ALCOSERI
unread,Nov 1, 2008, 1:06:10 AM11/1/08Sign in to reply to author
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to SECRETO MASONICO
Los trabajos representan la actividad colectiva de los hermanos en la
Logia. Lo que caracteriza a
estos trabajos y los distingue de las reuniones y asambleas profanas
es el ceremonial especial según
el cual se desenvuelven y, particularmente, se abren y se cierran,
ceremonial cuya peculiar nota
distintiva es el orden, manifestándose en ese ritmo constante que
favorece la continuidad de los ya
realizados.
Tanto la apertura como el cierre de los trabajos se verifica en horas
convencionales y simbólicas,
sobre las cuales el Ven.·.M.·. se informa cerca del Pr.·.Vig.·.. En la
mayoría de los rituales
actualmente en uso, estas horas son del mediodía a la medianoche para
los tres grados simbólicos,
significando el mediodía (la hora en que el sol se halla en el cenit,
en la plenitud de su poder
luminoso y calorífico) la madurez espiritual necesaria para ser masón,
y la medianoche (en la que la
luz del día ha desaparecido por completo por hallarse el sol en el
nadir), el momento en el que ya no
es posible actuar eficazmente en los mismos.
Sin embargo, en nuestra opinión es más razonable y más conforme a las
antiguas tradiciones
masónicas que los trabajos se abran y cierren en horas diferentes para
los distintos grados (que
representan diferentes épocas o etapas de evolución) y que,
particularmente para el grado de
aprendiz, los trabajos se abran a la salida del sol (es decir, aquél
período de la vida en el cual la luz
espiritual se manifiesta primero en la conciencia) y se cierren al
mediodía (o sea en la hora en la que
la plenitud de la luz permite el paso a una cámara o grado superior).
También desde el punto de vista del simbolismo material, estas horas
son las más apropiadas para el
trabajo especial del aprendiz (desbastar la piedra bruta, acercándola
a una forma en relación con su
destino), mientras las horas sucesivas pueden ser útilmente
aprovechadas por otros obreros que
completen el trabajo de los primeros, llevando las piedras y
disponiéndolas oportunamente en el
edificio que se está construyendo, para cuyo objeto fueron labradas.
El reconocimiento de la hora debe acompañarse de la edad, que tiene su
valor equivalente,
representando aquella época o estado en la evolución individual en que
es posible tomar parte en los
trabajos masónicos, es decir, obrar en armonía con la Ley y el
Principio Constructivo del Universo.
Los tres años del aprendiz significan, en la evolución individual, el
paso en las tres grandes etapas
evolutivas representadas por los tres reinos de la naturaleza:
mineral, vegetal y animal, en los cuales
se desarrolla progresivamente aquella individualidad que en el estado
humano aparece en su
perfección, como autoconciencia, con las cualidades que la acompañan:
el pensamiento consciente,
el juicio y la libre voluntad.
No debemos descuidar el particular de que el Ven.·.M.·. se informa
precisamente cerca del Prim.·.
Vig.·. respecto de la hora como de la edad. Por medio de estas
preguntas, el primero no sólo se
asegura de la calidad masónica de la persona con quien habla, que
constituye la primera condición
para que los trabajos se verifiquen, sino que hace evidente la
necesidad (o segunda condición) de
que el tiempo, que representa el momento evolutivo y las
circunstancias externas, sea además
oportuno y favorable.
La actividad masónica necesita tiempo y condiciones especialmente
adaptadas; necesita que la
responsividad del ambiente haga fecunda y próspera la labor que
queremos emprender. Cuando ésta
no lo sea, la pregunta quedará sin contestación, y habrá que esperar
hasta que llegue la hora.
En otras palabras, permaneciendo dentro de nuestro corazón tenazmente
fieles a nuestros ideales,
proyectos y aspiraciones, así como a los esfuerzos que hayamos
emprendido, hemos de saber
esperar la hora con Fe inmutable: el tiempo no puede dejar de hacernos
justicia y recompensará
infaliblemente nuestra perseverancia.