/12
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Homo ex machina (2)
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El pensamiento como solución evolutiva

En el mes de enero del año 2007 publiqué un hilo de discusión en un foro, que titulé "¿Qué es un delirio?". No lo puedo traer aquí ni añadirlo en "Documentos Google", porque expongo algunos rasgos clínicos de una persona, y debo velar por su intimidad. No obstante, no puedo evitar describir las líneas maestras que resolvieron su delirio, porque creo que ilustran un aspecto que resuelve asimismo nuestras dudas y preguntas en torno a qué es el pensamiento. Veremos con qué límites nos encontramos y hasta dónde hemos avanzado. 

Uno de los aspectos que introduje fue el que había movido a nuestro divulgador-payaso Eduard Punset a escribir un libro a raíz de su programa divulgativo Redes "El alma está en el cerebro: radiografía de una máquina de pensar" Santillana Ediciones Generales. 2006. Comentando a propósito del neurólogo Oliver Sakcs (El hombre que confundió a su mujer con un sombrero) y de los extraños síndromes que ha estudiado este neurólogo, Punset dice: "Nuestro cerebro es un dispositivo fruto de la selección natural y está dedicado al servicio del organismo vivo: nosotros. Y ¿cuál es la meta de todo organismo vivo? La supervivencia. Nuestro cerebro tiene un solo objetivo: nuestra supervivencia a toda costa. Y a veces, para conseguirlo, es capaz de suplir la información que le falta por fantasías y fabulaciones. Lo importante  es que la información no nos falte, aunque parte de ella no sea exacta. Lo importante es que la realidad se nos presente con un sentido completo y coherente, que creamos que todos nuestros comportamientos están bajo nuestro control, que nuestra memoria parezca un reflejo de lo ocurrido"

Si me he extendido en este comentario es porque este comentario de Punset refleja una opinión bastante extendida: el cerebro está al servicio de la supervivencia del individuo, es lo que se afirma. Eso parece poco discutible. Pero sostener ese principio con el delirio o con la construcción de una fabulación, creo que no responde a esa lógica evolucionista al servicio de la supervivencia, pues nada menos efectivo para la supervivencia, que una alucinación, un delirio, la fabulación o la negación.

Más bien, esos hechos considerados patológicos ponen de manifiesto que el pensamiento y la construcción de la realidad en el humano no están al servicio del principio de la supervivencia. Diríamos que, antes bien, es al contrario, que la negación de lo real y su sustitución por una realidad fabulada le ofrece al individuo menos posibilidades de sobrevivir que un pensamiento (una realidad construida) más coincidente con lo real.

"Para nuestro cerebro es más importante contarnos una historia consistente que contarnos una historia verdadera. El mundo real es menos importante que el mundo que necesitamos" dice Punset a continuación del párrafo anterior en el libro ya citado. ¿Pero cómo, después de decir esto, puede haber sostenido unas líneas antes que el cerebro está al servicio de la supervivencia del individuo? Esto es inconsistente. ¿Por qué? Pues porque proporcionar una historia consistente antes que una historia verdadera, pone al individuo en una situación de desventaja con respecto al mundo, pensado en los términos de la selección natural y del evolucionismo.

Es cierto que el cerebro proporciona antes una historia consistente, aunque sea fabulada, que una historia verdadera. Podemos decir que el cerebro es un órgano estúpido, incapaz de distinguir por sí solo una realidad real (Wirklichkeit en alemán)  de una realidad imaginada (Realität en alemán, y utilizo los dos términos alemanes porque permiten distinguir muy bien dos clases de "realidad", para las que en español solo disponemos de una palabra, aunque podríamos tomar 'lo Real' para Wirklichkeit y 'realidad' para Realität)). El relato del delirio de mi paciente, que aportaré en otro capítulo de este hilo como ejemplo clínico, es una historia consistente, pero irreal, falsa, y, sin embargo, es una historia que se impone como la verdad, desfavoreciendo el éxito biológico (supervivencia y reproducción) de ella en tanto individuo. No podemos comprender el delirio en los términos que nos proporciona ni la biología evolutiva ni la psiquiatría ni la neurología, en tanto ciencias que tomarían su apoyo o fundamento en la noción genetista y evolutiva porque el delirio, el masoquismo, los sueños, en tanto genuinas formas de pensamiento, contradicen los fundamentos exclusivamente biologicistas y evolucionistas. Si queremos consistencia, y la queremos, hemos de suponer las cosas de un modo diferente.

Decía que el delirio contradice ese principio evolucionista o biológico que, según algunos, gobernaría y justificaría la actividad cerebral. Pero, entonces, ¿cómo comprender el funcionamiento cerebral a partir del delirio --que es el tema que trato hoy aquí-- si no responde al servicio ni de la supervivencia ni de la reproducción del individuo? Es también a partir de comprender mejor el funcionamiento del delirio y, por ello, del pensamiento, la razón por la que personalmente me inclino a sostener dos principios (dualismo) que no dejan de ser materiales, en contra de un único principio (monismo) sostenido por algunos neurocientíficos.

En los mensajes que seguirán expondré la solución a un delirio de una paciente psicótica, y espero que nos ayude a comprender mejor qué es el pensamiento y sobre qué bases asienta.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jan 29, 2012, 10:49:16 AM1/29/12
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Homo ex machina (3)
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La estructura de un delirio

Comprender los delirios probablemente nos enseñe a comprender cómo funciona la mente y dar un paso más en el sentido de saber qué es el pensamiento y cómo funciona y qué relación tiene con el cuerpo, para así comprender también qué es el fenómeno psicosomático.

¿Qué es un delirio? ¿Qué le ocurre a la mente de un delirante que no le ocurre a la mente de alguien que no delira? ¿Por qué decimos de algo que es un delirio, y no lo decimos, en cambio, de otros tipos de pensamiento? Y cuando decimos de algo que es un delirio ¿no estaremos imaginando en exceso sin saber realmente lo qué decimos? ¿Es cierto que el delirio existe como tal, en el sentido fuerte del término existir, o es un invento de los médicos para jorobarle la existencia a la gente, o es un dicho popular sin sentido?

Sospecho que si comprendemos el delirio, las afasias, los llamados "fenómenos elementales, y otras alteraciones de un pensamiento ordinario, que todavía no sabríamos cualificar sin equívoco, estaremos en condiciones óptimas para saber cómo funciona nuestra mente y, en consecuencia, cómo se relacionan la mente y el cuerpo, y qué es eso de lo psicosomático.

"No puedo ver las noticias de la televisión" me dice una joven. "Si dan la noticia de que han asesinado a una mujer, de inmediato me asalta el convencimiento de que he sido yo quien la ha matado. Tengo el convencimiento de que yo la he matado aunque lógicamente es imposible. Entonces necesito preguntárselo a alguien, a mi madre habitualmente, para que me confirme que, efectivamente, yo no he sido. Pero insisto una y otra vez, lo tengo que reafirmar continuamente, porque aunque me lo digan y yo lo entienda, la certeza, el pleno convencimiento, de que yo he sido la asesina es superior a cualquier razonamiento" Toda su actividad, redoblada de angustia, consiste a partir de entonces en saber exactamente cómo ha perpetrado el crimen. Y le da mil vueltas, urde mil planes, infinitas combinaciones, para comprender cómo ha logrado desplazarse, por ejemplo, mil kilómetros en un par de horas. Ella "sabe" que no ha matado a la víctima y, sin embargo, ese saber de pensamiento no logra anular la convicción de que ella ha matado a una mujer.

En el caso de mi paciente, el delirio no se desata de forma caprichosa, sino siempre que en los medios (TV, radio, prensa escrita) se da una noticia sobre el asesinato de una mujer en manos de un hombre y ella la ve, escucha o lee. Ese es el desencadenante. Podríamos decir que el desencadenante es "Una mujer es asesinada por un hombre".

No sabe por qué le ocurre eso, pero puede decir dos cosas: una, que no es suficiente con que le confirmen que ella no ha sido, porque tiene el convencimiento, la certeza, la vivencia de que la realidad es que ella es la asesina; la otra, que aunque ella pide confirmación de que eso es falso, esa confirmación repetida (y buscada) una y otra vez, aunque siente alivio cuando se lo repiten (alguien con autoridad, por lo común su madre), no le quiebra la certeza. Acaso, una tercera observación que se le puede hacer: es que si pide confirmación de la falsedad, es porque de alguna manera duda. "Dudo, si, racionalmente --me dice--, pero el convencimiento y la demostración racionales no son suficientes para eliminar el sentimiento de que yo la he matado y para apaciguar el miedo que tengo entonces a la policía y a ser descubierta. Siento una gran angustia y un tremendo sentimiento de culpa por el asesinato, aunque yo sepa, porque me lo repiten cientos de veces, que no he podido ser yo. Pero eso no basta, porque busco justificaciones, urdo planes, busco mil argumentos que hagan compatible mi creencia con la imposibilidad de que yo haya podido ser la asesina. Por ejemplo ¿y si cogí el tren y fui hasta allí, y entonces le clavé las puñaladas y regresé como si nada, y no me acuerdo porque lo he borrado? ¿Sabe? Porque cuando me dicen que no, sigo urdiendo la imposibilidad de que no haya sido yo. Es como si, por fuerza, yo sea el asesino de todas las mujeres asesinadas en España".

Punset parecería tener aquí algo de razón: el cerebro trata de hacer coherente y consistente la realidad. Pero, entonces, ¿de dónde proviene esta certeza --ya sabemos, proviene del propio funcionamiento del cerebro, diría un neurólogo-- de que ella es el asesino de las mujeres; qué realidad es esa a la que se podría estar refiriendo Punset al hablar de que el cerebro trata de hacer coherente y consistente la realidad, en el caso de esta joven? Y en este segundo aspecto (ser la asesina de las mujeres asesinadas), podemos decir que ya no es el funcionamiento biológico, como órgano, del cerebro lo que está actuando únicamente, porque en otro delirante la idea es otra, y otra en otro, y así distinta en cada uno; lo que reafirma la idea de que no solo se trata de un mecanismo biológico puro, sino que en la producción del delirio interviene de forma autónoma algo más que determina un contenido específico para cada individuo. Lo biológico aquí sería aquello por lo que el sujeto delira, pero no el contenido del delirio, que por fuerza hemos de admitir que pertenece a otro orden, el del pensamiento, que obedece a otras leyes y es autónomo con respecto al orden biológico.

Pero el examinar más de cerca ese extraño pensamiento nos hace ver más cosas. Cierto que ella se pone en el lugar del asesino, que siempre es un hombre, y que la víctima siempre es una mujer. El delirio no sobreviene cuando un hombre es asesinado por otro hombre o cuando un hombre es asesinado por una mujer. Esto lo afirma ella. Así que podemos decir que en el delirio, ella se identifica con un hombre que maltrata o mata a una mujer. Las ideas que le acuden en torno a esta conclusión es el odio que siente hacia la figura de su padre, su homosexualidad que se ha esforzado en negar y en reprimir, pero que cada vez se le hace más manifiesta y evidente a pesar de su resistencia a aceptarla.

Si lo que da aliento al delirio del asesinato es su homosexualidad, entonces el delirio tiene, como ya he dicho antes, la forma de un fantasma que puede formularse como "Yo soy un hombre que asesina a las mujeres".

La realidad, su realidad psíquica, entonces, no puede ser otra que ella es una mujer que ama a las mujeres, pero el delirio actúa como negación de su realidad psíquica y emocional, y por eso ella es alguien que mata a las mujeres. Las mata cuando niega que ella ama a las mujeres. La consecuencia de amar a las mujeres es que, entonces, ella no sería una mujer, sino un hombre; y no amaría a las mujeres, sino que las odiaría; tampoco las poseería, sino que no serían para nadie porque las mataría. El resultado de la operación de inversión del deseo es un fantasma de goce: ella sería un hombre que asesinaría a las mujeres, donde el amor y el placer que puede ir unido al amor, están reprimidos. De hecho, su vida era, hasta ese momento, una reclusión seguida de todos los impedimentos imaginables para acceder al amor de otra mujer y una angustia insuperable a no ser confundida con un hombre, reconociéndose a cada momento tics, posturas, pensamientos que ella considera masculinos. Esta angustia a verse transformada en un hombre la espera agazapada a cada paso: si ella desea a las mujeres, entonces es un hombre; pero ella es una mujer. No hay salida. No hay identidad que pueda obtener a través de su deseo sexual.

Hay tantos detalles a comentar, tantísimos matices que le añade, tantos momentos en los que detenerse y pensar añadiéndole riqueza y contenido a su pensamiento delirante, datos que aportan nuevas pistas para comprender más y mejor. En fin. Que si al delirante se lo atonta con drogas, uno se pierde el Universo entero y la posibilidad de comprenderlo. Que, sin embargo, si en vez de querer eliminarlo, uno indaga, pregunta, piensa, trata de comprender y de que la persona se posicione (no sé muy bien qué quiero decir con que "se posicione") ante su propio delirio, es posible que se logre entender algo, aunque al principio y durante mucho tiempo, uno no entienda absolutamente nada.

¿Por qué esa represión tan brutal? Porque se enfrenta a una presión social (familia --madre--, entorno social) y tiene miedo. Ante esta angustia que le supone saber de su homosexualidad, que decepcionaría a su madre, construye un mundo delirante y encuentra un goce en la tortura, en la reclusión y en el aislamiento. El afirmar su homosexualidad frente a la familia le cuesta lo imposible, pero empieza a hacerlo con éxito con una de sus hermanas. Esto le permite encontrar pareja. No acaban los problemas. No ha podido hablarlo con la madre porque ella rechaza cualquier insinuación, no la habla, la esquiva. Ella no se atreve a abordar la cuestión directamente con la madre, por percibir a las claras el rechazo de ésta. Eso la hace sufrir, pero no le hace reproches a la madre por rechazarla.

La certeza del delirio y su fortaleza, mantenida por encima de cualquier desmentido, proviene del deseo reprimido. Lo que resiste a cualquier intento de supresión es el deseo convertido en un fantasma delirante. [1]

Entonces, en esta paciente (en otros también, pero he elegido este delirio porque la paciente lo analizó con mucho pormenor que no traigo aquí) el deliro es un pensamiento que expresa un deseo reprimido, que puede formularse, también, en los términos de un pensamiento. El delirio es la escenificación de un deseo reprimido.

Ahora ella dice que el delirio no ha marchado. Sigue ocurriéndole lo mismo, pero no se angustia. Ya sabe que es un delirio y a qué responde.

Sigo en otro mensaje

JM Gasulla


[1] Va a ser necesario disponer de una teoría para comprender por qué se produce el delirio en vez de un pensamiento “normal” ¿Por qué el delirio, en vez de un pensamiento “normal”, que se acepta o se rechaza, introduciéndolo en un proceso lógico asociativo? El efecto de la represión es manifiesto, no obstante.

JM Gasulla

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Feb 1, 2012, 9:03:32 AM2/1/12
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Homo ex machina (4)
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¿Existe realmente un tipo de pensamiento que llamamos delirante?

Cuando en el mensaje (3) hablaba de la certeza delirante, me planteaba a continuación una serie de pensamientos y trataba de distinguirlos de lo que he llamado, por convención, un pensamiento delirante en el ejemplo clínico de la joven asesina de mujeres. Tomo algunos ejemplos:

1. Mujer de 48 años. Cuando tocaba el ratón del ordenador, notaba como me pasaba una corriente eléctrica y en la pantalla aparecían mensajes de extraterrestres... Finalmente me recluí en casa y me tuve que montar una especie de búnker de sillones y cojines, porque como además era verano y hacía calor, del aire acondicionado surgían rayos láser que me producían heridas en la piel.

2. Mujer de 59 años. Usted me ha dicho que tengo un cáncer de pulmón desde hace 30 años, y que yo se lo he pegado a mi hijo. ¿Por qué nunca antes nadie me ha dicho que tuviera ese cáncer, si me han hecho radiografías y me han mirado bien mirada? ¿Por qué los médicos no me dicen la verdad?

3. Hombre de 25 años. Me coge un dolor en el cuello así (señala una amplia región lateral derecha, y se la aprieta con una mano), no puedo hablar, no puedo hacer nada y me tengo que quedar en casa sentado en un sillón o durmiendo todo el día. Me tengo que ir a casa de mi abuelo y él me hace la comida.

4. Hombre de 46 años. La Tierra no es el centro del Universo y, junto a los demás planetas, gira alrededor del Sol. La Luna y las estrellas no son poros ni cristales engarzados en las esferas celestes que dejan pasar la luz de Dios, que estaría detrás y que de tan intensa nos volvería ciegos si la miráramos directamente, como ocurre con el Sol, que deja pasar una mayor cantidad de luz divina.

5. Hombre de 25 años. La obra de Dios muestra su perfección mediante la inscripción de poliedros perfectos entre las órbitas planetarias. Después, dice: La inscripción de cada órbita de cada planeta alrededor del Sol responde a una nota musical y el conjunto compone una sinfonía perfecta. Finalmente dirá: Los planetas no describen órbitas poliédricas ni musicales, sino elípticas.

6. Hombre de 30 años. La gravedad no existe, es una deformación del espacio producida por la masa. Más adelante: Hay una fórmula que relaciona la energía contenida en un cuerpo con su masa. La energía y la masa son lo mismo, pero se transforman la una en la otra, y esta transformación depende del cuadrado de la velocidad de la luz.

Estos seis pensamientos, más el de la joven asesina de mujeres, parecen tener como elemento que los relaciona, además de ser pensamientos surgidos en la mente de ciertas personas, la distinción de romper con el "sentido común" y la experiencia sensible, también común.

Más aún, pues cuando regreso al pensamiento de la joven asesina de mujeres yo puedo reconocer en mí mismo un pensamiento similar si, por ejemplo, una persona dice, mirando a los demás, que alguien le ha robado algo en un descuido. Yo me siento culpable sin saber por qué y me cuido de hacer evidente mi inocencia. ¿Por qué decir que lo de la joven es un delirio y la vivencia de ser acusado y de dejar clara mi inocencia, no es delirante? Parecería clara la diferencia: mientras que la joven no puede vencer la certeza de ser una asesina, y es falso, yo tengo la certeza de mi inocencia, y es verdadero. La comprobación empírica de la verdad sería aquí entonces lo que se aduciría para marcar la diferencia: lo de la joven no es verdad, porque no es culpable, y eso convertiría en delirante su pensamiento, mientras que lo mío sería verdadero y no delirante porque podría demostrarse la verdad objetiva de mi inocencia. Ella nunca podrá demostrar que es culpable, mientras que yo podré demostrar que soy inocente. La verdad como demostración empírica haría aquí la diferencia entre un pensamiento delirante y otro que no lo es. Pero eso nos llenaría de dudas si lo aceptáramos. ¿Todos los pensamientos cuya verdad sea indemostrable, son delirantes? Por supuesto que no. El argumento de la verdad empírica o lógicamente deducible no hace la diferencia entre un pensamiento delirante y otro que no lo es.

Pero si digo tener la certeza de mi inocencia ¿de dónde sale el sentimiento de culpabilidad que me invade? Si soy inocente ¿por qué me angustio? Podrían acusarme en falso, pienso. Pero eso es racionalizar en un segundo tiempo lo que es primero, que es el sentimiento de culpabilidad. A pesar de la similitud de los dos pensamientos, en el caso de la joven lo que predomina es la certeza y, después, la necesidad de probar cómo ha logrado perpetrar los crímenes. En el caso de la sospecha de robo, la certeza es de inocencia y a lo sumo, habría que probar que no robé. Pero, entonces ¿por qué la duda y la inquietud, si soy inocente; por qué me veo como culpable a través de la sospecha de otro (Igual piensa que he sido yo, me digo)? ¿Cuál es la diferencia intrínseca, si es que la hay, entre ambos pensamientos?

La joven de la que hablo tiene la certeza de su culpabilidad, y toda su preocupación es averiguar cómo lo ha hecho. Yo puedo decir tener la certeza de mi inocencia, pero entonces no entiendo por qué la sospecha de otro me hace sentir culpable. Ya he explicado en el mensaje (3) algunos pormenores que explican esa certeza. En el caso del hipotético robo, puede ocurrir también como cuando uno se encuentra ante un médico, psicólogo o psiquiatra: siente, sin saber por qué, el sentimiento de que el otro averiguará de uno, cosas que uno mismo ignora, pero que en cualquier caso desdibujarían el ideal que uno se ha construido de sí mismo. El psiquiatra o el psicólogo podrían decirte que tienes algún trastorno mental o el médico podría decirte que padeces alguna enfermedad grave, sin tú haberte dado cuenta, a partir de dignos que ignoras de ti mismo, pero que el otro descubriría. En cualquier caso, uno tiene sobre si la percepción cierta de que hay muchas cosas sobre sí mismo, incluidos pensamientos, que uno ignora, pero que otro descubriría o sabría.

Entonces ¿por qué decimos que los pensamientos 1, 2 y 3 son delirios, mientras que los pensamientos 4 (de Galileo Galilei), 5 (de Johanes Kepler) y 6 (de Albert Einstein) no lo son? ¿En qué se diferencian, si es que existe alguna diferencia entre ellos? En ambos grupos de pensamiento, lo que llamaríamos la "forma delirante" inicial está presente. Galileo creía, contra toda evidencia, que los cuerpos pesados y las plumas caían a la misma velocidad. Kepler pensaba que él podría descubrir el lenguaje de Dios, que en un principio era geométrico y después musical. Einstein pensaba que alguien que cayera desde una altura, mientras estuviera cayendo no estaría sometido a la acción de la gravedad. Podría aportar todavía la experiencia de Poincaré y el relato de cómo descubrió la funciones matemáticas llamadas fucsianas: las soluciones o los pensamientos más determinantes le vinieron hechos y le asaltaron en momentos altamente insospechados.

No es la forma del pensamiento lo que lo convierte en delirante. Al parecer, si uno examina atentamente, la totalidad de pensamientos nos vienen dados, formados; no somos nosotros quienes pensamos esas cosas disparatadas, o no, sino que esas cosas disparatadas nos vienen dadas: pensamos nuestros pensamientos, los percibimos como si los hubiéramos formado nosotros voluntariamente en nuestra consciencia, pero no somos sus autores. No somos nosotros, nuestro ego o nuestra conciencia, quienes pensamos. Esta idea la había expuesto en el hilo "El "Yo" en nuestra teoría". Algo piensa en nosotros antes de alcanzar la conciencia en forma de pensamiento acabado. Nuestros pensamientos, como los sueños, nos vienen hechos y nos posicionamos mientras soñamos como quienes padecemos esos pensamientos, pero en ningún caso somos sus autores, sino quienes los padecen; nosotros no somos más que los receptores últimos de algo ya construido y acabado en otro sitio y acaso nos queda cierta potestad, no siempre consciente, de rechazar algunos pensamientos antes de alcanzar la consciencia.

Acaso sería ocioso recordar aquí el trabajo publicado por Benjamin Libet (Libet, B.; Gleason, C.A.; Wright E.W. Pearl D.K.: Time of conscious intention to act in relation to onset of cerebral activity (Readiness-potential)  The unconscious initiation of a freely voluntary act. Brain. 1983. 106; 623-642) quien comprobó un retardo entre la actividad cortical y la aparición en la consciencia del pensamiento, de aproximadamente 350 milisegundos, lo que indicaba que el pensamiento era "pensado" y resuelto antes de su percepción consciente. La consciencia es, entonces, posterior a la formación del pensamiento y no es su autora, sino que el autor del pensamiento es anterior al acto consciente de su percepción.

JM Gasulla

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Feb 2, 2012, 4:20:32 PM2/2/12
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Homo ex machina (5)
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El pensamiento y el Yo, son un emergente

Los siete ejemplos que he expuesto hasta ahora son ejemplos, o testigos, de que el pensamiento se hace en otra parte que no es la consciencia ni la voluntad. No nos sorprende, pues, que alguien sea capaz de demostrarlo mediante métodos de investigación neurofisiológica. El pensamiento se origina en otro lugar que no es la consciencia. Causa sorpresa cuando se detecta su autonomía en relación al yo, a la consciencia y a la voluntad, por ejemplo cuando se sueña. Algunas personas padecen esa autonomía del pensamiento generado en otros lugares del cerebro y que no coinciden con la función que llamamos el yo. Se sorprende en el caso de esos extraños pensamientos que llamamos delirios, o en lo que llamamos "fenómenos elementales"  en la psicosis, como oír voces, percepciones cenestésicas extrañas, ver cosas extrañas, que no son tan exclusivos de la psicosis porque ocurren entre un 9 y un 40% de la población que no presentan una estructura del pensamiento psicótica (J. Sanjuan. Etiopatogenia de las alucinaciones auditivas en las psicosis. Rev. Neurol 2006: 43 (5); 280-286)

Pero en las psicosis, esquizofrenia y otros llamados trastornos psíquicos delirantes, lo llamativo es la imposibilidad de reconocer esas percepciones y pensamientos como anómalos, tal como podemos reconocer como extraño y sin sentido un sueño que nos ha despertado angustiados. Se podría decir que algunas personas carecen de una propiedad del pensamiento consciente que permite distinguir el origen externo o interno de algunas percepciones y de la irrealidad (vamos a llamarla así) de los pensamientos que nos invaden. ¿Por qué decir que la relación que existe entre la materia y la energía es el cuadrado de la velocidad de la luz no es un delirio, si posee las mismas características de intuición y percepción interna de un pensamiento contradictorio con la realidad, como ser la asesina de cuantas mujeres han sido asesinadas en el territorio nacional? El origen de ambos pensamientos es idéntico, su reconocimiento en la consciencia es también idéntico. ¿En qué difieren? No hay más rasgo distintivo que en unos cabe la duda y pueden disolverse mediante la razón, y los otros resisten al pensamiento lógico. Quizás sea ese el rasgo clínico distintivo. Esa persona del ejemplo 2 del mensaje (4) que me dice convencida que yo le he dicho que tiene un cáncer de pulmón y que se lo ha contagiado a su hijo, cuando es rigurosamente falso, no se convence cuando le digo que eso no es verdad. La razón o las evidencias no sirven para hacer temblar la certeza de esos pensamientos, tal como le ocurría a la joven asesina de mujeres. ¿Por qué?

Esa pregunta en torno a la razón o explicación sobre a la indestructibilidad del pensamiento psicótico plantea un interés clínico evidente. ¿Quién controla el lenguaje? se pregunta Angela D. Friederici  (What's in control of language?. Nature neuroscience. 2006; Vol. 9, N. 8: 991-992), de quien obtenemos este esclarecedor esquema y cuyo artículo adjunto como archivo adjunto:

Estas áreas y sus conexiones están relacionadas, como un destino final, con el área prefrontal del córtex. Los hallazgos de los estudios con neuroimagen confirman la dinámica de este esquema y ponen de relieve el adelgazamiento de la sustancia gris en el área prefrontal de los esquizofrénicos, y los retardos, adelgazamientos y enlentecimientos de los núcleos aludidos en el esquema de Friederici, según un excelente artículo de revisión  que incluyo en este mensaje como archivo adjunto y una de cuyas imágenes reproduzco aquí

Figura 1. Regiones de cambio de la sustancia gris en individuos con trastorno bipolar y esquizofrenia. Regiones de disminución de la sustancia gris en individuos con trastorno bipolar comparado con los de control (color amarillo), regiones de disminución de la sustancia gris en individuos con esquizofrenia comparado con los de control (rojo), y regiones de aumento de la sustancia gris en individuos esquizofrénicos comparado con los de control (morado), mostradas en una plantilla cerebral. el lado izquierdo de la imagen representa el lado izquierdo del cerebro. Por encima de cada corte horizontal, se proporciona el nivel de Talairach (coordenada z).

El artículo original se publicó en la revista Schizophrenia Research (I. Ellison-Wright, E. Bullmore. Anatomy of bipolar disorder and schizofrenia: A meta-analysis. Schizophrenia Research 117 (2010) 1-12), pero y he adjuntado este artículo traducido y publicado en Psiquiatría Biológica (I. Ellison-Wright, E. Bullmore. Anatomía del trastorno bipolar y la esquizofrenia: metaanálisis. Psiq Biol 2011; 18(1): 6-17)

Todos estos datos nos ponen sobre la pista: el pensamiento se construye de modo independiente de la consciencia que es el destino final de esa composición. Si eso es así ¿quién construye ese pensamiento haciendo carreras y conexiones entre los circuitos cerebrales? ¿Es acaso el alma, o el homúnculo dentro del hombre?

El pensamiento es un emergente.

Seguiremos en otro mensaje.

JM Gasulla
Anatom�a del trastorno bipolar y de la esquizofrenia Un meta an�lisis ESPA�OL.pdf
Qui�n est� controlando el lenguaje.pdf

JM Gasulla

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Feb 3, 2012, 7:43:34 AM2/3/12
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Homo ex machina (6)
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El pensamiento es un emergente

En el año 2005 abordé, en un foro, la cuestión de cómo se construye la realidad y el concepto de emergencia. Sobre el constructivismo hay alguna buena bibliografía. Yo lo aprendí en un libro de Paul Watzlawick, La realidad inventada: ¿cómo sabemos lo que creemos saber? Gedisa. 2000. De ese libro obtuve la idea de un pensamiento diferente al jerárquico o fálico, a un sistema de visión del mundo desde la base, y no desde las alturas celestiales, como en la Edad Media, donde habita la Máxima Potestad, que es la divina.

A continuación del constructivismo, abordé el emergentismo, que son unas propiedades nuevas que se originan cuando se unen los seres vivos, las ideas, los esfuerzos, o lo que sea, para colaborar, o por azar. El libro que me abrió los ojos en este sentido fue Steven Johnson (conocido por ser el fundador de Apple) Sistemas emergentes, o qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software. Turner. Fondo de Cultura Económica. 2003. "Emergencia -dice el autor- es lo que ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples se organizan espontáneamente y sin leyes explícitas hasta dar lugar a un comportamiento inteligente" 

En una discusión que he leído no hace mucho, en este mismo año de 2012, alguien decía en un foro, como ejemplo de emergencia, el olor característico del amoniaco como un emergente de una particular unión de las moléculas de nitrógeno e hidrógeno. Alguien replicó que eso no es un emergente, porque el olor es una propiedad de quien huele, no del amoniaco, y no le falta razón. Pero eso no le quita su carácter emergentista al amoniaco. Si hay problemas con el amoniaco, puede utilizarse el agua, cuyas propiedades son emergentes y resultantes de la unión de dos gases que hacen que se encuentre en tres estados distintos en un rango de temperatura muy estrecho, diferente a cada uno de los gases que la componen y esas propiedades no dependen del olfato o de la percepción de un observador.

De la asociación de elementos simples surgen unas propiedades nuevas. ¿Quién manda en un hormiguero, o en una colmena? No manda nadie. El hormiguero o la colmena son emergentes que resultan de la interacción de elementos inferiores pero sometidos a unas leyes de relación cuyo resultado es el hormiguero o la colmena ¿Por qué ciertas propiedades del cerebro se alojan en determinada región cerebral y conectadas con otras, generan un emergente como la consciencia y el pensamiento? Estas son  las propiedades de la materia que deben estudiarse: cómo surge la consciencia de la materia o, más bien, de qué modo la consciencia interacciona con la materia sin necesidad de invocar ningún principio espiritual.

Tenemos diversas clases de pistas que nos orientan bien hacia el emergentismo en materia de pensamiento. En primer lugar, las evidencias clínicas que podemos obtener de los denominados trastornos psíquicos. Los delirios, los fenómenos elementales y los automatismos mentales son lo que podríamos llamar nuestros referentes mayores.

Con respecto a los automatismos mentales, le debemos a Gaëtan Gatian de Clérambault (L'automatisme mental. Edité par les Laboratoires Delagrange. 1992) (se puede acceder a un resumen en torno a la personalidad y obra de Clérambault haciendo clic aquí) su descripción precisa. Para Clérambault, el deliro es ya una organización secundaria a partir de la conjugación de elementos anteriores más simples, dispersos y reiterativos. Estos elementos primitivos y constituyentes sobre los que se construirá el delirio, consisten básicamente en voces, percepciones de la cenestesia y alucinaciones. Posteriormente, sobre esos elementos que escinden el yo, se construye un pensamiento delirante que los integra o es más bien un intento "racional" de integrar esos fenómenos vivos, indiscutibles, cuyo origen es desconocido. Finalmente, esos fenómenos quedarán integrados racionalmente mediante una explicación coherente con el discurso interno, que es lo que llamamos un delirio, y que da cuenta exacta del pensamiento inconsciente, uno de cuyos mejores ejemplos es lo que le sucedía a mi joven paciente asesina de mujeres. 

Pero es que, a mi juicio, las personas que deliran son testigos de lo que ocurre con nuestro pensamiento, y dan fe exacta de su formación. Todavía no comprendemos la intimidad y la plena complejidad al detalle de la formación del pensamiento. Nos quedan dudas de esa multitud de fenómenos que podemos percibir, captar o recibir de otros como narraciones, cuya naturaleza se nos escapa por completo. 

El método científico y la ciencia son muy limitados para poder dar explicaciones sobre la totalidad y complejidad del mundo que nos rodea. Hay infinidad de fenómenos que no podemos explicar, infinidad de efectos que obedecen a causas de las que no podemos decir nada a partir de las limitaciones que impone el método del conocimiento científico. Un Universo por explicar y comprender. Pero la exigencia que le imponemos a nuestro pensamiento para no engañarse demasiado con las producciones espontáneas y fantásticas de nuestros cerebros, cuya tendencia es a tomar por reales cualquier representación y pensamiento que alcance la consciencia, limita, a la vez que afianza, nuestro campo de conocimiento.

¿Y de dónde sale ese pensamiento racional? Tengo para mí que, acaso como resultado del proceso de la evolución y el desarrollo del lenguaje como empuje principal, el sentido común, la racionalidad y la lógica, nacen como un mecanismo emergente mediador entre la producción automática del pensamiento formado por los impulsos (pulsiones), deseos, recuerdos, narcisismo, instinto de supervivencia, y un montón de cosas más, y la realidad del mundo. Al principio de este hilo hablaba de Eduard Punset y de su instinto de supervivencia como explicación al fenómeno del pensamiento. Yo decía que eso era posible, aunque no era  la única explicación, porque teníamos que comprender mejor los fenómenos psíquicos ya que se nos representaban como una complejidad mayor, como un emergente, que escapaban a las leyes de la evolución (como especie, nuestro emergente no va a favor de la vida, sino todo lo contrario: provoca la destrucción de un planeta y de cuanto nos rodea)

La lógica, el pensamiento lógico o racional, nace de la relación entre los impulsos y la percepción con lo Real, engendrando la realidad, que es una mezcla de pensamiento automático, lenguaje, impulsos e instintos y experiencia con el mundo exterior. Entonces, la lógica es lo que se repite, lo que se corrobora de la experiencia como repetitivo. Después, es un cálculo. Es necesario dar un repaso a la historia de la lógica (excelente obra de Julián Velarde Lombraña. Historia de la lógica. Universidad de Oviedo. Servicio de publicaciones. 1989; W.V. Quine. Filosofía de la lógica. Alianza Editorial. 1973; Rudolf Carnap. La construcción lógica del mundo. Universidad Nacional Autónoma de México. 1988 por citar algunos) para comprender cómo va surgiendo ese pensamiento racional en contacto con el mundo. Algo parecido a lo que nos enseña Michel Serres. Les origines de la géométrie. Flammarion. 1993, o Albert Lautman. Les mathématiques, les idées et le réel physique. Librairie Philosophique J. Vrin. 2006. Finalmente, la obra más acabada (en el sentido matemático del término "achévement": acabamiento) Georges Boole. An investigation of the Laws of Thought. On which are founded the mathematical theories of logic and probalities. Dover Publications. 1854

La producción del pensamiento no responde únicamente a las leyes biológicas que lo favorecen. El pensamiento es un emergente, y el primero en verlo así y en estudiarlo en detalle fue Freud aunque no lo tratara como tal porque el concepto de emergencia es muy nuevo.

Así que mi idea sobre el pensamiento es el hombre que sale de la máquina cerebral, es la resultante de una serie de procesos interconectados. Por otra parte, de lo que tratamos en este foro es sobre el homo ex infirmitas, esto es, el hombre que sale de la enfermedad, y este hombre es un emergente biopsicosocial que resumimos en un sujeto.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 9, 2012, 6:48:50 AM2/9/12
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Homo ex machina (7)
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¿Es esto un resumen de lo expuesto?

Ya se sabe que cuando intento resumir, lo amplío más. 

Supongo que habrá quedado más o menos expuesta la idea que sostengo sobre que el pensamiento, el yo, son fenómenos emergentes. El pensamiento se origina en la estructura en forma del red del cerebro y se fusiona, se entrelaza en forma de urdimbre, con el pensamiento racional y con las emociones. Todo eso interactua y da como resultado lo que conocemos como pensamiento y como Yo, que desde Descartes es un yo racional. Lo que conocemos del pensamiento, que es lo que nos llega a la consciencia, es una resultante, un resultado final del funcionamiento de una red cerebral, sometida a la acción de una diversidad de leyes, que sólo podemos estudiar mediante métodos y técnicas bioquímicas, unas, y otras mediante las leyes autónomas del lenguaje. Conocer esas leyes nos permite conocer mejor la estructura interna de nuestros pensamientos (Ver en este artículo (hacer clic en el título para acceder) "Reconstrucción de las palabras en la corteza auditiva" cómo es posible "leer " el pensamiento a partir de la forma de onda específica para sílabas en el cerebro)

En este momento se comenta en algunos foros este artículo de Marino Pérez-Álvarez, de la Universidad de Oviedo, titulado "Esquizofrenia y cultura moderna: razones de la locura" No solo resulta interesante para comprender ese complejísimo fenómeno que llamamos "esquizofrenia" y, en consecuencia,  la estructura interna del pensamiento humano, sino porque, además, solo se puede entender lo que dice bajo una perspectiva de modelo biopsicosocial de enfermedad. De este artículo tomo una anécdota que ilustra mi idea sobre qué es el pensamiento. La copio literalmente:

"[En los delirios de la esquizofrenia] No se trata de meros errores de juicio o, como se dice, de procesamiento de la información. Se trata de una alteración del modo de ser y estar en el mundo. Cuando a John Forbes Nash, paciente de esquizofrenia, matemático y Premio Nobel de Economía, objeto de la película Una mente maravillosa (de 2001), le preguntaron ¿cómo es posible que usted, un matemático, un hombre consagrado a la razón y a la demostración lógica... cómo es posible que haya creído que los extraterrestres le estaban enviando mensajes? ¿Cómo puede haber creído que los alienígenas lo habían reclutado para salvar el mundo? Porque las ideas que concebí --responde el propio nash-- sobre seres sobrenaturales acudieron a mí del mismo modo en que lo hicieron mis ideas matemáticas, y por esa razón las tomé en serio"

El pensamiento nos viene hecho e impuesto como la realidad misma. De eso dan cuenta tanto el análisis de los procesos delirantes, como de las más preclaras invenciones de la mente consciente. Se diría que en la esquizofrenia lo único que falla sea la razón crítica. Jacques Lacan dijo que fallaba una operación "mayor", que llamó la "metáfora del nombre del Padre". Desde entonces, muchas mentes brillantes se han puesto manos a la obra para intentar comprender el significado y el "mecanismo" por el que opera esa metáfora fundacional que permita discriminar una creencia en el lugar de una verdad de hecho. ¿Por qué mecanismo íntimo y sutil, el pensamiento racional de Nash, capaz de elaboraciones matemáticas de ese nivel, no es capaz de distinguir la realidad de los extraterrestres que lo asedian? ¿Es que el pensamiento matemático, racional, es tan loco como los rayos (es una constante en algunos delirios esquizofrénicos la alusión a rayos que proceden de un dios (conocidísimo caso Schreber analizado por Freud, entre otros), de extraterrestres, de las pantallas del ordenador, de los aparatos de aire acondicionado, etc. Los rayos no son infrecuentes en la imaginería delirante)? ¿Cuál es el origen del pensamiento matemático, tal como lo explicó Henri Poincaré en este capítulo que traduje de uno de sus más famosos libros "La invención matemática"? ¿Por qué, qué hace que Nash creyera que los extraterrestres que lo invadían eran tan reales como su vida cotidiana? Yo no lo he comprendido plenamente ni con la neurobiología, ni con el psicoanálisis ni con la metáfora del nombre del Padre. Yo no entiendo por qué esa falta de discriminación y la certeza tan absoluta. Tengo esbozos, pero ninguno satisfactorio.

Así que, pienso yo, abordar la esquizofrenia por el sesgo de la patología mental es un callejón sin salida. Pero si se aborda desde el conocimiento de la estructura del pensamiento y de la organización de la personalidad que resulta de la urdimbre entre los distintos elementos que forman la red cerebral de la personalidad y del pensamiento (conocimiento biopsicosocial) las cosas parecen entenderse mucho mejor. No quiero decir que la estructura de la esquizofrenia y del pensamiento esté resuelta. Queda un buen número de preguntas por responder y muchos agujeros teóricos todavía por rellenar. 

Y con esto creo que doy por acabado lo que tenía que decir sobre qué es el pensamiento. Me he dejado en el tintero mucha bibliografía importante que me hizo ver más claro, como los inestimables trabajos de los lógicos. No he mencionado apenas a ninguno de ellos, pero son quienes descubren las leyes del pensamiento racional y, por ello, dando pie a pensar que el pensamiento racional es un tipo de pensamiento, pero que las leyes del pensamiento las descubrió Freud, y no son demasiado diferentes de las leyes de la retórica. 

Pero podría parecer que aquí solo he abordado un tipo de pensamiento, el que se ordena en un lenguaje, sea hecho de imágenes o de palabras. El reproche podría ser que está el lenguaje de la música y el pensamiento musical. Y es cierto. No lo he abordado. Pero sobre el pensamiento musical y puesto que no lo he estudiado en profundidad apenas podré decir nada, traigo aquí la anécdota del compositor y violinista Giuseppe Tartini (1692-1770), quien soñó que vendía su alma al diablo, tras lo cual éste tomaba un violín y ejecutaba una sonata de exquisita belleza con una destreza consumada. Al despertar, el compositor escribió de inmediato lo que podía recordar della, y el resultado fue su famoso "Trillo del diablo" <-- Hacer clic en el hiperenlace para escuchar la famosa sonata. ¿Quién compuso esa pieza? Tartini, pero él diría que no es su autor.

Sobre el diablo, traigo un análisis del sueño de una joven, que publiqué en una revista "He soñado con el demonio". Se puede acceder haciendo clic sobre el título. En este ejemplo de un sueño puede captarse muy bien cómo está estructurado y cuál es la dinámica del pensamiento humano. El sueño del ejemplo es breve y creo que es muy comprensible y significativo de la construcción del pensamiento. También la autora de este sueño puede decir que ella no es su autora y, en embargo, nadie ma´s que ella ha sido la autora del sueño. A su través se comprende que el pensamiento viene dado, viene hecho, y calcula de modo inconsciente, de un modo asombroso.

JM Gasulla

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Feb 9, 2012, 7:07:58 AM2/9/12
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Homo ex machina (8)
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Este nuevo mensaje no es más que para pedir disculpas por haber enviado en mensaje (7) de este hilo sin corregir. Le he dado al "Enviar" precipitadamente y al leer lo que ha salido publicado, me he dado cuenta de que no había corregido el estilo, y ha quedado un poco churro. Mis disculpas. Espero, no obstante, que eso no merme su comprensión.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 9, 2012, 2:15:39 PM2/9/12
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Homo ex machina (9)
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ANEXO 1
Lenguaje y pensamiento

Mediante la incorporación de un par de anexos al texto, espero que la visión de conjunto sobre el tema quede más completa.

El primer anexo hace referencia a la relación que hay entre el lenguaje y el pensamiento. Hace referencia a un capítulo del libro de Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general. 2ª edición. Publicado por Charles Bally y Albert Sechehaye, traducido al castellano por Mauro Armiño., editado por Akal Editor. 1981. Se han hecho diversas ediciones por diversas editoriales, en diversas fechas.

Transcribo una parte del CAPÍTULO IV titulado EL VALOR LINGÚÍSTICO, de la SEGUNDA PARTE, titulada LINGÜÍSTICA SINCRÓNICA. Más concretamente transcribo las páginas 159, 160 y 161, en la que se encuentra la nota añadida por el editor, y que figura en los apuntes y manuscritos de Saussure. Esta nota no corresponde, como es así en gran parte del texto, a los apuntes de clase de sus alumnos.

EL VALOR LINGÜÍSTICO
# 1. LA LENGUA COMO PENSAMIENTO ORGANIZADO EN LA MATERIA FÓNICA.

"Para darse cuenta de que la lengua no puede ser más que un sistema de valores puros, basta considerar los dos elementos que entran en juego en su funcionamiento: las ideas y los sonidos.

"Psicológicamente, y haciendo abstracción de su expresión por las palabras, nuestro pensamiento no es más que una mezcla amorfa e indistinta. Filósofos y lingüistas han coincidido siempre en reconocer que sin la ayuda de los signos [lingüísticos] seríamos incapaces de distinguir dos ideas de una forma clara y constante. Considerado en sí mismo, el pensamiento es como una nebulosa donde nada está delimitado necesariamente. No hay ideas preestablecidas, y nada es distinto antes de la aparición de la lengua.

"Frente a este reino flotante, ¿ofrecerían por sí mismos los sonidos entidades circunscritas de antemano? Tampoco. La substancia fónica ya no es fija ni rígida; no es un molde a cuyas formas el pensamiento deba adaptarse necesariamente, sino una materia plástica que se divide a su vez en partes distintas para suministrar los significantes que el pensamiento necesita. Podemos, pues, representar el hecho lingüístico en su conjunto, es decir, la lengua, como una serie de subdivisiones contiguas proyectadas a un tiempo en el plano indefinido de las ideas confusas (A) y en el no menos indeterminado de los sonidos (B); esto es lo que podríamos representar de modo aproximado en este esquema:

"El papel característico de la lengua respecto al pensamiento no es crear un medio fónico material para la expresión de las ideas, sino servir de intermediario entre el pensamiento y el sonido, en condiciones tales que su unión conduzca necesariamente a delimitaciones recíprocas de unidades. El pensamiento, caótico por naturaleza, es forzado a precisarse al descomponerse. No hay, por tanto, ni materialización de los pensamientos, ni espiritualización de los sonidos, sino que se trata del siguiente hecho, en cierto modo misterioso: que el <pensamiento-sonido> implica divisiones y que la lengua elabora sus unidades constituyéndose entre dos masas amorfas. Imaginemos el aire en contacto con una capa de agua: si la presión atmosférica cambia, la superficie del agua se descompone en una serie de divisiones, es decir, de olas; son esas ondulaciones las que darán una idea de la unión y, por así decir, del acoplamiento del pensamiento con la materia fónica.

"Podría llamarse a la lengua el dominio de las articulaciones, tomando esta palabra en el sentido: cada término lingüístico es un pequeño miembro, un articulus en el que una idea se fija en un sonido y en el que un sonido se vuelve el signo de una idea.

"La lengua es comparable todavía a una hoja de papel: el pensamiento es el recto y el sonido el verso; no se puede cortar el recto sin cortar al mismo tiempo el verso; asimismo, en la lengua no se podría aislar ni el sonido de un pensamiento , ni el pensamiento del sonido; sólo se conseguiría por una abstracción cuyo resultado sería hacer psicología pura o fonología pura. [Dicho sea de paso, es eso, fonología pura, lo que hacen quienes investigan la formación de palabras en el cerebro ..>  "Reconstrucción de las palabras en la corteza auditiva" ]

"La lingüística trabaja, por tanto, sobre el terreno limítrofe en que los elementos de los dos órdenes se combinan: esta combinación produce una forma, no una sustancia [63]

"Estos puntos de vista hacen comprender mejor lo que dijimos páginas atrás sobre lo arbitrario del signo. Los dos dominios unidos por el hecho lingüístico no sólo son confusos y amorfos, sino que la elección que exige tal trozo acústico para tal idea es perfectamente arbitraria. si no fuera este el caso, la noción de valor perdería algo de su carácter, porque contendría un elemento impuesto desde fuera. Pero, de hecho, los valores siguen siendo enteramente relativos, y esa es la causa de que el vínculo entre la idea y el sonido sea radicalmente arbitrario"

Añado ahora el contenido de la nota [63]

[63] Saurces manuscrites: "Lo que es notable es que el sonido-pensamiento (o el pensamiento-sonido)  implica divisiones que son unidades finales de la lingüística. Sonido y pensamiento no pueden combinarse sino por estas unidades: las comparaciones con dos masas amorfas, el aire y el agua. Si la presión atmosférica cambia, la superficie del agua se descompone en una sucesión de unidades: la ola (= cadena intermedia que no forma sustancia) Esta ondulación representa la unión y por así decir, el acoplamiento del pensamiento con esta cadena fónica, que es amorfa en sí misma. Su combinación produce una forma. El terreno de la lingüística es el terreno que podría denominarse, en un sentido muy amplio, el sentido común, de las articulaciones, es decir, los articuli de los pequeños miembros en los que el pensamiento toma conciencia (valor) por un sonido. Al margen de estas articulaciones, de estas unidades, o bien se hace psicoanálisis puro (pensamiento), o bien fonología (sonido)

Tras la lectura de este interesantísimo fragmento de las lecciones de Saussure, uno reconoce en sí, por ejemplo, que existe un algo que pugna por salir, para expresarse, y que ese algo busca las palabras adecuadas para decir ese pensamiento. Lo notamos ocasionalmente, quedando en evidencia esta cuestión El pensamiento es, sin el lenguaje, un algo amorfo, pero determinado: quiero decir algo [eso es lo determinado: el algo que quiero decir, que sé vagamente lo que es, pero que no lo sabré hasta que logre ponerlo en palabras], pero no me salen las palabras, no lo se decir bien. Yo me pregunto, y me imagino que no soy en absoluto el único, de dónde sale, qué es eso que quiero decir para lo que a veces no encuentro las palabras adecuadas. E, incluso, que al final encuentro esas palabras que no tengo cuando las dice otro, y entonces, incluso me puedo convertir en su seguidor, por lo bien que habla, es decir, ese sí que encuentra las palabras adecuadas para MI pensamiento. O sea, que pone en su boca mis pensamientos amorfos, que no logran encontrar su forma. Esa es, creo yo, la cuestión que planteó Saussure en esta clase.

Pero, entonces, ¿de dónde salen, quién forma, el pensamiento mío que a veces encuentra forma expresiva, y a veces no, aunque lo reconozca en otro (el arte, la pintura, la música, el discurso, la palabra adecuada, el discurso adecuado)? Por ahí algunos cuelan el alma y otros la neurobiología, como explicación holística, pero hemos de ser muy cautos y no precipitarnos tan rápido en los brazos del primero que dice algo que parece resolver algunas de nuestras dudas e inquietudes. Antes de quedarnos en el alma o en la neurobiología, hay un enorme cerebro funcionando, una psicología complejísima, un cuerpo funcionante, y todo un mundo autónomo de lo simbólico que considerar y que están dando forma a esa masa amorfa del pensamiento antes de ser conformado con el lenguaje, como la presión del aire forma las olas del agua. El lenguaje es un emergente complejo, lo que no quita que, pese a su complejidad, no se pueda conocer y analizar muy pormenorizada y adecuadamente.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 11, 2012, 10:28:08 AM2/11/12
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Homo ex machina (10)
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ANEXO 2 (a)
El significante Nombre del Padre como pieza fundamental para la construcción de la realidad operativa

Nota preliminar: Este anexo es extenso, pero al ser un anexo, creo que nos lo podemos permitir. Es un referente útil.

En el mensaje 7 de este hilo, más concretamente en el cuarto párrafo del mensaje, yo hacía referencia a la operación "metáfora del Nombre del Padre", por medio de la cual Jacques Lacan daría cuenta de la razón por la que el delirio cobra autonomía como pensamiento, y produce ese efecto de convicción, de certeza indestructible, de la que vengo hablando como característica de los fenómenos delirantes, y que a su vez, ese "fallo" permitirá ver mejor cuál es la estructura del pensamiento.

En el ANEXO 1 de esta serie, adquiríamos la idea, siguiendo a Saussure, de que el pensamiento es la suma de una idea nebulosa más el lenguaje. Saussure. Tras la unión entre pensamiento amorfo y materia fónica (significantes), descomponía el lenguaje en unidades a las que llamaba signos (palabras), y estas unidades lingüísticas encadenadas en un discurso daban forma finalmente al pensamiento. Pero de esta manera no podemos explicar el delirio. No basta con encontrar las palabras adecuadas para que el pensamiento, a pesar de haber dejado de ser amorfo, sea efectivo para relacionarse de un modo útil con el mundo y con los demás. Es todavía necesario que este pensamiento, que ha encontrado en el lenguaje el medio y los elemento, entre otros, para expresarse, permita distinguir lo que parecía reclamar Eduard Punset para su imaginario evolucionista del pensamiento: del hecho de que la materia del pensamiento deba unirse con la materia fónica para formar un pensamiento, no se deduce que sea útil para relacionarse con el mundo y con los demás, porque ahí solo se ha construido el significado, el signo lingüístico, pero no el sentido. Son necesarias otras operaciones 

Tal como interpreto a Jacques Lacan, la operación que vuelve útil al pensamiento (constituido ya en lenguaje) para la relación consigo mismo, con los demás y con el mundo, obedece a la estructura de la metáfora. Y la metáfora que abre al sentido es una metáfora muy especial, que permite captar el deseo en otro y en sí mismo. Le dio el nombre que le dio ("metáfora paterna" o "metáfora del Nombre del Padre", o "significante de los nombres del padre"), y eso ha movido a demasiadas confusiones. Para mitigar en lo posible ese entuerto, podemos llamar a esa operación metafórica fundamental, la "metáfora del Nombre del Otro", y lo explicaré en el ANEXO 2b.

Mediante esa operación de clivaje o desambiguación, podemos distinguir un pensamiento, referido a una realidad interna imaginaria, de un pensamiento referido a una realidad externa o, dicho de otra manera, abordar la pareja "apariencia-realidad" como señaló Perelman, o comprender que la metáfora fundamental es la que permite la acción del símbolo sobre lo imaginario. Esta metáfora es un clivaje (desambiguación) entre lo imaginario y lo simbólico. Donde el delirante no es capaz de distinguir entre la realidad de su imaginación y la realidad del mundo, hay ambigüedad extrema entre ambas realidades y no pueden distinguir entre realidad y fantasía, la metáfora fundamental cliva, disuelve, la ambigüedad y permite que un pensamiento sorprendente sea tomado, o no, como un delirio. 

Para poder explicar esto, voy a dividir este ANEXO en dos partes. En esta primera, explicaré qué es una metáfora, y en la siguiente, cómo opera la metáfora en nuestro pensamiento, a qué posibles operaciones da lugar mediante la lógica, y qué posibilidades hay de resolución, o qué propiedades impone al pensamiento, traducidas en fenómenos clínicos observables.

¿Qué es una metáfora?

Es una figura de la retórica. Básicamente consiste en la sustitución de un término por otro en un sentido parecido, pero sin embargo diferente al sentido habitual (Oswald Ducrot, J-M Schaeffer (antaño era coautor Tzvetan Todorov): Nuevo diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje. Arrecife. 1988) "Las perlas de tu boca" donde "perlas" sustituye a "dientes", pero dándole a la palabra un nuevo sentido: "tus dientes son tan blancos y bellos como las perlas", donde el término borrado o elidido en la metáfora es "dientes" y sustituido por "perlas". 

Es una figura compleja, formada por la unión de dos sinécdoques. Esta figura ha dado lugar a numerosos estudios. Cito bibliografía apropiada: Ch. Perelman, L. Olbrechts-Tyteca. Tratado de la argumentación. La nueva retórica. Editorial Gredos. 1989; Ch. Perelman. L'empire rhétorique. Librairie Philosophique J. Vrin. 1977; Comunications, 16. Recherches rhétoriques. Éditions du Seuil. 1994; Antonio Azaustre, Juan Casas: Manual de retórica española. Ariel. 1997; Michel Le Gren. La metáfora y la metonimia. Cátedra. 1990; iBrice Montara Gavarelli. Manual de retórica. Cátedra. 2000. Pero sin la menor duda, además de los ya citados de Perelman, el más importante, el más interesante, el que más aporta al conocimiento de las funciones específicas del lenguaje en la producción del sentido, el más avanzado en estudios sobre retórica, son las aportaciones de un grupo belga de estudios sobre retórica, llamado Grupo µ. Retórica general. Paidós Comunicación. 1987. Es fundamentalmente sobre Perelman y sobre los estudios del grupo belga µ ("mu", letra griega)  sobre los que me baso para estudiar estas  cuestiones.

La ley general que domina o posibilita estos cambios de unas palabras por otras generando nuevos sentidos, está muy bien explicada en un librito que he citado de Perelman L'empire rhétorique, Vrin 1977, del que traduje un capítulo que me pareció fundamental. La traducción la revisó un amigo, de ahí que en la publicación figuremos ambos como coautores. Incluyo ese capítulo como archivo adjunto de 10 folios, para las mentes curiosas, con el título "La disociación de las nociones, de Charles Perelman. doc" Este capítulo traducido y que adjunto, se inicia justamente en la cuestión que más nos interesa, no solo en cuanto clínicos, para conocer en profundidad la naturaleza de ciertos fenómenos que captamos, sino que también nos aclara sobre la naturaleza misma del pensamiento, que es por lo que nos preguntábamos en este hilo; esta cuestión se inicia en el par apariencia-realidad, que es el punto al que nos ha remitido nuestra indagación sobre el pensamiento delirante y cómo lo podíamos diferenciar del pensamiento no delirante.

Tenemos de la metáfora esta fórmula general: "A es a B lo que B es a C" B es el término intermedio, el que genera un sentido nuevo. La podemos representar así:

A     B
B     C

Aunque también mediante círculos de Venn (Las letras de la figura no se corresponden con las letras que he utilizado para escribir la fórmula de la metáfora):

Esta fórmula general y este modo de expresión la podemos reconocer en matemáticas, como la llamada "Regla de tres", en cada una de nuestras deducciones, en lógica, en el lenguaje, en la poética, en el arte. Es la fórmula más compleja que nos permite hacer nuestro pensamiento y por medio de la cual conocemos el mundo, a nuestros semejantes y a nosotros mismos. Es la fórmula general del sentido, por la que decimos que E=mc2 tiene sentido; es la fórmula que posibilita el sistema simbólico.

Nada extraño, pues, que Lacan dijera que en los delirios, lo que está fallando es una metáfora. Pero no una metáfora cualquiera, sino una metáfora fundamental por la cual nuestro mundo, en tanto seres humanos, deja de ser puramente biológico y pasa a ser simbólico. Habíamos hablado de que para un animal salvaje, el ruido, el chasquido de una rama, el olor, un movimiento anómalo, es equivalente al depredador, y que, en consecuencia, esta estructura de sustitución de un término por otro (el chasquido de una rama, el olor, por el depredador) es común en la naturaleza. Esa misma estructura es la que gobierna el sentido en el lenguaje humano.

En la segunda parte del ANEXO 2, daremos un repaso a la estructura lógica de la metáfora, que ordena todo el sistema lógico humano, y cómo por ejemplo en el delirio, nos encontramos ante una figura de la lógica que nos ayudará a comprender qué es un delirio, tal como lo explicó Nash o lo explican mis pacientes delirantes.

JM Gasulla

La disociaci�n de las nociones Charles Perelman.doc

JM Gasulla

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Feb 12, 2012, 3:02:02 PM2/12/12
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ANEXO 2b
La construcción de la metáfora fundamental.

Todo el trabajo realizado durante el día de hoy para escribir este mensaje se ha ido al traste porque pesaba demasiado y Google no lo ha aceptado. Volvemos a empezar.

Estamos tratando de comprender el mecanismo por el cual el pensamiento, una vez se ha formado por la unión de esa masa amorfa que es el pensamiento, de la que hablaba Saussure, con una serie de sonidos para formar signos lingüísticos (o palabras), logra generar sentido, que es lo que diferencia fundamentalmente el lenguaje humano de cualquier otro lenguaje. El sentido se construye a partir de una metáfora fundamental, que permite relacionar unos signos con otros en la cadena hablada. Es mediante el mecanismo de la metáfora como se adquiere el sentido, pero hay una metáfora fundamental que diluye o desambigua (por utilizar el lenguaje de los lingüistas) la diferencia entre la apariencia y la realidad en el pensamiento.

Utilizo el libro del grupo belga de investigación en retórica Grupo µ Retórica general. Paidós Comunicación. 1987. SECCIÓN I: RETÓRICA FUNDAMENTAL. Capítulo 4: LOS METASEMEMAS. Párrafo 2.2 páginas 178 y 179.

"2.2 INTERSECCIÓN Y REUNIÓN
Podemos profundizar aún más en esta primera descripción de la metáfora [que hemos expuesto en el párrafo precedente] La clase límite de la que hemos hablado puede ser descrita también como una intersección entre los dos términos [que componen la metáfora], parte común en el mosaico de sus semas respectivos o de sus partes:

Figura 12.

Y si esta parte común es necesaria como base probante para fundamentar la identidad pretendida, la parte no común no es menos indispensable para crear la originalidad de la imagen y desencadenar el mecanismo de reducción. La metáfora extrapola, se basa en una identidad real manifestada por la intersección manifestada por la intersección de dos términos para afirmar la identidad de los términos enteros. Y a la reunión de los dos términos confiere una propiedad que pertenece sólo a su intersección:

Figura 13.

Podemos describir así el proceso metafórico:

P  -->  (I)  --> L

En donde P es el término de partida y L el término de llegada, haciéndose el paso de uno a otro a través del término intermediario (I), ausente siempre en el discurso, y que es una clase límite o una intersección sémica según el punto de vista adoptado.

Así descompuesta, la metáfora se presenta como el producto de dos sinécdoques [sinécdoque= figura de la retórica que toma el todo por las partes: "Cien velas" por "Cien navíos"], siendo (I) una sinécdoque de P, y L una sinécdoque de (I) Esta relación estrecha entre dos figuras consideradas generalmente como irreductibles, en la teoría de Jakobson [lingüista ruso muy importante] en todo caso, merece ser examinada más atentamente. ¿Se puede formar una metáfora combinada libremente con dos sinécdoques cualesquiera, generalizantes (Sg) o particularizantes (Sp)? No, pues al modificar la sinécdoque el nivel de los términos, tendremos que combinar obligatoriamente una Sg y una Sp si queremos que P y L estén en el mismo nivel (en el mismo grado de generalidad), como es regla para la metáfora [Este comentario, a mi entender, da cuenta de por qué está limitada la producción de sentido, no a cualquier cosa, sino a lo que viene determinado por leyes concretas. Por decirlo así, el sentido no está abierto a cualquier sentido. Ver al respecto, por ejemplo, Ignacio Bosque. Diccionario combinatorio del español contemporáneo. Ediciones S|M. 2004, y comprobar cuáles son las posibilidades y límites de combinación de cada lexema]. Nos quedan así las dos posibilidades siguientes:

(Sg  +  Sp)  y  (Sp  +  Sg)"

Así concluye este párrafo 2.2. 

Es importante, a mi entender, retener la figura 12 y la figura 13. En la figura 12 el término común (I) está compartido por los sentidos inherentes a los "conjuntos" que ya podemos llamar, desde ahora, "p" al de la izquierda, y "q" al de la derecha, y que en el texto los autores denominan respectivamente P como conjunto de Partida, y L, como conjunto de Llegada.. En la intersección hay un término medio (I) común a ambos; pero en la figura 13 se ilustra que este término medio (I) "colorea" ambos conjuntos, P y L, o p y q en nuestra nueva nomenclatura, generando un nuevo sentido.

Es el término intermedio (I) el que genera un nuevo sentido y al que le otorgaremos el papel de la desambiguación en el proceso de distinción entre apafriencia y realidad en el pensamiento o, lo que es parecido, la distinción entre un pensamiento "normal" y un pensamiento "delirante", esto es, el punto en el que situamos la certeza en el delirante o la duda en el pensamiento "científico".

Seguiré completando en otros mensajes el proceso de adquisición de sentido por medio de la metáfora fundamental.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 15, 2012, 8:09:42 AM2/15/12
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ANEXO 2b
La construcción de la metáfora fundamental (Continuación)

En el anterior mensaje, he introducido el concepto de metáfora según lo hace el grupo belga de estudios sobre retórica, utilizando el modelo de teoría de conjuntos. La metáfora es la operación "reina" de la creación del sentido, que es lo que permite distinguir el lenguaje humano de cualquier otro sistema de comunicación (mensajes entre neuronas, mensajes hormonales entre glándulas y sistemas, mensajes entre animales, etc.) Es, además, una operación lógica. 

Lo que sigue lo extraigo de un libro que recomiendo encarecidamente y que podría ser el libro de texto básico para adentrarse en la lógica y el pensamiento formal. Hay muchos más libros y buenos profesores de lógica, pero para poderse situar uno ante el mundo del pensamiento formal, insisto en recomendar el libro de Alfredo Deaño. Introducción a la lógica formal. Alianza Universidad Textos. Ha sido editado y reeditado en numerosas ocasiones. Los comentarios y las referencias a las páginas que siguen los hago sobre la edición de 1.992.

Prescindo de consideraciones previas, dando por supuesto que se conoce y se ha leído con detenimiento el Capítulo I del libro de Deaño, y abordo los conceptos vertidos en el Capítulo II: LA LÓGICA DE ENUNCIADOS.
1. Nociones básicas
Enunciados y conectivas

"El apartado más elemental -en un doble sentido: el más simple y al propio tiempo, el apartado básico- de la lógica formal es la lógica de enunciados o de proposiciones" -dice Deaño en la página 51- Tras esta introducción, introduce la noción de cálculo proposicional: "La tarea de la lógica (p. 52) es, como tantas veces hemos señalado ya, el análisis formal de los razonamientos. Y el lugar de ese análisis es el lenguaje. Sólo en el lenguaje, sólo en la medida en que están formulados en un lenguaje, se ofrecen los razonamientos a la posibilidad de análisis. El análisis del razonamiento supone, por tanto, un análisis del lenguaje. Un análisis lógico del lenguaje."

Efectivamente: según lo pienso, una vez el pensamiento ha cobrado forma de lenguaje mediante su correspondencia con la materia fónica significante (ver ANEXO 1), debe proceder a su articulación con otros elementos del lenguaje (palabras, algunas con significado, otras no, como conjunciones y otros elementos de conexión lógica y gramatical) para producir oraciones y generar sentido. Pero nos interesan particularmente aquellas construcciones del lenguaje que sirven para generar sentido, esto es, creando un sentido lingüístico nuevo o, fundamentalmente, porque es lo que nos interesa en ciencia, para deducir y generar razonamientos válidos.

Los primeros pasos de la lógica, tal como dice Deaño en el primer párrafo suyo que he transcrito, consisten en obtener la verdad o la falsedad de los enunciados que decimos. Para deducir que una cosa es verdadera o falsa, necesitamos al menos, dos enunciados que, en lógica, se llaman "proposiciones". Estas dos proposiciones, cuya verdad o falsedad queremos conocer, se representan genéricamente por 'p' y 'q'. 

Entre 'p' y 'q' se interponen clásicamente cinco conectores lógicos que simbolizan qué tipo de relación nos interesa examinar y sirven para determinar si la relación entre ambas es verdadera o falsa. En realidad, al tratarse de combinaciones de dos elementos tomados de dos en dos, el número posible de conectivas es de 16, como luego veremos.

Como ejemplo de lo que digo, supongamos que queremos saber si es verdadero o falso que (1) "llueve y el suelo está mojado"; (2) "llueve o el suelo está mojado"; " (3) "si llueve, entonces el suelo está mojado"; (4) "el suelo está mojado si, y solo si, llueve"; (5) "no llueve". Estas cinco oraciones que relacionan dos términos mediante unas estructuras que se llaman "conectivas", "conectores", "functores" son las llamadas clásicas: La (1) es la conjunción 'y', que se representa lógicamente mediante el símbolo ^, en matemáticas como +, o en teoría de conjuntos como la U (unión); la oración (2) es la disyunción 'o', que se representa lógicamente como 'v' (v de su nombre latino "vel"), en matemáticas como - (signo menos de la sustracción), o en teoría de conjuntos como la letra U invertida (reunión).

Lógicamente las proposiciones se representan en el cálculo interponiendo entre ambas el símbolo de la operación correspondiente. Así, por ejemplo, la oración (1) se representaría como p^q y se leerá (p y q), la oración (2) como p v q, y se leerá como (p o q); la oración (3) se escribirá como p --> q y se leerá (si p, entonces q); la oración (4) se escribirá p <--> q, y se leerá (q si, y solo si, p); por último, la oración monádica (porque solo tiene una proposición) se puede escribir de diversas maneras. Aquí la podemos representar (por exigencias del editor de Google) mediante el signo - (menos) y llerlo como (no p)

Para disponer el cálculo, se utiliza una tabla del sipo:

Sobre la raya horizontal se escriben las dos proposiciones representadas mediante las letras 'p' y 'q'; bajo la raya horizontal, las combinaciones posibles de los ocho valores de verdad o falsedad. Desde Boole, se hace equivaler V=1 y F=0, que es la notación binaria más empleada en lógica (código binario) En el espacio de la derecha se va a escribir, arriba de la raya horizontal, el tipo de operación de cálculo lógico, y debajo, correspondiendo a las combinaciones de verdad o falsedad, el resultado de esa combinación con ese cálculo.

Así, por ejemplo, la tabla de cálculo del condicional es el siguiente:

que puede leerse de modo global diciendo que el condicional solo es falso si el antecedente (p) es verdadero y el consecuente (q) es falso. No obstante, lo más sorprendente del condicional es que si el antecedente es falso pero el consecuente verdadero (tercera fila: 0 1 1), el condicional es verdadero. No analizo pormenorizadamente las implicaciones que tiene esto en ciencia, pero es por donde la ciencia se ve precisada a introducir la estadística.

Finalmente, la tabla completa de las 16 conectivas, que en el libro de Deaño está en la página 89, la presento aquí mejorada por un amigo (Toni Martí) (se puede cambiar el tamaño de la imagen para verla mejor), 

En la tabla completa, p y q son las proposiciones cualesquiera que vamos a relacionar lógicamente; debajo, las cuatro combinaciones posibles de los valofres de verdad o falsedad (00, 01, 10, 00) y a la derecha, la serie de 16 conectores o functores lógicos que permiten deducir, calcular y todas las operaciones del pensamiento que conocemos o podamos imaginar. Bajo el símbolo de cada functor, los resultados del cálculo lógico, y debajo, entre paréntesis, el número de columna: las 8 primeras son las funciones primarias, y las ocho siguientes, marcadas con el número x', (prima) el opuesto de la operación primaria. Así, por ejemplo, la columna (1) representado por el símbolo de una t invertida, la llamada "antilogía" (todo falso), y su opuesto, el (1') representado por su símbolo, una T, la "tautología" (todo verdadero)

Estos son los nombres de cada functor, y de su opuesto:

(1)   Contradicción o Antilogía, que se opone a (1’) Tautología

(2)   Conjunción que se opone a (2’) Incompatibilidad o trazo de Nicod o barra de Sheffer

(3)   Negación de la implicación que se opone a (3’) la implicación

(4)   Reiteración o reafirmación del antecedente que se opone a (4’) su renegación

(5)   Negación de la replicación o implicación recíproca, que se opone a (5’) replicación o implicación recíproca

(6)   Reiteración o reafirmación del consecuente que se opone a (6’) su renegación

(7)   Disyunción excluyente o fuerte (aut) o diferencia simétrica, que es la negación de (7’) la equivalencia simétrica

(8)   Disyunción incluyente o débil (vel propiamente dicho) que se opone a (8’) la llamada Negación conjunta de Peirce o trazo de Sheffer.


Fijémonos ahora en las columnas (2) y (2') La columna (2) es la "conjunción ", que se lee (p y q) y que se va a corresponder con la metáfora, como veremos en el siguiente mensaje. La conjunción de dos proposiciones solo es cierta cuando ambas son verdaderas. Pero su opuesta, en la columna (2'), que se llama trazo de Nicod o barra de Sheffer, es falsa cuando las dos proposiciones son verdaderas. Esto es la estructura lógica del delirio.

En el siguiente mensaje lo comprenderemos mejor, tanto la metáfora fundamental como la estructura lógica del delirio, mediante el paso de esta tabla lógica a la teoría de conjuntos.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 16, 2012, 7:06:09 AM2/16/12
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ANEXO 2c
La construcción de la metáfora fundamental (Continuación)

En la numeración de mensajes repetí el (10), de modo que a este le corresponde el nº (13)

Continúo con el ANEXO 2. 
Una vez sabemos cómo se construyen las tablas lógicas a partir de los conectores o functores, vamos a pasar esas tablas a su representación en la extensión mediante círculos de Venn.

Suponemos el cuadro general, en el que se delimitan 4 áreas, que pueden numerarse:

A la izquierda, p y q con la tabla de las cuatro posibles combinaciones de los valores verdad y falsedad (00, 01, 10, 11)  y en la columna de la derecha, los valores obtenidos en la relación. En el ejemplo, todos los valores de relación entre p y q son 1, de modo que todas  las áreas del cuadro estarían "llenas" (de ahí que estén en blanco) Cuando algún área esté vacía, lo rellenaremos ahora, y convencionalmente, de gris. De paso, decir que en lógica y en matemáticas, los colores son también una forma de escribir, como las letras y como los dibujos: todo son escritura formal con un significado fijo que se ha determinado previamente por convención.

El área 1, que es exterior a los círculos, y que en la notación lógica habría que anotarla como (00), porque no hay ningún elemento que sea compartido por los círculos; el área 2, que representa a la proposición 'q' en lógica formal y cuya notación en valores de verdad es (01); el área 3, que representa a la proposición 'p', cuyo valor de verdad es (10) y, finalmente, el área 4 cuyo valor de verdad es (11) porque contiene los elementos comunes a 'p' y 'q'. Asimismo, en la notación lógica, el área 1 puede escribirse como (-p y -q), el área 2 como (-p y q), el área 3 como (p y -q) y el área 4 como (p y q)

Tenemos en este breve esquema la conjunción de diversas teorías formales lógico-matemáticas, pero también, el fundamento lógico de nuestro pensamiento y de todo cuanto acontece de fundamental en nuestra conducta y en nuestro pensamiento. En la figura que he reproducido como el producto acabado de la lógica, que es la Tautología (T), todas las áreas tendrían un contenido y las representamos llenas o de color blanco, mientras que su opuesto, la Antilogía, ningún área contendría ningún elemento, y todas las áreas las representaríamos de color gris. En el siguiente mensaje (porque Google no me permite añadirlo aquí) se encuentran representadas las primeras cuatro conectivas de la tabla de cálculo del ANEXO 2b, con sus correspondientes contradictorias; las otras cuatro conectivas, con sus contradictorias, no las pongo porque quien se había encargado de confeccionar el cuadro (mi hijo) solo llegó a confeccionar los primeros 8 functores. El resto "es que estaba de exámenes".

La metáfora fundamental la describió Lacan en su Seminario 11, donde describe el vel de la alienación. Esta metáfora consiste, básicamente, en una relación entre dos elementos: el Sujeto y el Otro. Se trata de dos operaciones básicas que pueden imaginarizarse (pero solo imaginarizarse, porque el proceso es simbólico) como la relación del sujeto humano infans con su madre, que está en el lugar del Otro Primordial y cómo logra diferenciarse y separarse de ese Otro primordial o Absoluto. 

Se trata de una secuencia que puede escribirse lógicamente de diversas maneras. En primer lugar, solo está el Otro Primordial o Absoluto. Podemos también hacerlo equivaler al lenguaje o, mejor todavía, a La Lengua. La Lengua, por ejemplo el Verbo del que habla la Biblia en el Génesis (Al principio era el Verbo, dice San Juan) es un Todo que contiene, nombrado, todo cuanto tiene existencia en el mundo humano y Todo cuanto existirá en el futuro que, para ese Absoluto, es siempre Presente Inmediato o atemporal. El mundo humano es un mundo hecho de lenguaje y todo el mundo está contenido y nombrado en el lenguaje. Ese es el punto de partida.

Este mundo que lo contiene todo, nombrado, es lo que podemos llamar "la alienación", donde solo hay Otro. Diríamos que en este estado de cosas, el Todo está, pero está incompleto. Es un Todo en el que el sujeto humano no ha nacido todavía como algo distinto a ese Todo. Lo podemos representar como la figura lógica de la Negación de la replicación o de la implicación recíproca y en la tabla lógica del ANEXO 2b, está en la columna 5. Perdón por el dibujo, pero al menos tenemos una representación:

Todo es el Otro Primordial, Absoluto. A esta figura lógica se la llama también Negación de la replicación porque lo que se impide es, justamente, la posibilidad de discrepar, de replicar, de cuestionar a ese Otro Absoluto. En esta figura no solo no hay sujeto, sino que no hay nada más que el otro, y no hay posibilidad de que nazca un sujeto humano, o de que nadie pueda replicar o mostrar disconformidad. Como se trata de la extensión de un concepto lógico, aquí caben cuantas situaciones uno pueda imaginar que cumplan esa condición. Diríamos que mediante esta figura también podría representarse uno de los estadios de cualquier fanatismo y, en suma, todo aquello que supone acatamiento sin cuestionar al Otro, es decir, obediencia ciega sin posibilidad de dudar. Se trata de un vel excluyente: o una cosa o nada. 

Para salir de la situación, es preciso que en el seno de ese Otro se genere una fisura, esto es, un punto en el que se pueda replicar, un punto de incompletud: no está todo ahí. Esto abre el resto de posibilidades discursivas. Es, por ejemplo, lo tan conocido como la rebelión del sujeto, que empieza en la infancia cuando el infans se niega, por ejemplo, a comer. En ese momento, dentro de lo Absoluto del Otro, se abre un elemento  que lo incompleta, esto es, hay un elemento al menos que no está en el Otro. 

Pero el infans puede aceptar algo del Otro (la madre en el lugar del otro, con la que se van a poner en práctica el conjunto de operaciones primeras y esenciales), y mantener una dialéctica entre la Reiteración y la Renegación, de acuerdo con el esquema:

que encontramos en la conectiva (4) y (4') El infans rechaza por completo a la madre, pero le acepta la comida, por ejemplo.

La metáfora primordial es, en definitiva, la que se pone en juego entre el Ser ( el Sujeto, en el lugar de 'p') y el Sentido (el Otro, en el lugar de 'q'), y en la zona de elementos compartidos, se sitúa el Sinsentido.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 16, 2012, 7:08:21 AM2/16/12
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Homo ex machina (14)
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Añado aquí el esquema general de las 4 primeras conectivas con sus contrarias, porque Google no me permite enviarlo de otro modo. Se puede agrandar la imagen para verlo mejor.


JM Gasulla

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Feb 16, 2012, 11:41:08 AM2/16/12
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Homo ex machina (15)
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Termino este hilo con sus anexos, con el ánimo un poco encogido por no haber explicado las cosas a su altura, finalmente afectado de desgana por el compromiso de acabar, pero preguntándome qué demonios estaba haciendo intentando meter con calzador lo que precisa de estudio y explicación pormenorizadamente templados. 

No se puede condensar todo el saber acumulado durante siglos, pero en especial durante los últimos cuatrocientos años, ni en un anexo ni en una explicación ni, por supuesto, en una sola cabeza (la mía o la de cualquier otro)

La idea que lo movió fue la de intentar sustentar que probablemente el humano surge de esa "máquina" biológica que es el cerebro. Podría pensarse que una vez surgido el lenguaje, éste incluso modela el desarrollo filogenético del órgano en una interacción mutua que, salvando la herejía, conocería un mecanismo hereditario de tipo lamarkiano. La materia, en este caso, generaría unas leyes por la acción del lenguaje, que se implementarían en interacción mutua: el cerebro desarrollaría el lenguaje, y éste al cerebro. 

A partir del lenguaje, y merced a la acción de un mecanismo general, quizás el más complejo que pueda lograr el cerebro humano con el conjunto de leyes que gobiernan su pensamiento, es posible enlazar y conectar aspectos tan dispares como el lenguaje, la poética, el arte, la lógica, las matemáticas y la deducción. La práctica totalidad de funciones y categorías que puede efectuar el pensamiento humano obedece a una ley común a todas ellas, que se ha descrito como la metáfora. 

Pero aquí no he hecho más que esbozar, apuntar, orientar, dejar dicha, la cuestión. 

¿Y qué relación tiene todo esto con la enfermedad? Pues que, en tanto invención humana, su conceptualización se encuentra sometida a las mismas leyes comunes del pensamiento en general (en otros hilos de discusión habíamos hablado de un nivel teórico NL3: L3, T3 necesario para pensar y entender las elaboraciones clínicas). Más concretamente, por ejemplo, las llamadas "enfermedades mentales" obedecen a un esquema lógico determinado, porque se trata de "enfermedades" del pensamiento más que de enfermedades del órgano, aunque el órgano se encuentre alterado. En cualquier caso, las llamadas "enfermedades mentales" manifestarían sus síntomas en el pensamiento (esto lo he dicho con los dientes apretados y cerrando  la boca lo más estrechamente posible) y serían llamadas "enfermedades" por considerarlas, como a las demás enfermedades, una desviación de una norma aunque, como se ha visto en este hilo y anexos, no se trata de ninguna norma desviada, sino de la regulación del pensamiento mediante un determinado tipo de functor lógico perfectamente identificable.

¿Depende la génesis de las "enfermedades mentales" de la alteración del órgano o de las leyes del pensamiento? Pues es aquí, en el análisis de estos fenómenos, donde, a mi juicio, el órgano y el pensamiento encuentran, o tocan, su interfase. Los mecanismos o leyes que rigen el pensamiento "patológico" los conocemos porque se encuentran caracterizadas en las tablas de la lógica general, o en otros desarrollos lógicos, y la relación entre materia y pensamiento la tendríamos en los mecanismos que estudia la epigenética, esto es, de qué modo el ambiente fuerza a los genes hacia determinada expresión. Lo que a nivel clínico se caracteriza como trastorno mental, se trata de la lógica que impone el dominio del pensamiento entero por un determinado functor o por una serie de functores lógicos, que no dan paso a la formación de otras operaciones lógicas. 

Lo habíamos visto con el delirio y el ejemplo del premio Nobel Nash: su pensamiento, o una parte de su pensamiento, se encontraba dominado porque no encontraba los términos comunes entre él, en tanto sujeto, y el Otro. La figura lógica que da cuenta de esa dificultad para no poder distinguir un pensamiento proveniente del deseo y otro proveniente de la razón, es que que hemos llamado Trazo de Nicod o Barra de Sheffer, cuya figura reproduzco aquí:


La falta de elementos en común en la vacía área 4 hace que exista la ambigüedad entre el pensamiento delirante y el pensamiento "no delirante", porque no se pueden distinguir: todo es igual, uniforme, no hay ningún elemento que actúe como hito o mojón a partir del cual trazar una línea divisoria o una distinción entre distintas clases de pensamiento (razonamiento matemático e invasión de los extraterrestres). El elemento de clivaje (o desambiguación) es el reconocimiento del deseo en el Otro (aquí ocupado por la organización inconsciente del deseo y del pensamiento). Sin ese elemento común entre el sujeto y el Otro, todo se hace uniforme. Eso es, a mi modo de ver, el delirio. Es también lo que le ocurre a la joven asesina de mujeres: lo que da cuenta de su delirio es el deseo "rechazado", es decir, un elemento que falta en el área 4 de las tablas lógicas, cuya fórmula lógica es (110), siendo ambas proposiciones verdaderas (delirio y pensamiento racional), la operación es falsa (ella no es ninguna asesina). De hecho, es el reconocimiento, o la realización del deseo, lo que da sentido al delirio. Si, además de esas características lógicas del pensamiento, encontráramos alguna alteración en su cerebro, pensaríamos que ha habido una interacción entre cómo se desarrolla el pensamiento ontológicamente (depende de la relación del individuo con el mundo cultural inmediato, lo hemos visto cuando henmos hablado de los niños salvajes) y cómo se desarrolla el cerebro ontológicamente (depende de la interacción con el medio ambiente, físico, nutricional, et.; recordemos aquí "Sobre los aires, las aguas y los lugares" de Hipócrates, que ya entonces reconoció la acción del medio ambiente físico sobre la enfermedad). Esa es mi posición respecto a esta cuestión.

Nuestra teoría se encontraría, pues, en un buen carril, porque contamos con los medios para comprenderla y desarrollarla de modo satisfactorio. Tengo amigos cuyo esfuerzo de rigor formal es encomiable, tratando de someter la concreción del pensamiento racional e inconsciente a todo el rigor posible. Yo admiro y estudio su labor. Además, "metabolizo" esa labor aplicando a la enfermedad a lo que he aprendido desde la medicina, y ofreciendo aquí los resultados pasados por mi cedazo intelectual. 

Me he tenido que limitar a este espacio, sin poder explicar cuidadosamente, en grupos de formación, el desarrollo y pormenor de lo que escribo. Esa interacción habría sido enormemente provechosa y fructífera, tal como decía San Agustín (Agustín de Hipona. De magistro. El maestro. Editorial Trotta. 2003) Pero, en fin: aquí están las indicaciones de por dónde seguir, para quien quiera hacerlo. 

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 25, 2012, 8:51:49 AM2/25/12
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Homo ex machina (16)
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ERRATA

En el mensaje (6), se dice que Steven Jhonson es el fundador de Apple. No sé en qué carajos estaría yo pensando porque, evidentemente, no se trata del fundador de Apple, que todo el mundo sabe que fue Steve Jobs, sino que se trata del escritor y divulgador científico Steven Berlin Jhonson

Es probable que existan más errores y que los he reconocido al volver a leer, pero que ahora no los tenga presentes. No hay demasiados errores, no obstante. Más bien pocos. 

Solo quería recaba la atención en torno a una diferencia que en el razonamiento lógico, especialmente en lo que toca al diagnóstico, va a ser fundamental, y es la necesidad de poder diferenciar bien entre el concepto de UNIVERSAL en lógica, y el concepto de REGULARIDAD. Una REGULARIDAD clínica no hace un UNIVERSAL, sino que con el concepto de regularidad se introduce una noción estadística. Por contra, el concepto de UNIVERSAL da una idea de totalidad de la que nada puede escapar o estar ausente. La Universalidad lo incluye todo, mientras que la regularidad abre la posibilidad de lo que se repite, pero incluye, en forma negativa, lo que no se repite. Quizás aclare este concepto mucho mejor en otro hilo de discusión.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Feb 26, 2012, 5:33:43 AM2/26/12
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Homo ex machina (17)
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¡Calla, que ya sé qué era lo otro que quería comentar! Al despertar me ha venido como un flash. 

Si es una chorrada. Pero si es una chorrada que no sé siquiera por qué molesto a nadie con esto, pero mira, es una de esas cosas en las que uno siente un pundonor así, tonto, y las aclara, por si no fuera a ser que hubiera alguien que le encontrara alguna pega a lo de los sistemas emergentes, y se nos desviara el asunto hacia donde no. Y es que en el mismo mensaje (6) del que he hablado en el anterior, digo que si lo del amoníaco molesta para hablar de qué es un emergente, se podía utilizar el agua, cuyo estado físico depende de la temperatura. Y decía que el agua tiene tres estados: gaseoso, líquido y sólido, pero eso está mal. el agua puede estar en cuatro estados y además de los tres conocidos, puede estar en un estado metálico a temperaturas ultrabajas, próximas al cero absoluto. Lo mismo que muchos gases que pueden alcanzar el estado metálico.

Aprovecho la ocasión para meter una cuña tonta, pero que mira, me ha venido a la cabeza. Y es que no deja de ser intrigante qué ocurre entre las moléculas de una misma cosa, para que permanezcan unidas y no se vayan con cualquiera que pase. ¿Por qué se agregan las moléculas idénticas, aunque estén dispersas, hasta convertirse en un bloque "férreo"? ¿Cómo sabe una molécula de oro que la de al lado es también una molécula de oro con la que tiene que juntarse, y no con una de oxígeno, o de cloro, o de lo primero que pase por ahí? ¿Por qué cuando fundes un metal, y se vuelve líquido, esto es, que fluye y se desparrama, al cabo de un rato, cuando se enfría, permanece unido y ya no se desparrama? Es que lo calientas, lo desparramas o lo juntas tú, so bobo, me dicen. Bueno, vale, cuando fundo un metal, o un cubito de hielo, y luego enfrío, lo que he juntado se solidifica allá donde lo deje, pero ¿por qué, si los dejo juntos en el interior de un recipiente, hacen un bloque y no una "granizada", por ejemplo? ¿Por qué se aprietan las moléculas afines'

Un físico me mirará con cara de paciencia y me intentará explicar el por qué. Yo eso lo entiendo, incluso lo puedo intuir antes de la explicación, porque son cosas que se obtienen de la deducción a partir de ciertos datos; pero si comento estas tonterías, además de comentarlas por ser tonto, es porque ayudan a introducir la cuestión de las preguntas inteligentes y la intuición del científico genial. Obviamente, el genio, la intuición del genio, no es hacerse esas preguntas. Esas preguntas se las puede hacer cualquiera, con lo que el hecho de hacérselas no estaría dando la nota distintiva del genio. El genio no está en la habilidad o en la curiosidad de quien se hace preguntas, sino en dar una respuesta intuitiva acertada y con ello abrir un nuevo campo de posibilidades.

Copio aquí un artículo que publicó hace un tiempo en La Vanguardia de Barcelona, el catedrático de filosofía Manuel Cruz titulado Buenas peguntas. Yo, al final, no logro entender muy bien a este hombre, porque, según él, las buenas preguntas serían aquellas que cuando se formulan, no proporcionan indicación alguna de por dónde puede venir la respuesta ni sobre qué metodología utilizar para responderlas, y que por ello poseen la virtud de mostrarnos nuestra precariedad intelectual y nuestra soberana impotencia. En lo que más estoy de acuerdo con él es en que las buenas preguntas son aquellas que señalan los límites de nuestro pensamiento, pero, a la vez, digo yo, es por dónde se nos va a colar, no la humildad de quien no sabe, sino la soberbia de quien no tolera esa humillación y se empeña en responderla. Lo difícil es vivir sabiendo que uno está absolutamente limitado y empequeñecido.

Va el artículo:

Buenas preguntas.

Manuel Cruz (Catedrático de filosofía de la Universitat de Barcelona)


Señalaba el recientemente fallecido filósofo alemán Hans-Georg Gadamer que la auténtica pregunta es aquella en la que corremos el riesgo de dejarnos sorprender por la respuesta. Es este rasgo el que nos permite diferenciarla de lo que bien pudiéramos denominar falsas preguntas, o preguntas meramente aparentes, como las preguntas retóricas, esto es, aquellas que en realidad no admiten respuesta alguna porque nada preguntan (esas del tipo "pero usted ¿por quién me ha tomado?") o las preguntas que hace quien ya conoce la respuesta (por ejemplo,el profesor a sus alumnos en una prueba de examen)


Pero tal vez, aceptada la diferencia, valiera la pena plantearse si cabe introducir, dentro del ámbito de las auténticas preguntas, algún tipo de gradación o calificación, que permita distinguir entre interrogantes de mayor o menor intensidad, de superior o inferior calado especulativo.


Me permito presentar, con la modestia e inseguridad perceptivas, una propuesta: tal vez quepa sostener que, entre las auténticas preguntas, existe un subgrupo que bien pudiera merecer la denominación particular de buenas preguntas. Buena pregunta sería aquella que, cuando la formulamos, no nos proporciona indicación alguna acerca de la dirección o el ámbito por el que transcurriría la respuesta, ni acerca de la metodología con la que abordarla. Al plantearla, esta específica interrogación no prefigura ni indica nada (como sí ocurre con la gran mayoría de las auténticas preguntas, caracterizadas en gran medida por señalizar el territorio por el que la respuesta debe circular) Antes bien al contrario, nos deja ante la irremediable evidencia de nuestra precariedad, de nuestra indigencia, de nuestra impotencia para afrontar determinadas cuestiones. En ese sentido, la buena pregunta hace algo más (acaso mucho más) que darnos que pensar: nos señala los límites de nuestro propio pensamiento.


De ser válida la propuesta, se seguiría de ella la conveniencia de revisar alguno de los tópicos más reiterados a propósito de la aportación fundamental de Gadamer. Como, sin ir más lejos, el que señalaba que el autor de "Verdad y método" nos enseñó a leer. No digo que no sea verdad, sino que simplemente no es toda la verdad. Gadamer nos enseñó a leer, efectivamente, pero porque nos mostró el camino que conduce a pensar. Los términos procesuales, tentativos, no son aquí casuales: refieren a la naturaleza misma de la cosa. Pensar es siempre una acción que se mide consigo misma, que se pone a prueba contra sí misma (nada que ver, por tanto, con el "abundar", con el "cargarse de razones" y otras confortables prácticas reafirmativas) No podría ser de otro modo: en último término, como dijo alguien intempestivo por muchas razones (por su condición de mujer, de revolucionaria, etcétera: me estoy refiriendo a Rosa Luxemburgo), ser libre es ser capaz de pensar de otra manera. No descarto que todo esto pueda resultarle al lector demasiado abstracto, cuando no abstruso, y en cualquier caso difícil de identificar. Ese posible lector probablemente se esté diciendo a estas alturas: ¿es posible aportar algún ejemplo de buena pregunta? Desde luego, siempre que quede clara, por definición, la caducidad de cualquiera (no existen las buenas preguntas eternas) Pero para la hora presente, tal vez sirva ésta: ¿qué nos está pasando?


JM Gasulla

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