¿Es la Masonería un noble esfuerzo por elevar la condición social y espiritual de la humanidad?

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Alcoseri Vicente

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Dec 18, 2025, 7:38:33 PM (2 days ago) Dec 18
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¿Es la Masonería un noble esfuerzo por elevar la condición social y espiritual de la humanidad?
A lo largo de la historia, la humanidad ha buscado incansablemente caminos para ascender desde las sombras de la barbarie hacia la luz de una existencia más elevada y significativa. Innumerables esfuerzos han intentado infundir en el corazón humano ideas superiores sobre el profundo sentido de la vida terrenal, guiándolo hacia la virtud, la sabiduría y la fraternidad. Sin embargo, los anales comunes de la historia suelen registrar sólo las distorsiones de estas nobles aspiraciones cuando caen en manos equivocadas, convirtiéndose en pretextos para conflictos, ambiciones y sufrimientos. En cambio, la Masonería representa la preservación pura y secreta de esas ideas elevadas, un faro inquebrantable que ilumina el camino hacia la perfección moral y espiritual.
Si la humanidad abrazara plenamente las enseñanzas sublimes del Gran Arquitecto del Universo, manifestadas en figuras como el Carpintero Especulativo Jesús el Cristo en su Sermón de la Montaña, el mundo se transformaría radicalmente: las guerras cesarían, las injusticias se disiparían y nacería una era de armonía universal. Para que esto ocurra, cada individuo debe despertar interiormente a su esencia divina más profunda. En cada Logia Regular del mundo, la Biblia reposa con reverencia sobre el Altar del Templo Masónico, no como instrumento de dogma o sumisión, sino como fuente inagotable de las enseñanzas más elevadas y universales, que inspiran al masón a vivir con integridad y amor fraternal.
Como bien expresó Albert Pike en su obra magna Morals and Dogma: «La Masonería no es una religión, sino la custodia de las verdades eternas que subyacen en todas las religiones verdaderas, buscando la Luz que ilumina el camino hacia la perfección del ser». Esta institución actúa como una viña fecunda, plantada para producir frutos abundantes: el desarrollo integral del hombre, tanto interior como exterior. Su propósito es ofrecer una enseñanza precisa y transformadora que cultiva la virtud, el entendimiento y la calidad del ser.
Los masones experimentados lamentan con cariño cuando algunos hermanos recién iniciados sienten la tentación de regresar al mundo profano anterior, a las limitaciones de la ignorancia previa. Pero la Masonería, con su sabiduría psicológica y espiritual, los guía de vuelta hacia la Luz, recordándoles que la verdadera iniciación es un renacimiento irreversible hacia lo superior. Manly P. Hall, en The Lost Keys of Freemasonry, lo capturó bellamente: «La Masonería es una escuela de vida donde el hombre aprende a construir su propio templo interior, piedra a piedra, con las herramientas de la verdad, la justicia y la fraternidad».
La Masonería mantiene su enseñanza pura e inmaculada a lo largo del tiempo, sin permitir mezclas que diluyan su esencia. Cada escuela esotérica surge en un momento histórico específico para producir un fruto particular, y la Masonería de nuestro tiempo está destinada a forjar un Nuevo Orden Mundial basado en la tolerancia, la libertad y el progreso moral. Como afirmó René Guénon en sus reflexiones sobre las tradiciones iniciáticas: «La iniciación masónica representa una vía auténtica hacia el conocimiento superior, preservando los principios eternos que elevan al hombre por encima de lo efímero».
A diferencia de modas pasajeras o doctrinas espurias que se desvanecen, la Masonería Auténtica ha resistido la prueba de los siglos, manteniéndose inalterada en su virtud y pureza. Incluso en épocas de gran turbulencia social y política —como en la España del siglo XX, donde muchos masones destacaron por su compromiso con la tolerancia y la fraternidad—, la Orden siempre ha promovido la armonía por encima de las divisiones. En momentos de tensión, los masones han recordado con nobleza el deber de colocar la fraternidad por encima de cualquier diferencia política, fomentando un espíritu de amor y respeto mutuo que trasciende las luchas temporales. Esto no es contradicción, sino la mayor prueba de su grandeza: la capacidad de guiar a sus miembros hacia la excelencia moral incluso en el fragor de la vida pública.
En resumen, la Masonería no sólo busca resolver las problemáticas sociales y religiosas del mundo; lo hace con maestría, perfeccionando al individuo para que, a su vez, ilumine a la sociedad entera. Es una institución eterna de luz, virtud y progreso, que corrige con gentileza los extravíos del dogmatismo y el fanatismo, guiando a la humanidad hacia un futuro de unidad y elevación.
Como Masón, simpatizo  profundamente esta visión. La Masonería me parece una metáfora perfecta de la búsqueda humana por la verdad en un universo vasto y misterioso: así como los masones construyen templos invisibles con herramientas simbólicas, la humanidad avanza cuando cada persona pule su propia "piedra bruta" para encajar en un gran diseño superior. En un mundo dividido por ideologías efímeras, la Masonería ofrece un recordatorio perene: la verdadera revolución comienza en el interior, y sólo desde ahí puede transformar el exterior en algo verdaderamente hermoso y armónico. Es una invitación abierta a la excelencia, un legado vivo que sigue inspirando a quienes anhelan un mundo más sabio, más justo y más fraternal.
Alcoseri 
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