El Gran Poder de la Mente Colectiva en Logia

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Alcoseri Vicente

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Aug 18, 2025, 7:33:43 PMAug 18
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El Gran Poder de la Mente Colectiva en Logia

Entendamos que  cada pensamiento, cada emoción y cada palabra que emites no se disipan en el vacío, sino que se convierten en ondas sutiles que tejen el tapiz colectivo de la realidad. Esto es lo que Hermes Trismegistus, el maestro de las ciencias ocultas, transmitió hace milenios, y que la ciencia contemporánea empieza a validar a través de conceptos como la física cuántica y la coherencia colectiva. Durante siglos, la humanidad vio la vida como un teatro inmutable, donde los eventos ocurrían por azar. Sin embargo, ¿y si te revelara que existe un código vibracional capaz de reconfigurar el entorno compartido? Un código inscrito en la tercera ley universal más potente: la ley de la vibración. Dentro de esta ley residen tres fuerzas sutiles que no  sólo  impulsan la energía, sino que le otorgan forma, trayectoria y sentido. Estas fuerzas se hallan en templos masónicos, en textos herméticos y en símbolos que, para los profanos, son meros ornamentos, pero para los iniciados, desvelan la llave para dominar el destino colectivo.

Hoy 18 de agosto de 2025, te invito a cruzar ese umbral donde la ciencia y el esoterismo convergen, mostrando que la realidad no es un sufrimiento pasivo, sino una creación grupal. Mientras esta verdad palpita en tu conciencia, emerge una interrogante ancestral: ¿estás preparado para despertar el poder que yace dormido en el interior colectivo? Pocos lo notan, pero hay un abismo sutil entre la energía y la vibración. Es en ese intersticio invisible donde radica la clave para forjar realidades compartidas. La energía es el sustrato omnipresente que impregna todo: el calor en la piel, el fulgor de una estrella lejana, la serenidad de un amanecer calmo. Es la materia prima cruda, un vasto océano de potencial aguardando el primer impulso. La vibración, por el contrario, es el aliento que anima ese océano, el viento que genera crestas en aguas quietas, el latido que impone ritmo y orientación a lo que era mera posibilidad. Sin vibración, la energía permanece inerte, un coloso silente incapaz de generar formas o atraer vivencias. Pero al vibrar, la energía danza, se reordena y se transforma en existencia.

Hermes Trismegistus enseñaba que todos portamos una vasta reserva de energía vital, pero pocos la gobiernan con maestría. Muchos viven como hojas arrastradas por el vendaval, reaccionando a adversidades y absorbiendo vibraciones externas sin percatarse. Emiten miedo, cólera, incertidumbre, y luego se cuestionan por qué el mundo les resulta opresivo. El alquimista vibracional, en cambio, comprende que la realidad no es un baluarte inexpugnable, sino un lienzo flexible que responde a los mandatos sutiles de la mente. Imagina tu ser como un instrumento musical etéreo, proyectando tonos invisibles a través de dimensiones. Cada pensamiento es una nota; cada emoción, una sinfonía. Pensar en desdicha equivale a rasgar acordes lúgubres; pensar en esperanza, a componer una oda radiante. Es en ese ámbito invisible donde se erige la arquitectura verdadera de la vida, y cada frecuencia emitida moldea la calidad de las relaciones, la salud, la prosperidad y la serenidad interior.

La física cuántica, eones después, corroboraría esto. El célebre experimento de la doble rendija demostró que las partículas alteran su conducta al ser observadas, como si respondieran a la conciencia que las escruta. El mero acto de percibir modifica la estructura de la materia: no eres un observador inerte; tu atención, impregnada de vibración, reconfigura lo que denominas realidad. Visualiza el universo como un estanque sereno: cada pensamiento o emoción es una piedra arrojada, generando ondas que se propagan y retornan. Lanzas piedras de temor, y las ondas traen más razones para el pánico; lanzas piedras de amor, y las ondas devuelven experiencias que nutren ese amor. No es magia folclórica, sino una ciencia ancestral que ve el universo como un campo sensible y receptivo.

Por ello, Hermes Trismegistus afirmaba en el Kybalion: "Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra." Esta vibración no es  sólo  individual, sino colectiva, formando lo que en la masonería se conoce como el Egregor: una entidad psíquica nacida de la unión de mentes, emociones y voluntades en un ritual o logia. El Egregor Masónico es el espíritu vivo de la fraternidad, un ser etéreo que amplifica la energía grupal, guiando a los iniciados hacia la iluminación y el control de la realidad compartida. Como explica René Guénon en sus escritos sobre iniciación, el Egregor distingue de meras entidades colectivas al ser una fuerza consciente, alimentada por la cohesión mental de los masones.

Para hacerlo más intrigante, considera una anécdota histórica: durante la construcción de la Gran Logia de Inglaterra en 1717, los masones invocaron un Egregor a través de rituales herméticos, fusionando sus vibraciones en un círculo de luz. Testigos narran cómo el aire se cargó de una presencia palpable, inspirando visiones que moldearon el destino de naciones. Esta técnica, arraigada en el hermetismo, une mentes para crear realidades elevadas, y científicos modernos lo validan midiendo campos electromagnéticos colectivos en grupos meditativos.

Hermes Trismegistus, en el principio de Mentalismo, declaraba: "El Todo es Mente; el Universo es Mental." Esta mente universal se manifiesta en el Egregor como una conciencia grupal, donde la vibración personal se funde en lo colectivo. Otra cita relevante: "La mente, así como los metales y los elementos, puede ser transmutada de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración." Relacionado con el Egregor, resuena la Tabla Esmeralda: "Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo, para realizar el milagro de la Unidad." Aquí, la unidad alude a la fusión de mentes en un Egregor, creando milagros colectivos.

Cristo, en un eco cristiano de esta idea del Egregor , proclamó en Mateo 18:20: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." Esta presencia divina es análoga al Egregor, una entidad espiritual que surge de la reunión intencional.

Dentro de la ley de la vibración, Hermes Trismegistus desveló tres fuerzas ocultas que transforman no  sólo  la energía individual, sino la respuesta universal: el fuego de la voluntad, el amor como frecuencia suprema y la palabra como puente entre mundos. Estas no son meras poesías; son herramientas vibracionales respaldadas por tradiciones herméticas y hallazgos científicos. El fuego de la voluntad es la chispa interna que propulsa la existencia, diferenciando al autómata del creador consciente. El amor, como frecuencia suprema, disuelve separaciones; estudios muestran que el campo cardíaco es 5.000 veces más potente que el cerebral, expandiendo realidades. La palabra, como puente, imprime patrones en la materia a través de mantras y afirmaciones.

En el Egregor Masónico, estas fuerzas se alinean: la voluntad tensa el arco colectivo, el amor estabiliza la flecha, y la palabra la dirige. Cualquiera puede activarlas con coherencia, pero en la masonería, se potencian en rituales grupales. Tu cuerpo es una antena viva: chakras como portales, la pineal como ojo del alma, la respiración como calibrador. En el Egregor, múltiples cuerpos forman una orquesta cósmica.

La alquimia vibracional se practica diariamente: anclaje emocional, visualización, vigilancia de trampas energéticas. En la masonería, esto se eleva en logias, donde la persistencia crea patrones duraderos. El código de Hermes es una tecnología viva: afina tu interior, y el Egregor amplificará tu realidad.

Recuerda que una noche en un templo masónico: bajo velas parpadeantes alrededor del Ara Sagrada, hermanos masones  entre ellos el francmasón George Washington unieron vibraciones, invocando un Egregor que iluminó las mentes con visiones proféticas, y fueron capaces de fundar la Nación Norteamericana, y con esto cambió el destino de la humanidad  . Esa conexión trasciende lo visible, y modifica la Realidad.

Datos Masónicos de George Washington  

George Washington fue un masón destacado, cuya afiliación a la francmasonería comenzó en su juventud y se extendió a lo largo de su vida, influyendo en su liderazgo durante la Revolución Americana y su presidencia. A continuación, te detallo los datos basados en fuentes históricas confiables, incluyendo su logia inicial, fechas de iniciación, grados alcanzados, hermanos de logia y otros aspectos relevantes.

Logia Masónica Principal

Washington se inició en la Lodge at Fredericksburg (posteriormente renombrada como Fredericksburg Lodge No. 4), ubicada en Fredericksburg, Virginia. Esta fue su "logia madre" y sigue activa hasta el día de hoy bajo la Gran Logia de Virginia. Pagó dos libras y tres chelines para unirse, una suma estándar en esa época para candidatos.

Año de Iniciación y Progreso en los Grados

Iniciación como Aprendiz  (1er grado): El 4 de noviembre de 1752, a los 20 años de edad.

Pasado a Compañero (2do grado): El 3 de marzo de 1753, poco después de cumplir 21 años.

Elevado al Sublime Grado de  Maestro Masón (3er grado): El 4 de agosto de 1753.

Estos tres grados (Aprendiz, Compañero y Maestro Masón) son los fundamentales en la masonería simbólica o "azul". Washington completó su progreso en nueve meses, un período típico para la época.

Grado Masónico Alcanzado

Washington alcanzó el grado de Maestro Masón, el más alto en la masonería regular u oficial (3er grado). No hay evidencia de que haya perseguido grados adicionales en ritos como el York o el Escocés Antiguo y Aceptado, aunque fue honrado con membresías honorarias en varias logias.

 Más tarde, en 1788, fue elegido Venerable  Maestro de la Alexandria Lodge No. 22 en Alexandria, Virginia, cargo que ocupó hasta 1789. Esta logia, originalmente Alexandria Lodge No. 39 bajo la Gran Logia de Pensilvania, cambió a No. 22 bajo la Gran Logia de Virginia en 1790, y Washington fue su Maestro Fundador (Charter Master).

En la Fredericksburg Lodge, Washington compartió hermandad con varios miembros notables, muchos de los cuales sirvieron en el Ejército Continental o la Milicia de Virginia durante la Guerra de Independencia. Algunos hermanos destacados incluyen:

Hugh Mercer: General en el Ejército Continental, amigo cercano de Washington; murió en la Batalla de Princeton.

George Weedon: General de brigada en el Ejército Continental, participó en varias campañas clave.

William Woodford: General de brigada, luchó en batallas como Brandywine y Monmouth.

Gustavus Brown Wallace (o Gustavus B. Wallace): Oficial en la Revolución, vinculado a familias prominentes de Virginia.

Thomas Posey: Oficial y más tarde gobernador de Indiana; sirvió bajo Washington.

Fielding Lewis: Cuñado de Washington (esposo de su hermana Betty Washington), comerciante y fabricante de armas para la Revolución.

En una reunión específica el 1 de septiembre de 1753, estuvieron presentes hermanos como Gowrie Waugh, John Black, Joseph Fox y Robert Spotswood, entre otros. Washington asistió a  sólo  unas pocas reuniones en Fredericksburg: documentadas el 1 de septiembre de 1753 y el 4 de enero de 1755.

En la Alexandria Lodge No. 22, Washington tuvo asociaciones con otros masones prominentes, aunque no se detallan listas exhaustivas en las fuentes. Notablemente, el Marqués de Lafayette (iniciado en 1777 en otra logia) fue un asociado masónico cercano de Washington, aunque no era miembro original de Fredericksburg.

Participación General: Washington asistió a aproximadamente nueve reuniones masónicas durante su vida, priorizando sus deberes militares y políticos. Rechazó ser Gran Maestro de una Gran Logia nacional propuesta, pero apoyó la masonería como institución.

Eventos Notables: En 1793, como presidente, colocó la piedra angular del Capitolio de EE.UU. en una ceremonia masónica, usando herramientas de su logia y vistiendo un delantal masónico bordado por la esposa de Lafayette. Su funeral en 1799 incluyó ritos masónicos.

Legado: El George Washington Masonic National Memorial en Alexandria, Virginia, honra su memoria y alberga reliquias como la Biblia usada en su iniciación y su delantal masónico.Fue el primero de 14 presidentes masones de EE.UU.

Alcoseri 

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Orlando Palacios

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Aug 19, 2025, 10:06:02 PMAug 19
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