RESUMEN FILOSÓFICO DEL PRIMER GRADO

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Belino

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10 abr 2009, 9:55:1510/4/09
a SECRETO MASONICO
RESUMEN FILOSÓFICO DEL PRIMER GRADO
Por el Q:.H:. Luis A. Chacón R.
La francmasonería Universal es, en esencia, una Institución
eminentemente formadora,
docente por excelencia, consagrada a través de los siglos a la noble y
generosa tarea de
plasmar un tipo ideal de hombre, culto, solidario y fraternal, amante
de la verdad, libre de
prejuicios o de dogmas. Este carácter docente que la singulariza, le
impone el perentorio deber
de preocuparse de todo cuanto se dice relacionado con los procesos
educativos y, sobre todo,
entender con claridad el significado e importancia de la educación en
el individuo y en la
sociedad.
La Francmasonería centra su interés en el individuo y en la sociedad.
A través del primero (el
individuo), correctamente formado, pretende mejorar y perfeccionar la
humanidad. Con esta
concepción básica se fija la órbita de acción de la Orden, para no
actuar en el mundo exterior
como manifestación evidente de su voluntad, sino estimulando la acción
de sus miembros en
tareas de progreso, de bienestar y de dignidad de las personas y de
las agrupaciones, que
éstas forman en su vida en sociedad.
De la eficacia, del celo y fervor con que se lleve a cabo esta obra,
depende en gran medida el
destino de cada uno de los neófitos que ingresen en nuestra Orden.
Quienes tenemos de una u otra forma la responsabilidad de impartir
docencia en los talleres y
en especial en el caso de los recién iniciados, debemos tener
claramente establecido cuáles
son los fines y cuáles son los medios o recursos de que disponemos
para esta acción
educativa. Lamentablemente, la confusión no es rara en muchos talleres
lo cual trae como
consecuencia esterilidad o pobreza en la acción formativa y desencanto
y alejamiento de
nuestras columnas de muchos elementos valiosos que no supimos o no
fuimos capaces de
retener.
No olvidemos que el profano, mediante la Iniciación, nace a una nueva
vida y que corresponde
a la Masonería prepararlo y capacitarlo para "vivir" esta nueva vida.
Además, es necesario
destacar, que el masón no solamente ha de "vivir" sino que ha de
"convivir", lo que supone un
auténtico proceso de socialización, que equivale a convertir el "yo"
en "nosotros". Así, los tres
grados azules o universales de la Francmasonería son el intento de
feliz realización de un
proceso de formación iniciática, partiendo de aprendiz, pasando por el
de compañero hasta
alcanzar la plenitud masónica que le confiere maestría.
Todo lo anterior nos señala la complejidad del quehacer masónico-
docente y la urgencia que
no admite postergación con que la Gran Logia pretende asumir esta
tarea como máxima
prioridad. Para esto, la Gran Logia reconoce la necesidad de crear un
medio logial y unos
instructores masónicos que aseguren que el medio o ambiente en el que
ha de convivir el
iniciado, sea real y efectivamente educativo y sus instructores o
Vigilantes sean de la más alta
calidad y eficiencia, de sólida cultura, con dominio de la filosofía
de nuestros grados, es decir,
una efectiva aptitud docente. Por todo esto, queridos hermanos, es que
hoy nos encontramos
reunidos en este Seminario, los Respetables Hermanos Vigilantes y
Oradores de toda la
Jurisdicción, convocados por la Gran Logia, en un serio propósito
alrededor de la Docencia
Masónica.
El primer grado enseña a cultivar la fraternidad y a practicar la
moral, acostumbrando al
Aprendiz a interpretar los símbolos y alegorías masónicas; durante el
período de aprendizaje
se hacen conocer al masón las leyes, usos y costumbres de la
Francmasonería y se le dispone
para que sea filántropo, estudioso, constante y prudente. Así
solamente, el hombre equilibrado
en el plano espiritual, intelectual y físico, puede combatir sus
pasiones en beneficio de su
evolución perpetua y la de sus semejantes. El combate de las pasiones
que nos dominan,
puede hacernos infelices; sin embargo, si somos nosotros quienes las
dominamos o si
sabemos dirigirlas inteligentemente, pueden transformarnos de esclavos
en señores de
nosotros mismos. Así el Aprendiz ha de poner especial cuidado en
desterrar de sí cuantas
imperfecciones morales conserve del mundo profano, procurando, como lo
dijimos
anteriormente, despojarse del pernicioso influjo de las pasiones e
inspirarse en el ejemplo de
los maestros de su Logia.
"Nuestra Orden elige hombres, los educa, los organiza y disciplina",
esto es, corrige en ellos,
todo cuanto es posible; les enseña a elegir los elementos útiles del
ambiente en que se
desenvuelven; y les indica el rumbo de las evoluciones que han de
llevarlos a su destino. En el
primer grado como en los sucesivos, se enseña y educa al neófito sin
móviles religiosos o
políticos. " Así nuestra Institución comienza su obra en los Hermanos
y, por consecuencia
lenta, pero eficaz y profunda, la termina en la sociedad profana".
La Francmasonería enseña al recién iniciado un repertorio de
principios intangibles, cuya
aceptación es básica e ineludible para el ingreso y permanencia en la
Orden. Estos principios
la individualizan y la definen, caracterizándola de tal manera que si
faltaran, desaparecería la
Institución, ya que ellos expresan la correcta y buena doctrina. El
primero de ellos, es el
principio de la personalidad. Reconocer al ser humano el atributo de
conciencia autónoma que
no puede ni debe ser supeditada a ninguna entidad, salvo al estado en
cuanto éste es el
símbolo representante y expresión de la comunidad. Esta supeditación
sólo es válida en la
esfera de las relaciones con los demás, ya que en la intimidad, el
hombre se da su propia
moral, su propia norma, pues es soberano. El segundo principio: La
masonería exige a sus
miembros que sean morales, pero no les impone una pauta determinada de
moral, sino que
respeta las conciencias individuales y sólo exige que cada cual
proceda de acuerdo a su
conciencia. Por eso la Orden, en general, no impone ni dogmas ni
consignas.
Del principio de la personalidad se derivan dos principios
fundamentales, como son el de
libertad y el de igualdad; con relación a este último podemos afirmar
que, todos poseen los
mismos derechos fundamentales, es decir, todos somos fundamentalmente
iguales. De allí que
cualquiera forma de esclavitud y servidumbre, pugna con el ideal
masónico de la igualdad,
implícito desde el primero hasta el último grado de nuestra Augusta
Orden. Otro principio
fundamental de la Institución, y quizás el primero de los elementos
místicos que se nos enseña
cuando somos Iniciados, es el de la fraternidad, que se traduce en
alentar en el neófito y
reafirmar en el resto, la simpatía mutua, la solidaridad, condiciones
fundamentales y prerequisitos
para que la libertad y la igualdad no se nos convierta en una ilusión
utópica. La
estrecha unión de los iguales es pilar fundamental para el buen
desarrollo y armonía individual
y colectiva del Taller.
Necesitamos entonces, perseverar en nuestros propósitos de auto
formación, labrar la piedra
bruta a través de una docencia activa, para luchar por la justicia, la
paz y la solidaridad, pues
de este modo serviremos a los elevados designios de la Institución
masónica, que al recibirnos
en su seno nos confió un legado, un patrimonio moral y espiritual que
ante el Ara juramos
defender y dignificar, mediante nuestro esfuerzo personal y
consagración para el logro de una
superior convivencia.
Esta recopilación, interpretación y análisis del primer grado no
pretende agotar el tema, sólo
aspira ser una vista, aunque sea parcial, de los Iniciados dentro de
nuestra Institución
Francmasónica. Francmasónica.


http://logiahermon.org/

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10 abr 2009, 9:57:1510/4/09
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