PRINCIPIO DE CAUSA Y
EFECTO
"Toda causa tiene
su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la
suerte no es más que el nombre que se la da a una ley no conocida; hay muchos
planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley."
Esta es una de las leyes
mejor conocidas de los principios herméticos quizá porque cualquiera que se ha
empapado un poco de la sabiduría espiritual la tiene siempre en cuenta, conozca
los principios o no.
Siempre nos han enseñado que todo lo que hagamos
tendrá una recompensa. Si nos sacrificamos y trabajamos duro a largo plazo
obtendremos un éxito, si respetamos a los demás a nivel general los demás nos
respetarán a nosotros, etc. Todo esto está inmerso en las profundidades de esta
ley, donde a niveles de vida más superficiales esta ley es la que nos ayuda
siempre a obtener esos logros que tanto perseguimos durante nuestra vida o a
obtener esos fracasos no deseados.
Es una ley que lo trasciende todo,
que va más allá de estas y otras vidas. Esta ley te dice que absolutamente nada
sucede por azar, esta ley te dice que no existe la casualidad sino la
"causalidad". Nada en el universo es casual, todo está perfectamente organizado
y calculado. Si existiera el efecto aleatorio el Todo sería un caos y sabemos
que eso no es así sólo con mirar hacia las leyes universales. Lo que pasa es que
al hombre le cuesta mucho ver en lo más profundo de su alma para determinar
realmente porqué está sucediendo lo que está sucediendo. Es más fácil echarle la
culpa al destino o a otras personas de aquello que la vida nos devuelve en
desgracias que admitir que nosotros hemos tenido algo que ver.
Nosotros
somos seres dotados de libre albedrío. Dotados pues de una capacidad de libertad
de acción en nuestra vida. De nosotros depende saber utilizarla en nuestro favor
o en nuestra contra. Es el momento ideal para recordar esa famosísima frase de
Jesús que dice "se recoge lo que se siembra".
En el Hermetismo no
juzgamos nada como bueno o malo en sí mismo, no estamos “a favor” o “en contra”
de nada; sino que las cosas pudieran ser buenas o malas para alguien en
particular, en alguna situación en particular. Por tanto, el Hermetismo no hace
juicios morales.
Tampoco somos devotos de ningún dios; no porque los
iniciados no puedan
participar de religiones, sino porque el Hermetismo es
una filosofía y no
una religión.
Vamos más allá, ni siquiera es posible transgredir los Siete Principios Universales, ya que estos siempre estarán operando nos demos cuenta de ello o no.
Lo que sí puede pasar es
que, sabiéndolo o no, utilicemos los principios, ya sea con resultados que nos
favorecen o con resultados que no nos favorecen. Por eso es que es beneficioso
aprender los Principios de
forma que nos manejemos en el Universo de la
forma más armoniosa posible.
El Todo, o La Ley, no conocen de moral, pero
sí suplen los
efectos que sean correspondientes a las causas que hemos
emitido, de forma que este efecto sea a la vez una experiencia que ayude al Alma
a
evolucionar.
Por otro lado, si bien decimos que en el hermetismo no
tenemos mandamientos, por lo tanto no hay “pecados”; no podemos dejar de decir
que el Hermetismo propone una guía que sirve como una especie de ética que nos
ayudará a que las causas que emitimos sean unas que traigan efectos más
armoniosos para nosotros y nuestro entorno.
Esta guía que proponemos es
"que siempre actuemos dentro de los que cumpla con estos tres requisitos: que
sea justo, inteligente y necesario".
Un
abrazo
Jorge Espinoza