Entre la comida, los gourmets, los fanáticos de la gastronomía, los
sibaritas, entre nosotros, bah, los gorditos de alma, hay una gran
mayoría que también disfruta de cocinar, sin la menor pretensión de
transformarse en un chef profesional.
Aunque acumulemos experiencia autodidacta –comemos con devoción,
cocinamos con arrojo, y probamos casi todo en la mesa y en la cocina–, a
veces nos dan ganas de aprender más, de descubrir de la mano de los
expertos, de que nos pasen la posta.
Para eso va esta nota. Una selección gourmet de cursos, clases y
talleres originales, divertidos y útiles para los que conservamos
nuestro rango amateur, y queremos (en esto Narda tiene razón) comer y
pasarla bien.
LA OLLA POPULAR
Arranqué la búsqueda haciendo una encuesta informal entre mis
conocidos. El pueblo quiere saber, les dije. Ustedes, que no son
profesionales de la cocina pero sí de la buena vida. Ustedes, que saben
comer y quieren divertirse: ¿qué clase, lección o cursito tendrían ganas
de hacer?
No sé si los resultados sorprenden, pero dan qué pensar. Hace un par de
décadas estoy segura de que hubiera salido ganando la repostería. Cuando
Marta Ballina reinaba y Maru Botana provocaba los suspiros más
candorosos, cuando Utilísima era la única batiseñal que reunía a los
cocineros-en-casa, le apostábamos todo a las tortas y los postres. Ojo,
hoy sigue habiendo propuestas de lo más dulces y seguidores aguerridos
del azúcar.
En Atelier Pastry,
el rincón del muy célebre Franco Bertolone, hay clases de pastelería
clásica para los más tradicionales. Organizan el mundo azucarado en 5
módulos independientes: panadería; la hora del té; cupcakes, muffins y
cookies; uno exclusivo de postres; y petit fours. Los grupos son de tres
personas como máximo, así que la experiencia es sin duda bien personal.
Más información al 4813-8180 ó vía mail a in...@atelierpastry.com.ar.
VIVITOS Y COLEANDO
Pero en mi encuesta no fue primera la repostería; no, señor. Ni
segunda, si se quieren anticipar. El primer puesto, con una amplia
victoria: la cocina vegetariana, máximo interés gracias
a votantes del bello sexo sobre todo (la mayoría de las cuales, debo
aclarar, ciudadanas habituadas a zamparse una milanesa como cualquier
hijo de vecino). En sus diversas versiones, lo cierto es que la oferta
de cursos vegetarianos es –valga la redundancia– muy rica.
Una de las tendencias más difundidas es la alimentación viva o raw.
Básicamente buscan respetar los principios de no cocinar los alimentos
más de lo que podrían cocerse al natural, fuera del fuego, y le prestan
mucha atención al valor de los brotes, germinaciones y otras formas de
potenciar lo “vivo” de los alimentos. En general, como podrán imaginar,
viene asociado a ingredientes veganos o vegetarianos.
Kensho, uno de los espacios más festejados entre los seguidores de Guía Oleo,
ofrece clases de “cocina enzimática”. “Son técnicas desarrolladas para
mantener la vitalidad de los alimentos y de los comensales. Platos
veganos (sin proteína animal), gluten free y con un gran desarrollo de
la cocina viva”. Las clases van desde lo básico hasta lo más complejo:
leches, quesos, helados, panes, crackers, muffins, brownies, pastas,
bombones, chocolates, licuados, smoothies, batidos y toda la carta de
Kensho, con recetas originales de su chef Máximo Cabrera. También tienen
un curso intensivo de cocina orgánica creativa. Más información al
4778-0655 ó vía mail a kensho...@gmail.com.
Otro restaurante muy popular en la Guía, Meraviglia,
propone varios cursos verdes. Bajo el lema “La alimentación viva es
rica, práctica y vital”, incluyen consejos prácticos, recetas, guía de
compras de productos saludables, orientación general y (obvio, gorditos)
una degustación de todo lo elaborado en clase. No se engañen, que por
natural no es menos tentador: desayunos energéticos, panes, lasañas
integrales, y de postre brownies, mousses, helados y bombones son sólo
algunos ejemplos. Los talleres están a cargo de Lucía Copello. Mas
información al 4775-7949 ó en el Facebook.
Y para ir pasando al siguiente capítulo de esta didáctica guía didáctica, un Taller de Cocina Vegetariana en Crudo y Cocido & los Vinos en Maridaje.
Sabatino Arias reúne en dos jornadas sendos menúes con sus vinos
ideales. Son cuatro pasos, y cada uno de ellos encuentra su pareja
alcohólica. Más información en http://sabatinoarias.blogspot.com.ar/ ó vía mail a in...@colegioayb.com.ar.
TOMÁ UNA CLASE & TOMÁ EN CLASE
Ya adentrados en la sección de bebidas, hay mucho para elegir a la
hora de educarse. O a la hora del té, para ser más exactos: las catas de
té, con su profundización en aromas, blends, variedades y astringencias
es todo un mundo.
Desde TEAMI,
Marcela Manetti, amiga de la casa y sommelier de té, cuenta cómo y
dónde dicta sus clases. Iniciación a la cultura del Té, Degustación de
hebras, todo con la modalidad de taller y recorriendo un completo
itinerario que va desde el té verde y la ceremonia oriental “Chanoyu”,
hasta el Chai indio, el High Tea de sociedad y el protocolo completo del
té inglés.
No podía faltar: existe también el Club del té.
Con sede en Barcelona y en Buenos Aires, los cursos intensivos suelen
ofrecerse por duplicado en ambos continentes. Ahí hay clases prácticos
de Tea Blending, charlas y degustaciones, y también programas más
sofisticados para los que quieran profesionalizarse como Sommelier. Un
lindo dato del Club es que poseen una completa y rara Biblioteca del té,
que habilita la iniciativa autodidacta en su sede del Club del
Progreso: Sarmiento 1334. Eso sí, hay que hacerse socio. Más información
vía mail a in...@elclubdelte.com.
Para los adeptos a la cafeína, existe una Escuela del Café
en Buenos Aires, creación de la periodista argentina Analía Álvarez.
Enseñan desde los básicos, tanto los misterios de la cata como las artes
del barista. También hay clases de blending y de historia.
Sin abandonar las infusiones, hasta el mate se puede estudiar. Josefina Armendares da sus Talleres de cata en Buenos Vientos;
desde la historia de la infusión, pasando por las diferentes variedades
y técnicas de secado de la yerba, hasta una exhaustiva degustación: su
currícula no deja mate sin visitar ni bombilla sin analizar. La cata de
yerba mate de Josefina es muy popular y se organizan grupos con
frecuencia.
EN FRASCO CHICO
¿Quién no tiene su recuerdo de infancia en la cocina?: ayudando con
los ñoquis del domingo, robando salsa con el codito del pan,
enchastrando las hornallas con un antojo de panqueques. Para empezar
tempranito con el amor por la cocina, también hay cantidad de espacios
donde hacer los primeros palotes (de amasar) y aprender desde chiquitos.
PARA TODOS LOS GUSTOS
La parte más linda de tomar una clase de cocina sin aspiraciones
profesionales es decidirse por los conceptos más caprichosos. Uno se
deja llevar, hojita o gordita al viento, a los programas más diversos.
Taller de fuegos y taller de picadas:
Dos talleres muy piolas dentro de la interesante apuesta que hace
Compañía de Cocineros. El primero, nada más y nada menos que un taller de asado y parrilla:
un taller a lo argentino. Sea a la leña o al carbón, en la terraza de
tu casa o en la cocina de Walter Ponti, el chef a cargo, la invitación
es la misma: que los que nunca se animaron puedan conectar con el placer
del asador; y los que ya son amigos del fuego, exploren más allá de los
clásicos, para redescubrir mucho más que el choripán y la costillita.
En el taller de picadas, Walter defiende la tabla como
un arte más complejo de lo que parece. Investigando texturas, modos de
cocción y presentaciones, cada participante busca hasta armar una
versión equilibrada y también distinta. Más información vía mail a decoc...@gmail.com.
Curso de Cocina al Disco:
Con el disco de arado como vedette, seguimos en terreno bien argentino. En Ara ofrecen 3 clases prácticas con degustación para aprender a dominarlo. (Ara Cocina al Disco – Gorriti 5615, Palermo).
Como turco en la cocina: el atelier de Miriam Ginni
gira en torno de una premisa fundamental, cocinar y comer juntos, “de
una forma súper real y nada de fantasía de programa de Utilísima”. En la
cocina de Miri, con un grupo de máximo 5 personas, aprendés un par de
cosas que no te esperabas mientras tomás un vinito, y te llevás a casa
la vianda y todas las recetas. Cuando te querés dar cuenta, acumulaste
media cocina tradicional árabe en tu haber: Lahmayin, Lahmeyun, Falafel,
Hummus, Meggi de Cebolla, Arroz Turco, Baklava o Balawa, Mamul.
Cocina para empresarios:
Una buena idea de Espacio Azai.
Son clases de cocina a medida para empresas, pensadas para mejorar las
relaciones dentro de los grupos laborales “con las manos en la masa”,
pasarla bien y distenderse. En marzo empieza uno de cocina peruana, y
también una clase de cocina en inglés para extranjeros.
Curso Intensivo de Shawarma y Doner Kebab:
Teoría y práctica para volverse un experto shawarmero, en 6 horas de una
sola jornada. Durante la mañana se practican los panes que se utilizan
para este tipo de comidas. Durante la tarde se ven las diferentes
carnes, marinados, cortes, salsas, servido. En Gidar Kebab. Más información vía mail a in...@gidar.com.ar
Étnica:
Cuando algo se define étnico, los gourmets desconfían, y con razón. Pero en este caso entregate. La chef de Melao,
Yilán Gil Guzmán, se conoce las delicias de los siete mares y los cinco
continentes; quienes conozcan el restaurante ya lo saben. Ahora la
fondita también ofrece módulos de 4 clases sobre cada una de las cocinas
que desarrolla el menú: cubana, mexicana, marroquí, asiática… para
elegir. Más información en http://www.melao.com.ar/escuela.html.
Clases de amasado de pan orgánico integral:
Un básico con componentes básicos, que sin embargo tiene sus misterios, en un contexto bien lindo: El Galpón, uno de los mercados orgánicos comunitarios más grandes y con más historia de la ciudad. Más información vía mail a economia...@elgalpon.org.ar.
Al vino, vino:
Cursos bien completitos para interesados en la cata con poca formación, en CAVE,
el Centro Argentino de Vinos y Espirituosas. Averiguá porque hay varios
de cortes diferentes: iniciales (empiezan en marzo) y avanzados (en
abril), vinos y coctelería (arranca el 11 de abril), y hasta de whiskys y
maltas.
Sushi forever:
La oferta es enorme. Uno de los más cotizados, Iwao Komiyama, el famoso cocinero del canal Gourmet, es el maestro en Colegio de Cocineros del Gato Dumas. Es bien intensivo. (Olazábal 2836, Belgrano / 4783-3357). En la Asociación Japonesa en la Argentina,
un sábado al mes dan una clase de sushi: dura dos horas y media;
también ofrecen clases de Teishoku, un combo tradicional japonés con
pescado, sopa de miso y fideos udon. (Independencia 734, 2º piso, San
Telmo / 4300-1182).
La pasta y la salsa:
La escuela de Gastronomía del Instituto Superior Mariano Moreno
es una buena punta, ofrece cursos cortos para amateurs. Uno interesante
es el de Pastas y Salsas que comienza en marzo. Atenti que aquí también
enseña a preparar sushi el gran Iwao, ese sushiman impecable.
Cocina para el hogar: Unión de Chefs
da clases para profesionales, pero también ofrece una multitud de
opciones para civiles como uno, entre ellos este que suena a Doña
Petrona. También hay sushi y cocina vegetariana.
En La casa de Oshawa, uno de los primeros reductos macrobióticos
de la argentina, dan clases de esta orientación alimenticia centrada en
los cereales integrales y el equilibrio entre ying y yang, dulce y
salado, ácido y alcalino. Los cursos de siempre de la legendaria Perla
Jacubowicz se intercalan con algunos cursos especiales, y los sábados de
marzo, hay un intensivo de Introducción a la cocina macrobiótica.
Igualdad, libertad, fraternidad: Lucullus, la Asociación Gastronómica de Francia en Argentina, difunde en sus Ateliers la clásica cultura gala.
En abril hay una edición de lujo: celebrando la semana de la
gastronomía francesa, organizan 10 cursos en formato “duplas sorpresa”
de grandes cocineros. Lo lindo del caso es que podés tomar clases
magistrales, ver demostraciones y participar en degustaciones con
celebridades como Bruno y Olivier, de L´Epi, o Crhistophe Krywonis.
De coté:
Siguiendo en el ámbito francés, un curso en los bordes de la cocina: Hélène ofrece cursos de francés gastronómico, desde 6 meses de duración, enfocándose en expresiones y terminología culinarias. (hel...@casadeidiomashelene.com).
Cocina saludable:
De la mano de Yael Papier, con clases divertidas y comida caserísima y simple. Además, organiza Workshops de cocina judía, pastelería y tragos. (www.cocinerayaelpapier.com.ar; Twitter: @cocinacn23).
Barman & Barwoman:
Cada vez más, la coctelería es un capricho de varios que ya tienen un oficio de día. En BA (Barman Argentina) enseñan para principiantes, o también mixología molecular y hasta magia para barras. Para cancherear.
De la Guía:
Son muchos, muchos los restaurantes bien rankeados en Guía Oleo que
también dan clases, ocasional o regularmente. Agregamos algunos más a
los que ya figuran en la nota: Wasabi’s, Dashi, Astrid & Gastón, Paladar Buenos Aires, 4141. También tenemos entre copas: Aldo’s e Isabel Bar, por ejemplo.
De postre:
Ya mencionamos varios para golosos dulceros, pero si querés más en la Academia Aga de Gastronomía te enseñan a decorar tortas, a preparar petit fours secos y húmedos, en cursos cortos fuera de la carrera profesional.
Para los más cholulos, Pamela Villar suele dar clases en Mooi.
La última incluyó Whoopie de frutilla, Budín de pan brioche de banana y
choco blanco, y Mousse de choco y mango con biscotti de damasco. Mismo
lugar, otro famoso: Pedro Lambertini (cla...@pedrolambertini.com.ar). Y en los próximos días empieza un curso de Juliana López May. Averiguá en in...@mooirestaurant.com.ar.
Cocina para embarazadas y para hombres solos:
Dos cursos originales, específicos y que van a levantar los clicks de más de uno, de la mano de Claudia Strauss,
en cuyo atelier hay además clases para todos los gustos, intereses y
edades, con acento en los chicos por un lado y la macrobiótica por otro.
Por lo visto, toda cocina es un aula en potencia. ¿Abrimos la encuesta en Guía Oleo? A vos, ¿qué curso te gustaría probar?
Natalia Kiako
A Natalia Kiako la encontrás: comunicando en su consultora Kiako–Anich, cocinando en su blog Kiako, the cook, escribiendo en la revista Casquivana.
Con la llegada del otoño, la arboleda de Rodizio Campo
muestra los tonos ocre y dorado típicos de esta época. Para agasajar a
sus comensales, un día de campo con todos los detalles del confort.
La jornada empieza temprano, en la galería del casco de estancia: hay
mate, café y pastelería artesanal. Después, es cuestión de elegir una
bicicleta acorde con los gustos personales y salir a recorrer las
noventa hectáreas de naturaleza que rodean la casona.
¿Aperitivo? Quesos nacionales y salames de Mercedes, aceitunas negras y verdes, pan de campo y empanaditas criollas.
Los chicos pueden dedicarse a subir por el puente colgante y la
tirolesa. En la huerta orgánica, un guía los ayudará a conocer y
trabajar los vegetales estacionales y luego llega el paseo en mini
sulky, tirado por un pony.
Adentro, si ya hace frío, la gran chimenea encendida convoca para el
almuerzo. El menú infantil trae tortilla, milanesitas, patitas, caritas
de papa. Los mayores pueden despertar apetitos con escabeches variados,
langostinos, vithel toné. Las clásicas espadas de la casa llegan con
Chorizo, Morcilla, Mollejas, Colita de cuadril, Pollo, Bondiola de
Cerdo, Costillar vacuno, Cordero y Lechón adobado, acompañados por
canastas de papas fritas y pan casero.
¿Dulce? Budín de pan, Arroz con leche, Manzanas asadas caramelizadas,
Frutas de estación fileteadas, Bavaroise de durazno, Tiramisú, Peras al
borgoña, Canastita de chocolate con mousse de queso, frutos del bosque
y arándanos.
Mientras los padres eligen postre, aparece un carro tirado por un
tractor, que lleva a los niños a un paseo poco convencional: guiados
por un especialista que explica los secretos de los animales, conocen la
granja. Al final, un paseo especial a bordo de una manta hecha con
cueros cosidos, arrastrada con soga y caballo por el pasto, con los
chicos como pasajeros.
Para los grandes, juegos de mesa, cabalgatas, canchas de tenis sobre césped, fútbol o vóley.
La tarde obliga al mate con pastelitos caseros de dulce de membrillo y
de batata, las tortas fritas y los brownies como despedida, mientras
los chicos corren todavía por el campo.
Día de campo: $350 (sin bebidas) / Niños 4 a 12 años: 50% / Menores
de 4 sin cargo. Incluye todas las actividades recreativas y paseos.
En Ruta 5, km 71 (Luján) / 02323-436360 /436312 / Abierto Viernes, Sábados, Domingos y Feriados de 11 a 18.
El Club Europeo, c on el auspicio de la Delegación de la
Unión Europea , tiene el honor de invitar a Ud. a la celebración de su
10° Aniversario y lo hará con una fiesta que reunirá a sus socios,
diplomáticos, amigos, empresarios, autoridades y a exponentes de los
medios de comunicación , en un grato ambiente de amistad y cordialidad,
acorde con su tradicional y elegante estilo.
El evento se desarrollará dentro del marco de una cena de gala con show en vivo; premios y música de DJ.
Fecha:
30 de mayo de 2013
Horario:
20:00 hs
Lugar:
Goldencenter
(Av. Cantilo y Güiraldes s/n, Parque Norte)
Estacionamiento:
En el lugar e incluido en el precio de la entrada
Dress code:
Hombres traje oscuro.
MENÚ
RECEPCIÓN
Bocaditos Fríos
Bocaditos Calientes
Variedad de Pinchos
Variedad de Toc Toc
PLATO PRINCIPAL
Lomo de croute con puré de puerros y ratatouille de vegetales
POSTRE
Panacota de mango con compota de frutilla
VINOS Y CHAMPAGNE
Vino Blanco y Tinto Terrazas
Champagne Chandon
Precio:
Socios: $ 350
No Socios: $ 450
Venta de entradas online:
La venta de entradas online tienen un cargo extra de $30.- en concepto de gastos administrativos.
Ud podrá adquirir su entrada online, con nuestro exclusivo sistema de
pago electrónico, haciendo click en los links de aquí abajo.
Fuente: Ing.Agr. Adrián Vilaplana Herramienta a favor de la objetividad y en contra de la afectividad.
Muchas personas, cuando se enteran a que me dedico, me preguntan si
el precio de los vinos refleja realmente su calidad. También me expresan
que no encuentran una forma efectiva de evaluar la calidad de los
vinos. Preguntas y afirmaciones recurrentes que tampoco tienen una
respuesta definitiva, porque la cata irremediablemente tiene mucho de
subjetividad, precisamente porque quienes están a cargo de ejercerla,
son sujetos con criterios, formaciones y experiencias diferentes.
La influencia de factores externos suele ser muy importante a la hora
de sentarse a catar. La exposición de una etiqueta, sin duda influencia
al catador. Podrá discutirse el grado de crédito y la forma en que
asimila cada persona esa exposición, seguramente un profesional con
mucho entrenamiento, podrá ser capaz de minimizar la influencia, pero
según mi entender, es por demás difícil anular totalmente la impronta
visual.
El ser humano es ademas afectivo, siente preferencias, en este caso
por determinadas marcas, orígenes o estilos. Esa afectividad es parte de
la subjetividad total de la cata y por lo tanto, exponer a la vista una
etiqueta, implica también exponerla a la afectividad del catador.
Muchos destacados catadores minimizan la importancia de la cata a
ciegas. Mientras algunos afirman que su capacidad profesional es capaz
de contrarrestar cualquier influencia visual, otros dicen que el vino
debe ser presentado como un todo, teniendo en cuenta su origen, la
bodega de dónde proviene, su historia y todo su contexto. Todas son
opiniones válidas, tienen su fundamento, y probablemente algo de razón.
La cata a ciegas, sin embargo, minimiza la posibilidad de errores
afectivos, cuidando tanto al vino catado como al catador, ya que no se
lo podrá acusar de que su objetividad se ve afectada por la influencia
de la etiqueta.
Por otra parte, definir la calidad de un vino solo por la cata, implica
tener en claro que solo parte de esa calidad es atribuible a los
parámetros de inocuidad y equilibrio olfatogustativo que pueden ser
evaluados por la cata a ciegas. Otros factores no son tan tangibles y
tienen que ver con la marca y las expectativas que alguien tiene sobre
esa bodega y esa etiqueta. Estas últimas variables, no se pueden evaluar
catando a ciegas y es lo que sienten muchos detractores del sistema.
Por eso quien quiera saber si un vino de alto precio es más apreciado
a su paladar que otro de precio inferior, le aconsejo que lo cate a
ciegas, mezclado entre otros vinos de segmentos inferiores de precio. Si
el vino en consideración no es el preferido, no se sienta estafado,
pasa frecuentemente. Siempre tendrá la posibilidad de suponer que su
paladar aprecia mejor los vinos de precio menor, lo cual no deja de ser
una ventaja ya que su satisfacción estará garantizada a un precio más
bajo. Por otra parte, si lo que Ud. busca es impactar con una etiqueta
de lujo, trate de evitar catarlo a ciegas entre otros vinos más
plebeyos. La fuerza de su impacto puede verse deteriorada.
En fin, si bien catar a ciegas no es el sistema perfecto, por ahora es
la mejor herramienta de la que disponemos para puntuar y evaluar la
calidad de los vinos y brindarnos la respuesta a la recurrente pregunta a
si el precio de un vino, refleja realmente su calidad.