Espumosos,
rosados, blancos y tintos, cada uno de estos vinos se sirve en copas
diferentes para que su sabor sea mejor apreciado.
Para que un vino pueda ser apreciado en su justo valor es necesario que
sea escanciado en la copa adecuada. Ya sea rosado, tinto o blanco la
oferta de copas es amplia en el meracdo e incluso las hay por tipos de
uva, copas para Cabernet Sauvignon, Riesling, Merlot, entre otras.
Para
poder elegir adecuadamente, el Club de Vino Vinarmoni comparte con
nosotros una serie de recomendaciones, a manera de guía, para saber cómo
utilizar las copas para servir vino y ser la sensación en tus eventos
especiales.
Características esenciales de las copas-
Observa muy bien que el diámetro de la parte superior de la copa
disminuya, de esta manera, el vino podrá desplegar su aroma sin
problemas.
- Busca copas de cristal liso y transparente para que puedas apreciar el cuerpo y el color. Prefiere las de cristal ligero.
- El pie de la copa debe ser lo suficientemente largo para que puedas sostenerlo y, así, no transmitir tu calor a la bebida.
-
Cada tipo de vino tiene características muy particulares y, al
servirlo, queremos que las conserve; de ahí que las copas que elijamos
deben adecuarse al cuerpo y aroma de la bebida en cuestión.
Fuente:
http://vidayestilo.terra.com.mx/gastronomia/copas-de-vino-como-saber-cual-es-la-indicada,ee4d67c346aae310VgnVCM4000009bcceb0aRCRD.html
Una copa para cada vino
Vinos espumosos y champagne.
Para estos tipo de vinos, la copa ideal es aquella estrecha y alargada,
con un aumento de anchura sutil hacia la boca. Esta forma facilita la
ascensión de las burbujas y contribuye a que permanezcan intactas por
más tiempo, asegurando un mejor sabor y aroma.
Vinos blancos y rosados. La
copa debe tener una base más amplia y no necesita ser alta. La amplitud
de su boca tiene la finalidad de lograr que los aromas se expandan lo
suficiente y de dirigir la bebida al centro de la lengua. Esto resaltará
la acidez del vino y sus notas frutales. Se debe servir a una
temperatura de 6º C.
El vino blanco también puede servirse en la
copa Chardonnay, que cuenta con la boca más cerrada y potencia los
sabores frutales del vino.
También en la conocida
Copa Tulipa,
como su nombre lo indica, con forma de tulipán o ligeramente
acampanada. Reduce los sabores ácidos y es ideal para el vino blanco
joven y liviano.
Vino tinto. Elige una copa con
forma de globo o cónica, ya que de esta forma permites que el vino
"respire" y libere con mayor con mayor facilidad su aroma y sabor. Se
sirve hasta llenar un tercio de la copa.
La copa Borgoña es de gran volumen, permite que el vino tinto se oxigene lo suficiente, destaca los sabores frutales y reduce los ácidos.
La copa Burdeos,
por su parte, es amplia y alta y permite que el vino tinto se oxigene
bien. Su apertura es lo suficientemente grande, de aproximadamente 6
centímetros de diámetro, para facilitar que la nariz perciba su aroma.
Vinos dulces. La copa de jerez es ideal por su tamaño pequeño y pie corto. Se sirve a 2/3 de su capacidad.
Recuerda
que los detalles en la forma de la copa son importantes para disfrutar a
plenitud el vino, pero también lo es el material: no es lo mismo vidrio
que cristal. Para distinguirlo, basta con tocarlo un poco: el cristal
tiene un timbre más agudo y el vidrio suena más apagado.
Como una postal globalizada del dinner americano,
cada vez son más los bares porteños en los que se le hace honor a la
tradición de acompañar un buen trago con una hamburguesa casera y
potente.
¿Recuerdan la tapa del disco de 1975,
Nighthawks at The Diner, con
Tom Waits acodado en una mesa de madera en uno de esos clásicos diners norteamericanos?
No cuesta imaginar a ese joven Waits en cientos de bares similares
comiendo en cada ocasión una hamburguesa con panceta y barbacoa, junto
con un vaso de whisky, un Old Fashioned o trago similar. Claro que por la rockola se estará escuchando algún blues. Tal vez
Little Red Rooster,
en la voz de Howlin' Wolf. Toda una postal de los años 60 y 70
estadounidenses. Una postal que sigue hoy vigente, e incluso logró
extender sus influencias a todos los rincones del planeta.
Hamburguesas y cócteles forman un ícono cultural y
social, radiografía urbana que describe buena parte de los mejor de los
Estados Unidos, trazando una línea
que nace en Nueva Orleans, cruza hasta Nueva York y desemboca en el
Puente de San Fransisco. Un periplo caprichoso que se toma su tiempo
para hacer paradas en Chicago, Houston, Las Vegas y Memphis, entre otras
ciudades. Y, también, claro, en Buenos Aires.
En nuestra ciudad porteña, tan afín a los sabores
españoles e italianos, siempre hubo algunos reductos donde beber un
cóctel bien hecho junto a una hamburguesa casera y generosa , lejana al estereotipo del
fast food
clonado y bastardeado. Pero, en el último año, este tipo de bares se
multiplicó, con una oferta que hoy se presenta como verdadera tendencia.
Así, a los ya clásicos
Mundo Bizarro (con su hamburguesa de 300 g, ideal para acompañar con un
Martini No 5, preparado por Pablo Piñata) y
878 (con su genial hamburguesa de cordero, que se lleva de maravillas con el
Cynar Julep ), hoy se suman bares nuevos que convocan a miles cada noche. Entre ellos, elegimos nuestros preferidos.
DoppelgängerEl primero en seguir la estela marcada por
Bizarro y
878 fue
Doppelgänger, que desde casi sus inicios viene ofreciendo una de las mejores hamburguesas de la Capital Federal.
Bajo el nombre de "100% home made classic burger"
($56), la generosa mezcla de carne tiene más de tres centímetros de
alto y lleva en su preparado panceta ahumada picada, que le da un sabor
único. Sale con mozzarella también ahumada, cebolla caramelizada y
pickle casero de pepinillos en vinagre. Inmejorable. Difícil elegir la
mejor bebida para acompañar, ya que
Doppel tiene una de las
cartas de cócteles más tentadoras del país. Pero se puede balancear el
tono norteamericano de la comida con un trago que homenajea la historia
argentina, el
Ferrocarril 1940, con Pineral, Hierroquina, licor de marrasquino y cereza ($36). Como dice el lema del bar:
"Celebrando al obrero y al burgués que llevamos dentro".
- MadFlamante
esquina en Belgrano, llama la atención por su estética moderna, donde
las miradas se las lleva una preciosa Harley Davidson original de los
años 20. Toda una toma de posición ideológica de los hacedores de este
bar, que apuestan claramente a los sabores de Estados Unidos, con una
carta especializada en alta coctelería y hamburguesas originales. La
asesoría de la barra correspondió al bartender Sebastián García, que
presentó tragos como el
Madness ($50), que lleva piña, ron,
bitters de Angostura, menta y jugos naturales de cítricos y manzana,
coqueteando con la vuelta de los
punchs a las barras del mundo.
Del lado de la comida, la oferta de hamburguesas es de las más
completas, con opciones de carne vacuna, pollo, cordero, salmón, e
incluso vegetariana.
La Mad ($75) combina roast beef con bondiola, y suma cebolla de verdeo, hongos, queso gruyère y salsa barbacoa. Genial.
SoriaCon pocos meses de vida,
Soria
ya es uno de los bares indispensables de la ciudad porteña. Un éxito
arrollador, logrado por una combinación de factores: un fantástico
espacio al aire libre, un ambiente entre hippie y bohemio, una carta de
tragos interesante y muy bien hecha y sus
finger foods y
hamburguesas como principal atractivo culinario. Casi todo el bar se
abre a su patio, que en invierno está techado y calefaccionado, pero que
espera la primavera para volver a mostrar todo su esplendor. Una buena
combinación de la carta es el aperitivo
Soria, una mezcla simple y efectiva de Cynar, agua tónica y jugo de naranja ($22) con la
Burga Sulpo, una hamburguesa casera de 200 g con panceta, queso brie y espinaca fresca, que llega con ensalada y papas fritas ($42). Lugar perfecto para comenzar una noche entre amigos.
-
Magdalena's PartyAbierto por un grupo de amigos, entre ellos dos canadienses, un estadounidense y dos argentinos,
Magdalena's Party
es un verdadero bastión de la cultura gastronómica del hemisferio norte
en Buenos Aires, tanto por su oferta de cócteles como por sus platos a
lo
tex mex. Del lado de la bebida, Fashion Ana (whisky a elección, caña orgánica, naranjas y Angostura),
Jackie's lemonade
(jugo de limón, lima, almíbar, Cointreau y Jack Daniel's). Y del lado
de la comida, tacos, burritos, quesadillas, desayunos con cantidades
ingentes de panceta, NY style pizza, ensalada Caesar y varios etcéteras.
Para acompañar
la muy rica Magdalena's Famous Burger (la básica sale $40, pero la mejor es la Hawaiana, con queso, palta y piña, a $50), un buen camino es elegir uno de los tragos de la casa, el
Súper Modelo, con vodka Sky y macerado con ajíes picantes, limón, jengibre y ginger ale ($35).
¿Cuál es el vino ideal para acompañar un
choripán, una milanesa con papas fritas o una pizza? Aquí, los más
apropiados para cada tipo de plato.
Cuando
el equilibrio entre una comida y una bebida es perfecto uno y otro se
potencian y multiplican su sabor, así lo demuestran el asado con
Cabernet o las empanadas de carne con Torrontés. Como cada vino aporta
un marco diferente, las características de cada plato determinan su
elección y como la intensidad del sabor exige vinos de igual carácter,
los platos simples van mejor con vinos simples y los platos más
elaborados con vinos más sofisticados y, aunque a veces un contraste
puede ser agradable (como un blanco cítrico para acompañar pollo frito),
en general es mejor la armonía.
Acá te sugerimos algunos vinos para
acompañar los platos más típicos de Buenos Aires. ¿Qué vino te parece
que se acomoda mejor a cada plato? ¿Con qué otra bebida te parece que se
disfrutan mejor estos platos? Contanos
Choripán
Un tinto regional salteño en damajuana es la mejor opción
para acompañar un choripan por su carácter rústico y estilo tradicional
como el Domingo Hermanos ($80), elaborado con uvas Cabernet Sauvignon y
Malbec de Cafayate o algún
tinto simple y suave al paladar, con buena acidez, cuerpo medio y lo suficientemente versátil como para mezclarlo con hielo o soda para refrescarlo.
Milanesa con papas fritas
Para la milanesa con papas fritas nada mejor que un tinto suave, frutado y sin grandes complejidades como
el Bonarda o el Malbec con taninos dulces y la madera justa.
Una buena elección es el Durigutti Bonarda ($64) por su estilo moderno e
identidad varietal que combinan muy bien con la untuosidad de la carne
gracias a su firme acidez y a la excelente madurez de las uvas.
Pizza de muzzarella
La pizza de muzzarella es mucho más rica acompañada de un
rosado seco, joven y frutado como el Amalaya Rosado ($50) elaborado con
uvas Malbec y Torrontés de Salta, ya que
su fluidez y acidez equilibran el contrapeso del queso.
Otra buena opción es la sidra tirada por su gran frescura y porque es
bien distinta a la tradicional, tiene menos burbujas, es más fácil de
beber y no es tan dulce.
Hamburguesas
Las hamburguesas se disfrutan doblemente con tintos de cuerpo medio y taninos incipientes
que logren potenciar el sabor de la carne, dominar la grasa y los sabores fuertes,
como el clásico San Felipe caramañola ($24) que se destaca por su
simpleza, amplitud aromática y notas tostadas, además de refrescar el
paladar y dejar una sensación de redondez y rico final de boca.
Empanadas
Lo ideal para acompañar empanadas de carne es un blanco
fresco y preferentemente del año como un Torrontés riojano, por ejemplo
el Santa Florentina ($22) por su buena intensidad de aromas y porque
perdura mucho tiempo en el paladar, pero también otros
varietales blancos, frutados y sin madera logran resaltar su sabor como un Chardonnay, un Semillón o incluso un Sauvignon Blanc. .
Venía a degustar los mejores vinos de argentina. CUISINE&VINS Expo