Illuminati, Masonería y Sionismo

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Mar 28, 2011, 10:04:48 AM3/28/11
to SECRETO MASONICO
Illuminati y la Masonería

Las crónicas documentadas reflejan que la secta de los Illuminati o
"Liga de los hombres" nace el primero de mayo de 1776, cuando Adam
Weishaupt, catedrático de derecho canónico en la universidad alemana
de Ingolstad, judío de nacimiento convertido al catolicismo, rompe con
la Orden Jesuita para fundar su propia organización. Que el propio
Weishaupt y varios de sus primeros correligionarios, como el duque de
Saxe-Weimar, Adolf von Knigge, o el duque Luis Eduardo de Saxe Gotha
formaran parte al mismo tiempo de diferentes ramas de la masonería es
el origen de la intrincada relación de esta organización con otras
sectas secretas. Ese mismo año de 1776, el acta de Filadelfia declara
la independencia de los Estados Unidos de América. De los 13 firmantes
de la declaración, 9 eran masones, entre ellos, prohombres como George
Washington y Benjamin Franklin; la misma proporción que en la firma de
la constitución más antigua del planeta. Esta coincidencia temporal
tendría su porqué, pues los defensores de la existencia de esta secta
afirman que los iluminados entran en juego allí donde la masonería
tiene su límite, es decir, en el grado 33 de la más alta
francmasonería. La secta de los Illuminati habría nacido en el siglo
XVII para defender a la ciencia en oposición a la Iglesia un siglo
después, y a ella habrían pertenecido genios como Galileo. Su creencia
en la "iluminación" a través de la razón estaría en el origen de su
nombre y de su odio a la Iglesia, la premisa sobre la que crea su
novela Dan Brown. Renacida en 1776 de la mano de Weishaupt, fue
prohibida en 1784 por el príncipe elector bávaro, disuelta y
convertida en clandestina. En ese momento es cuando se habría mezclado
con otros colectivos clandestinos como la francmasonería o el
sionismo, lo que explicaría las aparentes contradicciones entre sus
iniciales ideales y sus resultados. Hoy día, la palabra "Illuminati",
más allá de la existencia de esta secta, ha pasado a ser el genérico
que designa a un supuesto gobierno mundial que estaría en el origen,
como veremos, de muchos acontecimientos históricos. A partir de ahí,
conocemos de su existencia a través de textos apócrifos como Los
protocolos de los sabios de Sión -también conocido como "Testamento de
Satanás"-, aparecido en 1906 y acusado de inspirar el genocidio nazi,
y las cartas que se escribieran el revolucionario italiano Mazzini con
el teólogo luciférico, Albert Pike. Es tal la importancia del texto
citado en primer lugar, que le dedicamos un cuadro aparte. De las
cartas intercambiadas por estos dos importantes personajes se
desprende la importancia, ya sabida, de las logias masónicas en la
revolución italiana del siglo XIX. Una importancia, por otra parte,
que llega hasta nuestros días con la "desaparecida" P2, cuyo máximo
jerarca, Silvio Berlusconi, es hoy, como es sabido, presidente de la
República italiana. Según estos documentos apócrifos, el líder
"iluminado" Giuseppe Mazzini escribió a su correligionario Albert Pike
en enero de 1870: "Tenemos que permitir a todas las asociaciones que
sigan existiendo como hasta ahora con sus sistemas, sus organizaciones
centrales y los diversos modos de correspondencia entre los altos
grados de los mismos ritos en las formas organizativas actuales. Sin
embargo, debemos crear un super- rito que debe permanecer oculto y
para el que podemos elegir a los masones de los altos grados según nos
convenga. Por consideración a nuestros hermanos menores, estos hombres
han de someterse al anonimato más estricto. Así gobernaremos sobre la
masonería entera mediante este rito superior; constituirá la central
internacional, que será tanto más poderosa al ser desconocidos los que
la dirigen". Este texto corrobora la creencia de que, por encima de
las logias masónicas, se encontraría una segunda estructura, a la que
sólo tendrían acceso los elegidos, "los iluminados". Su meta, la
creación de un "gobierno mundial único" o "nuevo orden mundial", la
frase que está en boca de los jerarcas estadounidenses Rumsfeld,
Cheney o el judío Wolfowitz, y que también aparece, en latín, en el
billete de un dólar: Novus Ordo Seclorum -"nuevo orden de los siglos"
o "nuevo orden seglar"-. Dos siglos antes, Weishaupt había dejado
escrita las bases de esta suprahermandad: "Cada uno de los hermanos
debe poner en conocimiento de su jerarquía los empleos, servicios,
beneficios y demás dignidades de las que podamos disponer o conseguir
por nuestra influencia, a fin de que nuestros superiores tengan la
ocasión de proponer para esos empleos a los dignos miembros de nuestra
Orden. De lo que se trata es de infiltrar a los iniciados en la
Administración del Estado, bajo la cobertura del secreto, al objeto de
que llegue el día en que, aunque las apariencias sean las mismas, las
cosas sean diferentes. En una palabra, es preciso establecer un
régimen de dominación universal, una forma de gobierno que se extienda
por todo el planeta. Es preciso conjuntar una legión de hombres
infatigables en torno a las potencias de la Tierra, para que extiendan
por todas partes su labor siguiendo el plan de la Orden". En un texto
publicado por la editorial alemana Diagnosen se lee que "el hecho que
se trata aquí es un conjunto de asociaciones secretas, de las cuales
cada una cumple su propio papel, que puede diferir según sea el estado
o el momento, o que se trate de circunstancias especiales. También es
una evidencia que sólo el poder secreto que está detrás de la
masonería, la dirige y se sirve de ella, aunando todas sus fuerzas y
sabiendo exactamente el camino a seguir, mientras que la mayor parte
de los masones no tienen idea de esto". De acuerdo a estas mismas
fuentes, en los últimos escalones de la pirámide masona -31, 32 y 33-,
los rituales se reducen, siendo el proceso de admisión reducido a un
juramento de gran importancia, que corresponde a las más altas
obligaciones de la Orden. Según la revista suiza PHL, la sede del
consejo supremo masón de cada país es la misma ciudad donde está el
gobierno, para influir mejor en las altas instituciones estatales.
Como prueba de ello, la logia B'nai B'rith, que cuenta con 600.000
miembros en todo el mundo, únicamente de origen judío, tiene su sede
en Washington, en el número 1.640 de la avenida Rhode Island, justo al
lado de la Casa Blanca. Los consejos supremos de todos los países se
reúnen sin una periodicidad fija, constituyendo el "Consejo de los
33". En esos altos grados, a los que sólo se puede acceder,
obviamente, si el iniciado ha merecido la credibilidad de sus
cofrades, es cuando supuestamente se desvela a los "hermanos" que el
motor de la organización no es otro que Lucifer. En 1889, el citado
Albert Pike se dirige a sus correligionarios, según refleja Des
Griffin, con estas palabras: "Debemos decir a la masa lo siguiente:
'veneramos a un solo Dios, pero a nuestro Dios se le reza sin
superstición'. A vosotros -los miembros del grado 33-, los
instructores generales soberanos, os decimos lo que debéis repetir a
los hermanos de los grados 30, 31 y 32: la religión masónica deberá
ser conservada por todos nosotros, que somos iniciados del grado
supremo, en la pureza de la doctrina luciférica". Para corroborar este
hecho, los defensores de la teoría de la conspiración recuerdan que el
primero de mayo, día de la fundación de la "Liga de los Hombres" se
convirtió en festivo con el "día del Trabajo", pero antes ya era
festivo en el mundo germánico. Se conmemoraba la noche de Walpurgis, o
de las brujas... Su pensamiento Para comprender el pensamiento
masónico y su corolario, la "Liga de los Hombres", es preciso echar un
vistazo a los masones más famosos - ver cuadro-. En el origen, lo que
les une es su oposición a la Iglesia, al freno que su moral supuso a
la investigación y a la ciencia, y un sentido elitista, que les hace
sentirse por encima de los demás seres humanos. De su conocimiento
esotérico es prueba la abundante simbología hermética que rodea a la
masonería y el valor que se le da al número 5, el de la "realización
personal", en el que al hombre "ya no le hace falta Dios", lo que,
para sus detractores, refuerza su carácter satánico. Como muchos
lectores sabrán, la estrella de cinco puntas, símbolo de los cinco
elementos y de las religiones paganas, también está asociada a lo
rituales luciféricos. Por su parte, el pentágono aparece en los
emblemas de países tan dispares como China, la Unión Soviética y,
sobre todo, Estados Unidos. Como han señalado distintos
investigadores, los símbolos egipcios, como el obelisco, aparecen en
numerosos lugares de poder actuales, como la Casa Blanca, o los Campos
Elíseos franceses -su precursor fue François Mitterrand, un ilustre
masón-. John Todd, miembro del consejo masónico de los 13, reconoció,
al ser interpelado sobre el origen de la pirámide con un ojo
resplandeciente que aparece en el reverso del billete de un dólar, su
filiación masónica. Según él, fue creado por un miembro de la familia
Rothschild, en Francfurt, su ciudad natal, "y llevado a América por
Franklin, un adepto a sus mismos ideales". Ese emblema llegaría a los
billetes de los Estados Unidos de la mano de un destacado masón,
Franklin Delano Roosvelt, en el año 1945. Masonería y sionismo Las
relaciones entre la masonería y el sionismo están bien documentadas.
El francmasón de grado 32, Paul Bressel, escribía lo siguiente: "Los
judíos han estado activamente vinculados a los inicios de la
francmasonería en los Estados Unidos. Numerosos detalles prueban, en
efecto, que ellos estuvieron entre los fundadores de la francmasonería
en siete de los trece Estados primitivos: Rhode Island, New York,
Pennsylvania, Mayland, Georgia, Carolina del Sur y Virginia. Un
francmasón judío, de nombre Moisés Michael Hays, fue el primero que
introdujo el rito masónico escocés en los Estados Unidos. Fue
igualmente inspector general delegado para la francmasonería de
América del Norte en 1768, y gran maestre del Estado de Massachussets
de 1788 a 1792. Los francmasones judíos jugaron un papel importante en
el curso de la Revolución Americana: 24 de ellos fueron oficiales del
ejército de George Washington, y otros muchos ayudaron con su dinero a
la causa. Hayim Salomon, un masón de Filadelfia, que junto con otros,
contribuyó a la colecta de fondos destinados a sostener el esfuerzo de
guerra americano, también prestó dinero a Jefferson, Madison y Lee".
El rabino regional alemán Dr. Isaac Wise, reconoció que "la masonería
es un invento judío, cuya historia, grados, cargos, contraseñas y
declaraciones son desde el principio hasta el final, judíos". No en
vano, el conocimiento central de la masonería fue recogido por los
templarios del Templo de Salomón, donde habrían quedado depositados
los conocimientos del maestro Hiram. Esa influencia explica, según
muchos, gran parte de lo sucedido en el siglo XX, y tendría su origen
en el Consejo de Sabios Judíos celebrado en Basilea en 1897, que
habría quedado reflejado en los citados protocolos. La pretensión
última sería el establecimiento de un gobierno mundial, a cuyo timón
estarían, obviamente, los sionistas. Organizaciones como la ONU, la
UNESCO, el Banco Mundial, el Consejo Mundial de las Iglesias o el Club
de Roma serían inventos masones que conducirían a la Tierra a ese
ideal. Para conseguir ese gobierno mundial, los supuestos
organizadores de esta gigantesca conspiración habrían de conducir a
las masas al caos, por medio de la guerra, una guerra a la que se
llegaría con la partición del mundo en dos -"divide y vencerás"-. Las
dos guerras mundiales del siglo XX serían parte de este plan y,
actualmente, la organización Al Qaeda tendría el mismo objetivo. Ello
lo permitiría el dinero con el que comprar medios de comunicación,
infiltrar agentes que provoquen desórdenes y creen el terror,
asegurándose de que la gente pida "mano dura". Todo ello está resumido
en la famosa frase de Meyer Amsfeld Rothschild, fundador de la
dinastía judía-europea del mismo nombre: "Dénme el control del dinero
y ya no importará quién haga las leyes". -Su cara aparece en el
billete del Estado de Israel-. La propia izquierda, hija del
materialismo y del racionalismo francés del siglo de las luces, habría
sido manejada desde el principio por este poder en la sombra, que
estaría en el origen de la propia Revolución Francesa. Como en todas
las revoluciones, ésta vio el triunfo del ala más radical -los
jacobinos-, que influirían notablemente a los Estados Unidos. Sentó
las bases de la división izquierda-derecha -jacobinos-girondinos- y el
posterior imperio del masón Bonaparte. Las guerras por la
"democracia", como las que vivimos actualmente, así como el terror
estalinista y maoísta, o las bombas de Hiroshima y Nagasaki, tendrían
su origen en este humanismo racionalista procedente del siglo de las
luces. Según estas informaciones, la "Liga de los Hombres" no sólo
habría encargado al también judío Karl Marx la redacción del
Manifiesto comunista -recordemos la coincidencia del 1 de mayo- sino
que la gran banca -los alemanes Schiff-Warburg y los norteamericanos
Rockefeller y Morgan- habría financiado la Revolución Rusa y el
posterior régimen soviético. La clave para entender este aparente
absurdo reside en su mutuo origen humanista, materialista y
racionalista que estaría en el origen, por ejemplo, de la doctrina
malthusiana de la planificación familiar o de la política agrícola
europea y norteamericana, tan parecida a la soviética. Para
corroborarlo, habrá que recordar la pertenencia al partido demócrata
norteamericano de varios miembros del clan Rockefeller, y el apoyo de
sus fundaciones a la causa abortista. De acuerdo a esas mismas
informaciones, los jerarcas del mundo reunidos en Norteamérica allá
por 1929 -en pleno crack económico- decidieron apoyar a un partido
político que acabara con la República Alemana de Weimar. En aquella
reunión estuvo el joven presidente de la Standard Oil, John
Rockefeller. Dado que, por aquel entonces, los soviéticos ya dominaban
Rusia, consideraron que el pequeño partido nacionalsocialista
capitaneado por el oscuro Adolf Hitler, podría equilibrar la polaridad
comunista y generar el caos que necesitaban para llevar a Europa a una
posterior guerra. Los banqueros aportaron 130 millones de marcos al
minúsculo, por aquel entonces, partido nazi. La posterior guerra le
costaría a los Estados Unidos 400 millones de dólares, incrementando
la deuda pública a 220 mil millones. De esta manera, el país de las
barras y estrellas cayó en las garras de los banqueros
internacionales; su sistema político sufriría las consecuencias.
Siguiendo las directrices marcadas por Meyer Amsfeld Rothschild, la
realización de esos planes pasa por el control de todos los centros
importantes del poder. En un texto atribuido al rabino Simeón Ben-
Judda, se puede leer: "si el oro es la primera potencia de este mundo,
la segunda es, sin duda, la Prensa. Pero, ¿qué puede la segunda sin la
primera? Es preciso que los nuestros se encarguen de la dirección de
los periódicos diarios en cada país. La posesión del oro, la habilidad
en la elección de medios para manejar las capacidades fáciles de
sobornar nos convertirán en los árbitros de la opinión pública y nos
darán el imperio sobre las masas

http://groups.google.com/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/85f0f9cb76963dce/00632d38bcfa42ed?hl=es&lnk=gst&q=sionismo#00632d38bcfa42ed

Andy Glam

unread,
Mar 28, 2011, 4:25:11 PM3/28/11
to secreto-...@googlegroups.com
Sé entiende.. mas claro es hechar agua. uno como individuo no hace a
la historia del mundo, pero es bueno entenderla al menos aunque sea en
partes como en dicha nota.

El 28/03/11, francmason <maso...@hotmail.com> escribió:

kadyr

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Oct 9, 2013, 2:25:31 PM10/9/13
to secreto-...@googlegroups.com

kadyr

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Oct 9, 2013, 2:26:15 PM10/9/13
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kadyr

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Oct 9, 2013, 2:26:48 PM10/9/13
to secreto-...@googlegroups.com


El lunes, 28 de marzo de 2011 08:04:48 UTC-6, francmason escribió:
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