¿Son el Gran Arquitecto del Universo y el Demiurgo gnóstico el mismo Dios?

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Alcoseri Vicente

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Sep 16, 2025, 10:42:33 PM (5 days ago) Sep 16
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¿Son el Gran Arquitecto del Universo y el Demiurgo gnóstico el mismo Dios?

¡Imagina, querido lector, que estás en el umbral de un templo masónico, donde las columnas de J y B se alzan como guardianes de secretos eternos, y el Gran Arquitecto del Universo (G.A.D.U.) observa desde las alturas con una sabiduría inmutable! Aquí, en este sanctasanctórum de la verdad, te invito a una viaje iniciático que rasgará el velo de la ilusión. ¿Estás listo para cuestionar el andamiaje cósmico que sostiene tu realidad, para descubrir que el constructor aparente de este mundo no es el Supremo Diseñador, sino un impostor ciego? Prepárate, porque lo que sigue no es mera lectura: es un ritual de despertar que encenderá la llama de tu espíritu libre.

¿Son el Gran Arquitecto del Universo y el Demiurgo gnóstico el mismo Dios? ¡No! Contempla a tu alrededor: ¿crees que esta realidad, saturada de dolor, miedo, escasez y caos, fue forjada por una inteligencia divina, amorosa y perfecta? Esa intuición profunda de que algo está torcido en el cosmos no es casual; surge en sueños febriles, en crisis existenciales, en silencios que gritan anomalías. Vivimos en una sinfonía mal orquestada, donde el sufrimiento es el compás ineludible, sistemático, como un diseño perverso.

Te revelo un secreto masónico: el Gran Arquitecto del Universo no es un nombre sectario, sino un título simbólico, no dogmático, que evoca al Ser Supremo, el Diseñador eterno que ordenó el cosmos con precisión geométrica y se retiró a observar desde la distancia infinita, sin interferir en los asuntos humanos. Para un judío es Yahvé; para un musulmán, Alá; para un hindú, Brahma o Visnú; para un cristiano, el Padre Eterno. En la logia masónica, este deísmo adogmático celebra la libre creencia, rechazando revelaciones dogmáticas. El G.A.D.U. es el Dios Supremo, benevolente y observante, no un tirano que exige adoración.

En cambio, el Demiurgo, ese falso dios definido por los gnósticos, es un creador ciego y vanidoso, un programador defectuoso de la realidad física que no diseña con amor divino, sino que encarcela almas en materia corrupta. Él necesita rezos, adoración; se alimenta de tus emociones, buenas o malas, como un parásito cósmico. No es el G.A.D.U., el justo observador que odia el mal y permite la libertad; el Demiurgo es un dios falso, un impostor que usurpa el trono, moldeando un mundo de percepciones invertidas, leyes morales torcidas que llaman peligro a la luz y sagrado a la oscuridad.

Como bien lo expresa Emil Cioran en su agonía existencial: "La ilusión, la sustancia de la vida, se salva mediante el rechazo consciente del absoluto; así resistimos a Dios". Esta ilusión es la cárcel del Demiurgo, pero el G.A.D.U. nos invita a la maestría de nuestra propia arquitectura interior.

Serge Hutin, en su exploración gnóstica, nos recuerda: "En la Gnosis, encontramos el culto a la Mujer Divina, la Madre eterna: Ella es el 'camino' entre Dios y el mundo; Ella es Sophia, la Sabiduría, la luz virgen que genera el mundo". Sophia, al concebir sin consentimiento, dio a luz al Demiurgo, un error cósmico que aprisiona la chispa divina en ciclos de sufrimiento.

Cynthia de Salvador Freixedo, en "Gnosticismo Revelado: Arquetipos, Mitos y Misterios de la Revolución Espiritual", advierte: "Nuestro plano dimensional es una Matrix aprovechada por entidades interdimensionales". Esta Matrix es la obra del Demiurgo, no del G.A.D.U., quien nos llama a trascenderla mediante la meditación, el ayuno y la moderación, evitando vicios y haciendo el bien al prójimo.

Y el jesuita  Salvador Freixedo, precursor de la teoría de que somos víctimas de los dioses , clama: "En tiempos pasados, los hombres siempre buscaban dioses para adorar. En el presente, es hora de que comiencen a defenderse de ellos". Los dioses, como el Demiurgo, no se interesan en vidas privadas; interfieren  sólo para sus fines enigmáticos.

El Demiurgo no actúa  en soledad : crea arcontes, entidades sin alma que guardianizan el sistema, influyendo en creencias, culturas e instituciones. Refuerzan la ilusión de que el mundo material es todo, y el sufrimiento, natural. Este falso dios aparece en textos sagrados como celoso y punitivo –en la Torá exige sacrificios, en la Biblia ordena guerras–, justificando cruzadas y persecuciones. Nada divino en eso: es dominación. Los gnósticos lo llaman Yaldabaoth, "hijo del caos", un ser malévolo que crea imperfección.

Cioran profundiza el dolor: "Los dolores imaginarios son con mucho los más reales que sufrimos, ya que sentimos una necesidad constante de ellos y los inventamos porque no podemos prescindir de ellos". Este sufrimiento es el combustible del Demiurgo.

Saturno, símbolo cósmico del Demiurge, el señor del tiempo como Cronos, cristaliza la conciencia, impone límites disfrazados de estructura. Sus anillos representan dogmas que rodean tu mente: ideas incuestionables de cultura, religión y ciencia. ¡Rompe esos ciclos! El laberinto no es externo; está impreso en tu percepción, una prisión del tiempo donde el Demiurgo te mantiene en bucle.

Freixedo insiste: "Los dioses no son hombres; coinciden con nosotros  sólo en ser inteligentes, aunque su conocimiento y inteligencia superan con creces los nuestros". Pero el G.A.D.U. es el verdadero Supremo, no este parásito.

La Matrix del alma es un simulador de sufrimiento, repitiendo lecciones en vidas disfrazadas. El ego es su espejo interno: "Yo soy esto, necesito demostrar mi valor". Pero tu esencia es presencia pura, la chispa que el Demiurgo no toca. Cioran lo grita: "La vida no es, y la muerte es un sueño. El sufrimiento los ha inventado a ambos como autojustificación. El hombre  sólo está dividido entre una irrealidad y una ilusión".

La clave masónica: observa sin juicio. Vive en dharma, el ahora puro, donde actúas por presencia, no por karma cíclico. Los arcontes pierden control; la prisión se disuelve. La libertad no es un destino: es un estado que recuerdas.

Hutin evoca: "Los gnósticos creen en una dualidad: el Demiurgo Proto-Archon, el Dios Creador, bien por debajo de los ángeles, los Arcontes, los Señores". Distingue: el G.A.D.U. es el Alto, no este inferior.

Cynthia Freixedo  añade: "La meditación, el ayuno, la moderación con la alimentación, evitar inmoralidades, vicios, hacer el bien al prójimo". Herramientas para escapar de la Granja Humana.

El velo se rasga; cada alma despierta debilita al Demiurgo. No estás  sólo: eres un faro en la logia universal. Recuerda, la verdad susurra en el silencio. El viaje continúa del otro lado del velo.

Alcoseri 

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