Muchos son los Francmasones que creen ver en la Francmasonería la
restauración de la Orden
de los Caballeros Templarios; y los sistemas de la Gran Logia
Alemana, los
Hermanos de Suecia y el Rito Escocès , están realmente relacionados
con los templarios, de una manera
extraordinaria.
De acuerdo con este sistema y en armonía con los varios sistemas en
uso en esta Orden especial, la Francmasonería es una concepción
Mística de las
principales doctrinas de las Cristiandad esotérica: ¡el Maestro
asesinado, no es otro que el
Cristo!
Y aquí naturalmente surge la pregunta: ¿es que las enseñanzas de
Jesús
contenían en verdad Misterios -que no se pueden conocer, doctrinas
incomprensibles,
que sólo serían inteligibles para un pequeño número de discípulos
especialmente
elegidos? (aquellos que estuviesen dispuestos a vivir la Ley y llegar
así a ser sus
instrumentos adecuados). ¿Y no fueron los Esenios, la corporación
donde Jesús
recibió los Misterios? Porque estos Esenios (más tarde Rosacruces)
exigían de
aquellos que deberían ser iniciados, moderación, justicia, el evitar
las injurias, amor a
la verdad y rechazo del mal. El agua sagrada pertenecía al ritual de
admisión de su
grado más elevado y Juan dijo "Arrepentíos y bautizaos". Jesús, que
llevó una vida
sin mancha, fue también bautizado (como un símbolo del bautismo
interior por el
fuego sagrado - la iluminación). Esto, ¿no nos lleva a la conclusión
casi cierta de que
Jesús y, aún más, Juan, eran miembros iniciados de los Esenios?
"La observancia del día de San Juan Bautista, como una Fiesta de los
Francmasones,
se aduce en confirmación de la idea de que los Francmasones, por más
de seiscientos
años, se habían identificado con los "Johannrittern" y San Juan
Bautista había sido
elegido Patrón de ambas Ordenes. Y como es cierto que gran parte del
ritual sobre la
forma de Recepción, significa algo muy distinto de lo que se le ha
substituido más
tarde, es muy fácil que haya mucho de verdad en el aserto.
"Jesús, se puede decir, no fundó sociedad secreta alguna; sin
embargo,
El dio algo de
sus enseñanzas sólo por grados, con respecto a su significado
interno,
pues dijo:
"Tengo muchas cosas más que deciros, pero ahora no las
comprenderíais". Esta
declaración sigue sin contradecirse. Después de su muerte, la
doctrina
pura se
falsificó, tanto por adiciones como por sustracciones. En la
primitiva
Iglesia
Cristiana, había un disciplina arcana y en esta forma los Misterios
se
trasmitieron
entre los pocos. Aún en la época de las Cruzadas, vivían todavía
descendientes de los
Esenios. La Orden de los Caballeros del Templo se fundó en el año
1113, por
Gottfried von St. Omar, Hugo de Paiens y otros siete cuyos nombres no
se conocen.
Ellos consagraron su vida al servicio de Dios, de acuerdo con el
texto
del
Canonicorum Regularium, y tomaron votos solemnes ante el Obispo de
Jerusalén.
Baldwin Segundo, en atención a la labor de estos siete servidores de
Dios, les facilitó
una casa cerca del Templo de Salomón. Ellos se unieron con ciertos
Esenios, que
formaban una sociedad secreta compuesta de Cristianos virtuosos y
verdaderos
buscadores de la verdad en la Naturaleza, y aprendieron también otros
secretos.
"Que los Templarios tenían Misterios a su cuidado, es algo que está
más allá de toda
discusión. La Orden tenía ceremonias secretas de admisión, se
vanagloriaba de
poseerlas; y por esta razón varios de sus miembros sufrieron el
martirio. La Orden
de los Caballeros Templarios incluyó muchos de sus mayores propósitos
y previó
cuanto pudo en los orígenes de la Francmasonería y como es bien
sabido, había
ramas enteras de la Francmasonería especialmente dedicadas a la
restauración de
los Templarios.
Y los Johannitas y otros sistemas, enseñaban esta descendencia, aún
antes de la
"Estricta Observancia" que insistió en la restauración de los
Templarios, como la
aspiración más alta de los Misterios que llegó a ser conocida.
"Si observamos de cerca la semejanza entre las costumbres de ambas
órdenes,
encontramos que la Recepción y otras ceremonias de la Orden de los
Francmasones,
se relacionan con las de los Caballeros del Templo en tal forma que
nos permiten
decir positivamente que los Francmasones conservan en su seno los
Misterios de los
Templarlos y los trasmiten. Que los Templarios poseían secretos, está
probado por la
evidencia de su procedimiento: los Francmasones proclaman el mismo
procedimiento
para ellos, pues que de grado en grado se le dice al aspirante que
más
tarde
experimentará más. ¿Más qué? Más Luz. Entretanto, ritualísticamente,
este no es el
resultado real, sino la meta; y originariamente se alcanzaba esta Luz
en los
Misterios. Decimos se alcanzaba, porque este era realmente el
resultado.
“Nueve Hermanos fundaron la Orden de los Templarios; el número
principal y
Jeroglífico de los Francmasones es tres veces tres. Los Templarios
oficiaban
Servicios Divinos en lugares a los cuales se prohibía entrar a los
extraños. Los
conservaban para sí, invocando los derechos de sus antepasados,
mediante la más
estricta observancia".
"Los Hermanos Templarios -dice Roessler- de acuerdo con sus Estatutos
de
Hermanos Hospitalarios, estaban divididos en tres clases: 1) la clase
de los
servidores, quienes, sin distinción, cuidaban de los peregrinos
enfermos y de los
Caballeros Templarios; 2) los Hermanos espirituales destinados para
el
servicio de
los peregrinos; y 3) los Caballeros que iban a la gue rra".
Encontramos en las Instrucciones de los Caballeros de Oriente, donde
se acordó la
fundación de los Caballeros Templarios, y la expansión de sus
enseñanzas en Europa,
la siguiente declaración sobre la materia:
"Ochenta y un Masón, bajo la dirección de Garimonts, el Patriarca de
Jerusalén,
fueron a Europa en el año 1150 y llegaron hasta el Obispo de Upsala,
que los re cibió
con mucha amabilidad y fue iniciado en los Misterios de los Coptos,
que los Masones
habían llevado consigo. Más tarde, se le confirió el depósito del
conjunto de aquellas
enseñanzas, ritos y misterios. El Obispo tuvo que pasar por muchos
sacrificios para
guardarlos y ocultarlos en las bóvedas subterráneas de la torre de
las
"Cuatro
Coronas", que en aquel entonces era la Cámara de los tesoros de la
Corona del Rey
de Suecia. Nueve de estos Masones, entre ellos Hugo de Paganis,
fundaron en
Europa la Orden de los Caballeros Templarios; más tarde, recibieron
del Obispo los
dogmas, misterios y enseñanzas de los Sacerdotes Coptos, que se
habían
confiado.
"Así, en corto tiempo, los Caballeros Templarlos llegaron a ser los
guardadores y
depositarlos de los Misterios, Ritos y Ceremonias que habían traído
los Masones de
Oriente -los Levitas de la verdadera Luz.
Los Caballeros Templarios, dedicados por entero a la ciencia y a los
dogmas traídos
de Thebaida, con el transcurso del tiempo, desearon conservar esta
doctrina en
forma solemne, mediante un rasgo característico. Los Templarios
Escoceses
sirvieron como modelo en el asunto, pues habían fundado los tres
grados de San
Andrés de Escocia y los habían adaptado a las leyendas alegóricas que
se encuentran
en las instrucciones referidas.
"Los Templarios Escoceses estaban ocupados en la excavación de un
sitio en
Jerusalén, con el objeto de construir allí un templo, precisamente en
el punto donde
estuvo (o se suponía) el Templo de Salomón, o por lo menos aquella
parte llamada el
Santo de los Santos. Durante su trabajo encontraron tres piedras, que
eran las
piedras angulares del templo mismo de Salomón. Les llamó la atención
la forma
monumental de ellas, y su excitación aumentó cuando encontraron el
nombre de
Jehovah grabados en los espacios elípticos de la última de estas
piedras. - la Palabra
sagrada que, por el asesinato del Maestro Constructor, se había
perdido y que, de
acuerdo con la leyenda del primer grado, Hiram había grabado en la
piedra que sirvió
de fundamento al Templo de Salomón. Después de este descubrimiento,
los
Caballeros Escoceses se llevaron esta valiosa reliquia y, con el
objeto de conservar
eternamente su interés por ellas, las emplearon como las tres piedras
angulares del
primer templo de Edimburgo.
"El trabajo empezó el día de San Andrés, y los Templarios que tenían
el conocimiento
del secreto de las tres piedras y de la Palabra redescubierta, se
llamaron los
Caballeros de San Andrés. Instituyeron grados de mérito que debían
alcanzarse; y
éstos son actualmente los grados de Aprendiz, Compañero y Maestro,
conocidos
como el Pequeño Maestro-Constructor, el Gran Maestro- Constructor y
el
Maestro
Escocés.
"Por las instrucciones comunes a todas las Ordenes de Caballeros, los
Cruzados
estaban obligados a hacer muchos viajes y peregrinaciones donde,
según
se dice,
tenían que encararse con muchos peligros. En consecuencia, ellos
fundaron estos
grados con el objeto de reconocerse entre sí y ayudarse en sus
necesidades. Para
estos viajes, adoptaron signos, palabras y toques especiales o
apretones de manos, y
daban a todos los Hermanos un signo principal con el objeto de
encontrar ayuda en
caso de una sorpresa.
“Para imitar a los Cristianos de Oriente y a los Sacerdotes Coptos,
estos Caballeros
mantenían entre sí la Ley verbal que nunca se escribía, y se cuidaban
para que no
fuese revelada a los de grados inferiores. Todo esto se conserva con
exactitud en el
rito filosófico de nuestro tiempo, aunque no se reconoce que este
rito
derive su origen
precisamente de los Caballeros Templarios.
"Los Caballeros Templarios se unieron bajo su Ley, con los que
pertenecían al Viejo
Hombre de las Montañas (respecto a los cuales hay más de un 90% de
leyenda y
calumnia y apenas un 10% de verdad) y, como percibieron el valor
supernatural de
sus pupilos, admitieron a estos en su Orden. Algunos historiadores
han
llegado a la
conclusión de que los Caballeros Templarios mismos se vieron
inducidos
a aceptar
las instituciones de los admitidos. Gauthier von Montbar estaba
familiarizado can
estas enseñanzas y las trasplantó a Europa.
"Todas estas circunstancias fueron muy perjudiciales para la religión
de Roma. Esta
perdió a muchos que habían pertenecido a ella, especialmente muchos
Cruzados que
habitaban temporalmente en Siria, Palestina, y Egipto, donde se
conservaban y eran
toleradas por los Sarracenos todas las formas de credo de los
primeros
Cristianos.
"Los Cristianos de Oriente, consideraban como un misterio el dogma de
la Unidad de
Dios, y veían en ello una Manifestación Divina. Por lo tanto, ellos
sólo trasmitían el
conocimiento anterior mediante la iniciación, que celebraban con gran
secreto.
Practicaban la moral enseñada por el Hijo de María; pero no creían en
su divinidad,
ya que todos aquellos que seguían las tradiciones Gnósticas y
Kabalísticas, lo
consideraban como su Hermano Mayor.
"Los Caballeros de la Cruz, que habían llegado a conocer estos dogmas
y misterios
de los Cristianos de Oriente, eran obligados, a su regreso a Europa,
a
mantener aún
más secreta esta iniciación, pues la mera sospecha de tal fe habría
sido suficiente
para atraer la tortura y martirio a estos nuevos profesantes
religiosos.
Con relación al eslabón entre los Caballeros Templarios y las
enseñanzas Gnósticas,
se puede dar un indicio: la "G" Masónica, no se refiere ni se ha
referido jamás a la
idea de Geometría, sino de Gnosis, el Alma.
“La Orden de los Templarios era cosmopolita y estaba dividida en dos
grandes
clases: 1) la Orden de Oriente; 2) la Orden del Templo.
"La Orden del Templo surgió de la Orden de Oriente, de la cual fue la
cuna el
Antiguo Egipto. La Orden de Oriente comprendía diferentes Órdenes o
clases de
Adeptos. Los adeptos de la primera orden eran a la vez los
legisladores, jueces y
pontífices.
"Su política se oponía a la propagación del conocimiento metafísico y
de la ciencia
natural, de los cuales ellos se habían hecho los únicos depositarios;
- y quienquiera
que se hubiese atrevido a revelar los secretos reservados para los
iniciados en el
orden de la Jerarquía sacerdotal, habría sido castigado con la más
estricta severidad.
Ellos daban a la gente sólo los emblemas simbólicos que constituían
la
teología
exotérica, que era un compendio de dogmas y prácticas tendientes a
dar
una
ascendencia a los formulismos religiosos y a la consolidación del
gobierno.
"Moisés fue iniciado en Egipto. Era profundamente versado en los
misterios
teológicos, físicos y metafísicos de los sacerdotes. Aaron, su
hermano, y los demás
jefes Hebreos, llegaron a ser los depositarlos de estas doctrinas.
Estos jefes o
Levitas, estaban divididos en varias clases, de acuerdo con la
costumbre del
Sacerdocio Egipcio.
"Más tarde vino al mundo el Hijo del Hombre. Fue educado en la
Escuela
Alejandrina. Lleno del espíritu de lo Divino, dotado de una
inteligencia maravillosa,
tuvo éxito en alcanzar (no meramente en que se le confiriesen) todos
los grados de la
Iniciación Egipcia.
"A su regreso a Jerusalén., se presentó ante los Jefes de las
Sinagogas y les
demostró las numerosas alteraciones que había sufrido la Ley de
Moisés
en manos
de los Levitas. Les confundía por el poder de la vista de su Alma y
la
extensión de su
conocimiento. Pero los sacerdotes Judíos, cegados por sus pasiones y
prejuicios,
persistieron en sus errores.
"Sin embargo, había llegado el momento en que el Mensajero de la Era,
dirigiendo
los resultados de sus excelsas meditaciones y aspiraciones hacia la
civilización
universal y bienestar del mundo, desgarró el velo que ocultaba la
verdad a las gentes,
predicó el amor al prójimo, y la igualdad (posibilidad de igualdad)
de
todos los
hombres. Finalmente, por un sacrificio digno de un Hijo de Dios,
intentó el
establecimiento de las doctrinas celestiales (Salvadoras) que él
había
venido a
enseñar, y a establecer para siempre en la tierra, (por la justicia
de
las Leyes que
enseñó) la religión (Ley de la Vida) inscrita en el Libro de Dios (y
fracasó porque la
humanidad aceptó la palabra y rehusó el espíritu).
"Jesús confirió a sus discípulos la verdadera Iniciación, ayudándoles
a obtener que el
Espíritu descendiera sobre ellos; les dividió en varias órdenes, de
acuerdo con su
valor intrínseco y la costumbre de los Sacerdocios Egipcio y Hebreo,
y
los puso, bajo
la autoridad de San Juan el Bienamado (El Apóstol del Amor), a quien
hizo supremo
Pontífice y Patriarca.
"Juan nunca renunció al Oriente. Sus doctrinas, siempre puras y
elevadas, no fueron
alteradas por la mezcla de ninguna otra enseñanza.
"Pedro y los otros apóstoles llevaron las enseñanzas reconstruidas,
como formuladas
por Jesús el Iniciado, a pueblos distantes; pero como a menudo eran
violentadas, con
el objeto de propagar la fe, para ajustarlas a las maneras y
costumbres de las
diferentes naciones y aún para admitir los ritos nativos, surgieron
ligeras variaciones
y cambios en el nuevo evangelio.
“Hasta 1118, los Misterios y la orden jerárquica de la Iniciación
Egipcia, trasmitida a
los Judíos por medio de Moisés, y después a los Cristianos por medio
de Jesús el
Iniciado, se conservaron religiosamente por los sucesores del Apóstol
Juan. Estos
Misterios y la Iniciación que los conservaba, regenerada a través de
la interpretación
de la Nueva Era, formaron un depósito sagrado que, gracias a la
simplicidad de las
costumbres primitivas, de las que nunca se separaron los Hermanos del
Este, jamás
sufrieron la menor alteración.
"Los Cristianos del Oriente -perseguidos por los infieles- apreciaron
el coraje y la
piedad de aquellos valientes Cruzados que, con la espada en una mano
y
la cruz en la
otra, volaron en defensa de los santos lugares; y haciendo justicia,
sobre todo, a las
virtudes y a la ardiente caridad de Hugh de Payens - consideraron que
era su deber
confiar a manos tan puras y santificadas por la cruz, los tesoros de
conocimientos
logrados durante tantos siglos, las enseñanzas y éticas del (aquel
que
había llegado a
ser mediante el trabajo y la obediencia, no habiendo nacido como tal)
Hombre-Dios.
"Hugh fue investido entonces con el poder patriarcal apostólico, y
colocado en la
línea legítima de los sucesores de Juan el Apóstol e Iniciado.
"Tal es el origen y la fundación de los Templarios, y la introducción
entre ellos de los
diferentes modos de iniciación de los Cristianos del Oriente,
designados con el
nombre de Primitivos o Cristianos Johannitas. Es a esta Iniciación a
la que
pertenecen los diversos grados consagrados por las reglas del Templo,
y que fueron
nombrados en la famosa, pero terrible vampirezca acción surgida
contra
la Augusta
Ordlen.
“Jacques de Molay, previendo las desgracias que amenazaban a la
Orden,
designó
como su sucesor y con poderes soberanos al Hno. Jean Mare Larmenious,
de
Jerusalén.
"Este Gran Maestro, a su vez, pasó el poder supremo al hermano
Theobald, de
Alejandría, según se evidencia por el carácter de la transmisión.
"Volvamos finalmente a las doctrinas Levíticas:
"Dios es todo lo que existe; cada parte de todo lo que existe es una
parte de Dios,
pero no es Dios".
Inmutable es su esencia, Dios es mutable en Sus partes, las cuales,
después de haber
existido bajo las Leyes de ciertas combinaciones más o menos
complejas, viven de
nuevo bajo la ley de combinaciones nuevas. Todo es increado...
Siendo Dios supremamente inteligente, cada una de las partes que le
compone está
dotada de una porción de Su inteligencia en virtud de su destino. De
aquí se sigue que
haya una infinita gradación de inteligencia, resultante de una
infinidad de diferentes
compuestos, la unión de los cuales forma la totalidad de los mundos.
Todo esto es el
Gran Todo, o Dios, que por sí solo tiene el poder de modificar,
cambiar y gobernar
todos estos órdenes de inteligencias, de acuerdo con las leyes
eternas
e inmutables
de una justicia y bondad infinitas.
"Dios -Ser Infinito- está compuesto de tres poderes (principales); el
Padre, o ser; el
Hijo o acción; el Espíritu o mente, procedente del poder del Padre.
Estos tres poderes
forman una trinidad, un poder infinito, único e individual.
"No hay sino una verdadera religión, aquella que reconoce un solo
Dios
(y que
considera al hombre y su inmortalización como la suprema labor en el
universo).
"El orden (Ley) de la naturaleza es inmutable; en consecuencia,
cualquier doctrina
que pretenda modificar estas leyes se fundan sólo en el error (que es
destructivo y
como comerciar con la muerte).
"La vida eterna es el poder con que está dotado todo ser, para que
haga su propia
vida y realice una infinidad de modificaciones combinándose
incesantemente con
otros seres, de acuerdo con lo que está ordenado por las leyes
eternas
de la
sabiduría, la justicia y la bondad infinita de la inteligencia
suprema, (y modificada por
sus propios actos - La armonización de sí mismo con la Ley o un
desafío a la Ley).
"De acuerdo con este sistema de modificación de la materia (y de la
acción), es
natural llegar a la conclusión de que todas sus partes tienen la
facultad de pensar y
libre albedrío y, en consecuencia, el poder del mérito o demérito.
Sin
embargo, los
altos iniciados no profesan la creencia de que todas las partes de la
materia (orgánica
o inorgánica) posean la facultad de pensamiento (aunque ellos tengan
el poder de
selección por medio de la atracción armoniosa). No es así como ellos
dicen
comprender su sistema. Ellos ciertamente admiten una serie de
inteligencias de las
substancias elementales, la más simple molécula o la mónada, hasta la
reunión de
todas estas mónadas o sus compuestos, -una reunión que constituiría
el
Gran Todo o
Dios, el que como la inteligencia Universal, sólo tendría el poder de
comprenderse a
sí Mismo. Pero el modo de ser, de sentir, y de usar la inteligencia,
estaría en relación
con el orden jerárquico en el que ellos se encuentran colocados. En
consecuencia, la
inteligencia diferiría con el modo de organización y el puesto
jerárquico de cada
cuerpo. Así, según este sistema, la inteligencia de la simple
molécula
estaría limitada
a buscar o repeler la unión con ciertas otras moléculas (lo que se
ejecuta mediante la
inter-reacción armónica o inarmónica, como resultado de las
vibraciones innatas de
cada molécula de materia). El hombre, por ejemplo, entre las
inteligencias que
forman parte de la tierra, sólo tendría aquella modificación u
organización que le
daría plenamente la conciencia del 'YO', tanto como la facultad de
distinguir el bien
del mal (constructivo de lo destructivo) Y, en consecuencia, poseería
el don de la libre
voluntad.
EL SIMBOLISMO DE LOS ANTIGUOS MISTERIOS
Y DE LA MASONERIA SON IDENTICOS
"La Orden conocida como la Francmasonería parece haber sido
instituida
como un
vehículo para conservar y trasmitir una relación de los milagrosos
tratados del Más
Alto con Su pueblo, en la infancia del mundo, pues en tan temprana
época (lo que
ahora es) la Masonería puede identificarse con la religión.
"La identidad de la institución Masónica con los Antiguos Misterios
es
obvia, debido
a las sorprendentes coincidencias (similitudes) que se ha encontrado
existen entre
ellas. Los últimos eran una adoración religiosa secreta, y los
depositarios de la
religión, ciencia y arte. La Tradición ubica el origen de los
Misterios en la época más
remota del tiempo, y los hace contemporáneos con la organización de
la
sociedad.
'”Pero la orden de la Francmasonería (tan antiquísimamente
constituida
en sus
variadas formas y bajo diferentes títulos) va más allá de lo que
fueron los Antiguos
Misterios. Mientras ella comprende todo lo que hay de valor (en forma
simbólica) en
las instituciones del pasado, incluye dentro de su círculo todo lo de
hoy, que es bueno
y verdadero, y por eso ha llegado a ser la conservadora y la
depositaria de la
religión, la ciencia y el arte.
"Sin hacer ninguna referencia a las formas o modalidades de la fe,
provee de una
serie de evidencias indirectas que operan silenciosamente para
establecer los
grandes principios generales de la religión; y puntualiza ese sistema
triunfante que
fue el objeto de todas las dispensaciones precedentes y debe concluir
por ser la única
religión de la raza humana, porque es la única religión en la que el
plan de salvación
está claramente delineado". Pierson, Tradición de la Masonería.
"De edad en edad, a través de incontables generaciones estos ritos
han
leído sus
lecciones sublimes de sabiduría y esperanza, de paz y advertencia, a
los 'Hijos de la
Luz'.
Los Iniciados de todas las edades se han conocido con el nombre de
Hijos de la Luz;
y de aquellos Aspirantes que emprendieron la búsqueda de la Luz, se
ha
dicho que
van viajando hacia el Oriente. Todo esto es significativo cuando
reconocemos el
hecho de que la Masonería y las otras pocas sociedades secretas
genuinas, han
continuado usando las mismas expresiones y urgido a sus Aspirantes a
seguir en la
búsqueda. Esto es cierto aún en el principio de la Nueva Era, y uno
conocido como
Manisis -descendiente de aquel Manassah que fuera prometido por Dios,
por medio
de la voz de los Profetas, de que sus hijos e hijas (progenie de las
futuras
generaciones) heredarían la tierra y que en tal época la tierra
llegaría a ser como un
cielo (puerto de paz) - ha venido a habitar entre los hombres, ha
empezado su
ministerio y está dirigido por el Padre de Todo en el lenguaje
místico:
"Yo, Oh Manisis, que soy Jehovah Adonai -el Padre de la Luz".
Así, los que tenemos ojos para ver, debemos reconocer que ha llegado
la hora del
reajuste, y que aquellos que han obedecido la Ley y llegado a ser
verdaderamente
Hijos de la Luz, vendrán a lo suyo,~ -su reino-, y que, en
consecuencia, -no será el
humilde el que herede el reino, sino el fiel -aquellos que no sólo
creyeron, sino los
que obedecieron la Ley.
"Estas mismas lecciones, en el mismo lenguaje, se nos leen hoy a
nosotros. Pero,
¿vemos en ellas lo que ellos vieron? ¿Nos impresionan como los
impresionaron a
ellos? ¿0 pasan ellas ante nuestros ojos como un panorama de alguna
tierra
desconocida, que no tiene deslinde que nos diga cuál es o dónde está,
o nos dé alguna
noción inteligible con respecto a ella? Aceptando el símbolo, ¿hemos
perdido su
sentido? Nuestros rituales serán de poco valor para nosotros, si este
es el caso. Es
nuestro deber, entonces, hacer de la Francmasonería un objeto de
profundo estudio.
Debemos consultar el pasado.
"Debemos detenernos ante el sarcófago del asesinado Osiris, en
Egipto;
entrar a las
cavernas de Frigia y entrar en comunión con el Cabiri; penetrar al
‘Collegia
Fabrorum' de la antigua Roma, y trabajar en el Místico Círculo de
Sidón. En una
palabra, debemos seguir nuestras pesquisas hasta que encontremos el
pensamiento -
espíritu-, aquella ley que había en las mentes de los que crearon la
institución y
fundaron nuestros Misterios. Entonces sabremos precisamente lo que
significan.
Veremos en ellos una gran serie de dramas morales y filosóficos,
altamente
elocuentes e instructivos, brillando con ideas sublimes, como los
cielos brillan de
estrellas. Y finalmente, descubriremos que nuestro ritual abarca
todas
las posibles
circunstancias del hombre - moral, espiritual y social-, y tiene un
significado elevado
como el cielo, ancho como el universo, y profundo como la eternidad".
Sickels,
Ahiman Rezon.
"Si buscamos el origen y el primer principio de la filosofía
Masónica,
debemos
retroceder hasta las edades de la remota antigüedad, donde
encontraremos este
principio en el seno de asociaciones congéneres, donde se conservaba
y
enseñaba la
misma filosofía. Pero si confundimos el ceremonial de la Masonería
con
su filosofía, y
vemos el origen de la institución moldeada en la forma externa de
hoy,
difícilmente
podremos ver más allá del comienzo del siglo dieciocho, y seguramente
ni aún tan
lejos.
"Las dos doctrinas: la unidad de Dios y la inmortalidad del Alma,
constituyen la
filosofía de la Francmasonería. Cuando deseamos definirla
sucintamente, decimos
que es un antiguo sistema filosófico que enseña estos dos dogmas".
Mackey, El
Simbolismo de la Masonería.
"La Ley fundamental de la Masonería requiere sólo una creencia en el
Supremo
Arquitecto del Universo y en una vida futura, en tanto que dice con
peculiar
tolerancia, que en todas las otras materias de creencia religiosa, se
espera que los
Masones sean de aquella religión en que todos los hombres están de
acuerdo,
guardándose para sí mismos sus opiniones particulares. Bajo el amparo
de esta sabia
disposición, los Cristianos y los Judíos, los Mahometanos y los
Brahmanes, pueden
unirse alrededor de nuestro altar común y la Masonería, por
consiguiente, llega a ser
universal, tanto en la teoría como en la práctica. En verdad, la
Masonería es
indudablemente una institución religiosa: su religión es de esa
especie universal en
que todos los hombres están de acuerdo y que, trasmitida a través de
una larga
sucesión de años, desde los remotos tiempos del sacerdocio que
primero
la enseñó,
encierra los grandes principios de la existencia de Dios y de la
Inmortalidad del Alma
-principios que, por su peculiar lenguaje simbólico, ha conservado
desde su fundación,
y aún continúa enseñando en la misma forma hermosa. Más allá de esto,
por su fe
religiosa, no debemos y no podemos ir". Mackey, Jurisprudencia
Masónica.
"La Francmasonería no pretende inmiscuirse en las opiniones
religiosas
de sus
miembros. Pide sólo una declaración de esa fe simple y universal, en
la que los
hombres de todas las naciones y sectas están de acuerdo -la creencia
en un Dios y en
Su dirección divina. Más allá de esto, en otros puntos o ideas
sectarias, no se
aventura y deja las mentes de sus discípulos completamente libres de
influencia. Esta
es la única exigencia religiosa que se requiere del candidato, pero
es
exigida con
absoluta estrictez. Entonces, la religión de la Masonería es puro
teísmo, en el que sus
diferentes miembros engranan sus propias ideas peculiares; pero no se
les permite
introducirlas a la Logia, o enlazar sus verdades o falsedades con las
verdades
(fundamentales) de la Masonería." Mackey, Léxico Masónico.
“Cada Masón -dice la antigua Carta de 1722 - "está obligado por su
calidad de tal; a
obedecer la ley moral". Pues bien, esta ley moral no debe
considerarse
como limitada
al Decálogo de Moisés, dentro de cuyo estrecho confín estos
escritores
eclesiásticos
la restringen técnicamente, sino que es más bien una alusión a lo que
se llama Lex
Naturae, o la ley de la naturaleza. Esta ley de la naturaleza, hace
tiempo la definió un
escritor conocedor de estas materias, como que es "La voluntad de
Dios
relativa a
las acciones humanas, basada en las diferencias morales de las cosas
y, porque se
puede descubrir con la luz natural, obliga a toda la humanidad".
Grove, Sistema de
Filosofía Moral.
http://groups.msn.com/SECRETOMASONICO/_whatsnew.msnw