ALCOSERI
unread,Oct 26, 2008, 12:58:32 PM10/26/08Sign in to reply to author
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to SECRETO MASONICO
La Masonería en su verdadero sentido superior es un trabajo
mágico. Esto es afortunadamente, aún muy poco advertido.
Una Logia, trabajando consciente e inteligentemente
a través de sus tres oficiales y los siete que la perfeccionan,
con la cooperación de los que están sentados en las columnas,
pueden conferir al candidato (mediante la influencia
del amor y su pensamiento rítmico unido) un estímulo e iluminación
espiritual que le ayudarán a cursar el grado más
fácilmente, mostrarse competente y así unirse al rango de
los iniciados.
Más adelante, cuando la naturaleza del ritmo que se establezca
a través de los rituales sea percibida, y los masones
estén entrenados para trabajar en las líneas del pensamiento
unido, la acción, y los ideales y objetivos unidos, entonces
una Logia trabajará como grupo para la humanidad
como un todo. Crearán un punto focal para la luz espiritual
y se organizarán en un cuerpo de custodios conscientes de
los misterios, actuando como agencia distribuidora para el
conocimiento y para el poder activo despertador del espíritu
inmortal. La efectividad de esta trabajo posible será paralela
a la creciente sensibilidad de la impresión telepática.
Esta sensibilidad es un hecho ya reconocido por la ciencia.
Cuando sea abarcado este aspecto del trabajo masónico,
las actividades de una Logia, reunida para trabajar, tendrán
una verdadera y profunda significación espiritual. Los masones
se encontrarán para servir a la humanidad. Conscientemente
cooperarán con la Logia en lo Alto, ese CUERPO
gobernante que busca impresionar a la humanidad con la
verdad. Actuarán como dedicados lentes a través de los
cuales se pueda enfocar la luz en la obscuridad. Servirán
voluntariamente como distribuidores de conocimiento e información
espiritual, y los misterios no serán más, sólo
simbólicos, sino que constituirán una forma definida de actividad,
que se llevará adelante sobre la tierra.
Detrás de la Constitución de una Logia se encuentra esta
verdad básica, y el trabajo de la misma, a través de sus rituales
y ceremonias, intenta ser la escuela preparatoria para el trabajo
creador. Cada grado tiene su forma manifestada, de la cual la
Palabra es la clave y deberá ser la inspiración. Todos los rituales
son el intento para expresar la Ley del Ritmo, y producir ciertos
efectos que pueden ser listados, breve e inadecuadamente, de la
manera siguiente:
La Ley del Ritmo, tal como está expresada en un ritual.
1. Permite a una Logia de Masones llegar a unificarse y así
trabajar juntos en un cuerpo coherente y funcionante.
2. Entrena a los masones participantes en tal ritual, para trabajar,
decir y pensar en la misma cosa simultáneamente.
De aquí la necesidad de que tanto los oficiales de la Logia
como los demás miembros tengan en claro una formulada
uniformidad de pensamiento que demostrará la unidad
necesaria. De aquí la necesidad de comprender el significado
y el propósito de todo lo que se hace y dice sobre el
piso del Templo, para que cada palabra, cada acción, cada
movimiento, y cada figurada presentación de la verdad (lo
que es el ritual en sí mismo) pueda tener detrás suyo, de
manera subyacente, la atención concentrada y el orden del
pensamiento de los masones reunidos. Cuando esto pueda
realizarse, y cuando sea establecida la unificada actitud
mental, emergerá el aspecto creativo del trabajo masónico.
Este tipo de trabajo podría ser considerado como el aspecto
meditativo del servicio del masón. Es un realidad una
meditación grupal, que conduce el trabajo grupal.
3. Confiere al candidato a la iniciación, a través del pensamiento
concentrado o meditación de la Logia (cuando se trabaja
con plena comprensión) esa energía espiritual y esa iluminación
que le permitirán —en realidad y de verdad— pasar
de la obscuridad a la luz en el primer grado, ascender la
escalera en espiral del conocimiento hacia el F:.M:. donde el
alma omnisciente puede ser encontrada en el segundo grado
y entrar en la vida del S.S. del T. del R.S. en el sublime
tercer grado.
El párrafo anterior y el esbozo de la actividad del pensamiento
mostrarán obviamente al masón inteligente el porqué
este trabajo creativo, energizante y despertador de la Masonería
no ha sido posible para la humanidad hasta la era
presente, y tal vez no sea posible aún hoy. A menos que los
miembros de la Logia estén espiritualmente despiertos, y a
menos que los motivos puros existan detrás de toda actividad
mental, el candidato —cuando esté bajo la influencia
de los M.M. reunidos en la Logia— estará sujeto a influencia
mental indebida. El poder del pensamiento unido, a
menos que sea puro e inegoísta, sería hipnótico en su potencia,
y la palabra «masón libre» se volvería un sinsentido.
Otro factor a que nos hemos referido es aún apenas
percibido por los esoteristas más avanzados de la fraternidad. Es
la naturaleza creativa del trabajo masónico. Leemos:
«En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la
vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla
en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. [. . . ]
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de
Él. . . ». (Juan, 1: 1-5, 10)
Biblia de las Américas
Esta es una verdadera afirmación masónica. La Palabra como
Vida y la Palabra como Dadora de Luz, todos los masones
siempre la han reconocido. Pero la Palabra como factor creador
todavía queda para ser comprendida. Dios es el Creador, y trabaja
por medio de una triplicidad de aspectos. Dios, el Creador, utiliza
la energía del universo, que es enfocada a través del septenario
espiritual, Quien está «ante el Trono de Dios» y trae a la
manifestación
todo lo que existe, bajo la guía de Dios el Hijo, que
trabaja mediante la inspiración de Dios el Espíritu Santo,
manifestando
el propósito de Dios Padre. Así, por medio de la Palabra,
fueron hechos los mundos. El hindú lo expresa de esta manera:
«Dios pensó. Dios visualizó. Dios habló. Los mundos vinieron
al Ser».
¿Cuál es entonces
la razón de que el trabajo masónico y sus rituales mantengan a
quienes participan en ellos, como lo hacen hoy, y que preservaron
durante siglos su atractivo poder? Es posible que las razones
puedan ser encontradas en dos factores que son poco advertidos,
y ciertamente no abarcados o comprendidos por el masón
corriente. Uno de estos factores se basa en la posibilidad de que
a través de estos antiguos rituales (aún en su moderna forma judaica)
estén preservando para la humanidad ciertas formas, ceremonias
y fuentes de poder que involucran dos cosas:
1. Una dramática representación de la historia espiritual interior,
así de la humanidad como un todo, como del individuo.
Oculta en los rituales y en todo el simbolismo de
la Masonería se puede encontrar en la historia pasada de
la humanidad la guía para el futuro desenvolvimiento del
individuo y de la raza.
2. Una estructura o armazón, construidos de acuerdo al esquema
indicado por la Logia en lo Alto, que proveerá, a su
debido tiempo y cuando suene la hora del futuro despertar
espiritual, ese cuerpo que pueda exteriorizar nuevamente
los Misterios, y permitir que la Logia en lo Alto se convierta
en la Logia sobre la Tierra. El símbolo puede ser, algún
día, el reconocido cuerpo de la realidad.
Este factor subyacente o aspecto del trabajo masónico es percibido
veladamente por la fraternidad, particularmente el primer punto,
el cual está siendo enfatizado acrecentadamente. El segundo está
siendo señalado por aquellos hermanos masones que —viendo la
verdad a través de un vidrio empañado, y conociendo el camino
sólo en parte— sin embargo confían en que rápidamente se aproxime
el tiempo en que el trabajo masónico otorgará al candidato,
el poder de advertir, no solamente el significado simbólico de los
dramas presentados, sino también lo capacitarán para convertirse
conscientemente en participante de ese trabajo comprensivo que
lo hará competente para llegar a ser un iniciado de la Logia de lo
Alto.
¿Cuál es el propósito en Masonería de un
ritual y una ceremonia? Seguramente no puede ser el constante
y a menudo desempeño carente de significado de antiguas ceremonias,
y la pronunciación de antiguas fórmulas y palabras que
han sido utilizadas de generación en generación. En estos días, así
llamados de comprensión iluminada, esta repetición y dramática
representación de viejos tiempos no podría satisfacer (sólo por su
interés) la atención de personas inteligentes. Las implicaciones
éticas de la enseñanza masónica no son, como lo puntualizamos
antes, la única contribución al pensamiento del mundo, sino que
están aún más fuertemente prescriptas por todas las religiones del
mundo y por la conciencia pública, desenvuelta mediante la observancia
de la ley. El sentido del drama, inherente en la mayoría
de las personas, podría encontrar un medio más adecuado a través
del teatro.
El sentido del misterio y del secreto, que está tan fuertemente
conectado con el trabajo masónico, no es sin embargo, realmente
adecuado para mantener la lealtad de las personas que han pasado
de la etapa de la adolescencia, particularmente porque en esta
época no existe real secreto y nada que no pueda ser fácilmente
descubierto por cualquier persona interesada
Al considerar el efecto de la Ley del Ritmo, la palabra «Ley»
es usada únicamente para separar en nuestra mente esas influencias
mayores bajo las cuales todos los masones libres y aceptados
deben trabajar. Una ley, y esas influencias dominantes que producen
realizados efectos son en último análisis, términos sinónimos.
Es esta idea de correcta dominación lo que buscamos llevar
a vuestras mentes. La Ley del Amor Fraternal,
que es el efecto de la influencia
de la actitud hermanada hacia el semejante, o el resultado de
las relaciones fraternas sabiamente mantenidas, debe ser la cualidad
sobresaliente y significativa de todas la Logias Masónicas.
La Ley del Ritmo, que es la siguiente que consideramos, debe
ser la influencia penetrante en todo el trabajo llevado a cabo por
la Obra sobre el piso de su Templo. Debe ser el factor motivador
en la realización de todos los rituales
Hoy los prejuicios personales, nacionales y raciales, así como
los religiosos, destruyen mucha de la eficacia del trabajo realizado;
la lucha por procedimientos masónicos no esenciales daña
penosamente las relaciones fraternales que deberían existir entre
los diferentes cuerpos masónicos. Esta situación sólo podrá ser
cambiada cuando los masones individuales, en sus variadas Logias,
se coloquen bajo el control de esta Ley y demuestren con su
constante actitud que ellos realmente «aman a sus hermanos». El
amor no es cosa sentimental y tonta, es aquello que debe eliminar
los odios de clase, nacionales y sociales; aquello que terminará
con las distinciones y divisiones externas y que producirá la curación
del temor; que hoy corroe la vida diaria. Es inofensividad,
silencio y comprensión. Elimina toda critica personal y el daño
del hablar descuidado; establecerá la cooperación basada sobre la
confianza y objetivos mutuos. El amor está hermosamente expresado
para nosotros en las siguientes palabras de San Pablo:
«Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres,
y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no
tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente,
es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso,
no es arrogante; no se porta indecorosamente;
no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal
recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra
con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. . . ». (1 Corintios
13: 3-8)
En la Masonería, ella concierne a la relación de un hermano
masón con otro, y la confraternidad que debe caracterizar a cada
Logia. Es amor la comprensión fraterna, la asistencia mutua,
la caridad, la moral y todas las implicaciones éticas del arte
masónico. De aquí que éste ocupe el primer lugar en nuestra
enumeración.
Las otras leyes no pueden regir en verdad y correctamente
hasta que esta ley sea establecida. Ella encuentra su más
hermosa expresión en Proverbios (8: 30, 31) donde la sabiduría,
la expresión del amor de Dios a través de la segunda Persona de
la Trinidad, el principio Crístico en el mundo, dice a la manera
masónica: «Yo estaba entonces junto a Él, como Maestro Arquitecto.
. . y teniendo mis delicias con los hijos de los hombres».
Las implicaciones masónicas aparecen en este pasaje, donde el
G.M. gobernante expresa Su intención en términos ciertos. Su
«delicia» está con el hombre. Su deseo es hacia la humanidad. Su
amor era para Sus hermanos, el amor es el cemento que mantiene
unida a toda la estructura divina que une a las piedras del Templo,
produciendo coherencia, soporte y fuerza.
La Ley del Amor Fraternal es,
por lo tanto, la ley determinante en
la Masonería. La relación fraterna no hace referencia aquí a la
relación social, económica, política y religiosa, como usualmente
se la comprende y que tan frecuentemente gobierna a los hermanos
cuando se reúnen en la Logia. Se refiere a la actitud interior
de la mente, a la orientación subjetiva del corazón, que debe
guiar la interacción de los masones reunidos para el trabajo en la
Obra; ella debe determinar la actitud de los oficiales de la Logia
y de sus hermanos constructores, unidos en el trabajo. Simbólicamente,
y por breve tiempo, cada uno de ellos asume el ideal
del eterno propósito que tiene ante sí; de esta manera aprenden
a amarse mutuamente como hermanos y como hijos del mismo
Padre. Algún día, esta relación simbólica temporaria será perpetuada
en la vida externa de la Logia, que guiará a los asuntos humanos
en todos sus aspectos, en un Nuevo
Orden Mundial
Pero ello no esta lejos. Aún
en las breves horas pasadas en la Logia, esta actitud de intercambio
de amor impersonal y comprensión fraterna no parece difícil de
sostener. Y esto debe ser llevado al mundo
profrano
Pero si es verdad que «como el hombre piensa en su
corazón, así es él», esta actitud, si se cultiva, traerá grandes
cambios
en el corazón y la mente de los hombres.
Nuevamente, algún día las Logias individuales llegaran a la
comprensión de el significado del «amor fraterno
entre hermanos», y, en
sus Logias, mantendrán el amor intacto e indemne. La Logias
también sostendrán esta relación mutua, y como en la jurisdicción
masónica, las unidades nacionales con otras unidades, realizarán
lo mismo. Los Grupos de Masones, trabajando bajo el control
de sus variadas «Obediencias» a través de todo el mundo, serán
unificados en el mismo esquema, fusionados en la misma actitud
básica, fundidos en una unidad bajo la inspiración del mismo
amor espiritual. Cuando este sea el caso (y no un sueño vano)
entonces la Ley del Amor Fraternal comenzará a regir sobre la tierra.
La
demostración del amor en acción que nos ha dado el Gran Constructor
de Nazareth gobernará las actividades de los constructores
de la familia humana, de manera que juntos cooperen para
construir el Templo del Señor sobre la tierra.
Hubo mucha discusión acerca de las razones de que una Logia
debe tomar la forma de Cubo, y el por qué no es una esfera.
Podríamos dar aquí alguna sugerencia de las razones de esto, de
entre las muchas que se han vertido. La misma verdad que gobierna
este símbolo puede tal vez emerger como la verdad que
subyace en el motivo de que un A. Masón y un M.M., usan sus
mandiles de diferente manera. Detrás de las razones obvias dadas
en los rituales (los cuales explican sólo superficialmente el
significado
de esta antigua costumbre) está el motivo de la forma de
una Logia.
Tal vez el tema se entienda mejor si
lo acompañamos con la ilustración de un
diagrama cuadrado, que es totalmente familiar para
los estudiantes esoteristas que han investigado
el significado de la constitución
del hombre, el microcosmos del Macrocosmos.
Está basado sobre la relación existente
entre el cubo y el triángulo. La
divina triplicadad del Espíritu busca expresarse
a sí misma a través del cuaternario
de la materia, la naturaleza inferior. Puede considerarse al
cuaternario como simbolizando los cuatro reinos de la naturaleza,
que encuentran su síntesis y realización en el reino humano. La
función de este cuaternario o cubo es expresar las cualidades de
la Divinidad. El hombre, el cubo, puede ser visto por lo tanto en
su cuádruple naturaleza (física, vital, emocional y mental) y su
esfuerzo es revelar al ser interno espiritual, del cual la triplicidad
de aspectos superiores —voluntad o poder, amor o sabiduría, e
inteligencia espiritual son las cualidades.
En la relación entre el cubo y el triángulo puede encontrarse
una insinuación de la verdadera forma de una Logia, y el por qué
el masón, en su camino a ser elevado de la muerte a la vida, usa
su mandíl de tres maneras diferentes. Ello simboliza el descenso
del espíritu en la materia o la encarnación en la forma del espíritu
divino. El trabajo de la G.L. en lo Alto está comprometida
con la revelación del espíritu por medio del mundo material.
El trabajo del masón individual, dentro del Templo de su propio
corazón, tiene el mismo tema o plan principal. El trabajo que cada
Logia intenta demostrar tiene básicamente el mismo objetivo:
la revelación de la cualidad divina en forma grupal. Por ende cada
Logia es una figura cuadrada que simboliza de esta manera su
propósito espiritual básico, y llama la atención de sus miembros
hacia lo que es la única razón de su existencia. Cada vez que un
masón toma su lugar como una piedra del Templo, una piedra
viviente debe recordarse esto a sí mismo; cada vez que se coloca
el delantal, debe recordar, a través de su forma simbólica, el mismo
objetivo espiritual; cada vez que participa de las actividades,
debe advertir entonces que puede responder automáticamente a
la influencia de las cuatro Leyes Divinas, de Amor, Ritmo,
Reconocimiento
y Construcción. Entonces puede comenzar a expresar
lo divino inteligentemente y trabajar en plena comprensión y
cooperación con sus hermanos.
La Ley del Amor es tan bien conocida y tan familiar en su
fraseología que no es necesario aquí insistir en su significado. Sin
embargo, es una de las leyes Básicas del universo, aunque llamada
como la Ley de Atracción. Ella gobierna la manifestación de
un sistema solar; es la causa de la actividad uniforme del planeta,
a medida que su vida se expresa a sí misma mediante los varios
reinos de la naturaleza. Es la influencia armoniosa que mantiene
juntos a los átomos del cuerpo humano y manifiesta los ordenados
procesos de los órganos y el sistema de las actividades corporales.
Es el principio preservador de toda síntesis. A medida que la
conciencia
humana se desenvuelve, esta ley revela constantemente la
determinada síntesis de los aspectos subjetivos y objetivos de la
vida, de lo irreal y lo real y de aquello que está «dentro con aquello
que está afuera», así como lo que está abajo con aquello que
está arriba. En la familia humana, esta misma ley fundamental es
mencionada como la Ley del Amor, que gobierna todas las relaciones
humanas; los lazos familiares, las condiciones nacionales
y el entero mundo de los hombres.
Las leyes Cosmicas pueden ser llamadas por muchos nombres, y aquí
aparece la dificultad del tema. La elección de la terminología
es tan amplia y la posibilidad de las muchas frases de verdades
análogas es tan vasta, que es muy difícil elegir las palabras atinadas
para los diferentes tipos de mente. Todo lo que se puede
hacer es separar, de las muchas posibilidades, esa frase especifica
de la verdad que atrae individualmente y que está en línea con el
propósito básico de estos escritos masónicos.
Nombraremos las leyes bajo las cuales trabajan las Logias, y
que sintetizan fundamentalmente la subyacente constitución. Los
hermanos pueden volver a redactarlas a su gusto, pero si así lo
hacen, deben tener cuidado de preservar el significado original.
Las Leyes son:
1. La ley del Amor. Gobierna la naturaleza fraternal de la Masonería,
y dicta la actitud cooperativa que debe gobernar las
relaciones mutuas de todos los masones y sus oficiales.
2. La Ley del Ritmo, que encierra el subyacente propósito de
todos los rituales de la Logia y que, cuando se los domina,
producen el trabajo más efectivo.
3. La Ley del Reconocimiento. Determina el motivo para que
los candidatos sean aceptados, lo cual se olvida con frecuencia
en el deseo de tener grandes Logias, consideradas
numéricamente.
4. La Ley de los Constructores, que expresa ese principio de
gobierno sobre el cual todas las Logias trabajan bajo su
V.M. Esto evoca en ellos esa diligente obediencia que está
basada en la comprensión del trabajo grupal cooperativo.
Estas cuatro expresiones de la intención del G.M. del mundo,
debe también encontrar su actividad correspondiente, en las pequeñas
Logias sobre la tierra. Cuando estas cuatro leyes controlen
toda Logia, entonces uno, por primera vez, encontrará la evidencia
de la Logia perfecta. En el presente, los masones están sólo
intentando llegar a esta comprensión. Por lo tanto sería valorable
considerar estas leyes algo en detalle, en cuanto hacen su impacto
sobre la conciencia humana, y ponen eventualmente a toda vida
en línea con la voluntad divina. Se las podría considerar, como
produciendo en el tiempo, los cuatro lados de ese «cuadrado oblongo
» que es la forma de toda verdadera Logia