Hechos nuevos, pero persistentes
Obrero muerto, Hogar Clase Media, Concejo Deliberante (edificio),
Plan Director…
Otro obrero de la construcción pierde la vida.
Entonces la crónica periodística se nutre de las declaraciones del
representante del Ministerio de Trabajo, de la UOCRA, del comisario, del
bombero y del compañero de trabajo.
Pero también se nutre de los silencios del propietario, el profesional,
la empresa constructora y fundamentalmente de la Municipalidad,
concretamente de la Dirección de Obras Privadas.
Si esta última dice algo, “zafa” con aquello de que la obra no estaba
declarada o que el o los responsables son el propietario y/o profesional.
Pero no los únicos.
La Constitución de la Provincia delega en los municipios el “control de
la construcción”, con todo lo que ello implica. Es función y
responsabilidad del Estado, en este caso Municipal.
Si es así, ¿por qué suceden estas desgracias?
La respuesta es muy sencilla: el Municipio no controla, y no controla
porque se ha convertido en un “negocio”.
Cuando algún funcionario honesto aplica el control y sanciona, en general
choca con los sectores “permeables” a autorizar o hacer “la vista
gorda”.
Sectores que se anidan generalmente en el Palacio Municipal y que el
programa ADN en alguna oportunidad mostró con total claridad.
Nunca o por lo menos hace bastante tiempo, Intendente alguno ha tenido
palabras, gestos o aplicado sanciones en ocasión de la muerte de un
obrero de la construcción en la ciudad de Córdoba.
Pero quienes si han tenido desde De la Sota para acá, palabras…demasiadas
palabras, son los responsables de esa gran estafa (aunque se concreten
las obras) de lo que pomposamente han denominado Hogar Clase
Media.
Con el disfraz de Clase Media el gobierno de De la Sota, manipuló las
reales expectativas de miles de cordobeses con un dudoso cupo de
viviendas similares a las que se entregan a pobladores de zonas inundadas
de la ciudad, intentando captar votos ante una derrota electoral que se
le venía encima.
Han pasado 2 años, el cupo no llega, la estafa se profundiza y los
actuales responsables, que son los mismos de aquel engañoso momento,
siguen montados en promesas cuando lo que corresponde es decir la
verdad.
Verdad que expuso Carolina Scotto esta semana en el manoseado y confuso
tema de un “Plan Director” que ahora parece que son “Bases para el Plan
Director de la Ciudad de Córdoba”.
Al decir con sencillez y respeto que la Universidad no fue consultada y
que es opinión de la comunidad que preside contar con una Ciudad
Universitaria donde predomine el “silencio urbano” puso en evidencia la
endebléz de todo lo que hasta acá se venía manejando.
Liquidó de un solo golpe, anuncios, promesas y tandas publicitarias,
dejándolas tan vacías y de otro contexto que todos los “promotores”
quedaron mudos.
Tan mudo como la obra del prometido nuevo edificio para el Concejo
Deliberante en los predios del ex Mercado de Abasto.
Construcción que en un apresuramiento del entonces viceintendente Daniel
Giacomino tuvo forma a través de un concurso de anteproyectos, desarrollo
del proyecto, llamado a licitación y adjudicación de la obra.
Todo bastante prolijo. Pero la obra está parada. Llena de yuyos y
“jerarquizando” un sector de la ciudad a pocas cuadras de la Plaza San
Martín donde rivalidan armoniosamente el Museo de Arte Moderno que
prometió Kammerath y la definitiva sede del Concejo Deliberante que nos
propuso Giacomino.
Esta vergonzosa imagen me lleva a plantear 2 preguntas:
¿Si el presupuesto municipal para este año es de más de 1.600 millones de
pesos, porqué algo que representa un poco más que el 1% del mismo no se
pueden destinar los fondos necesarios para terminar la obra?
Y la segunda: ¿si esa imagen no es suficientemente fuerte como para
pensar que los anuncios de obras para la ciudad de Córdoba, que Provincia
y Municipio han hecho, no es otra mentira más?
Arq. Arquímedes Federico
21-02-2009