En la medida de lo posible, debemos evitar todo conflicto con los demás y que nuestro estilo de vida sea de continuo apartado de lo malo. Pues nadie que se deleite en una vida pecaminosa puede ver a Dios en su vida, porque así como uno no está donde se siente cómodo, nuestro Dios que es santo, no se complace en la perversidad, le repugna.
Por: Andrés Vega
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