Introducción al Ocultismo.
Segunda parte.
"En los últimos años el avance de la ciencia y de la técnica ha sido fabuloso. Nuevos y revolucionarios conceptos han surgido en todos los campos de la actividad humana. Hoy día se sabe más que nunca sobre física, química, cirugía, enfermedades, etc. No está lejano el momento en que el ser humano se traslade físicamente a otros planetas.
Y sin embargo, en el individuo mismo nada ha cambiado. Su cerebro funciona igual que dos mil años antes de Cristo, sus temores, oDios, pasiones e inquietudes son las mismas. La conquista del mundo exterior ha sido fructífera, pero la conquista del mundo interno ha sido nula. Se sabe mucho sobre los secretos de la materia y la energía, pero nada sobre la mente ni sobre la fuerza que mantiene la vida. Muy pocos pueden decir con certeza: “yo me conozco a mí mismo”.
Sin embargo, esto no parece preocupar mucho a la gran masa humana ensoberbecida ante el aparente poder del hombre sobre la Naturaleza.
Solamente la enfermedad, la desgracia y la muerte vienen ocasionalmente a enseñarle humildad, y el hombre que en medio de su soberbia se cree amo y señor del Universo agacha la cabeza tan abrumado e impotente como el hombre primitivo ante la furia de los elementos.
Solamente en esos momentos medita en la vida y se interroga a sí mismo: “¿Qué es la vida?”, “¿Por qué Dios es tan injusto?”, “¿Quién soy yo?”, “¿De dónde vengo?”, “¿A dónde voy?”, “¿Por qué todos tenemos que morir?”, “¿Acaso no existe la felicidad?”.
Algunos, demasiado materialistas, o demasiado perezosos para pensar, se conforman atribuyendo todo a la casualidad.
Las religiones tratan por todos los meDios posibles de brindar consuelo a través de diferentes dogmas a los cuales se les atribuye origen divino. Sin embargo, las leyes científicas son implacablemente lógicas y poderosas, resultando difícil conciliarlas con dogmas religiosos que apelan solamente a la fe.
Íntimamente el individuo vive desorientado y atemorizado ante el mañana. A fin de paliar el desconcierto y la angustia que le produce la visión de un mundo aparentemente caótico, injusto y sujeto a la causalidad, se rodea de progresos materiales, lujos y diversiones. A través de la vida social, las fiestas y las amistades procura olvidar su vacío espiritual y cerrar sus ojos ante el terrible espectáculo de la vida.
En medio de este caos existe una Sociedad Secreta que mantiene desde hace miles de años, en toda su pureza original, una ciencia que permite al individuo el acceso a un nuevo y más elevado estado de conciencia, en el cual logra conocerse a sí mismo, conocer el misterio de la vida y la verdad, y actualizar sus capacidades mentales latentes (...)
(...) Esta ciencia es el Ocultismo, cuyas verdaderas enseñanzas se mantienen secretas, habiendo trascendido al vulgo solamente interpretaciones personales de individuos que han llegado a vislumbrar una pequeña parte del secreto. Estos conocimientos se han mantenido ocultos debido a que solamente pueden tener acceso a ellos las personas que estén dispuestas seriamente a entregarse de lleno a este estudio, y que tengan cierto grado de evolución espiritual. Sucede con esto exactamente lo mismo que con la ley que reserva ciertos derechos sólo para los mayores de 21 años.(...)
(...) A pesar de la abundancia de centros educacionales, en ninguna parte del mundo, en ningún colegio, en ninguna Universidad se le enseña al individuo a vivir. Son raros los que pueden afirmar con toda propiedad que saben vivir ya que no es la inteligencia ni la cultura ni los títulos los que enseñan al individuo este arte. Paradójicamente hay veces en que los más cultos en apariencia son los más ignorantes, ya que la más terrible ignorancia es la ignorancia de sí mismo, la ignorancia del misterio de la vida, la ignorancia del arcano de Nuestro Padre o Creador a quien llamamos Dios. La ignorancia del misterio de la muerte, la ignorancia del amor, de la bondad, la belleza y la verdadera sabiduría, la ignorancia de la fraternidad y de la unión entre todos los pueblos del mundo. (...)
(...) Tal como existe en el campo educacional la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, también en estos estuDios existe una progresión comparativamente igual. Solamente en una organización en la cual se inicie al individuo en forma real y no simbólica se encontrará la más elevada enseñanza. “Muchos serán los llamados y pocos los elegidos” cobra aquí especial significado. Muchos han buscado la luz del ocultismo en diversas y disímiles organizaciones, pero muy pocos han encontrado la verdadera institución donde realmente estén la luz y la verdad, ya que solamente el que sea guiado por su propio espíritu podrá encontrarla. (...)
Sólo ante la perspectiva de la muerte renace la idea de Dios, amor, espíritu.
Existe una desesperada búsqueda de la felicidad a través de los placeres materiales que estimulan fuertemente los sentidos y que brindan una especie de euforia sensual. A pesar del dominio que la ciencia ha alcanzado sobre la materia, el individuo ha derivado hacia una actitud diametralmente opuesta: se ha convertido en esclavo de sus posesiones materiales.
¿Cuántos hay que trabajan, arduamente para mantener un lujoso automóvil, por ejemplo? ¿Cuántos los que pierden su decencia y humana dignidad al envilecerse por el oro, al embriagarse o al lucrar con la desgracia ajena?
Aquél que vive aferrado a los placeres materiales disfruta de una euforia sensual que lo incapacita para ver hasta qué punto ha perdido su calidad hominal. Los objetos materiales hipnotizan y devoran igual que la boa que fascina a un pajarillo para después engullirlo.Sin embargo, en esta era de tremendo materialismo existen seres privilegiados que ansían conocer los misterios de la vida, vencer al destino, promover el amor y la fraternidad entre los seres humanos, liberar al mundo del mal, modelar el propio carácter para superar los vicios, complejos, debilidades, etc. Hay muchos, que por haber sufrido demasiado o haber nacido despiertos o conscientes buscan desesperadamente la luz del conocimiento que los pueda llevar a encontrarse a sí mismos para realizar todo lo que desean en la vida.
Algunos quieren explicarse por qué los persigue la “mala suerte”; otros no han logrado la felicidad en el amor o no pueden triunfar en la vida porque tienen complejos de timidez o poca personalidad. Hay quienes sufren de incurables enfermedades nerviosas, mentales o de otro género y que pueden aprender a vencerlas o a paliar sus efectos por medio del correcto uso de la mente. Los incomprendidos por sus familiares, los huérfanos de amor, los que sufren de abandono espiritual, tristeza o decepción, pueden liberarse y vencer.
Quienes tengan problemas de cualquier clase, por terribles que éstos parezcan, no desesperen. El ocultismo es la ciencia máxima y sagrada que enseña a vivir sabiamente por medio del correcto empleo de las fuerzas de la naturaleza.
El ocultismo es el estudio del hombre y de las leyes de la naturaleza, y de la forma como éstas actúan e influyen en el ser humano. Se le llama ocultismo porque es justamente una ciencia que está oculta a la humanidad pasional, egoísta, vengativa y esclava de sus deseos materiales.
La palabra ocultismo provoca inmediatamente una reacción negativa de parte del que la escucha, ya que ocultismo ha pasado a constituir un sinónimo de “magia”, “brujería”, “demonología”, “satanismo”, etc. Ha contribuido poderosamente a formar esta idea la fantástica y abundante literatura que existe sobre este tema, englobada bajo la calificación de “ciencias ocultas”. Estos libros han sido escritos en su mayor parte por individuos vanidosos que jamás llegaron a tener contacto con el verdadero y sagrado ocultismo, y que solamente han estudiado fragmentos de su parte esotérica a través de otros libros igualmente fantásticos e irreales.
Charlatanería y Ocultismo se han convertido en algo similar. Los pseudoocultistas bajo una careta de grandilocuencia y teatralidad se han arrogado mágicos poderes, dicen ser clarividentes y conservar el recuerdo de sus vidas pasadas o encarnaciones anteriores, identificándose generalmente con algún personaje famoso de la antigüedad.
Gran difusión han alcanzado igualmente algunos fenómenos ocultos presenciados por europeos en la India y el Tíbet, por lo cual todos los interesados por las ciencias ocultas vuelven con ingenuidad sus ojos hacia estos países esperando encontrar allí lo que no hallaron en su país natal. Ingenuamente piensan que se puede vivir doce horas al día, desdoblado, observándose el ombligo o meditando, y piensan que ésta es la más perfecta condición a la cual puede aspirar el ser humano. No se dan cuenta de que la complicada gimnasia llamada Yoga, por ejemplo, no es más que un medio de alcanzar un fin, que el occidental puede alcanzar mucho más fácilmente por otros meDios más de acuerdo con su condición de fuerza, actividad y pujanza, para no caer así en la pasividad y apatía hindú. Existe notable diferencia entre la constitución oriental y occidental, de modo que es altamente inconveniente el empleo entre occidentales de prácticas hindúes que pueden llevarlo a la desintegración de su personalidad.
Existen en la actualidad muchas organizaciones de carácter filosófico que hacen mucho bien, pero que están lejos de llevar al aspirante a la verdadera comunión con Isis, el conocimiento de los arcanos de la naturaleza.
De mil escuelas ocultas habrá probablemente una donde el aspirante encontrará la luz del verdadero conocimiento y recibirá la verdadera y real iniciación. Las restantes serán solamente centros de estudio donde se proporciona información teórica, pero no conocimiento, y menos sabiduría.
El objetivo primordial del ocultismo es la liberación del ser humano. La liberación de la ignorancia, del dolor, de la bestialidad, de la mentira, del destino y de la muerte, a fin de llegar algún día a cambiar el mundo y crear un nuevo mundo de hombres conscientes y totalmente responsables de su calidad humana.
Muchos emprenden este camino de superación poseídos de gran entusiasmo, pero creen que basta hacer tres o cuatro oraciones, meditaciones o conjuros para recibir por gracia divina todos los poderes y conocimientos. Es necesario ser realista, ya que todo cuesta en la vida. El ocultismo es una ciencia que es preciso estudiar y practicar con gran dedicación y tenacidad, ya que es un estudio que involucro nada menos que la comprensión y conocimiento de Dios, del hombre y de la vida. Una gran mayoría se desanima porque estudian uno o dos años y en este corto tiempo quieren alcanzarlo todo.
El que llegó a titularse de médico tuvo que estudiar para ello aproximadamente veinte años de su vida, y sin embargo algunos quieren desentrañar el misterio de la vida en dos o tres años. Sólo a costa de una tenacidad sin límite y de un valor y confianza en sí mismo a toda prueba se llega a las grandes realizaciones. Indudablemente aquéllos que buscan solamente cambiar su carácter, fortalecer su personalidad o alcanzar cualquier logro material, no necesitarán esforzarse tanto como los que desean lograr una unión con su propio espíritu.
Los que estudien por curiosidad perderán su tiempo lamentablemente y corren el peligro de desequilibrar sus vidas, ya que el contacto con el fuego de la verdad puede quemar a quienes no hayan depurado su alma del egoísmo y las pasiones humanas. (...)
(...) El arte de vivir es tan fácil y tan difícil al mismo tiempo. Está todo encerrado en amaos los unos a los otros.
Por desgracia el ser humano es débil, falto de voluntad, estabilidad, unidad y conciencia. Tan débil es, que se ve perpetuamente acosado por multitud de deseos, ambiciones, oDios, egoísmo, vanidad y diversas pasiones que le cierran el camino a más elevados logros.
Todos estos estados pasionales forman una verdadera cárcel para el espíritu, que se ve incapacitado de disfrutar plenamente de su vida en el cuerpo y que no puede expresar a través de este cuerpo que es su vehículo en la tierra, sus pensamientos, deseos y capacidades. Él, que es perfecto en esencia por ser una emanación de Dios se ve arrastrado por la materia salvaje, animal y pasional a cometer actos que van en contra de sus deseos de mayor evolución.
En vez de servir el cuerpo al espíritu, se ve obligado el espíritu a servir al cuerpo, por haber sido totalmente borrado y desplazado de la conciencia humana por los deseos egoístas de la masa que busca satisfacciones propias de su condición.
Es por esto que el abuso de las satisfacciones puramente materiales como beber, comer, y disfrutar de refinamientos sensuales de todo tipo, deja una tremenda insatisfacción interna, que es la reacción del espíritu al verse arrastrado a la realización de actos en pugna con su elevada condición.
Un hábito de penosas consecuencias es el de acostumbrarse a satisfacer todos los deseos del cuerpo apenas se manifiestan. Se estima como la felicidad más completa el poder disfrutar de todas las comodidades materiales, aunque se viva como un indigente espiritual; y el hombre inteligente, fraternal y de una exquisita sensibilidad espiritual es a menudo mirado como un tipo de poco valer si no tiene una buena cuenta bancaria o un lujoso automóvil.
Los poseedores de grandes riquezas son recibidos con respeto en todas partes y todo el mundo los reverencia y les abre paso. Forman una especie de aristocracia millonaria que desprecia a los desposeídos de la fortuna. Es bien curioso, sin embargo, lo que se puede observar en el plano espiritual o plano de la energía, llamado comúnmente cuarta dimensión. Allí existe la aristocracia del espíritu; fraternidad a la cual sólo tienen acceso aquéllos que han conseguido transformar los metales viles de su alma en oro espiritual, es decir, los que han vencido todas sus debilidades y pasiones para reemplazarlas por virtudes. En este plano puede verse a un importante hombre de negocios elegantemente vestido y pasajero de lujoso automóvil con apariencia de mendigo y llevando a cuestas una serie de horribles demonios.
Estos demonios son las posesiones materiales de este hombre que se convirtió en esclavo de la riqueza. Él no tiene una casa, es la casa la que lo tiene a él. No tiene un automóvil, el automóvil lo tiene a él. Otro en cambio, que en vida puede ser un humilde barrendero es tratado en este plano como un gran señor y se le ve vestido con albos y bellos ropajes.
La vida es una gigantesca obra de teatro con millones de actores, donde cada cual se ha colocado una máscara para representar el papel que le ha sido asignado por el director de escena, o sea Dios.
La diferencia que existe entre el teatro y la realidad es que en la realidad cada hombre representa varios papeles, tiene multitud de disfraces y máscaras, uno para cada ocasión. Se ve obligado a asumir diversos papeles para impresionar a los demás y afirmar su personalidad. Después de mucho tiempo de llevar interpretando estos papeles, se confunden tanto con la realidad, que pasan a formar parte de la psiquis del individuo.
Estas máscaras contribuyen a mantener al hombre sumido en la ignorancia de la realidad, ya que todo lo percibe a través de sus “papeles”.
La divulgada recomendación “conócete a ti mismo” se convierte en un imposible entre la maraña de las máscaras.
Imaginemos una obra en que cada personaje quisiera interpretar su propio papel sin tomar en cuenta a los demás actores ni al director de escena y tendremos una buena idea de lo que ocurre en el alma humana.
Se ha llegado a confundir tanto la escena con la realidad que nadie es capaz de percibir en forma objetiva lo que nos llega a través de nuestros sentidos.
Toda percepción en el hombre es subjetiva y es por esto que vive en la ignorancia y es presa del dolor, la enfermedad y el temor a la muerte a pesar de tener toda la sabiduría del Universo dentro de sí mismo.
Esta trastrocación del principio pensante del individuo es la verdadera Torre de Babel que produjo la incomprensión total y completa de la Raza Humana.
Todos los actos humanos están condicionados a sucesos externos que influyen de uno u otro modo en el estado de ánimo o mental del individuo inclinándolo hacia una determinada decisión.
Son muy pocas las exteriorizaciones auténticas del ego o espíritu que son las únicas que se pueden considerar dentro del plano de lo consciente.
Las manifestaciones corrientes son producidas por presiones diversas ejercidas en la psiquis por algo que ha llegado a través de los sentidos, o por estados vibratorios que se han grabado en el subconsciente debido al total de experiencias tenidas hasta el momento de la exteriorización." (D.S)