ALCOSERI
unread,Oct 26, 2008, 5:12:01 PM10/26/08Sign in to reply to author
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to SECRETO MASONICO
INICIACION Y SUFRIMIENTO
Toda iniciación es realmente una prueba o un examen, pero la
preparación para esa prueba o examen es la vida diaria, empezando con
el día 1 de Enero, al 2 de Enero, al 3 de Enero, y así cada día hasta
llegar al 31 de Diciembre. Lo que llamamos Iniciación es simplemente
la demostración, por parte del neófito, en las pruebas que se le
presentan, de que la preparación de su vida diaria ha sido lo bastante
fuerte como para hacerle idóneo para conducir su carro hasta las
estrellas.
Por eso los Maestros nos han dicho que a los chelas no se les somete a
exámenes especiales, sólo cuando llega la iniciación y se les da una
oportunidad de enfrentarse a la prueba. Los exámenes aparecen en la
vida diaria. ¿Os dais cuenta de la lección? Prepararos bien mientras
tenemos la luz del sol con nosotros, antes de que llegue la noche.
¿Sabéis cuáles son algunas de estas pruebas?
Hay personas que han escrito todo tipo de historias románticas sobre
ellas. La mayoría son inventadas, pero la idea fundamental es, muchas
veces, cierta.
Las pruebas son estas: ¿Podéis enfrentaros a los habitantes de otros
planos y convivir con ellos en paz? ¿Sabéis qué significa eso? ¿Estáis
absolutamente seguros de vosotros mismos? El hombre que ni siquiera es
capaz de enfrentarse y vencerse a sí mismo cuando es preciso en este
plano tan familiar donde vive, ¿cómo puede esperar enfrentarse sin
riesgo a los habitantes de otros planos, no sólo con los elementales,
que no son los peores en absoluto, sino con las criaturas y los seres
inteligentes que viven en otros planos?
Pues todo aquél que se haya dominado a sí mismo, quizás no del todo,
pero que sabe que si pone toda su voluntad podrá controlar cualquier
cosa de su propio carácter, y lo puede demostrar, está preparado para
pasar la iniciación.Cuando este conocimiento le llega, entonces se le
da la oportunidad.
Hay mucha gente que piensa que las Iniciaciones son unos privilegios
que se les concede a personas que parecen llevar una vida santa y
cosas así, pero os voy a decir algo más que yo sé porque lo he visto
en mis semejantes: existen más oportunidades para el hombre o la mujer
que se ha esforzado honestamente y que ha caído y se ha vuelto a
levantar, en otras palabras, para alguien que ha comido el pan de la
amargura y que se ha ablandado y fortalecido con él, de las que hay
para aquella persona que nunca ha tenido que atravesar el fuego.
Tan compasiva y misericordiosa es la naturaleza universal, que son
precisamente los que tropiezan en el sendero quienes acaban siendo más
ricos. La santidad se consigue con las pugnas entabladas con el yo que
se luchan y se pierden, se luchan y se pierden, se luchan y SE GANAN.
Y entonces la compasión entra en el corazón, junto con la lástima y la
comprensión. Y somos más afectuosos con los demás.
Veis ahora por qué la persona más rápida en juzgar las faltas de los
demás es precisamente aquella que nunca ha tropezado en el sendero y
por eso no está preparada ni es idónea. La compasión y la lástima son
señuelos del carácter, de la fuerza ganada con el sufrimiento.
"Hasta que los pies no se laven con la sangre del corazón", ahí lo
tenéis. Mirad lo compasivos que eran Cristo y Buda. Aprendamos a ser
como ellos.
Muchas veces me han preguntado o me han escrito preguntándome la
opinión respecto a alguien que ha sido desgraciado en el sendero de la
vida, y que se ha alejado del sendero estrecho y angosto: y siempre me
ha extrañado que un teósofo me hiciera esa pregunta. ¿No resulta acaso
evidente que precisamente los que han aprendido con el sufrimiento son
más fuertes que los que no lo han hecho? Y estoy hablando de los que
han sufrido y se han vencido a sí mismos. "No juzgues y no serás
juzgado".
La persona que ha pasado por el fuego nunca juzga a quien está pasando
por él. Sabe qué significa. Son los inmaduros, los que no están
desarrollados espiritualmente, los que nunca han pasado por el fuego
del dolor, quienes son rápidos en criticar y en juzgar a los demás. No
juzgues si no quieres ser juzgado algún día.