Sobre la ofensiva contra los manteros (en Barcelona), las luchas, los techos de cristal, el papel de cada cual y quien gana y quien pierde en todo esto.
A la memoria de Yassir.
El imperio del orden y la ley se puso de acuerdo y activó todos los mecanismos que tiene a mano (que son muchos) para sin pestañear orquestar una ofensiva mediática, política, policial y judicial contra los excluidos de siempre, en este caso los manteros, y mientras envía una señal a todos: no se puede cambiar lo fundamental, saber quien manda aquí y cada cual en su lugar. Y lo han tenido que hacer porque estamos en una ciudad rebelde, en la que hasta los excluidos se organizan y tejen alianzas con otros movimientos para resistir y construir, con muchas dificultades, otros barrios, otra ciudad y otro mundo. (...)
Cuando se argumentó el asalto a las instituciones una de las razones fundamentales fue que los movimientos habían llegado a un techo de cristal y que había que probar la participación para echar a los poderosos de siempre. Se puso mucha pasión, muchas ilusiones y creo yo también, mucha arrogancia y prepotencia. (...)
Quizás también se tocó otro techo de cristal y las condiciones de participar en base a lo conseguido hay que ponerlas en la balanza para ver el resultado y si vale la pena. En ello estamos y no seré yo quien me alegre de que peor mejor, pero si de señalar la falta de crítica, de hacer públicas las dificultades, de lo que se quiere y no se puede y no de cerrar filas en base a la defensa de mi proyecto, de los mios, en los calculos, en los miedos y no en arriesgar y experimentar.
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La lucha de los manteros ha puesto sobre la mesa todo esto (...) a la vez afloran las de siempre, la solidaridad, el apoyo mutuo, los derechos humanos por encima de otros intereses.
Y cada cual tiene que hacer algo, los poderes del estado lo están haciendo, con prisas, saltándose sus propios protocolos y con mucha violencia. Mucha gente y muchos movimiento no consideran prioritaria la lucha del sindicato de los manteros, tienen sus propias prioridades. Pero a todos hay que recordarles el caso de Yassir, de Juan Andrés, el 4F, Pedro Alvarez... y tantos otros. Primero fueron considerados minoritarios hasta que la lucha contra la impunidad y la brutalidad se amplió y se tomó conciencia de que era una lucha social en la que
estaban en juego los derechos humanos y sociales de todos.
Si es así, todos los implicados tenemos que decidir cual es nuestro papel y nuestra responsabilidad e intentar aportar desde nuestros espacios, colectivos y organizaciones el esfuerzo para que se avance en los derechos y libertades y no se imponga el imperio de la ley. Ojalá que lo podamos conseguir. (Iñaki García https://www.facebook.)