Byan Amaya de SaintClear
unread,Nov 14, 2011, 7:16:22 PM11/14/11Sign in to reply to author
Sign in to forward
You do not have permission to delete messages in this group
Either email addresses are anonymous for this group or you need the view member email addresses permission to view the original message
to SECRETO MASONICO
INFILTRACIÓN MASÓNICA EN EL VATICANO
La infiltración en el Vaticano es un hecho. La masonería, el OPUS
DEI, los servicios secretos, Los Illuminati, la OTO y el satanismo han
sido capaces de colocar a sus hombres en puestos claves del Vaticano
que dan acceso a la información y, en el mejor de los casos, al
poder.
El presente trabajo muestra esa realidad asombrosa. La Masonería
Cuando las logias masónicas se extendieron por Europa en los inicios
del siglo XVIII, las condenas papales no se hicieron esperar. Clemente
XII, con su bula In Eminenti del 24 de abril de 1738, condenó y
prohibió las sociedades, reuniones, asociaciones o agrupaciones
denominadas Liberi Muratori, masones u otros nombres, por ser
"perniciosas para la seguridad de los estados y la salvación de las
almas".
Otros papas como Benedicto XIV, Pío VII, León XII, León XIII y Pío X
reprodujeron las condenas xenófobas contra la masonería y las
sociedades secretas, argumentando prácticamente lo mismo que el papa
Clemente XII. El paso del tiempo, sin embargo, ha provocado que la
masonería no sólo sea aceptada más o menos por el Vaticano, sino que
esté infiltrada en los diferentes escalafones de poder de éste y lo
controle en parte. El primer hecho que provocó que la opinión pública
conociese dicho extremo fue el caso de la Logia P2 italiana, fundada
por el ex fascista y rico empresario Ligio Gelli.
Por la Logia P2, pasaron hombres ligados a las finanzas y el poder
del Vaticano, al igual que personalidades de la política y las
finanzas de Italia y Latinoamérica, que acabaron envueltos en tramas
delictivas. El 12 de diciembre de 1987, el periodista Pier Carpi, en
L'Expresso, afirmaba sobre la presencia de la Logia P2 en el Vaticano
que "se llama 'Logia Eclesia' y está en contacto directo con el gran
maestre de la Logia Unida de Inglaterra, el duque Michael de Kent.
A ella pertenecen más de cien personas entre cardenales, obispos y
monseñores de la Curia que consiguen mantenerlo en el más absoluto
secreto, pero no hasta escapar a las investigaciones de los hombres
del famoso OPUS DEI". Dejando de lado el caso de la Logia P2, una
Obediencia masónica irregular y de derechas que prácticamente no
existe en la actualidad, lo cierto es que encontramos otros
testimonios que demuestran la infiltración de la masonería en el
Vaticano, siempre en su vertiente regular, es decir tradicional y
anglosajona.
El libro "Mentiras y crímenes en el Vaticano", escrito por unos
misteriosos Discípulos de la Verdad y publicado por Ediciones B en el
año 2000, sobre la citada presencia de la masonería en el Vaticano,
nos cuenta: "El hecho de que el clan masónico esté tan envuelto en el
secreto como su adversario opusdeísta hace que la identificación de
sus miembros resulte tan difícil como la de los de este último.
En el Vaticano se rumorea que, aparte del cardenal José Rosalío
Castillo Lara, pertenecen al clan masónico el cardenal Achille
Silvestrini (prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales,
señalado como uno de los jefes del clan), el cardenal Pio Lagui
(prefecto de la Congregación para la Educación Católica),el cardenal
Camillo Ruini (vicario general de Roma), monseñor Celestino Migliore
(subsecretario para las relaciones con los Estados)..."
La infiltración de la masonería en el Vaticano es un hecho. Y su gran
éxito, según parece, ha sido limitar las parcelas de poder en el
Vaticano de los conservadores del OPUS DEI e instituciones similares
que apuestan por un gran conservadurismo. Ciertamente, es correcto que
la finalidad principal de la masonería "vaticana" esté encaminada en
esa dirección. El Opus Dei El OPUS DEI fue fundado en España a finales
de los años veinte por José María Escrivá de Balaguer.
Su crecimiento espectacular se produjo en España, durante la dictadura
fascista de Francisco Franco. El papa Juan XXIII no apreciaba el
conservadurismo opusdeísta, pero sus sucesores iniciaron un
acercamiento a la Obra. De hecho, el 28 de noviembre de 1982 Juan
Pablo II proclamó oficialmente la elevación del OPUS DEI al rango de
prelatura personal.
De esta forma, la organización de Escrivá de Balaguer se situó en una
posición inmejorable para infiltrarse e intentar dominar a la Iglesia
católica desde dentro, lo cual ha conseguido sólo a medias, por la
dura oposición de la masonería "vaticana" y de otros "infiltrados". El
OPUS DEI ha sido citado como secta secretista y "santa mafia" por
aquellos que han padecido en sus carnes sus formas de proceder o que
estudiaron su estructura y comportamientos. Por ejemplo, en 1997, una
comisión de investigación del Parlamento belga incluyó al OPUS DEI en
una lista de 189 sectas o asociaciones sectarias.
España, bajo el gobierno de derechas del Partido Popular, en este
momento, está muy influenciada por los hombres del OPUS DEI, ya que un
buen número de ministros y cargos del Partido Popular son miembros del
OPUS DEI, de la misma forma que otros responsables de la política, la
banca, la justicia y empresas varias. El actual nivel de infiltración
y de poder del OPUS DEI en el Vaticano, no obstante, aún es mayor que
en países tipo a España, porque, desde el papa hasta el último cura
del Vaticano, existen cientos de afiliados a la Obra. Giuliano Di
Bernardo, Gran Maestre de una Obediencia de la masonería italiana,
harto de que se acusase a la masonería de infiltración en el Vaticano,
afirmó que: " las fuerzas de la reacción católica están en pleno
movimiento, reorganizan sus tropas y acusan a la masonería.
Pero, ¿por qué no se dice también que el OPUS DEI, el integrismo
católico, ha invadido como un pulpo las finanzas internacionales y
también las italianas? Hombres del OPUS DEI ocupan los más altos
cargos del poder y condicionan las elecciones de importancia
nacional". La existencia de una enorme infiltración del OPUS DEI en el
Vaticano, que responde a un deseo de adquirir poder y promover el
conservadurismo en la Iglesia católica, es evidente.
Podría decirse que, hoy, hasta resulta descarada. Sus objetivos son
justo lo contrario que los deseos de la masonería "vaticana", la cual
aspira a humanizar el Vaticano. ¿Quién vencerá en la disputa? ¿Vencerá
alguien? ¿Existen otros infiltrados en el Vaticano, aparte de los
masones y los miembros del OPUS DEI? Los servicios de inteligencia Los
servicios de inteligencia tienen un gran poder en la sombra.
La CIA de EE.UU., el Mossad israelí, los servicios británicos MI5 y
MI6, la desaparecida KGB o, incluso, el CESID español disponen de
amplias redes de espías y pisos francos en el extranjero para poder
realizar sus labores de información y contrainteligencia. De hecho,
todos ellos tratan de obtener información de la organización, la
estructura, el armamento, la industria bélica, el servicio de
inteligencia, las tendencias sociales, las ideologías, la economía,
los grupos de poder..., de los diferentes Estados que son de su
interés, para poder neutralizar, desbaratar u obtener algún provecho.
Resulta obvio que el Vaticano es un manjar gustoso para los
principales servicios secretos del mundo y que sus agentes están
infiltrados en el mismo, al igual que la masonería y el OPUS DEI. Así,
la cruzada derechista y anticomunista que llevó a cabo la logia
masónica irregular P2, tanto dentro como fuera del Vaticano, estuvo
apoyada en parte por la CIA. Varios miembros prominentes de la Logia
P2 recibieron apoyo económico de la agencia para luchar contra el
comunismo italiano.
Y algunos agentes del servicio secreto de EE.UU. también se
infiltraron en el seno del Vaticano, con ánimo de descubrir una
posible infiltración comunista, la cual realmente estaba ocurriendo.
De esta forma, en las mismas fechas, el Vaticano sufría la
infiltración del KGB y de otros servicios secretos de países
comunistas del antiguo Bloque de Este. En 1998, dos miembros de la
Guardia Suiza del Vaticano aparecieron asesinados y el hecho resultó
un escándalo, barajándose todo tipo de hipótesis sobre el móvil del
crimen. Al final, se difundió la teoría de que Cédric Tornay había
matado al matrimonio Estermann en un "arrebato de locura".
Ahora, sabemos que Alois Estermann, uno de los asesinados, se había
convertido en informador de la Stasi en 1980 y que, entre 1981 y 1984,
bajo el nombre cifrado de "Werder", había enviado a la policía secreta
de la RDA, que venía a ser lo mismo que el servicio secreto, numerosos
y detallados informes sobre el Vaticano utilizando una casilla postal
del tren nocturno Roma-Innsbruck. El almirante Fulvio Martini, jefe
del Sismi (el servicio secreto militar italiano) de 1985 a 1990, sobre
Alois Estermann y las infiltraciones de servicios secretos de países
comunistas en el Vaticano, apuntó: "La hipótesis de que Estermann
estuviera a sueldo de la Stasi es posible. En aquellos años, los
servicios secretos de Alemania del Este, Polonia y Checoslovaquia
mostraban un enorme interés por todo lo que ocurría en el Vaticano".
Markus Wolf, la cabeza visible de la "inteligencia" de la antigua
Alemania del Este, confirmó la infiltración en el Vaticano en el
diario L'Expresso en 1999: "Nuestro punto de referencia en el Vaticano
se llamaba en clave Licht blick, rayo de luz. Era un alemán, uno de
los más inteligentes frailes dominicos, miembro de la Comisión
Científica del Vaticano y muy próximo al ambiente de monseñor Agostino
Casaroli... Se llamaba Karl Brammer".
La infiltración de los servicios de inteligencia en el Vaticano, así,
pues, es un hecho tan real como la infiltración de la masonería y el
OPUS DEI. Mientras los últimos, no obstante, desean dominar y
reconducir la política del Vaticano, los espías se limitan a obtener
información útil, probablemente valorada como "Top Secret", para saber
más y diseñar estrategias favorables a sus respectivos países, lo cual
parece lógico. Conocido todo ello, cabe preguntarse: ¿Aún podemos
encontrar otras infiltraciones en el Vaticano? ¿Son organizaciones
capaces de obtener datos del mismo como la masonería, el OPUS DEI y
los servicios secretos y conspirar en la sombra? Los Illuminati, la
OTO y el Satanismo Existen otras órdenes próximas a la masonería y el
satanismo que igualmente están infiltradas en el Vaticano.
Los Illuminati, fundados por Adam Weishaupt el 1 de mayo de 1776 en
Baviera, siempre promovieron la estrategia de la infiltración. Y, por
eso, cuando la Orden se reconstruyó en EE.UU., esa fue la táctica a
seguir con el Vaticano. Algunos expertos en sociedades secretas han
detectado infiltraciones en el Vaticano en ese sentido. Piers Compton,
ex editor de la publicación católica The Universe, por ejemplo, ha
rastreado la infiltración de Los Illuminati en la Iglesia católica. Y
cita como evidencia el que católicos prominentes utilicen el símbolo
iluminista dentro del triángulo o que el mismo figure en la colección
de sellos del Vaticano de 1978. Compton afirma, además, que el papa
Juan XXIII utilizaba el símbolo en su cruz personal. Más allá de estas
teorías, como fundador y Gran Maestre de la Orden Illuminati, lo que
sí puedo asegurar es que la táctica de Los Illuminati en los últimos
años ha sido parecida a la descrita. Personalmente, he recibido
información de la Iglesia católica y del interior del Vaticano de una
fuente fidedigna: un cargo católico, sobre el cual por motivos obvios
guardo secreto.
La OTO (Ordo Templi Orientis), fundada por los francmasones alemanes
de alto grado K. Kellner y T. Reuss a principios del siglo XX, también
ha estado interesada en la estrategia de infiltrar a sus hombres en el
Vaticano o de captar a cargos de la Iglesia que pudiesen tener acceso
a información privilegiada. El cardenal decimonónico Mariano Rompalla
(1843-1913), que ejerció de secretario de Estado del Vaticano durante
el papado de León XIII, cuando falleció el papa, surgió como principal
candidato al papado, aunque no alcanzó ese puesto por el veto del
emperador José de Habsburgo. Tras su muerte, se encontraron papeles de
éste que lo ligaban a la OTO y que confirmaban los deseos de los
templarios orientales por penetrar en el campo del enemigo.
Finalmente, en el terreno del luciferismo y el satanismo, encontramos
el rastro de una organización satánica que opera en el seno del
Vaticano.
El libro "El Vaticano contra Dios" (Ediciones B, 1999), escrito por
un grupo denominado Los Milenarios, relata la citada infiltración en
el Vaticano, contando el caso de un arrepentido que hizo confesión de
sus "pecados". Los siguientes párrafos de la obra dejan pocas dudas:
"En el santuario romano del Divino Amor (sic), a última hora de la
tarde, mezclado entre los demás, se acerca al confesionario un
penitente muy alterado y turbado.
El confesor lo anima a hablar. -Padre, pertenezco a una secta
satánica, en la que desempeño un papel importante. He arrastrado a
muchos a ella... (...). He llegado a convencer a muchas personas a
asistir a misas negras y a otros ritos satánicos. Sin embargo, el otro
día fui yo el invitado a una misa negra en un lugar donde yo jamás
hubiera imaginado que se pudiese celebrar semejante rito... -¿Dónde?-
pregunta el confesor desde el otro lado de la reja. -
En el Vaticano. -¿Quiénes eran los demás? -No sé les podía reconocer,
todos íbamos encapuchados y cubiertos de la cabeza a los pies. Las
voces eran graves imposibles de identificar por el timbre..." La
infiltración en el Vaticano ha quedado reflejada, incluso al hablar de
órdenes luciferinas o satánicas. Y el ejemplo que acabamos de exponer
es sólo uno más entre otros muchos que así lo prueban.
Bastantes organizaciones han deseado tener presencia de una forma u
otra en el Vaticano, para obtener información útil o controlar a éste
y a la Iglesia. Y muchas son las organizaciones que, en la actualidad,
consiguen esos fines. El presente trabajo nos ha acercado un poco a
esas organizaciones y a esa realidad que supera la ficción y que pasa
desapercibida ante los ojos de una inmensa mayoría de mortales,
incluidos un buen número de católicos ajenos a la conspiración
descrita.
Gabriel López de Rojas