Google Groups no longer supports new Usenet posts or subscriptions. Historical content remains viewable.
Dismiss

La muerte de Alfonso de Borbón.

163 views
Skip to first unread message

gsmiga

unread,
Aug 19, 2008, 4:06:55 PM8/19/08
to
La muerte a que se refiere el epígrafe, es la del hermano del actual monarca,
Alfonso de Borbón y Borbón, muerto, accidentalmente, por un disparo de su her
mano en el domicilio paterno de Estoril (Portugal). Voy a transcribir lo ex
puesto por el autor monárquico José María Zavala, en su obra "la maldición de
los Borbones", editada por Debolsillo.
El autor hace una amplia introducción al tema, muy interesante, pero excesíva
mente dilatada para exponer aquí. Me limitaré a transcribir las fuentes que
cita sobre el hecho, y alguno de sus comentarios, así como las reacciones del
padre de la víctima-Juan de Borbón-y de Franco. De todas formas, si algún po
síble lector tiene interés en conocer más en detalle el asunto, tiene el títu
lo de la obra y la editorial a su dispsición.
La transcripción que abordo comienza en la página 360, y se desarrolla así:
"Villa Giralda, en Estoril, a orillas del Atlántico, era la residencia
de los condes de Barcelona el 29 de marzo, Jueves Santo, de 1956, cuan
do sucedió la gran tragedia.
En aquél chalé..., sin pretensiones palaciegas vivían su exilio don Juan
de Borbón y Battenberg y su esposa, María de las Mercedes de Borbón y
Orleáns, con sus hijos Pilar, Juanito, Margarita y Alfonsito...
Días después el semanario italiano Settimo Giorno publicaba una sobreco
gedora versión de aquella pesadilla real. La crónica de su corresponsal
en Lisboa, Ezio Saini, vio la luz el 17 de abril de 1956. Años más tar
de, la periodista francesa Françoise Laot reproducía el preludio de la
tragedia en su libro Juan Carlos y sofía:
/La pistola era un regalo del general Franco; estaba siempre guardada
con llave en un secreter; Juanito y Alfonsito no dejaban de pedir que
se la dejasen: les encantaba disparar. Pocos días antes, Alfonsito ha
bía comprado balas a un armero de Lisboa para tirar al blanco con Víctor
Manuel de Italia, su vecino y compañero de juegos. Pero los proyectíles
eran demasiado largos, demasiado duros para el arma, y una bala quedó
atascada en el cargador. Juanito y Afonsito quisieron sacarla en el só
tano de La Giralda, cuando intervino el conde de Barcelona. Les prohibió
tocarla. La pistola volvió al secreter que el propio conde de Barcelona
cerró y cuya llave guardó en el bolsillo. Por la tarde estaban enfurru
ñados...
"JoséMaría Zavala advierte una contradicción en el relato. Así lo escribe...
Leyendo a la historiadoraHelena Matheopoulos, británica de adopción, que ase
guraba haber entrevistado a la condesa de Barcelona, el accidente tuvo lugar
por la mañana, después de la misa, y no por la tarde. El escritor Javier Gon
zález de Vega, en su biografía de doña María de las Mercedes, coincidía en
que don Alfonsito falleció después de la misa de la mañana y antes de los ofi
cios de la tarde. Además....Fernando Alvarez de Miranda, que asistió al sepelio
del infante, me reveló un detalle importante: /Yo creo que el accidente...fué
al final de la mañana, después de la misa, en un momento en que se quedaron
solos jugando.../
"Los niños-proseguía Françoise Laot-suplicaron a su madre y le prometie
ron que no comterían ninguna imprudencia. Ella acabó por ceder, fué a
buscar la llave a la chaqueta de su marido...
Juan Carlos manipuló el arma y se disparó. Juanito sufrió el aprendiza
je de la mayor de las desgracias, la de saberse culpable. Culpable en
primer lugar de haber desobedecido a su padre. Se enfrentaba directamen
te con la realidad de la muerte, tan íntimamente ligada a un sentimien
to atávico español. Durante siglos, en el Panteón Real de El Escorial
ha estado siempre dispuesto a utilizarse el servicio fúnebre del monar
ca reinante. Bajo el reinado de Alfonso XIII, un catafalco esperaba en
la capilla".
Relata Zavala la reacción de los padres...
"Don Juan salió como un relámpago del despacho y corrió escaleras arriba, ha
cia el tétrico escenario. Allí descubrió a su hijo Alfonso, de casi quince
años, desplomado en el suelo, con un disparo en la frente. Su primogénito Juan
Carlos, de dieciocho años, estaba unos segundos antes con él. Desolado, el
conde de Barcelona intentó como pudo detener la homorragia...Pero su hijo mu
rió irremediablemente en sus brazos. El médico de la Familia Real, José Lou
reiro, certificó la muerte instantánea...
Si bien la versión de la historiadora Helena Matheopoulos coincidía en líneas
generales con la publicada con el semananrio italiano...y que recogía Françoise
Laot,...Helena Matheopoulos narraba así cómo, a su entender, sucedieron los
hechos:
Ocurrió el Jueves Santo, al día siguiente de la llegada a Estoril de los
dos hermanos. Antes de salir de España, les habían regalado una pistola
de gran velicidad y precisión y ambos no veían el momento de probarla.
Don Juan le echó una mirada y dijo que era tanpeligrosa que sólo podrían
usarla en presencia de él. Para surayar esto, la guardó bajo llave y me
tió la llave en su bolsillo.
A la mañana siguiente, después de misa, los muchachos compraron balas po
co adecuadas en una tienda local; a continuación advirtieron que su padre,
ausente porque estaba jugando al golf, no había sacado la llave del bolsi
llo de sus pantalones, colgados en su armario. (El Jueves Santo, Juan Car
los y Alfonsito, efectívamente, asistieron a misa por la mañana. Toda la
familia comulgó. Es posíble que ese día don Juan jugase al golf, pero en
el momento de producirse el accidente se encontraba en su despacho de Vi
lla Giralda y subuó alarmado al escuchar la detonación).
Después de muchas súplicas y caricias convencieron a su madre para que les
permitiese usar el arma. Trinfaron, fueron a la planta baja para practi
car. (Los infantes jugaban en la segunda planta, donde se encontraban sus
habitaciones, mientras que en la primera se hallaban don Juan y su espo
sa). Antes de empezar, el príncipe Juan Carlos dijo que tenía hambre, y
don Alfonsito se ofreció a ir a la cocina en busca de unos bocadillos,
mientras su hermano cargaba la pistola.
Al cabo de unos minutos volvió con un bocadillo en cada mano y, sin ver
a su hermano, que empuñaba el arma, en pie, justo detrás de la puerta, em
pujó con el codo para abrir. La puerta se abrió de par en par, golpeó a
don Juan Carlos y el arma se disparó en el mismo instante en que don Al
fonsito entraba.
La bala se alojó en su cabeza, junto al ojo. Horrorizado, el príncipe gri
tó pidiendo auxilio. Bajaron todos y se llamó a una ambulancia.
En tanto, don Juan, que estaba de regreso, puso un dedo sobre la herida,
intentando detener la hemorragia; la infanta Pilar, que era enfermera di
plomada, sostenía la cabeza de don Alfonsito. Pero era demasiado tarde:
según las palabras de don Juan, que uno de los ayudantes del príncipe
que asistió al funeral recuerda, /el pobre Alfonsito había resuelto sus
problemas/".
Dice Zavala..."A partir de aquél trágico suceso, hubo autores que quisieron de
sentenderse de la verdad; algunos, cierto, de forma más comedida y elegante,
evitando pronunciarse sobre cual de los dos hermanos manejaba el arma aquella
mañana en Villa Giralda".(Cita como autores-ficción a Fernando Gracia, Javier
González Vega, Luis María Anson y Juan Antonio Cabezas, y Luca de Tena, todos
autores palatinos interesados en desfigurar la verdad. Otros como Tusell y Ca
bezas, González Doria y Gutiérrez Ravé-igualmente mendaces-sostenían que fué
Alfonsito el que tenía el arma).
¿ Y cual fué la reacción de Juan de Borbón? Tirar la pistola al mar, arrebatan
do así a la justicia la posiblidad de echar luz al asunto. ¿Y la reacción de
Madrid? El Gobierno cortó de raíz cualquier comentario que pudiese salir en la
prensa e iluminase el asunto. Y la Administración portuguesa impidió que se
abriese una investigación. Según Zavala..."El silencio fué sepulcral. Sólo un
escueto comunicado oficial, redactado por la Secretaría de los condes de Bar
celona, arrojó un claroscuro de luz sobre los hechos, tergiversándolos:
/Mientras Su Alteza el infante Alfonso limpiaba un revólver aquella
noche con su hermano, se disparó un tiro que el alcanzó en la frente
y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20,30,
después de que el infante volviera del servicio religioso del Jueves
Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión/.
Continúa Zavala:
"Toda la prensa se hizo eco de la versión oficial. El diario Arriba titulaba:
/Al disparársele una pistola muere el infante don Alfonso de Borbón/. Pero el
propio Franco sabía muy bien que fué don Juan Carlos quien disparó, accidental
mente sobre su hermano, como queda acreditado en un documento conservado en
la FUNDACION NACIONAL FRANCISCO FRANCO. Y refiriéndose a don Juan, puso por
escrito:
/El recuerdo de la desgracia de su hijo el Príncipe Alfonso causa
emoción a cuantos se encuentran unidos a esta familia por lazos
de amistad y de cariño, e incluso en quienes, no conociéndolos, par
ticipan en el dolor de esta familia. Pero en el orden político, el
recuerdo puede arrojar sobre su hermano (Juan Carlos) sombras por el
accidente y en las gentes simplistas evocar la mala suerte de una
familia cuando a los pueblos les agrada la buena estrella de sus
príncipes/
He aquí una posíble explicación sobre el silencio de la tragedia. El Jede del
Estado creía que ése era el mejor medio para proteger los intereses futuros
de don Juan Carlos al trono de España, tal vez por que ya pensase en él como
posíble sucesor. Franco se reservaba la carta del hijo por si fallaba la del
padre.
Sin embargo, la verdad histórica acabaría imponiéndose a la tergiversación de
los hechos...Cuando en 1956 presentaron a Gonzalo Fernández de la Mora a Pe
dro Sáinz Rodríguez, consejero de don Juan..."su corta y anchurosa figura es
taba cariacontecida porque al príncipe Juan Carlos se le había disparado una
pistola que ocasionó la muerte de su hermano Alfonso".
El testimonio de la que fué amiga ( y seguramenter algo más) de don Juan Car
los poco después de la tragedia, Olghina de Robilant,...plasma en Reina de
Corazones:
/No podía dejar de pensar en la tragerdia que se había abatido
sobre Juanito, que había llenado muchas páginas de los perió
dicos y de la que había oido hablar en casa. Varios meses an
tes Juanito había matado por error a su hermano Alfonso. Esta
ban jugando con unas armas cuando se disparó el revólver que
manejaba Juanito, alcanzando a Alfonso en plena frente. Algu
nos decían que la bala era de rebote, pero según Baba y la tía,
sólo se trataba de atenuantes inventadas para aligerar la res
ponsabilidad de Juanito.
Había sido un terríble accidente y pensé que, si me hubiera ocu
rrido a mí, probablemente, en un primer momento, habría dirigi
do el arma contra mí misma. Sin duda me habría dejado en estado
de shock durante muchísimo tiempo. En cambio , Juanito no daba
señales de tener el menor complejo. Llevaba corbata negra y una
banda negra en señal de luto. Me pregunté si era falta de sensi
bilidad o se había impuesto ese comportamiento/.
Fernández de la Mora, testigo del doloroso trance, me trasladó su impresión
sobre al ánimo de los condes de Barcelona y de su hijo Juan Carlos: /Yo
asistí al entierro de don Alfonso en Estoril y los terríblemente afectados
eran los padres; al hermano lo ví muy sereno/.
En 1987, la periodista Laot señalaba:
/España ha borrado de la biografía de su Rey este hecho, sin em
bargo dundamental, que ilumina su personalidad y que le maduró
prematuramente/.
Para acabar de complicar las cosas, el propio hermano del conde de Barcelona,
el infante sordomudo don Jaime, reclamó en carta dirigida a su secretario,
Ramón de Alderete, nada menols que una investigación judicial...
/Mi querido Ramón:
Varios amigos me han confirmado últimamente que fué mi sobrino Juan
Carlos quien disparó accidentalmente sobre su hermano Alfonso.
Esta confirmación de la certidumbre que tuve desde el día en que mi
hermano Juan se abstuvo de citar ante los tribunales a los que ha
bían expresado públicamente tan terríble realidad, me obliga a obli
grate (sic) que solicites, en mi nombre, cuando lo consideres opor
tuno, y de las jurisdicciones nacionales o internacionales adecua
das, que se proceda a la investigación judicial indispensable para
establecer oficialmente las circunstancias de la muerte de mi so
brino Alfonso (q.e.p.d.).
Exijo que se proceda a esta encuesta judicial porque es mi deber de
jede de la Casa de Borbón y porque no puedo aceptar que aspire al
trono de España quien no ha sabido asumir sus responsabilidades.
Te abrazo muy fuerte.
Jaime de Borbón/.
Franco y don Juan trataron de preservar a toda costa cualquier sombra de duda
sobre la rectitud de Juan Carlos. Pero convirtieron así lo que sólo fué un
accidente en una permanente sospecha. ¿No habría sido mejor contra la verdad
desde el principio?
Luca de Tena me comentó una trade en su casa del paseo de la Castellana...
/Toda la gente de la intimidad de Villa Giralda sabía lo que había pasado y
era imposible guardar secretos. Es natural que don Juan no dijera: "Mi hijo
ha matado a su hermano". Pero en la intimidad de Villa Giralda todo el mundo
sabía que los dos niños (en realidad no eran tales, dado que Juan Carlos te
nía dieciocho años y su hermano, casi quince) estaban jugando con una pistola
y que se disparó. Yo no le doy mayor trascendencia. Lo trascendente hubiese
sido lo contrario: si el tiro se le escapa al hermano pequeño y mata al ma
yor.¡Caramba! Por muy niños que fueran hubiese dado que hablar; pero siendo
al contrario, no/.
Pero ni el conde de Barcelona ni don Juan Carlos desmintieron jamás la ver
sión publicada por Settimo Giorno. Tampoco reaccionaron ante la postura de
don Jaime, ni emprendieron acción judicial alguna".
Bien, aquí termina el resumen de los datos aportados por José María Zavala,
historiador monárquico que se extiendemucho más sobre el tema, si bien los da
tos que aporta, fuera de los citados, son anecdóticos.
Se echa de ver el monarquismo de Franco y su interés por proteger a la familia
de Juan de Borbón y, concretamente a Juan Carlos, de las posíbles consecuencias
desagradables del accidente reseñado.
Por decisión del Jefe del Estado, jamásse llevó a cabo ninguna investigación,
ni encuesta judicial sobre el suceso. Además, el Gobierno portugués colaboró
con el español. Y la prensa española tergiversó los hechos completamente, de
acuerdo con la secretaría particular del conde de Barcelona. Al difunto Alfon
so no se le realizó autposia. Y el arma que sirvió para su muerte, fué arroja
da por su padre al mar. El silencio sobre el accidente en España, fuera del
sucinto comentario de Arriba-falso-fué absoluto.
0 new messages