La Leyenda de Hiram y Lucifer. La Gnosis – Masónica
La leyenda Luciferina, que habla de las huestes angelicales caídas a
nuestro plano terrestre, y que gira alrededor de dos personajes
infrecuentes. El primero es nada menos que el rebelde Lucifer quien
había sido extraditado por el GADU a nuestro pequeño planeta Tierra,
para cumplir una condena, su delito había sido sublevación al plan
divino que habría de cumplir por mandato del GADU. Fue exiliado en
primera instancia al planeta Marte, que luego pasaría a visitar la
Tierra. El segundo personaje es su propio hijo, este la unión de Él
y una mujer terrícola; era la primera vez que nacía un ser nacido de
una mujer y un ser divino. Según la leyenda Luciferina referida,
Lucifer había sido perdonado, por su desobediencia, y una comisión de
seres angelicales le devuelve oficialmente su cetro y su corona.
Entonces es nuevamente venerado como uno de los más altos Seres de la
Creación.
El poder motivador de esta leyenda, no para ahí, y describe la
insaciable curiosidad del hijo de Lucifer que era nada menos que Hiram
Abiff, el Hijo de la Viuda. Hiram quería saber todo respecto a sus
hermanos los humanos, habitantes de este planeta que tanto le
atraía. A estos seres: los humanos, su padre ha tenido numerosas
oportunidades de observarlos durante su largo exilio, desde su
observatorio construido en Marte, así como durante sus descensos a la
Tierra. Lucifer posee una consciencia plena y despierta y observa
imparcialmente el comportamiento anómalo de los terrícolas, como son
sus perversiones y su afán destructor, y argumenta que los seres
terrestres cuya decadencia no se observa en ninguna otra parte de la
Creación. Muchas de las experiencias de Lucifer, así como el deseo de
Hiram de vivir entre los hombres, nos recuerdan muchas otras leyendas
mitológicas.
La expresión “Conocer de los humanos” por parte de Hiram no tiene
connotaciones intelectuales, ni académicas al menos como las
conocemos nosotros los humanos, sino un tipo de ayudarles en su
evolución, o de buscar una solución a sus tantas problemáticas. La
naturaleza del interés o curiosidad de Hiram Abiff por la humanidad
no es mórbida o interesada: no le interesan las alabanzas ni las
recompensas – actitud tan frecuentemente asociada a la vida profana y
mundana de los terrícolas, y por la cual el mismo Lucifer sentía
desprecio. El único saber que satisfacía a Hiram es el saber que
responde a las necesidades de su ser interior, que era ayudar a la
Humanidad. Esta idea está más cercana de lo que llamamos comprender a
los demás, que el saber meramente intelectual a la que nos han
condicionado las Universidades Modernas.
Solamente hay una forma de Pensar Correctamente y es la que separa al
falso Ego del Yo Real. El hombre y la mujer están oscurecidos por los
falos sueños, pero son capaces de restablecerse por la iniciación en
las verdaderas enseñanzas gnóstico-masónicas: el pensar correctamente,
el sentimiento filantrópico y la acción fraterna – es la misión de la
Gnosis Auténtica que es enseñada en las Logias Masónicas.
Lo que Lucifer ha observado en la Tierra es devastado: criaturas cuya
sensación instintiva e intuitiva de la Realidad ha desaparecido y
viven en una atmosfera ambición, vanidad, hipocresía, ignorancia,
falso amor propio, y orgullo. Los cerebros humanos verdaderas
maquinarias de alto diseño divino han sido transformados en molinos
para moler disparates. Mienten todo el tiempo sin siquiera saberlo,
hasta el extremo de indignarse ante cualquier tipo de verdad
trascendental. Los terrícolas en su vida han amado con un amor
genuinamente fraternal, imparcial, no egoísta, sino que se dedican
únicamente a proyectar sus deformadas ideas y deseos perversos sobre
los demás. Lo que llaman educación consiste en condicionar a niños y
jóvenes para encajar en un mundo de mentiras, consumismo y
sometimiento a la desfachatez. Lucifer dice a Hiram que lo más
devastador es que han perdido completamente su contacto con lo Divino
y con la Razón Objetiva, añade: Ya no pueden diferenciar entre lo
verdadero y lo falso, sino que consideran como verdadero todo lo que
sirve a sus nefastos propios intereses o a los de un pequeño grupo.
Este pequeño Planeta Tierra es el único en la Creación, le dice
Lucifer a Hiram, donde los habitantes presentan la terrible
particularidad, muy propia de ello, que es la necesidad de destruirse
mutuamente. Esta tendencia – tan opuesta a la Divina Fraternidad – se
ha prolongado a través de toda su Historia, algo que repugna al GADU
según argumenta el mismo Lucifer.
Algunos de los pasajes más atroces de la Historia Humana expresan el
desprecio y el horror de las masacres llamadas Guerras. Esto habla de
lo mucho que no va bien en este extraño Planeta Tierra. Lucifer habla
a Hiram su hijo de la necesidad de crear una Sociedad Secreta, una
Sociedad Incorruptible y Poderosa Capaz de poner Orden al Mundo, y
agrega que todas las otras Sociedades Profanas han sido corrompidas, y
cita como ejemplo: las Organizaciones para la Paz y el Orden
Ecológico, y profetiza que todas fracasaran pues olvidan lo
esencial: que es mismo ser humano y su bienestar.
Lucifer le hace ver a Hiram que las religiones profanas están en un
proceso de decaimiento porque sus dirigentes las han despojado de su
fuerza de vida y las han convertido en Negocios Profanos, que no
contienen sino pedazos de la Verdad Divina, transformando de esta
manera lo que había sido dado como una tarea superior al hombre un
mensaje original Divino, convertido en puros y simples mercados de
ganancias económicas.
Ante este leyenda Luciferina, tenemos irremediablemente que
remontarnos a una época muy antigua y a unos mensajeros de Planos
Superiores de Consciencia más grandes, - Superiores Desconocidos por
las masas humanas – descubrir esa Sociedad Milenaria que según
adivinamos es lo que más necesitamos hoy. Se trata de una Sociedad que
se ha presentado a lo largo de la Historia con diferentes nombres y
que hoy se presenta con el nombre de Francmasonería.
Una Sociedad Solar de Francmasones que no enseñan públicamente, sino
que confía sus enseñanzas a iniciados en los Misterios que han
merecido este privilegio por sus dedicación a la fraternidad humana.
Su Escuela de Misterios Masónicos existe en nuestros días dispersa
por el mundo, produciendo los cambios necesarios para la Evolución de
la Humanidad.
En el centro de las enseñanzas masónicas yace el saber secreto de la
tarea de la vida humana que es encontrar la chispa divina dentro de
cada hombre y mujer y permitirle gradualmente reemplazar la falsa
personalidad que el mundo profano no ha impuesto. Desarrollarnos
significa edificar el Templo del Amor Fraternal Universal.
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