La Leyenda de Enoch
Introducción
Siempre me ha llamado enormemente la atención todo lo que cierne en torno a Enoc. A tal punto
que en mi primera obra literaria: El Círculo del Universo (2020), describo un breve resumen de
lo acontecido con relación a este personaje. Pero es conveniente saber el concepto de
LEYENDA:
«Leyenda es una Narración de sucesos fantásticos que se transmite por tradición». Es decir, no
tiene un carácter fidedigno, lo cual en sí mismo, es uno de los puntos álgidos que se suman a la
lista de inquietudes con relación a esta historia, motivado a que esa categoría de «Leyenda»,
pudo haber sido acuñada, adrede y premeditadamente, con la intención de no brindarle un
aspecto de seriedad y creíble.
La pregunta es este caso sería: ¿Cuál es el interés de menospreciar esta interesante historia?
Pero también no es menos cierto, que la historia de Enoc da razones suficientes para que, de
acuerdo al entendimiento de muchos, sea una historia de no fiar, fuera de lo común, mítica y
peor aún: «fantástica», que la conduce directamente al archivo mundial de las Leyendas.
Un ejemplo simple de las muchas razones la describe la propia Biblia: Según el Génesis 5.22-
24, “Enoc era un hombre justo, «caminó con Yahvéh», vivió 365 años, y desapareció, porque
Yahveh se lo llevó sin que muriera”.
Esto apenas es un abreboca a las innumerables razones, comparaciones y afirmaciones, que
desacreditan o dificultan la valoración de la Leyenda de Enoc, a pesar de que en su mensaje
siempre considera ofrecer justicia al desamparado al final de los tiempos.
A consecuencia de esta situación surge un punto de vista totalmente opuesto en formas más
fantásticas aún, que supera inclusive lo descrito en el propio libro de Enoc, pero que tienen
coherencia de principio a fin.
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Desarrollo
“El primero, el misericordioso y muy paciente, es Miguel; el segundo, que está encargado de
las enfermedades y de todas las heridas de los hijos de los hombres, es Rafael; el tercero, que
está encargado de todos los poderes, es Gabriel; el cuarto, que está encargado de la esperanza
de quienes heredarán la vida eterna, es llamado Uriel”.
Enoc
Antes de referirnos a la Leyenda en sí, es necesario elucubrar: ¿Qué es El Libro de Enoc?
Es un libro, cuyo origen no está totalmente claro, ya que se presume que es el compendio de
varios escritos llevados a cabo en distintas épocas. Uno de los aspectos más interesantes de este
libro es la historia de su aparición que lo precede, motivado a que, según los propios datos
encontrados en la Biblia, fue considerado y apreciado por los primeros cristianos como San
Pedro, San Mateo, San Marcos, San Lucas, San Juan y Judas, quienes mencionan a Enoc en
múltiples ocasiones, así como también se pueden observar referencias de Enoc versículos de
Corintios, Efesios, Filipenses, Tesalonicenses y Apocalipsis.
Los judíos se rebelaron contra el Imperio Romano en la Gran Revuelta Judía del 66 d.C., y
tanto Jerusalén como el Templo fueron destruidos en el 70 d.C. Los evangelistas culparon a los
judíos del desastre por su rechazo a Jesús como el mesías. Después de la separación entre el
cristianismo y el judaísmo, hubo una situación un poco desarticulada. En un momento dado hubo
hasta 200 evangelios en circulación. Las iglesias cristianas primitivas debatieron largamente
cuales evangelios debían considerar válidos y cuáles no. Algunos eran meras ficciones literarias
con Jesús como protagonista. El Libro de Enoc no perteneció al antiguo testamento o al Tanaj,
hecho que no le ayudó para que fuese incluido en la Biblia. Hubo aspectos de la iglesia católica,
apostólica y romana que desacreditaron su contenido y durante los concilios o sínodos, que eran
las reuniones que realizaban las altas jerarcas de la iglesia para definir sus lineamientos, este no
fue incluido nunca oficialmente. Sin embargo, existe una situación muy particular que ocurrió en
el famoso concilio de LAODICEA en el año 364 d.C. Es importante resaltar que el nombre de
Laodicea es debido a la ciudad donde se llevó a cabo esta reunión, en la actual Turquía. El
asunto extraño consistió en que durante el concilio hubo cierta confusión sobre el número de
cánones decretados por este Sínodo. El canon 59 limitaba la lectura en la Iglesia a solamente los
libros canónicos del antiguo y nuevo testamento y el canon 60 describía un listado del canon
bíblico. En este listado se omitió, inclusive el libro del Apocalipsis de Juan, que es el último de
los libros del nuevo testamento. Entonces en el canon 60 faltaron algunos manuscritos que
contienen decretos del Sínodo, dando la impresión de que el canon 60 fue agregado después lo
cual crea suspicacia que pudo haber estado incluido el libro de Enoc en primera instancia y luego
fue excluido. En general, durante este concilio, se tomaron algunas medidas por la iglesia
católica en las cuales prohibían la judaización y la lectura de libros fuera de los cánones Bíblicos
establecidos y aprobados por ellos. Es de resaltar que el libro de Enoc si pertenece al canon de la
Biblia de la Iglesia ortodoxa de Etiopía y la Iglesia ortodoxa de Eritrea, pero no es reconocido
como canónico por las demás Iglesias cristianas o personas judías.
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A pesar de contar con una relevante antigüedad, incluso mayor a la de los cuatro evangelios
canónicos del Nuevo Testamento, la mayoría de los cánones cristianos no incluyen el Libro de
Enoc, y este es considerado un libro apócrifo. Sin embargo, no pierde validez histórica o de
referencia. El libro del Génesis relata lo siguiente sobre Enoc: “hijo de Jared; nació cuando su
padre tenía sesenta y dos años, y fue el séptimo hombre en la línea genealógica desde Adán. A
los ciento sesenta y cinco años llegó a ser padre de Matusalén, y después tuvo otros hijos”.
Hay un punto importante de resaltar en esta historia que incluye a la francmasonería. Resulta
que en algún momento posterior a este concilio de Laodicea, la versión griega del libro se perdió,
Aunque se presumía existían copias en etíope realizadas en el siglo 6. Su desaparición fue casi
total, de hecho, se conoce que fue nombrado como referencia por última vez en el siglo 8 por un
monje bizantino llamado Geoge Syncellus. No fue sino hasta 1773, 900 años después que el
famoso viajero James Bruce, investigó, buscó y encontró tres copias en Etiopía y las llevó desde
Abisinia a Europa. Una de estas copias fue consignada a la Biblioteca Nacional de París, otra
donada a la Biblioteca Bodleiana de Oxford, y de la tercera se dice fue entregada a los
francmasones de rito escocés. Luego aparecieron unos manuscritos que fueron traducido al
inglés en 1821 por Richard Laurence y que en 1891 y 1912 se le realizaron nuevas ediciones con
base del mayor conocimiento del texto. Hoy en día es muy conocida la última edición, publicada
por Robert Henry Charles en 1913.
Otro aspecto importante es que, versiones antiguas de este libro fueron halladas en la cueva
Qumrán. Allí se consiguieron 972 manuscritos correspondientes a la Biblia y a este llamado libro
apócrifo de Enoc. Si bien algunos de estos fragmentos son disímiles, existen evidencias
substanciales de que el texto es etíope, siendo la versión posterior de nuestra era, que coincide
con estos fragmentos de las copias suministradas por James Bruce en 1773.
Ahora, después de entender un poco de la historia del manuscrito como tal, analicemos la
leyenda de Enoc.
Enoc, bisabuelo de Noé, según la leyenda, fue llevado al cielo por Dios y recibió una visión
del universo y del futuro de la humanidad.
Cuenta La leyenda que los ángeles caídos eran los llamados Vigilantes o Grigori, seres
celestiales que el mismo Dios envió a la Tierra para que vigilaran y protegieran al hombre
durante sus primeras etapas. Sin embargo, el contacto directo con la humanidad llevó a estos
ángeles a contradecir los mandatos divinos: unos fueron acusados de haber revelado secretos a
los hombres que no debían conocer y otros de haber caído en el pecado de la lujuria al haber
mantenido relaciones con mujeres y haber concebido a los Nefilim, gigantescos híbridos de
humano y ángel. Ante esta afrenta, Dios expulsó a los doscientos Vigilantes del Paraíso con la
ayuda de cuatro arcángeles: Miguel, Rafael, Gabriel y Uriel.
Los doscientos Vigilantes expulsados habría que sumarlos a Lucifer y su tropa, que habrían
sido desterrados al Infierno. Y es que Lucifer era portador de luz. Fue creado por Dios como el
más bello, inteligente y capaz de todos sus ángeles, pues deseaba que fuera su mano derecha y
que liderara a los demás querubines. Por ello Dios le concedió total libertad de obra y de
pensamiento y esto le llevó a cuestionarse las enseñanzas de su señor y, a la larga, a pensar que
era su igual e incluso que podía sobreponerse a él. Fue este pecado de soberbia el que
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desencadenó un enfrentamiento entre los seguidores de Lucifer y los ángeles que no ponían en
duda la voluntad divina. Lucifer fue desterrado por Dios para el infierno, es decir, Dios había
creado a su mayor enemigo y que acabaría sirviendo para promover su fe.
Además de Lucifer había otros ángeles de esos 200. Los Vigilantes tenían a veinte líderes que
fueron los principales incitadores a cometer pecados y cuyos nombres e historias conocemos. El
más importante de todos es Semyazza, líder supremo de los Grigori que promovió la
desobediencia contra Dios y convenció a su hueste de que debían tener progenie con las
humanas. También podemos destacar a Azazel, que enseñó a los hombres lo que era la guerra y
la brujería; Gadreel, quien se convirtió en serpiente y engañó a Eva para que fueran expulsados
del Edén; o a Remiel, que antes de su caída había sido el encargado de guiar a los fallecidos en
su ascenso al Cielo.
Hay que destacar que, si bien el enfado de Dios con los vigilantes estaba justificado por haber
mantenido relaciones con humanos, desde la perspectiva de Dios, la revelación de secretos es un
motivo más que cuestionable para el destierro. Haberles enseñado a fabricar armas y el arte de la
guerra, sin duda no fue bueno, pero también condenó a aquellos ángeles que enseñaron a la
humanidad los ciclos lunares, astrología, meteorología y el uso de las hierbas y raíces para su
beneficio.
Como se puede observar hasta el momento la leyenda de Enoc es muy peculiar, pero en la
actualidad, el hombre contemporáneo ha escudriñado una variedad increíble de nuevos
planteamientos.
Estas nuevas interpretaciones tienen que ver con las comparaciones de los viajes de Enoc, con
las tecnologías actuales. En la Actualidad existen teorías que Enoc fue abducido por seres
extraterrestres que lo llevaron a sus naves con grandes columnas de fuego y donde pudo observar
el polo norte y sur de la tierra, el oriente y el occidente, sus desiertos, glaciales y fauna, el día y
la noche desde el espacio, el movimiento aparente del Sol y la Luna y muchas otras tecnologías
que una persona de esa época no podría describirlas, sino de la manera que lo narra Enoc.
En consecuencia, de esta afirmación, se deduce que estos extraterrestres serían los
responsables de nuestra existencia.
Esta nueva forma de ver e interpretar estas leyendas ahora están enlazadas con teorías más
inverosímiles y ficcionarias para nosotros. La existencia del planeta Nibiru, sus habitantes los
Anunnakis y la mitología sumeria y acadia, quienes serían nuestros creadores.
En conclusión. Este tema es tan complejo y fuera del común de un texto religioso, que se
podrían escribir 10 libros, y todos serían considerados ficción. Pero si algo tenemos los Masones,
es que siempre debemos dudar, inclusive de la supuesta verdad, por lo tanto, seguiré estudiando
y elucubrando del tema hasta poder dilucidar algunos otros aspectos.
Es cuanto.
C.·.S.·. B.·. PABLO JOSÉ MORALES MAZZAOUI