la investigadora francesa marie robin
alerta sobre el uso de herbicidas tóxicos
“Argentina está toda
contaminada”
Llegó al país para presentar su libro El mundo
según Monsanto, en el que revela la estrategia de esa compañía para
fomentar el empleo de transgénicos y agroquímicos, sin advertir sobre las
consecuencias para el suelo y las
personas.
29-3-2009
- criticadigital
La periodista francesa Marie Monique Robin dedicó los últimos años a
investigar cómo la empresa multinacional Monsanto, con base en los
Estados Unidos, desarrolló el uso de semillas genéticamente modificadas,
para hacerlas más resistentes, mientras que al mismo tiempo impulsó en
forma asociada la utilización de un poderoso herbicida, que puede generar
efectos nocivos a largo plazo sobre la tierra y los seres humanos. Según
Robin, en Europa se prohibió el uso de cultivos transgénicos, mientras
que en América del Sur se expandieron en forma exponencial, de la mano de
la soja, gracias a sus cotizaciones crecientes en los mercados
internacionales. De acuerdo con sus investigaciones, volcadas en un libro
y en un documental, El mundo según Monsanto, la empresa hasta “manipuló
estudios científicos para tapar los efectos de las toxinas sobre el ser
humano”.
“Monsanto no solamente es el primer productor de transgénicos en el
mundo, sino que también desde el año 2005 es la primera empresa semillera
del mundo”, explicó Robin a Crítica de la Argentina, recién llegada al
país para presentar su libro y su documental mañana, a las 17, en el
Auditorio Borges de la Biblioteca Nacional. El trabajo advierte sobre los
peligros resultantes del crecimiento exponencial de los cultivos
transgénicos, que en 2007 cubrían 100 millones de hectáreas, con
propiedades genéticas patentadas en el 90% por Monsanto.
“La soja transgénica nunca fue estudiada y tampoco fueron estudiados los
efectos que puede producir en la gente, en el consumidor, en los animales
o en el medio ambiente. Hubo una falta total de investigación científica
para verificar si hay problemas o no. La segunda cosa es que Monsanto
pudo vender el Roundup, el herbicida a base de glifosato, porque mintió.
La empresa fue condenada por publicidad mentirosa en Estados Unidos hace
ya diez años y en Francia el año pasado”, explicó la periodista.
–¿Por qué mintió?
–Siempre dijo que este herbicida era biodegradable, es decir que
luego no queda nada ni en el suelo, ni en el aire, ni en el agua, que no
tenía problemas para el medio ambiente, ni para la salud de las personas
que lo utilizan. Todo eso es mentira. Lo que reveló mi investigación es
que no es biodegradable, queda en las aguas, queda en los suelos mucho
tiempo. Hay un estudio secreto de Monsanto que se pudo desclasificar en
Francia que revela que Monsanto enseña nada más que el 2% del Roundup es
degradado después de ocho días. Además hay muchos estudios que revelan
que el Roundup puede llevar al cáncer.
–Además se realizan fumigaciones sin ningún control.
–Sí, claro; cuando estuve haciendo mi documental, Argentina, la soja
del hambre, en 2005, lo vi. Están fumigando hasta en las puertas de las
escuelas; yo estuve filmando en una escuela por ejemplo, ahí cerca de
Paraná, y estuve en una comunidad en Formosa donde todos los cultivos
estaban destruidos y la gente se enfermaba. Es una catástrofe sanitaria
que ya está en marcha. Este producto, por ejemplo, en Dinamarca lo
prohibieron definitivamente como otros herbicidas de Monsanto u otras
compañías que han contaminado países enteros. La Argentina ya está
totalmente contaminada y me da mucha pena.
–¿Por qué se desarrolló tanto la soja en la Argentina?
–En mi libro escribo sobre esto, como fue que la Argentina, que no
era un productor de soja como Brasil, se lanzó a esta aventura yo diría
suicida. Monsanto pudo entrar en la Argentina porque era la época de
Menem y vamos a decir que era un gobierno muy débil para ciertas cosas.
En Francia y en otros países de Europa tuvimos la crisis de la vaca loca.
Por eso hubo una demanda muy grande de soja, y el precio subió mucho en
el mercado internacional. Como la Argentina tenía este problema de la
crisis económica, el Gobierno apoyó la famosa sojización del país.