| CORTESIA DEL H:.ALCOSERI.: CIENCIA MASÓNICA DEL NÚMERO 3. «Toda la ciencia masónica se desarrolla a partir del número 3.» que Tschoudy no duda en calificar como «misterioso». «En la Logia hay tres luces sublimes: el Sol, la Luna y el Delta luminoso; tres luces: el Venerable y los dos Vigilantes; tres columnas, tres ventanas, tres joyas móviles: la escuadra, el nivel y la plomada; tres joyas inmóviles: la piedra bruta, la piedra cúbica en punta y la plancha de trazar, o plancha de dibujo, o tabla tripartita; tres ornamentos: el pavimento mosaico, la estrella flamígera y el cordel de nudos. Triple es el viaje simbólico del profano para ser admitido a recibir la luz; triple la batería, el beso, el toque en el retejeo; triple el enigma propuesto al profano; y tres son los pasos de aprendiz», escribe Arturo Reghini en Les Nombres dans la Tradition Pythagoricienne Maconnique, cap. IV, Arché, Milano, 1981. Por otra parte, Francisco Ariza, gran conocedor de la simbología masónica y del hermetismo, escribe que «la iniciación hermético—alquímica está presente por igual en los tres grados masónicos de aprendiz, compañero y maestro, que reproducen las tres etapas de la "Gran Obra"...». La primera es que sigue demasiado al pie de la letra las obras citadas de El Cosmopolita y de Limojon de Saint-Didier, y la segunda porque saca muy poco partido del simbolismo masónico a la hora de relacionarlo con la alquimia.11 Son realmente pocos los ejemplos con que nos obsequia. En ello se ve que es un compilador pero no un Adepto. Veamos, sin embargo, algunos de estos pocos ejemplos. De lo profano a lo sagrado Refiriéndose a la iniciación al primer grado, Tschoudy nos dice que «Con ocasión de la primera iniciación del candidato al grado de aprendiz, cuando se le despoja de todo metal y mineral y, en los límites de la decencia, se le quita parte de su ropa. Se trata de una analogía con las superfluidades, superficies o escorias que hay que apartar de la materia para hallar la simiente.» Nos hallamos aquí ante una descripción del «despojamiento de los metales»que tienen lugar en la iniciación del Aprendiz que ha pasado por la Cámará de Reflexión donde, entre otras cosas, meditó sobre el significado de V.I.T.R.I.O.L. Para los alquimistas, esta palabra significaba Visita el Interior de la Tierra, Rectificando Hallarás la Piedra Oculta. Un discreto hermetista moderno me hizo observar que en VITRIOL podemos leer L'OR I VIT, «el Oro vive en él», idea que coincide plenamente con la de los alquimistas medievales. Es interesante el paralelismo, desgraciadamente poco estudiado, entre esta primera iniciación en que el neófito es despojado de los metales y de la ropa y la experiencia vivida por Moisés ante la Zarza ardiente, (¿por qué no llamarla también «flamígera»?), cuando Dios le dice: «quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada». Se trata obviamente del paso de lo profano a lo sagrado. Otra cuestión que no deja de sorprenderme es que el símbolo que da título a este libro, la Estrella Flamígera de la que Tschoudy nos está hablando en un ritual para Aprendices, es en realidad un símbolo del segundo grado, el de Compañero.15 ¿Por qué la introduce Tschoudy en un ritual de primer grado? La Estrella Flamígera La Estrella Flamígera es, para Tschoudy, un emblema del «espíritu volátil que realiza su trabajo en los cuerpos y que el espíritu universal anima» y representa «El soplo divino, el fuego central y universal que vivifica todo lo que existe»Más adelante la define como «fuego central y vivificador» También es un vapor, como se deduce de la respuesta a la pregunta, «¿Qué representa este vapor?», donde nuestro autor nos explica que «Este vapor así impregnado de espíritu universal, o sea, la verdadera Estrella Flamígera, representa bastante bien al primer caos que contenía todo lo necesario para la creación, es decir la materia y la forma universal». Sólo en los motivos que aparecen en la Cámara de Reflexión hay un verdadero capital de simbología hermética. Interesante la visión de Flemon sobre el despojamiento de los metales que ve como «una «extinción» que es, en realidad, la plenitud del ser, del mismo modo en que el «no-actuar» {wou-wei) es la plenitud de la actividad». Esoterismo Islámico y taoísmo, cap. IV, Ediciones Obelisco, Barcelona, 1992.. Francisco Ariza, relaciona la Cámara de Reflexión con el Atanor de los alquimistas que describe como «un espacio cerrado e íntimo donde se producen los cambios de estados regenerativos ejemplificados por la gradual "sutilización" de la materia densa y caótica del compost alquímico». 1Véase Éxodo III-1 a. Podemos leer en el ritual del Compañero: - ¿Sois Compañero? - He visto la Estrella Flamígera. - ¿Por qué os habéis hecho recibir Compañero? - Para conocer la letra G. - ¿Qué significa esa letra? - El G..•. A.•.. D.•. U.•. o bien, el que ha sido elevado a lo más alto del Templo. Esa letra significa también laGeometría y puede recibir otras numerosas interpretaciones. La Estrella Flamígera coincide con lo que los alquimistas denominan «fuego oculto»: «¿Cómo se puede reducir un cuerpo metálico en mercurio y luego en azufre mediante la primera disolución?», pregunta a la que el Aprendiz responderá: «Por el fuego oculto artificial o Estrella Flamígera» (R. 142). El origen de este símbolo hemos de buscarlo en el pentalfa pitagórico, símbolo a su vez del hombre regenerado. Para Patrick Geay,16 la Estrella Flamígera, como la rosa de cinco pétalos, «evoca el acceso al quinto elemento (el Éter), oculto en la cavidad del corazón». La Estrella Flamígera y la letra G La Estrella Flamígera y la letra G no aparecen en los rituales masónicos hasta el año 1737. En aquel entonces se relacionaba la G con «Gloria, Grandeza y Geometría». La letra G, séptima letra del alfabeto no puede dejar de relacionarse con el simbolismo del número 7, aunque en el caso de la Estrella Flamígera nos hallemos ante el 5. Para diversos autores, la G debería relacionarse con la Iod ("), inicial del Nombre Sagrado de cuatro letras. Esta hipótesis nos parece, al menos simbólicamente hablando, acertada, sobre todo si pensamos en la G como inicial de God, «Dios». La G, en los rituales de Compañero, se relaciona con El Gran Arquitecto del Universo. Por otra parte, la I, que sería la equivalente de la Iod, ya designaba para los Fedeli d'Amore «el primer nombre de Dios». La asimilación fonética entre Iod y God fue señalada por Felmon en sus Símbolos fundamentales de la Ciencia sagrada.También ha sido Felmon el primero en señalar que la Iod corresponde cabalísticamente a las tres middoth superiores, que podemos relacionar con los tres puntos masónicos. Esta letra, la más pequeña del abecedario, aparece en la iconografía cristiana en el interior del corazón aludiendo sin duda al evangélico intra vos est. Para Jean Marie Ragon, La Estrella Flamígera era antaño «la imagen del hijo del Sol, de ese Horus, hijo de Isis, de esa primera materia, fuente de vida inagotable, esa chispa de fuego increado, simiente universal de todos los seres. En medio de la estrella aparece la letra G.» La lectura de los textos alquímicos Todos los alquimistas nos avisan de que no escriben para el profano. El Cosmopolita, en el prefacio a su Carta Filosófica,nos explica que no escribe para «los presuntuosos y los ignorantes», sino para aquel que «tiene la llave para descifrar el contenido misterioso». La Aurora Consurgens nos recuerda que «esta ciencia es un Don de Dios, y un misterio oculto en los libros de los Filósofos bajo el velo oscuro de los enigmas, las metáforas, las parábolas y los discursos envueltos a fin de que no llegue al conocimiento de los insensatos que abusarían de ella y a de los ignorantes que no se toman el trabajo de estudiar la Naturaleza». En su Manual de la Piedra de los FilósofosParacelso escribía que «Y me queda aún explicarte una de las razones de la oscuridad que muchos encontrarán en mis escritos. Esta razón es que no hay que dar perlas a los puercos ni una larga cola a las cabras. La naturaleza no se las ha dado. Dios ha revelado el secreto a bastante gente y yo sólo escribo para el iniciado». |