La Biblia en Masonería

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Alcoseri Vicente

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Dec 10, 2025, 10:55:14 PM (2 days ago) Dec 10
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La Biblia en Masonería
La interpretación esotérica masónica de la Biblia constituye una lectura profunda, simbólica y esencialmente iniciática que trasciende con mucho el relato literal o histórico. Para quien se adentra en ella, las Sagradas Escrituras no son principalmente un documento del pasado, sino un código vivo que encierra las leyes eternas del despertar del alma, la estructura del cosmos y el retorno del ser humano a su origen divino. Esta forma de leer la Biblia tiene raíces antiquísimas: ya los gnósticos valentinianos, Orígenes, Clemente de Alejandría o Filón hablaban de varios niveles de sentido oculto en la misma Biblia. Como bien señala el historiador masónico José Antonio Ferrer Benimeli, «la Masonería no inventó el simbolismo bíblico, sino que lo heredó de una larguísima tradición hermenéutica judeocristiana y cabalística  y lo integró en sus rituales como un lenguaje universal».
David Muñoz Condell, en sus estudios sobre el simbolismo masónico y rosacruz, insiste en que «la Biblia, leída esotéricamente, es el mayor tratado de psicología sagrada que posee la humanidad». En palabras suyas: «Cada personaje, cada número y cada lugar son espejos del alma; quien los contempla con ojos limpios ve su propia biografía interior reflejada en las páginas sagradas».
Los cuatro niveles clásicos de interpretación (PaRDeS)
Pshat: sentido literal e histórico.
Remez: sentido alegórico o simbólico.
Derash: sentido moral y homilético.
Sod: sentido secreto, místico o cabalístico (de aquí deriva la palabra «Cábala»).
La lectura esotérica se mueve casi exclusivamente en Remez y Sod, porque entiende que la verdadera historia de la Biblia no es la de un pueblo nómada en Oriente Próximo, sino la aventura eterna del Espíritu descendiendo a la materia y regresando victoriosa a la Unidad.
Principios hermenéuticos esenciales
Todo personaje bíblico representa un estado de conciencia o una facultad del alma. Los números, los nombres propios, los colores, los metales y los animales son símbolos exactos de leyes espirituales inmutables. La Biblia entera narra, bajo mil velos, una sola historia: la caída del espíritu en la densidad de la materia física y su gloriosa reintegración. Hay siempre dos relatos paralelos: uno exotérico (para el mundo) y otro esotérico (para el iniciado).
Algunos ejemplos que ilustran esta visión
El Génesis no habla de un cosmos creado en seis días de veinticuatro horas, sino de las seis grandes fases de emanación divina (exactamente como las describe Plotino o la cábala luriana). Adán es la Mónada pura; Eva, el alma que se separa de la Unidad para experimentar la polaridad. La serpiente no es el «demonio», sino la Kundalini, la energía creadora que, mal dirigida, precipita la caída, y bien dirigida, redime. El Paraíso perdido es el estado andrógino anterior a la dualidad; la expulsión es la identificación con el cuerpo y la mente inferior.
El Éxodo es la salida del alma de «Egipto» (la esclavitud sensorial) guiada por Moisés, que representa el Yo Superior. Las diez plagas son purificaciones de los sefirot inferiores; el Mar Rojo, el bautismo de agua; los cuarenta años en el desierto, las pruebas iniciáticas; el Sinaí, la revelación de la Ley interna; el Tabernáculo, el mapa exacto del microcosmos humano (el Sanctasanctórum corresponde a la glándula pineal, sede del Espíritu).
Los Evangelios, desde esta óptica, no son primordialmente biografía histórica, sino manual de alquimia espiritual. Como escribía Rodney Collin en El Hombre Nuevo (1954): «Jesús no vino a fundar una religión, sino a mostrar el proceso exacto por el cual cualquier hombre o mujer puede dar a luz en sí mismo al Cristo interno». El Nacimiento en Belén es el nacimiento del cuerpo astral en el pesebre del cuerpo físico; las Tentaciones son la doma de los tres centros inferiores; la Transfiguración es la plena iluminación; la Cruz es la muerte del viejo hombre y la Resurrección es el nacimiento definitivo del Hombre Nº 7, el ser iniciado  completo.
El Apocalipsis, lejos de ser un libro de catástrofes futuros, es el texto iniciático más poderoso de Occidente: las siete iglesias son los siete chakras; los siete sellos, las siete grandes aperturas de conciencia; la Bestia 666 es la mente inferior; la Nueva Jerusalén que desciende es el cuerpo de gloria.
La Masonería, como bien explica Ferrer Benimelli, toma la Biblia como «Volumen de la Ley Sagrada» no porque la considere un libro «infalible», sino porque la ve como el mayor depósito de símbolos universales. El Templo de Salomón, para el masón esotérico, es el plano del ser humano perfecto, y las dos columnas J y B representan las polaridades que deben equilibrarse para entrar en el Sanctasanctórum interno.
Tres formas radicalmente distintas de mirar la Biblia
El masón sin dogmas ni fanatismos
Para un masón esotérico o un hermetista cristiano, la Biblia es un libro sagrado, pero no el único. Es un depósito inmenso de símbolos universales, un «manual de arquitectura espiritual». No le interesa si Adán existió históricamente; le interesa que Adán es su propia Mónada dormida. No le preocupa si Jesús resucitó físicamente; le importa que Él representa la resurrección posible en su propio corazón. Como dice David Muñoz Condell: «La Biblia es verdadera porque es psicológica, no porque sea histórica». Respeto absoluto, pero sin literalismo ni exclusivismo.
El científico con apasionado desprecio
Para un racionalista radical o un escéptico militante, la Biblia es un cúmulo de mitos primitivos, errores históricos y contradicciones. Para él, la serpiente parlante, el diluvio universal, la resurrección de muertos o la edad de Matusalén (969 años) son prueba de superstición. La ve como un documento antropológico interesante, pero absolutamente falso en sentido literal y peligroso cuando se toma al pie de la letra. Su rechazo es visceral: «un libro que ha causado guerras y oscurantismo». Para él, la Biblia es el enemigo de la razón y la ciencia.
El religioso dogmático y fanatizado
Para el fundamentalista, la Biblia es la Palabra literal de Dios, infalible, inerrante, dictada palabra por palabra. Adán y Eva fueron personajes históricos reales; el mundo fue creado en seis días de 24 horas; el diluvio fue universal; Jonás estuvo físicamente tres días en el vientre de la ballena. Cualquier interpretación simbólica es herejía. Quien no la acepta tal cual está condenado. El terror al infierno y la amenaza eterna son sus herramientas principales de control. Para él, la Biblia es la única verdad absoluta y quien la cuestiona es Satanás hablando.
En ese sentido la  misma Biblia puede ser:
Un manual de alquimia interior y psicología sagrada (visión esotérica y masónica).
Un libro de mitos peligrosos (visión racionalista).
La única verdad literal y excluyente (visión dogmática).
Tres miradas, un sólo  libro. Como diría Jakob Böhme: «El mismo fuego que ilumina al sabio quema al ignorante». La Biblia no cambia; cambiamos nosotros al leerla.

La Masonería considera al libro de la Ley o Santa Biblia como un texto codificado que contiene enseñanzas secretas sobre la naturaleza del ser humano, el cosmos, Dios y el camino de la iniciación espiritual.
Hiram Abiff= el Espíritu puro, la Mónada, el “Hombre Celestial”.
Balkis la Viuda = el Alma (psique) (la polaridad femenina de).
Los Jubelones = No son “malos” en sí mismos; son parte de la Trama de la energía creadora que, mal utilizada, provoca el caos.
El Paraíso = es la Logia, que es un estado de conciencia determinado dentro de un círculo de iniciados masones.
Mundo profano = el mundo material, el ego, la esclavitud de los sentidos.
Adonhiram = el Yo superior, el Cristo interno, el iniciado.
El pueblo hebreo o el pueblo mason = las energías y facultades del ser humano que deben ser liberadas.
Las 10 plagas = purificación de los 10 sefirot inferiores o de las fuerzas astrales.
El Mar Rojo = el bautismo de agua, el agua lustral de la iniciación en masonería; la separación entre el mundo viejo y el nuevo.
El desierto 40 años = el período de purificación y pruebas iniciáticas masónicas.
El Sinaí y las Tablas de la Ley = la revelación del Verbo interno y la Ley cósmica.
El Tabernáculo y el Templo de Salomón, es el Templo masónico hoy.
Son planos del microcosmos (el cuerpo humano) y del macrocosmos:
Atrio exterior = cuerpo físico.
Lugar Santo = alma (emociones y mente).
Sanctasanctórum = la Masónica Cámara de en medio Espíritu, presencia de Dios (glándula pineal según muchos esoteristas).
Arca de la Alianza = corazón espiritual; contiene las Tablas (Ley), la vara de Aarón (poder) y el maná (sustento divino).
Hiram Abiff = el Cristo cósmico, el Logos Solar, el segundo Adán.
El nacimiento virginal = la iniciación masónica , el renacimiento del Cristo interno en el corazón del iniciado masón .
Bautismo en el Jordán = descenso del Espíritu Santo (fuego) sobre el alma purificada, la prueba de fuego durante la iniciación .
Las tentaciones en el desierto = las tres grandes pruebas iniciáticas (cuerpo, emociones, mente).
La Transfiguración = iluminación plena; Moisés y Elías representan la Ley y los Profetas (sabiduría antigua), la exaltación al sublime grado de maestro masón.
La Cruz = el crisol alquímico; la muerte del ego y la resurrección del Hombre Nuevo durante la exaltación masónica .
“El Reino de Dios está dentro de vosotros” = la enseñanza esotérica por excelencia en masonería.
La Nueva Jerusalén que desciende del cielo = el cuerpo de gloria, el estado búdico-cristico, cuando logramos concretar la maestría masónica .
4. Correspondencias frecuentes en la interpretación esotérica
Agua = emociones, mundo astral.
Fuego = Espíritu, voluntad divina.
Aire = mente.
Tierra = cuerpo físico.
3 = trinidad divina (Padre-Madre-Hijo, Poder-Sabiduría-Amor).
4 = manifestación, los 4 elementos, los 4 cuerpos inferiores.
7 = perfección espiritual (7 chakras, 7 planetas sagrados, 7 días).
12 = completitud cósmica (12 tribus, 12 apóstoles, 12 signos zodiacales).
Para el lector masón  la Biblia no es un libro histórico-religioso, sino el gran manual cifrado de alquimia espiritual y teúrgia: cuenta, una y otra vez, la misma historia —la del descenso del espíritu a la materia y su regreso triunfal a la Fuente— utilizando diferentes personajes y símbolos.
Para el masón los Evangelios no son en primer lugar una biografía histórica de Jesús, sino un manual cifrado del proceso de creación del “Hombre Nuevo”, es decir, del nacimiento y desarrollo del segundo cuerpo o “cuerpo astral” inmortal en el ser humano, todo bajo el proceso de la iniciación masónica .
Hiram Abiff el constructor del Templo de Salomón representa al Hombre Perfecto (el nivel más alto posible en la escala humana); sus palabras y actos son instrucciones precisas para que cualquier persona pueda repetir en sí misma ese mismo proceso de transformación interior.
Persecución de Herodes
El alma recién nacida debe esconderse del “Herodes interior” (la personalidad falsa y el ego) hasta que sea lo bastante fuerte.
Bautismo en el Jordán
Inicio del ministerio
Descenso del Espíritu Santo = activación del centro magnético superior.
La Última Cena
Institución de la Eucaristía
Transmutación alquímica: el pan y el vino = materia prima (cuerpo y sangre) que debe ser sacrificada para alimentar el nuevo cuerpo de gloria.
Getsemaní
Angustia de Jesús
La personalidad falsa (el “viejo hombre”) siente la muerte inminente y se rebela. “No sea mi voluntad sino la tuya”.
La Crucifixión
Sacrificio expiatorio
Muerte del viejo hombre. Los tres clavos = fijación de los tres centros inferiores. La lanza en el costado = apertura del corazón para que nazca el cuerpo de resurrección.
La Resurrección
Jesús resucita al tercer día
Nacimiento definitivo del Hombre Nuevo (cuerpo astral completo). El tercer día = tercer estado de conciencia.
La Ascensión
Jesús sube al cielo
El Masón exaltado ya no necesita el cuerpo físico; asciende conscientemente a los mundos superiores.
El “Reino de los Cielos” no es un lugar después de la muerte, sino un estado de conciencia (cuarto estado y más allá) que puede alcanzarse aquí y ahora.
“Arrepentíos” (metanoia ) = cambio de mente, paso del pensamiento binario (sí/no) al pensamiento paradójico y superior.
Los milagros de Jesús son demostraciones de las leyes de los mundos superiores actuando sobre el mundo físico cuando hay un vehículo adecuado .
La Trinidad en el hombre: cuerpo – alma – espíritu = tres pisos de una misma casa que deben integrarse.
Frases célebres del libro
“Cristo no vino a salvarnos de nuestros pecados, sino a mostrarnos cómo morir a nosotros mismos para que Él pueda nacer en nosotros.”
“Los Evangelios son el libro de texto más práctico jamás escrito sobre la transformación del hombre.”
“Todo ser humano lleva dentro un embrión del Masónico Ser Humano  evolucionado . La tarea de la vida es permitir que ese embrión llegue a término.”
 Alcoseri
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