El atractivo del Secreto Masónico
El ambiente secreto en el que se rodea y practica la Masonería constituye, en muchas maneras, para quien no es masón, la característica más notable y atractiva de la Orden Masónica, y a muchos esto los hace pretender ingresar a la Masonería.
La Masonería fue, es y seguirá siendo secreta, invulnerable y perenne, por más esfuerzos que se hagan por descifrarla, ya sea desde fuera o por curiosos que ingresan morbosamente en la Masonería tratando de descorrer el velo de su misterio. Como bien señala Éliphas Lévi en su obra Dogma y Ritual de Alta Magia, "El saber bastante para abusar o divulgarlo, es merecer todos los suplicios; el saber cómo debe saberse para servirse de él y ocultarle, es ser dueño de lo absoluto" La frase de Éliphas Lévi en "Dogma y Ritual de Alta Magia" enfatiza la importancia de la discreción y el control en el conocimiento. Sugiere que saber demasiado sin la capacidad de manejarlo o mantenerlo en secreto es peligroso y, por lo tanto, merecedor de castigo. Por otro lado, poseer el conocimiento para utilizarlo sabiamente y resguardarlo es alcanzar un poder absoluto. En esencia, el texto resalta que el manejo ético y estratégico del conocimiento es fundamental en la alta magia.
"El saber bastante para abusar o divulgarlo, es merecer todos los suplicios":
Esta parte de la frase se refiere a la idea de que el conocimiento, especialmente el conocimiento oculto o de la alta magia masónica, puede ser peligroso si se utiliza de forma imprudente o se revela indiscriminadamente. La divulgación no controlada de este tipo de conocimiento puede llevar a consecuencias negativas, tanto para el individuo como para otros, justificando así el "suplicio" metafórico.
"El saber cómo debe saberse para servirse de él y ocultarle, es ser dueño de lo absoluto":
Esta parte de la frase destaca la importancia del manejo ético y estratégico del conocimiento. La capacidad de usar el conocimiento para el bien, al mismo tiempo que se mantiene oculto de aquellos que no están preparados o no lo merecen, es lo que confiere un verdadero poder. El "dueño de lo absoluto" se refiere a la maestría y control que se obtiene al dominar el conocimiento y sus aplicaciones. El Francmasón Lévi no sólo habla de la acumulación de conocimiento, sino de la necesidad de una profunda comprensión de cómo manejarlo y protegerlo. La ética y el discernimiento son esenciales para la práctica de la alta magia, según esta perspectiva.
La Masonería consiste en cosas a simple vista simples, y por su propia simplicidad, irónicamente difíciles de decodificar. La mente intelectualizada es el obstáculo para hacernos con la realidad masónica; para entender la Masonería es necesario un acondicionamiento mental sin rígidos dogmas intelectuales . A lo largo de mucho tiempo de esfuerzos para evolucionar hacia el desarrollo de una organización y constitución altamente compleja con la cual contactar con ese universo para comprenderlo, somos incapaces de comprender esta simplicidad y realizar esta operación de conectar al hombre con la Divinidad, y por eso estamos obligados a luchar dolorosamente mediante difíciles tareas para obtener ese grado correcto de simplicidad y penetrar el velo, para encontrar nuestra esencia y nuestro Sí Mismo en la misma Divinidad Superior.
La Biblia o Libro de la Ley se presenta a los sencillos, aquellos con un corazón humilde y receptivo, como aquellos a quienes Dios revela sus misterios y a quienes les da sabiduría. Jesús mismo afirma que el Padre ha revelado cosas a los sencillos que ha ocultado a los sabios y entendidos (Mateo 11:25). La Biblia también muestra que Dios guarda a los sencillos (Salmo 116:6) y les da entendimiento (Salmo 119:130).
La Biblia muestra que la sencillez de corazón facilita la recepción de la verdad divina, mientras que la soberbia intelectual puede ser un obstáculo.
En este sentido, el Bhagavad Gita enfatiza la unión con lo divino a través de la devoción y la fijación de la mente: "Bhagavan Sri Krishna dijo: Aquellos que fijan sus mentes en Mí, y siempre Me adoran con gran y trascendental fe, son considerados por Mí los yoguis más perfectos" (12:2).
"El arte de ser sabio es el arte de saber qué es lo que debemos ignorar" –William James.
De manera similar, Lévi resalta la conexión con lo absoluto mediante la gran obra: "La gran obra es, ante todo, la creación del hombre por sí mismo, es decir, la conquista, plena y completa, que hace de sus facultades y de su porvenir; es, especialmente, la emancipación perfecta de su voluntad que le asegura el imperio universal del ázoe y el dominio de la magnesia, es decir, un pleno poder sobre el agente mágico universal"
Para aprender a pensar, es necesario ejercitarse en aislarse y abstraerse. Esto se logra entrando en sí mismo, mirando “hacia adentro” sin dejarse distraer por lo que pasa “afuera”. Los antiguos comparaban esta operación con un descenso a los infiernos. Para el pensador se trata de penetrar hasta el centro de las cosas, a fin de llegar a conocer su esencia íntima. Debe aprisionarse el espíritu de las entrañas de la tierra, hasta donde no se filtra ningún rayo del día exterior (según las nociones proporcionadas por los sentidos).
En la Cámara de las Reflexiones Masónicas que evoca a el seno de estas tinieblas absolutas, la lámpara de la razón ilumina sólo unos fragmentos de esqueleto, que parecen evocar espectros. Estos restos de osamenta figuran la realidad, tal cual aparece si se la despoja de su decoración sensible. Es la verdad brutal, privada del velo de las ilusiones, la verdad enteramente desnuda, que se oculta en el fondo de un pozo. Este pozo, que termina en el centro del mundo, es el interior del hombre. A él se hace alusión en la palabra “Vitriol” cuya interpretación era un gran secreto entre los alquimistas. Las letras de que se compone les recordaba la fórmula: “Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem” (Visita el interior de la tierra y rectificando (por purificaciones) encontrarás la Piedra oculta de los Sabios). Lévi alude a esta purificación interior en términos similares: "Separar lo sutil de lo espeso, en la primera operación, que es puramente interna, es franquear su alma de todo prejuicio y de todo vicio; lo que se hace con el uso de la sal filosófica, es decir, de la sabiduría; del mercurio, es decir, de la habilidad personal y del trabajo, y, por último, del azufre, que representa la energía vital y el calor de las voluntades" .
Esta piedra, la famosa Piedra Filosofal, no es otra cosa que la “Piedra cúbica” de los francmasones. Es la base de certeza que cada uno debe buscar en sí mismo, a fin de poseer la piedra angular (el núcleo de cristalización) de la construcción intelectual y moral que constituye la Gran Obra. Como explica Lévi, "La piedra filosofal es, ante todo, necesaria, pero ¿cómo hallarla? Hermes nos lo dice en su tabla de esmeralda: Es necesario separar lo sutil de lo fijo, con un gran cuidado y atención extremada" .
En los misterios de Ceres en Eleusis, el recipiendario representaba a la semilla sumergida en el suelo, que sufría la putrefacción a fin de dar origen al nacimiento de la planta, virtualmente encerrada en el germen. El profano sometido a la “prueba de la tierra” está análogamente llamado a poner en juego las energías latentes que lleva en sí. La iniciación tiene por objeto favorecer la plena expansión de su individualidad.
El Bhagavad Gita refuerza esta idea de purificación y control mental para la reflexión interior: "Aquel hombre se hace uno con Dios y goza de la bienaventuranza eterna".
En el encierro del futuro iniciado habrá un pan y un cántaro con agua. Es la reserva alimenticia que en el fruto y en el huevo sirve para alimentar el germen en vía de desarrollo. El sabio debe aprender a contentarse con lo necesario sin hacerse esclavo de lo superfluo. Los muros de la cueva contienen inscripciones como éstas: “Si la curiosidad te ha encaminado hasta aquí, ¡vete!”. “Si temes que se te muestren tus defectos, estarás mal entre nosotros”. “Si eres capaz de disimular, ¡tiembla!, se te descubrirá”. “Si eres aficionado a las distinciones humanas, ¡sal! aquí no se las conoce”. “Si tu alma ha sentido miedo, ¡no vayas más lejos”. “Si perseveras, serás purificado por los elementos, saldrás del abismo de las tinieblas, ¡verás la Luz!”. Estas sentencias están agrupadas alrededor de un gallo y de un reloj de arena, emblemas pintados que acompañan las siguientes palabras: “Vigilancia” (sobre tus acciones) “Perseverancia” (en el bien). El reloj de arena es un atributo de Saturno, el Tiempo que se desliza disolviendo las formas transitorias (putrefacción - color negro de los alquimistas). El Gallo hace alusión al despertar de las fuerzas dormidas. Anuncia el fin de la noche y el próximo triunfo de la luz sobre las tinieblas.
Alcoseri
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