No habló así solamente para los que entonces le oían, sino también para los sucesores de aquellos, los anteriores a nosotros, para nosotros mismos y los que sigan después de nosotros hasta su última venida.
¿Acaso aquel día ha de encontrar a todos los hombres en esta vida, o se dirigen también a los difuntos estas palabras:
«Velad, no sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos.»
Porque ¿Cómo habla así a todos, no dirigiéndose más que a los que vio entonces, sino es porque a todos concierne, como he dicho?
Así, pues, ese día será para cada uno aquél en que salga de este mundo tal y como deba ser juzgado. Por ello debe vigilar todo cristiano, para que no le halle desprevenido la venida del Señor, pues hallará desprevenido aquel día a todo el que no esté prevenido el último día de su vida.
Buenas tardes queridos hermanos, con mucho cariño les comparto el Evangelio que escucharemos el domingo, junto a las peticiones de oración. Pidiéndole a Dios que les colme de bendiciones, mantengámonos unidos en oración rezando por las intenciones de todos nosotros y porque no avance la cultura de la muerte.
Mónica.
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