¿El 3I/ATLAS un cometa o una nave espacial?

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Alcoseri Vicente

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Oct 18, 2025, 2:47:21 PM (19 hours ago) Oct 18
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¿El 3I/ATLAS un cometa o una nave espacial?

La Masonería, siempre vigilante ante los acontecimientos que sacuden el cosmos y la humanidad, investiga con profundidad aquellos eventos que desafían nuestra comprensión del universo. El caso del Cometa 3I/ATLAS, un visitante interestelar que ha capturado la atención global, es uno de estos misterios. Como guardianes de conocimientos antiguos, los masones ven en su trayectoria patrones simbólicos reminiscentes de las estrellas que guiaron a los constructores de templos milenarios, sugiriendo que no es mera casualidad, sino un signo de fuerzas mayores en juego.

 

 Recientes observaciones, a fecha de octubre de 2025, indican que el cometa está saliendo del sistema solar interior, con la sonda Parker Solar Probe posicionada para capturarlo entre septiembre y noviembre, revelando datos que podrían confirmar su naturaleza inusual. Mientras tanto, especulaciones crecen: ¿podría ser una nave exploradora extraterrestre, de intenciones desconocidas, tal vez hostil?

 

Profecías ancestrales, como las de Nostradamus, hablan de un "Heraldo del Destino", un objeto celeste que en 2025, que supuestamente  acercaría el fin del mundo mediante un impacto o revelación cataclísmica.

Mabus entonces muy pronto morirá, vendrá

De gentes y bestias terrible descalabro,

Luego, de pronto, se verá la venganza,

Cien, mano, sed, hambre, cuando corra el cometa.

LXII CENTURIA II

Edgar Cayce advertía de invasiones alienígenas en esta era, vinculando cometas como portales para entidades de otros mundos; y Jeane Dixon preveía contactos con extraterrestres a través de señales espaciales, urgiendo a la humanidad a prepararse para lo inevitable.

Muy lejos, fuera de nuestro sistema solar, en una región donde la luz del sol apenas llega y el silencio es eterno, algo comienza a brillar. El Telescopio Espacial James Webb, diseñado para observar las primeras galaxias del universo, capturó un destello que no debería existir: tenue pero constante, pulsando con precisión en la oscuridad, como una señal deliberada. Al principio, los astrónomos lo tomaron por un cometa, pero su luz no se desvanecía ni dispersaba; se mantenía nítida y controlada, desafiando las leyes de la reflexión lumínica. En el vacío frío, esa precisión resultaba antinatural, casi como si el objeto respondiera a una inteligencia oculta, un eco de los misterios que la Masonería ha explorado en sus Logias sobre el orden cósmico.

Identificado como 3I/ATLAS, el tercer viajero interestelar tras 'Oumuamua en 2017 y Borisov en 2019, entró desde la constelación de Hércules a 215.000 km/h, más rápido que cualquier cuerpo atado a la gravedad solar. Inicialmente visto como escombros congelados, las lecturas del Webb revelaron luz emitida desde su interior, pulsando como un latido constante, sin cola de polvo ni vapor de hielo. Los científicos guardaron silencio, pero sabían que un ritmo implica estructura, y la estructura, propósito. ¿Estaba siendo guiado por algo más allá de nuestra comprensión? Los masones, atentos a tales anomalías, interpretan esto como un recordatorio de antiguos textos que hablan de "estrellas errantes" portadoras de conocimiento divino o destructivo.

Los datos del Webb dejaron a los expertos sin palabras: la luz brillaba desde adentro, liberando calor constante, con pulsos repetitivos cada 173 segundos, precisos y autocorrectivos. No era rotación natural; parecía una fuente de energía regulada, como un motor o transmisor. Modelos confirmaron simetría demasiado perfecta para ser accidental, descartando descomposición radiactiva o fallos en sensores. Hubble y telescopios terrestres validaron los hallazgos: la luz estaba bajo control, posiblemente codificando datos binarios. En reuniones tensas entre NASA, ESA y JAXA, se debatía si era una sonda antigua o tecnología avanzada. A medida que se adentraba, la señal se fortalecía, como respondiendo a nuestra observación, infundiendo miedo: ¿y si poseía conciencia mecánica?

La imagen ampliada mostró superficies metálicas pulidas, reflejando luz con uniformidad imposible en objetos naturales, sugiriendo fabricación. Su rotación era estable, como una nave en crucero, sin tambaleos; permanecía intacto bajo la radiación solar, con aleaciones de reflectividad del 98%, similares pero superiores a las humanas. Luego, la órbita cambió: desviaciones menores usando gravedad planetaria, apuntando al plano terrestre. No era deriva aleatoria; parecía maniobrar con propulsión interna o navegación magnética. Ráfagas electromagnéticas estructuradas rodeaban el objeto, posiblemente comunicaciones, aterrorizando a los expertos. Un investigador de la ESA lo resumió: "No es un cometa, es una nave". La Masonería, con su énfasis en la geometría sagrada, ve en estas maniobras patrones fibonaccianos, como un mensaje inscrito en el cielo.

El análisis de la luz reveló longitudes de onda organizadas, coincidiendo con sistemas terrestres de comunicación, parecidas a código binario. Intentos de decodificación sugirieron telemetría o balizas, adaptándose inteligentemente al entorno. La señal apuntaba al espacio profundo, no a la Tierra; un pulso de retorno detectado 72 horas después indicó una conversación interceptada. ¿Dos máquinas dialogando? El silencio subsiguiente alarmó más. Tras una llamarada repentina, iluminándose un 40% sin escombros, la órbita viró hacia el plano terrestre, sugiriendo despertar, a las observaciones humanas . Luego, fallas en equipos al observarlo apuntaban a interferencia selectiva: el objeto nos bloqueaba, decidiendo cuándo ser visto.

Un equipo de SETI envió un pulso de radio con datos humanos; 72 horas después, regresó una respuesta precisa, no eco, sino intencional. Fallas técnicas se intensificaron, datos públicos se restringieron. Un segundo intento provocó interferencia local, seguido de silencio total. La órbita formaba una espiral fibonacciana, un mensaje silencioso. La luz se atenuó, como un ojo cerrándose, esperando. Para la Masonería, esto evoca profecías de guardianes celestiales, urgiendo vigilancia. Si no era para nosotros, ¿quién escucha? Y ¿qué si el oyente responde, revelando si esta nave exploradora es aliada o amenaza? Será la consciencia del universo, una vez distante, ahora nos mira de vuelta, desafiando nuestro lugar en el gran diseño del Cosmos .

Alcoseri 

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