----- Original Message -----From: nmelgareSent: Saturday, September 03, 2011 6:32 PMSubject: [cuantica-espiritual] HERMES TRIMEGISTO - El Crater O La Monada, y- La Virgen Del Mundo en adjunto
HERMES TRIMEGISTO
El Crater O La Monada
La Virgen Del Mundo
Los Sagrados Libros de Hermes, dice la Sra. Child en su admirable compendio, que contienen las leyes, la ciencia y la teología de Egipto, fueron compuestos, según los Sacerdotes, durante el reino de los Dioses, aquel que precedió al de su primer rey, Menes. Diversas alusiones a monumentos antiguos demuestran su antigüedad. Había cuatro libros, y las subdivisiones de estos hacían un total de cuarenta y dos volúmenes. Estos números corresponden exactamente a los de los Vedas, que según los Puranas fueron llevados hasta Egipto por los Yadavas en la primera emigración a este país desde el Indostán. Los temas que se tratan en ellos son similares, pero hasta qué punto los Libros de Hermes fueron copiados de los Vedas continúa siendo una duda. Fueron depositados en los rincones sagrados más profundos de los templos, y nadie más que los pertenecientes a la orden más alta de sacerdotes estaba autorizado a leerlos. Eran llevados de manera reverente en todas las grandes procesiones religiosas. Los sacerdotes principales llevaban diez volúmenes relacionados con las emanaciones de los Dioses, la formación del Mundo, la divina anunciación de las leyes, y las normas para el sacerdocio. El director de los músicos sagrados llevaba dos, que contenían los himnos de los Dioses y las máximas para guiar la conducta del rey, que el cantor debía saber de memoria. Esta es la reputada antigüedad y santidad de estos himnos egipcios que según Platón estaban adscritos a Isis, y se cree que tienen diez mil años de antigüedad. Servidores del templo llevaban diez volúmenes más, que contenían formas de plegaria y normas para las ofrendas, festivales y procesiones. Los otros volúmenes trataban de la filosofía y de las ciencias, e incluían la anatomía y la medicina. Estos libros eran muy famosos y posteriormente fueron muy buscados para trabajos de alquimia, especialmente para hacer oro. El emperador romano Severo recogió todos los escritos sobre los Misterios y los enterró en la tumba de Alejandro Magno, y Dioclecíano destruyó todos sus libros sobre alquimia por miedo a que Egipto se enriqueciera demasiado y no permaneciera tributario de Roma. Los Libros de Hermes, tan conocidos en un tiempo, han permanecido perdidos durante estos quince mil años.