Jesús no apoyaba la práctica de sumisión negativa, a los que a sabiendas buscaban aprovecharse de los que practican la no resistencia contra el mal.
Libro de Urantia. Pág.1770
Cuando Jesús se disponía a comenzar su último discurso en el Templo, sucedieron dos cosas que llamaron su atención. Pues surgió un violento altercado,e se le había cobrado demasiado a un judío de Alejandría; al mismo tiempo se llenó la atmósfera de los mugidos de una manada de bueyes que eran conducidos de uno de los corrales a otro
Jesús bajó de la plataforma de enseñanza y, acercándose al muchacho que conducía el ganado, le quitó el látigo de cuerdas y rápidamente sacó del templo a los animales. Pero eso no fue todo; ante la mirada sorprendida de los miles reunidos en el patio del templo, se dirigió al corral de ganado y procedió a abrir las puertas de cada uno de los establos y sacar de allí a los animales aprisionados.
En el momento en que aparecieron los guardias romanos, que estaban cerca del templo, ya reinaba la calma y las multitudes habían vuelto al orden; Jesús, volviendo a la plataforma de los oradores, habló a la multitud: «Habéis presenciado este día lo que está escrito en las Escrituras: `Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones, más vosotros la habéis hecho cueva de ladrones'».1898
“Esta limpieza del templo, revela la actitud del Maestro hacia la comercialización de las prácticas de la religión, así como también el hecho de que detestaba toda forma de injusticia y aprovechamiento a expensas de los pobres y de los ignorantes. Este episodio también demuestra que Jesús no aprbaba la actitud de no emplear la fuerza cuando se trataba de proteger a una mayoría de determinado grupo humano, contra las prácticas injustas y esclavizante de una minoría injusta, posiblemente afianzada en el poder político, financiero o eclesiástico.”1891
Yolanda silva solano