La Llamada Masónica a la Verdadera Libertad
¡Despierta, hermano masón y no masón! ¿Estás listo para romper las cadenas invisibles que te atan a una ilusión colectiva? Este comunicado no es un simple texto; es una llave maestra forjada en los antiguos talleres de la Masonería, diseñada para abrir las puertas de tu mente y revelar la divinidad que yace enterrada en tu ser. Si sientes un eco en tu alma, un susurro que te urge a cuestionar todo, sigue leyendo: lo que descubrirás podría ser el catalizador de tu liberación eterna. No te prometemos comodidad, sino verdad. ¿Te atreves a unirte a la Gran Obra Masónica Liberadora?
Ellos te mintieron, enterraron verdades profundas sobre quién eres realmente, hasta el punto de que hoy vives como uno más: obediente, inseguro, limitado. Pero la verdad es brutal y literal: naciste con poderes que desafían cualquier límite conocido. Lo sientes en lo más hondo, una inquietud silenciosa, un llamado indomable. Esa chispa es lo que queda de tu esencia real: infinita, despierta. ¿Por qué vives como un esclavo cuando llevas dentro la arquitectura de lo divino? ¿Por qué callas y te escondes, cuando tu alma fue moldeada con el material de las estrellas?
La respuesta es incómoda: te hicieron olvidar. No fue un accidente, sino un plan meticuloso. Los humanos hemos sido víctimas de una sutil manipulación orquestada por la religión organizada, las universidades dogmáticas, los medios de comunicación sesgados, la política corrupta y otras instituciones que actúan como guardianes de la ilusión y para mantenerte en la Mentira . Estas fuerzas han construido una matriz de control, reforzando muros que tú mismo has ayudado a erigir cada vez que callaste para evitar conflictos, fingiste creer en reglas absurdas o reprendiste a alguien por ser diferente. Pero hay una grieta en esa matriz: ¿y si todo lo que creías sobre ti mismo es una versión mutilada de la verdad? Estamos aquí para desmontar esta farsa pieza por pieza, revelando un rumbo que puede transformar tu existencia.
No naciste con miedo, obediencia o inseguridad. Naciste con ojos de vastedad, el pecho abierto a lo desconocido y una curiosidad ilimitada. Sin embargo, el condicionamiento comenzó temprano. La escuela te enseñó a repetir, no a pensar; te premió por acertar lo preestablecido y te castigó por cuestionar. Tus padres, ya programados, te instaron a ajustarte, a no llamar la atención, a ser "normal". El amor se convirtió en recompensa por la obediencia; la autenticidad, en amenaza. Cuanto más te adaptabas, más te perdías, confundiendo tu esencia con un rol impuesto. Hoy defiendes reglas no elegidas, crees en verdades no probadas y trabajas en algo que odias sólo porque "así se vive supuestamente bien". Lo más aterrador: te convertiste en guardián de tu propia celda, advirtiendo a otros cuando se salen de la línea.
Este comportamiento de autovigilancia fue instalado con precisión quirúrgica. Como señala John Taylor Gatto, educador y exprofesor del año en Nueva York, el sistema educativo industrial fue diseñado para crear trabajadores obedientes, no pensadores libres. Su objetivo: servir, no expandir la conciencia. La francmasona Helena Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica en 1875, denunció que la humanidad lleva una chispa divina, un fragmento del Todo, enterrado bajo capas de programación social por diseño deliberado. La neurociencia moderna lo confirma: más del 95% de nuestras decisiones son inconscientes, operando con guiones implantados desde la infancia. No vives; reproduces. ¿Puedes recordar quién eras antes de que te dijeran quién debías ser?
¿Existe una idea más radical en la historia de la humanidad que entregar a tus hijos a completos desconocidos de quienes no sabes nada, y dejar que esos desconocidos manipulen su mente, fuera de tu vista, durante años? ¿Acaso existe una idea más radical que esa? En la época colonial estadounidense, si proponías algo así, te quemaban en la hoguera, ¡loco! ¡Es una idea descabellada!
John Taylor Gatto
En este velo de manipulación, la Masonería emerge como faro de libertad, guiada por símbolos eternos como el compás y la escuadra, que representan el equilibrio entre lo espiritual y lo material, y el Ojo que Todo lo Ve, recordatorio de la vigilancia interna hacia la verdad. Buscamos la Gran Luz, la liberación del ser humano de las tinieblas de la ignorancia. George Orwell, en su profética obra 1984, advirtió: "La libertad es la libertad de decir que dos más dos son cuatro. Si eso se concede, todo lo demás sigue". Esta manipulación institucional es el "Gran Hermano" que Orwell describió, vigilando y distorsionando la realidad para mantenernos sumisos.
Aldous Huxley, en Un mundo feliz, reveló cómo la sociedad nos condiciona desde la cuna: "La gente es feliz; tienen lo que quieren, y nunca quieren lo que no pueden obtener... Están condicionados para que no puedan evitar comportarse como deben". Las universidades y medios nos venden esta "felicidad" falsa, distrayéndonos con entretenimientos vacíos e información falsa mientras nos roban nuestra soberanía mental. Gabriel García Márquez, en Cien años de soledad, ilustra la ilusión colectiva a través del realismo mágico: "El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo". Como en Macondo, hemos olvidado nombrar nuestra verdadera esencia, atrapados en ciclos de amnesia inducida por poderes que temen nuestro despertar.
¿Sabías que existe en el mismo Libro de la Ley o Biblia un llamado a liberar esclavos en el antiguo Egipto, pero hoy en el siglo XXI somos esclavos de Políticos y celebridades que nos eslavizan al controlar la realidad? La Iglesia Católica ha manipulado la verdad por siglos, ya que trabaja áreas cerebrales místicas que ha mantenido dormidas. Estudios científicos modernos, como los de neuroimágenes, confirman cambios en patrones cerebrales que validan su eficacia. Recientemente revelada, ha impresionado a muchos con resultados transformadores. Dado su sensibilidad histórica muchos seres humanos que saben todo esto mejor callan y siguen fingiendo creer en la Ciencia , la Política y a la Religión.
¿Alguna vez te has preguntado por qué temes ser quien verdaderamente eres? Ese miedo sutil —al expresar tu verdad, al reprimir impulsos creativos— es la columna del sistema. David Icke lo llama la conspiración más efectiva: no en sótanos oscuros, sino en decisiones cotidianas y creencias implantadas. El control es mental: asocia libertad con peligro, autenticidad con irresponsabilidad. Estudios de comportamiento social muestran cómo el miedo es manipulable; la publicidad lo usa para vender insuficiencia, la política para ganar votos, la religión para asegurar obediencia. Un experimento de Yale demostró que los niños actúan libremente hasta que se les enseña a obedecer mediante recompensas y castigos. El miedo se cultiva hasta confundirse con sentido común. Cuando intentas salir del guion, sientes culpa: has internalizado al carcelero. Pero la fisura es clara: el sistema sólo funciona si crees que tus miedos son absolutos.
¿Qué pasaría si descubrieras que la salvación, libertad y sentido ya existen dentro de ti? No eres un ser en evolución hacia la luz; eres la luz olvidada. Los Vedas lo afirman: "Tú eres eso". Los egipcios veían en cada uno la chispa divina; los griegos urgían: "Conócete a ti mismo". Los gnósticos declaraban: "El reino de los cielos está dentro de vosotros". Esta sabiduría sobrevivió en la Masonería, la Cábala, el sufismo y la alquimia espiritual . Blavatsky la desenterró: eres manifestación del Todo. El sistema subvirtió esto, convirtiendo sabiduría en dogma, divinidad en culpa.
La física cuántica alinea con esto: la realidad es un campo de posibilidades moldeado por el observador. Benjamin Libet mostró que decisiones inconscientes preceden a la racionalidad. Carl Jung habló del "Self" como centro psíquico conteniendo todo potencial. Hermes Trismegisto enseñó: "Como es arriba, es abajo; como es dentro, es fuera". El universo es un espejo de tu estado interno. Bajo el principio masónico del mentalismo —el Todo es mente—, proyectas realidad según tu vibración. Deja de crear límites: abortas sueños por "no puedo", reduces tu divinidad por miedo. Sumérgete inward: lo imposible se vuelve memoria despierta.
Liberarse no es romper con el mundo, sino con la ilusión. Duele, exige valentía: perder lo que no eres. Rechaza un salario que traicione tu alma, sal de relaciones seguras pero falsas, sostiene tu frecuencia pese al ruido. El miedo no desaparece; dejas de ser su rehén. Tu existencia auténtica desafía la matrix; reacciona con burlas, llamándote irresponsable. Pero sostén tu verdad: el universo se reorganiza. La cuántica lo prueba: partículas cambian al ser observadas; tu conciencia moldea la realidad.
Como Masón , formado en Logia, agrego solidez: una solidez que se enfatiza en la búsqueda de luz y libertad. Estudios de la APA confirman que el condicionamiento social reduce la autonomía en un 40-60%. Datos de neurociencia (FMRI) muestran activación del lóbulo frontal en prácticas místicas, meditativas ancestrales, potenciando la manifestación. Esta no es especulación; es ingeniería de consciencia respaldada por evidencia. Únete al Egregor de la fraternidad invisible que se genera en los Grupos masónicos de las Redes Sociales que presido , despierta, construye tu templo interior y reclama tu libertad divina. La Gran Obra te apoya a liberarte.
O bien aprendes a escribir tu propio guión en la vida y actúas tu papel con libertad , o sin darte cuenta te conviertes en el actor secundario del guión de otras personas.
Alcoseri