Hola Dolores, encantado de volver a contactar contigo, hacía tiempo que no sabía de ti y me alegra comprobar que seguimos "vivos", aunque sabía de ti por otras vías, te acuerdas de mi, no? Soy Juan .
Yo voy a dar mi opinión, que como otra, es simplemente eso, una manera particular de ver las cosas y por lo tanto, susceptible de discrepancia y crítica.
Pido disculpas si alguna vez pude dar a entender con mis palabras que no hace falta formación en todo lo relativo al caballo y su mundo, pues no quise que se interpretara así. Yo mismo tuve que formarme en ese área porque debía completar mi instrucción . Aunque debo comentar que más de uno de mis profesores habían sido previamente alumnos míos en algún curso, y a judgar por mis cálculos no llevarían más de dos años de trabajo en pista, entiendes la paradoja?. Comento esto , porque en mi caso particular, hace quince años, cuando un grupo de logopedas que trabajábamos con niños con autismo decidimos utilizar los caballos y su entorno como elementos facilitadores, para fomentar ciertos aspectos básicos de la comunicación, no sabíamos que lo que
hacíamos se llamaba hipoterapia o terapias ecuestres ( además, no había nadie para decírnoslo). Éramos un grupo formado por un médico rehabilitador, una psicóloga, tres logopedas, varios monitores de apoyo y dos pedagogas especialistas en psicomotricidad ( entonces no teníamos la suerte de tener fisioterapeutas) y fíjate, entonces ya éramos equipo multidisciplinar en el colegio, sin necesidad de utilizar los caballos, vengo a decir esto porque parece que se olvide que, en el trabajo con discapacitados, este concepto ya lleva mucho tiempo implantado, no hace falta redescubrirlo ahora con los caballos. Simplemente éramos técnicos de la sanidad, educación… formados a nivel ecuestre, ( entre otros aspectos, la biomecánica del caballo, su etología, los primeros auxilios y otros tantas cosas que nos tocó
aprender ya se conocían por aquél entonces) que seguíamos una programación escolar para conseguir unos objetivos, los mismos objetivos que se plantearía un logopeda que trabajase con niños con autismo en Australia o en Canadá, con la particularidad de que decidimos sustituir un aula convencional por un picadero. Nadie cuestionaba que debíamos tener un título oficial en hipoterapia, ni mucho menos que éramos hipoterapeutas porque en primer lugar ya teníamos nuestros respectivos títulos que nos permitían trabajar, . Recuerdo que oíamos decir,” hay unos profesores que trabajan con autistas y los montan a caballo”. En ningún momento oíamos la palabra hipoterapeutas, porque decir eso es como hablar, y con perdón, del sexo de los ángeles, ya que, en el caso que me ocupaba a mi, en el trabajo con chicos con autismo ¿qué sería la hipoterapia?.
¿Esa técnica que sirve para tratar personas con autismo, parálisis cerebral, anorexia, toxicomanía, esclerosis múltiple, síndrome de down, violencia de género, hiperactividad, alcoholismo… a través de los caballos.? Y los hipoterapeutas quienes son?, esos técnicos que tratan el autismo, la parálisis cerebral, la anorexia, la toxicomanía, la esclerosis múltiple, el síndrome de Down, la violencia de género, la hiperactividad, el alcoholismo… a través de los caballos.? ¿ Tantas cosas saben tratar con un caballo? .Entonces, si le damos rango propio a los hipoterapeutas o a los equinoterapeutas, ¿ a qué se dedican los fisioterapeutas, los médicos, los psicólogos, los trabajadores sociales o los profesores?.. A eso me refiero cuando digo que no creo en la formación en terapias ecuestres como base para realizar el trabajo. Sin embargo si que creo en ella como complemento imprescindible al
igual que un profesor realiza un curso para aprender a utilizar una pizarra virtual ( pizarravirtualterapeuta? o un fisioterapeuta para utilizar ciertas técnicas de masaje ( masajeterapeuta?).
Cuando me refiero a que no debería existir el título de hipoterapeuta, o técnico en terapias ecuestres más bien estoy defendiendo que la formación y la legitimidad para trabajar con personas con discapacidad no la da un curso de especialización ( por muy avalado que esté por una universidad).
.. Me explico: Tal y como está el sistema educativo español, yo puedo realizar mañana mismo un master en legislación penal, por ejemplo, pero no por ello puedo ejercer de abogado, porque no soy licenciado en derecho. Y viceversa, si soy abogado y quiero dedicarme a la rama de lo penal será bueno e incluso necesario que realice un curso de especialización en derecho penal. Una vez termine mi curso, cuando diga que soy penalista, se sobre entenderá que el término penalista es un adjetivo sustantivizado a partir del concepto "abogado" y nadie pensará en ninguna otra profesión más que en la de abogado.
Pues opino que en este tema que nos ocupa debería ocurrir lo mismo, si alguien comenta que es hipoterapeuta o especialista en terapias ecuestres se debe sobreentender que detrás hay una formación de base que es la que realmente le legitima para intervenir con personas con discapacidad . Si se acepta el término hipoterapeuta o experto en terapias ecuestres es porque antes, como "conditio sine quanum" se es fisioterapeuta, o médico, o psicólogo, o pedagogo o cualquier otra profesión con legitimación para intervenir.
Personalmente no sabría como llamar a estas personas que trabajan con personas con discapacidad y con caballos, tampoco me interesa el tema. Pero antes que utilizar todos estos términos( inventados a mi parecer con un afán de negocio exclusivo), los llamaría por su titulación de base, es decir, fisioterapeuta especializado en rehabilitación ecuestre, terapias ecuestres, equinoterapia, hipoterapia ( o como quieras llamarlo), pero con el título de fisioterapeuta por delante. O psicólogo especializado en rehabilitación ecuestre, terapias ecuestres, equinoterapia, hipoterapia…., Pero con el título de psicólogo delante.
Luego, en función de la población que se trate y las necesidades que se presenten, ya se iría configurando un equipo de trabajo más o menos surtido ( al igual que se haría en un colegio ,o en una clínica, o en un hospital). Todos compartirían una formación común ( y es ahí donde veo bien la formación complementaria en terapias asistidas con caballos) con el objeto de saber de qué están hablando cada vez que se reunen para analizar cada caso que atienden, pero no por ello se tendrían que llamar equinoterapeutas o decir que lo que realizan es terapia ecuestre. En el colegio del que te hablaba anteriormente no éramos discapacitadoterapeutas o autismoterapeutas, cada uno era lo que su formación de base le legitimaba ser y entre todos, con la ayuda del caballo y su entorno, colaborábamos en la mejora de la calidad de vida de nuestros alumnos.
Te paso un escrito que redacté hace tiempo, en el que hablo un poco sobre el tema e intento analizar el término “terapia” con el objeto de facilitarte un poco más la comprensión de mi postura, la cual no pretendo que compartas, pues los foros ( y creo que con esa intención lo creo Luís, al cual mando un saludo) se enriquecen con diferentes opiniones y posturas por muy dispares que sean estas, no crees?
. Saludos
Juan. --- El vie, 6/3/09, Lola <mda...@yahoo.es> escribió:
|