Hombre sabio y prudente es aquel que cuida su casa física y su hogar espiritual.
El mundo y la vida son un mosaico de contradicciones. El planeta, hecho a la perfección, y mientras tanto el hombre en su decadencia espiritual, se encarga en destruirlo irresponsablemente. Al Creador no se le olvidó nada, ni el último detalle; todo fue perfectamente previsto. Los cielos y la tierra, los hombres y las bestias, manifestación creadora del Verbo. La maravilla de su creación no tiene comparación. El ser humano dentro de esta historia ocupando un lugar especial y preeminente. Es por eso que tenemos la responsabilidad de administrar sabiamente este tesoro.
Si uniéramos nuestros esfuerzos con el solo fin de agradarle, seguro comenzaríamos por cuidar y administrar juiciosamente esta maravillosa creación que con tanto amor un día nos dio.
Jesús nos llama a que tengamos en alta estima toda su creación, SIN OLVIDAR por cuidar el espíritu y el alma.
Gen 1: - 26 - Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.