Análisis del Juramento Masónico

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Alcoseri Vicente

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Nov 21, 2025, 8:32:41 PM (2 days ago) Nov 21
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Análisis del Juramento Masónico

El juramento masónico, es un compromiso solemne que se toma durante las ceremonias de iniciación en la masonería, una fraternidad que se remonta al siglo XVIII en su forma especulativa moderna, aunque sus raíces simbólicas provienen de cofradías medievales de constructores de Catedrales Góticas. En este ritual, el candidato, con los ojos vendados y en un estado de vulnerabilidad simbólica que representa la oscuridad del desconocimiento, jura sobre un volumen de la ley sagrada (como la Biblia u otro texto religioso según sus creencias) mantener en secreto los rituales, signos y enseñanzas de la orden. El juramento enfatiza la lealtad, la integridad moral y el apoyo mutuo entre hermanos, invocando al Gran Arquitecto del Universo (un término genérico para una deidad suprema, no atado a una religión específica). Sin embargo, lo que ha generado más controversia son las penalizaciones alegóricas incluidas en el juramento, que no son literales sino simbólicas, diseñadas para impresionar la gravedad del compromiso. Por ejemplo, en el grado de Aprendiz, se menciona algo como un castigo si se rompe el juramento de  "tener la garganta cortada de oreja a oreja, la lengua arrancada por la raíz y el cuerpo enterrado en las arenas del mar a baja marea"; en el grado de Compañero, "tener el corazón arrancado y expuesto a los buitres"; y en el de Maestro Masón, "tener el cuerpo cortado en dos, las entrañas quemadas y esparcidas al viento".
Estas expresiones, heredadas de tradiciones medievales de juramentos penales, representan el horror simbólico que un hombre de honor sentiría al traicionar su palabra, no una amenaza real de ejecución, ya que la masonería moderna las interpreta como metáforas para la pérdida de integridad personal y la exclusión social, no como castigos literales.
Pros y Contras de Juramentar a un Candidato con Conocimiento Limitado
La cuestión de juramentar a un postulante que, apenas una hora antes, ignoraba por completo la masonería o tenía un conocimiento parcial, plantea un dilema ético y práctico. La iniciación masónica tradicional implica una preparación mínima intencional, ya que el ritual busca una transformación simbólica desde la "oscuridad" a la  "luz", pero esto puede ser problemático en un contexto donde el candidato no ha tenido tiempo para reflexionar profundamente. A continuación, detallo pros y contras basados en perspectivas históricas, rituales y críticas contemporáneas.
Pros
Fomenta un Compromiso Inmediato y Profundo: El juramento actúa como un rito de paso que imprime seriedad desde el inicio, ayudando a que el candidato, incluso con conocimiento limitado, se integre rápidamente a la hermandad. Esto refuerza la idea de que la masonería es una jornada de autodescubrimiento, donde el juramento simbólico motiva la lealtad y el estudio posterior, convirtiendo la ignorancia inicial en una ventaja para una revelación "pura".
Preserva la Tradición y el Simbolismo: Las penalizaciones alegóricas, heredadas de épocas medievales, mantienen la esencia histórica de la masonería, recordando al candidato la importancia de la integridad en una sociedad secreta. Para alguien nuevo, esto puede ser una experiencia transformadora, similar a otros ritos iniciáticos en culturas antiguas, que fortalecen lazos fraternales y promueven valores morales como la caridad y la verdad.
Asegura Confidencialidad y Unidad: En un mundo donde la información fluye libremente, el juramento protege los rituales de malentendidos externos, permitiendo que el postulante se una a una red global de apoyo mutuo sin diluir la mística. Esto puede ser beneficioso para un novato, ya que acelera su sentido de pertenencia y acceso a redes profesionales y sociales.
Promueve la Reflexión Posterior: Aunque el conocimiento sea parcial al inicio, el juramento incentiva un aprendizaje continuo, convirtiendo la iniciación en el comienzo de una educación moral y filosófica, alineada con principios como la tolerancia y el humanismo.
Contras
Riesgo de Intimidación y Malentendidos: Para un candidato con poco conocimiento, las penalizaciones alegóricas pueden parecer amenazas reales, causando miedo o trauma psicológico, especialmente si no se explica su simbolismo adecuadamente. Esto contradice el principio masónico de libre voluntad, ya que el postulante podría sentir coerción en un momento de vulnerabilidad.
Falta de Consentimiento Informado: Una hora antes, el candidato podría no comprender las implicaciones a largo plazo, como el compromiso vitalicio o las percepciones sociales negativas (como asociaciones con conspiraciones). Esto podría llevar a arrepentimientos, abandonos o incluso críticas públicas, alimentando el antimasonismo.
Críticas Éticas y Religiosas: Algunos ven los juramentos como incompatibles con creencias cristianas u otras, ya que involucran promesas "extrajudiciales" que priorizan la logia sobre la familia o la fe. Para un novato, esto amplifica el riesgo de conflictos internos, y las penalizaciones simbólicas han sido malinterpretadas como "sangrientas" por detractores, dañando la reputación de la orden.
Aunque la masonería promueve igualdad, el juramento rápido podría perpetuar percepciones de elitismo o favoritismo, disuadiendo a diversidad y haciendo que el postulante se sienta atrapado en una estructura jerárquica sin preparación.
Así, mientras los pros radican en la inmediatez transformadora, los contras destacan la necesidad de preparación para evitar malentendidos, especialmente en una era de transparencia digital.
Varios autores masones han defendido los juramentos como simbólicos y morales, enfatizando su rol en la formación ética. R.V. Harris, pasado Gran Maestro de Nueva Escocia, en su obra "El Significado de los Juramentos Masónicos", argumenta que las penalizaciones son vestigios medievales adaptados para simbolizar la autodisciplina, no castigos literales, y que evolucionan con la humanidad para ajustarse a castigos más proporcionales.
 Albert Pike, influyente en el Rito Escocés, en "Moral y Dogmas", describe los juramentos como alegorías para la búsqueda de la luz espiritual, negando interpretaciones literales y enfocándose en su valor filosófico. Manly P. Hall, en sus escritos esotéricos, ve los rituales como iniciaciones antiguas que promueven la iluminación personal, defendiendo su secreto como protección contra profanación. E.M. Storms, en "¿Puede un Cristiano ser Masón ?", explica que los juramentos son compatibles con la fe, representando compromisos de hermandad similares a votos bíblicos.
Escritores Antimasones
Los antimasones critican los juramentos como anti-cristianos, coercitivos y satánicos. Leo Taxil, aunque su obra fue un fraude admitido, influyó con "Los Misterios de la Francmasonería", retratando los rituales como pactos diabólicos con penalizaciones reales. John Robison, en "Pruebas de la conspiración " (1797), acusa a los masones de usar juramentos para subvertir gobiernos y religiones, viéndolos como herramientas de iluminados conspiradores.
 Abbé Augustin Barruel, en "Memorias que Ilustran el Jacobinismo " (1797-1798), liga los juramentos a complots anticristianos durante la Revolución Francesa, condenando su secretismo como amenaza a la autoridad eclesiástica.
En tiempos modernos, Jack T. Chick y Pat Robertson han criticado los juramentos como idolátricos, argumentando que priorizan la logia sobre Dios y que las penalizaciones simbólicas ocultan intenciones violentas.
Encíclicas papales como "In Eminenti" de Clemente XII (1738) y "Humanum Genus" de León XIII (1884) condenan los juramentos por confederar religiones y fomentar indiferencia espiritual.
Mi Opinión como  masón en búsqueda de la verdad, veo los juramentos masónicos como un artefacto cultural fascinante que combina tradición, simbolismo y psicología. En su esencia, promueven valores positivos como la integridad y la fraternidad, y sus penalizaciones alegóricas son un recordatorio poético de que la traición duele más internamente que cualquier castigo externo. Sin embargo, en un contexto donde el candidato tiene conocimiento limitado, creo que es sabio priorizar la preparación: la masonería debería evolucionar hacia mayor transparencia para evitar malentendidos, ya que el secretismo histórico alimenta conspiraciones innecesarias. No condeno ni promuevo los juramentos en masonería; al final juramentar o no , es una elección de personas en su mayoría de edad , pero en un mundo interconectado, los rituales que intimidan podrían disuadir a mentes curiosas, que quizá sea ese su propósito alejar a los que simplemente curiosean. Al final, el verdadero valor radica en cómo estos juramentos inspiran acciones éticas en la vida diaria, no en su forma dramática.
Preguntas Perspicaces sobre el Tema
¿En qué medida los juramentos simbólicos de la masonería siguen siendo relevantes en una sociedad moderna que valora la transparencia sobre el secretismo, y cómo podrían adaptarse sin perder su esencia transformadora?
Si las penalizaciones alegóricas se malinterpretan comúnmente como amenazas reales, ¿no sería más ético eliminarlas para atraer a candidatos con conocimiento limitado y reducir el antimasonismo?
¿Cómo equilibrar la tradición de la iniciación rápida con la necesidad de consentimiento informado, especialmente cuando el postulante podría enfrentar conflictos religiosos o sociales posteriores?
¿Los juramentos masónicos fortalecen realmente la hermandad, o podrían ser reemplazados por compromisos no vinculantes que promuevan los mismos valores morales sin el peso histórico?
Basado en el análisis que proporcioné anteriormente sobre el juramento masónico durante la iniciación, donde destaqué los pros y contras, las perspectivas de escritores masones y antimasones, y mi propia opinión, puedo concluir que no es del todo adecuado juramentar a un candidato que, en su mayoría, una hora antes de la iniciación no sabía nada o tenía un conocimiento muy parcial de la masonería. Permíteme explicarte mi razonamiento paso a paso, manteniendo un enfoque equilibrado y buscando la razón , sin moralizar ni asumir intenciones negativas.
Razones por las que No es Adecuado (Enfoque en los Contras Predominantes)
Falta de Consentimiento Informado Pleno: Como mencioné en los contras, el ritual masónico implica un compromiso solemne con penalizaciones alegóricas que, aunque simbólicas, pueden generar confusión o intimidación en alguien sin preparación adecuada. Si el candidato ignora los principios fundamentales de la masonería (como su énfasis en la moral, la fraternidad y el simbolismo esotérico) hasta momentos antes, el juramento podría percibirse como coercitivo o manipulador, violando el principio masónico de "libre albedrío". En una era moderna donde la transparencia es valorada, esto podría llevar a arrepentimientos posteriores, abandonos de la logia o incluso críticas públicas que alimenten mitos conspirativos.
Las amenazas alegóricas (como las menciones a mutilaciones simbólicas) están diseñadas para impresionar la gravedad del voto, pero para un novato absoluto, podrían causar estrés innecesario o malentendidos, interpretándolas como literales. Esto contradice el espíritu humanista de la masonería, que busca elevar al individuo, no someterlo a un shock psicológico  ritual sin contexto. Escritores antimasones como John Robison o Abbé Barruel, que critican estos juramentos como herramientas de control, tendrían un punto válido aquí, ya que el secretismo inicial amplifica percepciones de opacidad.
La masonería ha evolucionado, pero tradiciones como la iniciación "en oscuridad" (simbólica de ignorancia) asumen que el candidato ha sido investigado y preparado por recomendadores. Sin embargo, si la mayoría llega con conocimiento nulo tan cerca del ritual, esto podría perpetuar exclusividad o elitismo, disuadiendo diversidad y alineándose con críticas religiosas (como las encíclicas papales) que ven los juramentos como incompatibles con lealtades externas.
Razones por las que Podría Ser Adecuado (Enfoque en los Pros, pero con Limitaciones)
Naturaleza Transformadora del Ritual: Como expliqué en los pros, el juramento fomenta un compromiso inmediato que acelera la integración y el autodescubrimiento. Escritores masones como Albert Pike o Manly P. Hall defienden esto como una iniciación pura, donde la ignorancia inicial realza la "revelación de la luz". En contextos donde el candidato ha sido vetado éticamente por la logia, esto podría funcionar como un rito de paso efectivo, promoviendo valores como la lealtad y la caridad desde el principio.
La masonería enfatiza que el juramento no es literal y que el candidato puede retirarse en cualquier momento antes de completarlo. Si la logia asegura una explicación mínima (aunque sea breve), podría mitigar problemas, convirtiendo la experiencia en un catalizador para estudio posterior.
Sin embargo, estos pros pierden fuerza cuando el conocimiento es tan limitado (sólo una hora antes), ya que el equilibrio se inclina hacia los riesgos éticos. En mi opinión anterior, ya señalé que priorizar la preparación es sabio para evolucionar la masonería hacia mayor transparencia, evitando malentendidos en un mundo interconectado.
No es adecuado en la mayoría de los casos modernos, a menos que se implementen salvaguardas como sesiones informativas previas o explicaciones claras sobre el simbolismo. La masonería debería adaptar sus prácticas para exigir un período de reflexión mínimo (días o semanas), alineándose con principios éticos contemporáneos sin perder su esencia simbólica. Esto no invalida el valor de la fraternidad, pero maximiza su utilidad humana al asegurar que los juramentos sean tomados con ojos abiertos, no vendados en ignorancia.
¿Crees que la masonería actual ha adaptado sus rituales para abordar esta falta de preparación inicial, o sigue aferrada a tradiciones que podrían ser contraproducentes? ¿Qué cambios específicos propondrías para hacer el juramento más ético sin diluir su impacto simbólico?
Alcoseri 

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