Definiendo qué es Masonería

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Alcoseri Vicente

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Sep 7, 2025, 8:03:24 PMSep 7
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Definiendo qué es Masonería

 

Para comprender cómo se puede definir la Masonería es necesario darse cuenta de que la Masonería nunca había existido bajo su propio nombre, excepto en tiempos modernos, esto es de aproximadamente 300 años a la fecha. Por una u otra razón, siempre se ha sospechado de tendencias equivocadas o subversivas en la Masonería,  que han incomodado a instituciones religiosas, políticas o morales, y por lo tanto ha tenido que usar diferentes disfraces, como un arquitecto sabio que oculta sus planos maestros bajo velos simbólicos para protegerlos de ojos profanos.

Por miles de años, la Masonería existió bajo los nombres de: filosofía, ocultismo , alquimia , gnosis , esoterismo etc. En la India, todas las formas de Yoga, que son esencialmente precursoras de prácticas masónicas en su búsqueda de la perfección interior, se describen como uno de los seis sistemas de filosofías. Las enseñanzas Sufíes, que ante todo son alegorías de construcción espiritual, se consideran en parte religiosas y en parte metafísicas, similares a los rituales masónicos que elevan el alma a través de grados de iniciación. En Europa, hasta no hace mucho tiempo, en las últimas décadas del siglo diecinueve, muchos trabajos sobre Masonería eran considerados como filosofía clásica. Y a pesar de que casi todas las subdivisiones de la filosofía, tales como la lógica, la teoría del conocimiento, la ética y la estética, se referían al trabajo de la mente humana o de los sentidos, la Masonería era considerada como inferior a la filosofía y como relacionada sólo con los lados más bajos o más triviales de la naturaleza humana, ignorando su verdadero propósito: forjar al hombre como una piedra angular en el gran templo de la humanidad.

Como bien señala Santo Tomás de Aquino en su Summa Theologica (I, q. 75, a. 1), "el alma es la forma del cuerpo", recordándonos que la verdadera construcción del ser humano no es meramente física, sino una unión armónica de lo material y lo espiritual, un principio que resuena en los rituales masónicos donde el iniciado pule su "piedra bruta" para convertirla en una "piedra cúbica" perfecta.

Paralelamente a su existencia bajo el nombre de filosofía platónica , la Masonería existió aún por más tiempo conectada con una u otra religión. Esto no quiere decir que la religión y la Masonería alguna vez fueran una y la misma cosa, ni que la conexión entre religión y Masonería fuera reconocida abiertamente. Pero no hay duda de que casi todas las religiones conocidas —por supuesto, no me refiero a las falsas religiones modernas— desarrollaron uno u otro tipo de enseñanza masónica conectada a menudo con cierta práctica, de manera que el estudio de la religión, muy frecuentemente, incluía en sí mismo el estudio de la Masonería. Imagina al masón como un constructor divino, guiado por la luz eterna, tejiendo símbolos que elevan el espíritu hacia la Gran Logia Celestial.

Hay muchos trabajos excelentes sobre Masonería en la bastante ortodoxa literatura religiosa de diferentes países y épocas. Por ejemplo, en los primeros tiempos del Cristianismo, había bajo el nombre general de Philokalia una colección de libros de diferentes autores, usado en la actualidad en la Iglesia Oriental, especialmente para la instrucción de los monjes, donde se entretejen ideas de ascenso espiritual que paralelan los grados masónicos de Aprendiz, Compañero y Maestro.

La Biblia misma ofrece ecos masónicos profundos, como en Proverbios 24:3-4: "Con sabiduría se edifica la casa, y con prudencia se afirma; y con ciencia se llenan las cámaras de todo bien precioso y agradable". Esta cita ilustra cómo la Masonería, como arte de construir, no sólo  erige templos de piedra, sino hogares del alma llenos de virtudes eternas.

Durante el tiempo en que la Masonería estuvo conectada con la filosofía y la religión, también existía bajo la forma de Arte: La Poesía, el Drama, la Escultura, la Danza, y sobre todo la Arquitectura eran medios de transmisión del conocimiento masónico. Por ejemplo, las catedrales góticas construidas por masones operativos  eran en su sentido primordial tratados de Masonería, con sus arcos apuntados simbolizando la elevación del espíritu hacia lo divino, y sus vitrales filtrando la luz de la verdad eterna, tal como los masones usan la escuadra y el compás para medir y alinear sus vidas.

Santo Tomás de Aquino refuerza esta idea en su Summa Contra Gentiles (Libro III, cap. 37), donde afirma: "El hombre, por su naturaleza, tiende a la perfección", un llamado que la Masonería interpreta como la búsqueda incesante de mejorar el templo interior, puliendo las asperezas del carácter con herramientas simbólicas heredadas de antiguas tradiciones de mampostería .

En la antigüedad, antes de que la filosofía, la religión y el arte adoptaran formas separadas bajo las cuales las conocemos ahora, la Masonería había existido en forma de Misterios Iniciáticos, tales como los de Egipto y de la antigua Grecia, donde iniciados como Pitágoras —cuyas enseñanzas geométricas influyeron en la Masonería— aprendían secretos de proporción divina y armonía cósmica. Posteriormente, luego de la desaparición de los Misterios, la Masonería existió en forma de Enseñanzas Simbólicas, las que algunas veces estaban ligadas a la religión de la época y otras no, como en los casos de la astrología, la alquimia, la magia; y entre los más modernos, la Masonería misma, el Ocultismo y la Teosofía. Aquí es necesario notar que todos los sistemas masónicos y doctrinas, tanto los que existen o los que existieron abiertamente como los que fueron ocultos o disfrazados, pueden dividirse en dos categorías principales. Primero: los sistemas que estudian al hombre tal como ellos lo encuentran, o tal como ellos suponen o lo imaginan ser. La "Masonería especulativa" moderna, o lo que se conoce bajo este nombre, pertenece a esta categoría en sus formas superficiales. Segundo: los sistemas como la Masonería que estudian al hombre no desde el punto de vista de lo que es, o de lo que parece ser, sino desde el punto de vista de lo que puede llegar a ser; esto es, desde el punto de vista de su necesaria evolución. Estos últimos sistemas son en realidad los originales, o en todo caso los más antiguos, y sólo ellos pueden explicar el origen olvidado y el significado de la Masonería, como la leyenda de Hiram Abiff, el maestro constructor del Templo de Salomón, que simboliza la muerte y resurrección del espíritu en busca de la palabra perdida.

Cuando comprendamos la importancia del estudio del hombre desde el punto de vista de su muy necesaria evolución, comprenderemos que la primera respuesta a la pregunta: ¿qué es Masonería? debería ser que la Masonería es el estudio de los principios, leyes y hechos de la necesaria evolución del ser humano, un viaje fascinante donde cada de los 3 grados originales de la Francmasonería  revela capas de misterio, invitando al lector a imaginar su propio ascenso por la escalera de Jacob, como se describe en Génesis 28:12: "Y soñó, y he aquí una escalera puesta en la tierra, cuya cima llegaba al cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella".

Aquí, en estas publicaciones , hablaré sólo desde este punto de vista. Nuestra primera pregunta será: ¿qué quiere decir la necesaria evolución del ser humano?, y la segunda: ¿se requieren condiciones especiales para ello? Piensa en la evolución masónica como la construcción de un gran arco: cada piedra debe colocarse con precisión, guiada por la escuadra de la moral y el nivel de la igualdad.

Con respecto a modernos y ordinarios puntos de vista sobre el origen del hombre y su previa evolución, debo decir ante todo que no pueden ser aceptados sin escrutinio. Debemos darnos cuenta de que no sabemos nada acerca de su origen y que no tenemos pruebas concluyentes de la evolución física o mental del hombre, salvo las huellas simbólicas en antiguos monumentos. Por el contrario, si tomamos la humanidad histórica, es decir, la humanidad de los últimos diez o quince mil años, podemos encontrar señales inconfundibles de un tipo de hombre superior, cuya presencia se puede establecer ante la evidencia de monumentos antiguos y conmemorativos que la humanidad actual no puede repetir o imitar, como las pirámides de Egipto o el Templo de Salomón, erigidos por constructores que encarnaban los ideales masónicos de sabiduría, fuerza y belleza.

Santo Tomás de Aquino, en su Summa Theologica (I-II, q. 1, a. 1), nos recuerda: "El último fin del hombre es la bienaventuranza, que consiste en la visión de Dios", un eco de la búsqueda masónica de la luz divina, que transforma al iniciado de una piedra informe en un pilar de la sociedad.

Con respecto al hombre prehistórico o a esas criaturas de aspecto parecido al hombre y sin embargo, al mismo tiempo, tan diferentes de él, cuyos huesos se encuentran en yacimientos del período glacial o preglacial, podemos aceptar la muy plausible idea de que esos huesos pertenecen a un ser bastante distinto del hombre, que pereció hace mucho tiempo. Al negar la evolución anterior del hombre de manera mecánica, tenemos que negarle cualquier posibilidad de evolución mecánica futura; es decir, una evolución que se desarrolle por sí sola, de acuerdo con las leyes de la herencia y de la selección, sin esfuerzos conscientes del hombre, y sin una comprensión de su posible evolución, como un templo que se derrumba sin el mantenimiento de sus guardianes.

Nuestra idea fundamental va a ser que el hombre, tal como lo conocemos, no es un ser completo; que la naturaleza lo desarrolla sólo hasta un cierto punto y que luego lo deja, para que siga desarrollándose por sus propios esfuerzos e iniciativas, o vivir y morir tal cual nació, o degenerar y perder su capacidad de desarrollo. En este caso, la evolución del hombre querrá decir el desarrollo de ciertas cualidades y rasgos interiores que generalmente permanecen sin crecer y que no pueden desarrollarse por sí solos, como las virtudes masónicas de fe, esperanza y caridad, simbolizadas en los emblemas de la logia.

La experiencia y la observación muestran que ese desarrollo es posible sólo en ciertas condiciones determinadas, con esfuerzos de cierta clase por parte del hombre mismo, y con ayuda suficiente de aquellos que comenzaron antes un trabajo similar y que ya han obtenido un cierto grado de desarrollo, o por lo menos cierto conocimiento de los métodos —los hermanos mayores en la fraternidad masónica, que guían al neófito con la luz del Oriente.

Tenemos que comenzar con la idea de que sin esfuerzos, estudios y trabajo interno es imposible la evolución; sin ayuda, igualmente, es imposible. Después de lo cual tenemos que comprender que, en el camino del desarrollo, el hombre tiene que hacerse un ser diferente, y tenemos que aprender y comprender en qué sentido y en qué dirección el hombre tiene que hacerse un ser diferente; es decir, qué significa ser un ser diferente —un Maestro Masón, erguido en la plenitud de su potencial, como se evoca en Efesios 4:13: "Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo".

Luego tenemos que comprender que no todos los masones pueden desarrollarse y llegar a ser seres mejorados . La evolución en Masonería  es cuestión de esfuerzos personales y no de escalar automáticamente grados masónicos de oropel, y en relación con la masa de la humanidad la evolución es una rara excepción. Puede parecer extraño, pero debemos darnos cuenta de que no sólo es rara, sino que cada vez está llegando a ser más y más rara, como un secreto guardado en las cámaras ocultas de la logia, accesible sólo  a aquellos que llaman a la puerta con humildad y perseverancia.

Alcoseri 

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