Adolfo William Weiss
unread,Dec 22, 2009, 1:01:38 AM12/22/09Sign in to reply to author
Sign in to forward
You do not have permission to delete messages in this group
Either email addresses are anonymous for this group or you need the view member email addresses permission to view the original message
to SECRETO MASONICO
La tentación de Adán
Es mucho lo que se ha escrito acerca de Adán, pero todavía no es todo
lo que de él puede decirse. Algunos lo tratan de definir de forma
racional; otros como un mito más. Pero también es posible hablar del
primer hombre desde un punto de vista esotérico masónico, investigando
algún aspecto de un alma que perdió la inmortalidad, pero que al
mismo tiempo es la misma serpiente del paraíso, la que le instruye
como recuperar la inmortalidad de su alma.
Se dice incluso que Adán fue el primer masón de la historia, algo que
me parece poco probable, pero no por ello, me parece algo fuertemente
simbólico. Seguramente el recuerdo de Adán es recordado por el
colectivo inconsciente de la humanidad, como quién trajo la desgracia
a la Tierra. Adán nunca fue expulsado del Paraíso , recordemos que
en la Biblia en el Libro de la Sabiduría Capitulo 10 versículo 2
dice: Dios, rescató a Adán de su caída. Dante en la Divina Comedia
relata que vio a Adán en el paradisiaco séptimo Cielo.
Adán en Arameo quiere decir Rojo, ello por la mezcla de arcilla y
sangre con la que fue creado Adán. Sangre es sinónimo de Vida para
este relato en particular. A diferencia de la mayor parte de los
hombres, Adán no conoció ni padre ni madre. Dios mismo fue su
creador, su modelador, su artífice; pero Adán no consideró a Dios su
padre carnal. Adán sólo considero a la mujer como compañera no como
madre. Según relata Ouspensky que el problema de Adán era que nunca
creyó que el Paraíso fuera real, y que así también Adán dudaba hasta
de su propia realidad, y que esto incomodo a la sensorial serpiente,
acostumbrada a creer en la solidez y realidad del mundo; y fue
cuando la antigua serpiente pensó en cómo hacerle convencer a
Adán en la realidad tangible y palpable del paraíso terrenal.
Adán contemplaba la creación sin un interés particular, como quien
contempla una aburrida y vieja película, y ni el genio ni la alegría
de una mujer despertaron en él algo, hasta que fue tentado
sexualmente por ella. Adán brotó de la misma Nada como una estatua
sin sentimientos, animada de pronto por el soplo del Divino
Arquitecto del Universo, que quiso que fuese la máxima obra maestra
de cuantas Él creó.
Pero según la Masonería esa arcilla con el correr de los tiempos se
solidifico en piedra, sin forma y algo peor que tosca, sin destellos
ni de intelectualidad, mucho menos de espiritualidad. Así como Adán
se sorprende de su propia desnudez, así el hombre contemporáneo,
cuando se mira a sí mismo se sorprende más de su propia deformidad.
Sorprendentemente, muchos hermanos masones gracias al duro trabajo
dentro de Logia, han adquirido la gran habilidad de reconocer los
errores de los demás y hasta señalárselos, pero han sido incapaces de
ver en sí mismos, sus propios errores y deformidades. Es un claro
ejemplo de conveniente ceguera, al no poder observarse se evitan la
pena de apenarse de sí mismos.
Siempre he relacionado la hoja de parra con la que se cubrió Adán, con
el mandil que nos ponemos dentro de Logia, pero también relaciono al
mandil con la toalla con la que se cubrió Cristo en la última cena,
la hoja para cubrir la desnudez de Adán y la toalla para cubrir la
desnudez de Cristo luego que se quitó el manto , y a la vez proteger
a Cristo de la suciedad, al lavarle los pies a sus discípulos. Juan
13:4 se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla,
se la ciñó.