Algo que escribí hace tiempo, Albert disfrutaría de escaparse del encierro en que debe estar
Santa Rosemary
Por Fran
Mientras decoraban el árbol de navidad, su hermana cantaba adorablemente sobre las verdes ramas del abeto. Jamás conocería a alguien que amara tanto los árboles como su hermana. Recorrieron el pequeño bosque de su villa en Escocia para encontrar uno que fuera perfecto, en palabras de Rosemary.
Después de que terminaron de colgar gran parte de las decoraciones y se encargaron de distribuir el juego de luces para que el árbol luciera como los que acostumbraban ver en Estados Unidos. La villa acababa de ser acondicionada con un generador de energía eléctrica y los hermanos Andrew se morían por ver cómo se iluminaba su árbol navideño.
Fue a Albert a quien le tocó elegir entre la estrella o el ángel que coronaria el árbol. Acostumbraban poner un ángel, en representación de su madre Priscila, para que velará por ellos, pero en esta ocasión elaboraron una estrella que tenía una foto del matrimonio Andrew y esa fue la elegida por el pequeño.
Finalmente trajeron los regalos que se darían el uno al otro y mientras los distribuyen bajo el árbol Rosemary preguntó a Albert.
— ¿Ya has pensado qué le vas a pedir a Santa?
— Rosemary tengo 9 años, sé que no existe. Mejor di que tienes que saber que quiero para mandarlo a comprar.
— No es justo.
— ¿Qué no es justo? ¿Qué a mi edad haya descubierto que Santa Klaus no existe y ya no crea en esas leyendas infantiles?
— Lo descubrí a los 6 años. No intentes competir conmigo jovencito.
— ¡Qué precoz! ¿Cómo fue?
— Conocí a niños que eran más buenos que yo y no les traía regalos y también los regalos suelen ser…
— …acordes a la capacidad financiera de su familia.
— Exacto.
— Entonces si ya habías pasado por la experiencia de descubrirlo mucho tiempo antes que yo ¿por que dijiste que no era justo?
— Me privaste de la emoción de ver tu cara cuando abrieras tus regalos y saber que fue obra mía por primera vez. Aunque no lo creas, papa se tomaba muy en serio tus regalos de navidad y no los mandaba a comprar, a menos claro, que fueran pedidos del extranjero.
— Tendrás que esperar a que lleguen tus hijos. O tal vez…
— ¿Tal vez?
— Me puedas llevar a una fiesta en el pueblo. No mucha gente nos conoce, podemos mezclarnos y celebrar.
— Bien, la navidad aquí no es muy grande, pero haré los arreglos para que en año nuevo podamos ir a celebrar en las calles el Hogmanay.
— Gracias Santa Rosemary.
Nota cultural: En efecto, la navidad no se celebraba en Escocia hasta los años 50 y Hogmanay era en la fecha del solsticio de invierno siglos atrás, pero ahora lo trasladaron a la noche vieja y por 4 días hacen todo tipo de eventos para celebrar, como un desfile de antorchas, baile escoces, conciertos y coros, actividades al aire libre y una fiesta en la calle.