El Significado Autentico De La Muerte De Hiram
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Alcoseri Vicente
2024年5月25日 晚上11:46:355月25日
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El Significado Autentico De La Muerte De Hiram
La Masonería llama una y otra vez para honrar la memoria de un Hombre injustamente asesinado, así como siempre te llama la atención hacia las heridas sangrantes del Maestro Hiram Abiff . Natural es que no hayas sentido pesar por la muerte de alguien que fue asesinado hace más de 30 siglos, como lo sentirías si se tratase de una persona que hubieses conocido y amado. Fue en vano que te excitasen a lamentar su muerte, como la de aquellos que han estado cerca de ti; es igualmente inútil el que exhortemos a lamentar la muerte del mártir que hoy honramos.
Las páginas dolorosas de la historia del mundo están sembradas con nombres de mártires. En todas las épocas y e todos los lugares, la Tiranía, el Fanatismo y la Brutalidad, ha hecho multitud de víctimas. En esta nuestra edad de agitación política y de lucha social , la vida es demasiado barata para lamentar la muerte de un hombre que pasó a la historia hace varios siglos, y si fuese posible tal dolor, ¿por qué no lamentar la muerte de Sócrates, de Séneca, la de Emiliano Zapata, la de Martin Luther King , o la de tantos apóstoles de la Humanidad, que fueron crucificados, decapitados y quemados vivos, victimas de las sospechas y de las cobardías del déspota, de la intolerancia del sacerdote, de la rapacidad del noble, o de la crueldad e ingratitud del pueblo?
Si has meditado sobre las enseñanzas masónicas , habrás comprendido que la leyenda de Hiram y los lamentos de los Masones por su fin trágico, tienen un sentido más profundo y esotérico de lo que parece a primera vista, puesto que es evidente que el pueblo masónico no podría haberse dedicado desde hace tantos siglos a lamentar la muerte de un solo hombre, sólo por haber sido bueno, y que no se distinguió por actos sublimes de filantropía y de virtud. Seguro te preguntarás por qué se te llama de nuevo a lamentar la muerte hombre conocido como Jacques de Molay maestre de los Templarios, mandado ejecutar por el Papa Clemente V, y el rey de Francia, Felipe IV, 2 personajes destacados, pero que, como individuos, ocupan tan bajo nivel como los tres compañeros traidores y crueles. Igualmente te preguntarás qué lección encierra para la Humanidad el hecho de que tres bandidos, donde quiera que haya sido, asaltasen y diesen muerte a un hombre, con el solo fin de lucrar, y te quejarás de que muchas veces se te ha prometido una explicación masónicas que jamás has recibido; y debemos admitir que tu impaciencia es fundada. La Masonería es la Filosofía que enseña por medio de signos, así como la Historia es la Filosofía que enseña por medio de ejemplos.
Hiram el Maestro era un hombre del pueblo, un albañil, un herrero , que trabajaba principalmente el hierro y el bronce, en medio de un pueblo dividido en castas, en donde todo el poder, tanto real como sacerdotal, estaba en manos de ciertas familias. La masonería lo eligió como tipo de las clases trabajadoras que aspiraban a superarse, un hombre de las masas del pueblo cuyas manos producen lo que las clases políticas y religiosas consumen y crean las fortunas que malgastan los afortunados, Hiram Abiff era el hombre de abajo que se superó y triunfó . Es también el tipo de aquellos artesanos o masones operativos de las grandes ciudades que durante la Edad Media empezaron a derribar el Trono y la nobleza, y levantaron las primeras barricadas de la libertad contra el poder brutal y la tiranía legalizada.
El asesinato de ese hombre es típica de la suerte de aquellos que primero proclamaron los derechos de las masas sufrientes y mudas de la Humanidad y las exhortaron a vindicar esos derechos; la suerte de Francisco I. Madero, y la de tantos otros que se han interpuesto entre el pueblo y sus opresores, recibiendo el puñal o el cadalso, o el acribillamiento como único premio. Todos han caído por culpa de uno o de otro de los 3 enemigos la voracidad de los Reyes y de los nobles , el fanatismo del sacerdocio y las violencias insensatas y la bestialidad de la plebe ignorante.
La Masonería igualmente simboliza con esa muerte la somnolencia estúpida de un pueblo sumergido en esclavitud denigrante, que besa sus cadenas y abrasa los pies de aquellos que los que lo pisotean; conforme con ser esclavo, con tal de que pueda comer y beber; murmurando sus plegarias incoherentes a un Dios que desconoce, bajo dogmas dictados por un sacerdocio al que venera como si hubiera recibido de Dios el poder de dar o de quitar la vida eterna.
Jubelos, Jubelas y Jubelón, los tres asesinos del pueblo son los mismos que han dado muerte a todos los Apóstoles de la Libertad; a todos los Caudillos de los pueblos: Herodes el Tirano, Caifás el Gran Sacerdote, y la plebe que pedía a gritos la libertad de Barrabás el malhechor, y la muerte de Jesús el Cristo.
La Masonería sabiamente ha escogido a Hiram el Artífice y a Jesús de Nazareth como ejemplos de Virtud y de Fidelidad, y como tipo de todos los que han procurado emancipar al mundo de la tiranía espiritual mantenida por Pontífices, Demagogos y Déspotas: de ahí que la Masonería no repita la Leyenda con el objeto de inspirar tristeza o dolor por los Asesinados. No exige monumentos a su memoria a causa de su muerte y de la pérdida que ha sufrido, sino para enseñar a sus iniciados, por medio de estos ejemplos, a maldecir la existencia de esos tres asesinos, los más grandes enemigos de la felicidad humana, y a luchar contra ellos con una disposición inquebrantable. Cuando eres un masón bien formado sabes bien contra quiénes tenemos que combatir; basta decirte por ahora que aquí, como en otras partes, no pedimos de ti un dolor ficticio o un simulacro de tristeza.
Aquí, como en otras partes también, tenemos una mira diferente. No es una farsa lo que representamos, sino algo muy serio en el fondo. La Leyenda de Hiram es sólo una parábola, una leyenda que simboliza varias cosas. La Masonería procura por medio de la unión, aumentando sus miembros y su fuerza, enseñar sus nobles y sublimes doctrinas para evitar hasta donde sea posible una repetición de asesinatos como el de Jesús el Cristo por los Jerarcas de Judea, el inútil asesinato de Hipatia, por Cirilo de Alejandría, de los inocentes de Francia por los revolucionarios y de los horrores inauditos de la Inquisición. Procura la Masonería también siempre establecer el reinado de la Libertad, de la Paz, la Tolerancia; de esa Libertad y de Tolerancia para los pueblos que no están aptos para una Libertad completa; pero que les asegura, cuando menos, leyes justas y los derechos comunes a la Humanidad, la protección contra la rapiña y de los actos licenciosos, procura la Masonería promover la plena libertad de venerar a Dios como les parezca y la emisión libre de sus opiniones. Si no puede evitar las guerras entre Naciones, ni las guerras civiles, cuando menos procura mitigar sus horrores y sus atrocidades. No permanecerás tranquilo cuando los ciudadanos pacíficos sean robados y ultrajados; cuando la barbarie y el salvajismo se hayan injertado en la civilización, o cuando la crueldad y la villanía sean premiadas con honores y distinciones.
Alcoseri
La Masonería llama una y otra vez para honrar la memoria de un Hombre injustamente asesinado, así como siempre te llama la atención hacia las heridas sangrantes del Maestro Hiram Abiff . Natural es que no hayas sentido pesar por la muerte de alguien que fue asesinado hace más de 30 siglos, como lo sentirías si se tratase de una persona que hubieses conocido y amado. Fue en vano que te excitasen a lamentar su muerte, como la de aquellos que han estado cerca de ti; es igualmente inútil el que exhortemos a lamentar la muerte del mártir que hoy honramos.
Las páginas dolorosas de la historia del mundo están sembradas con nombres de mártires. En todas las épocas y e todos los lugares, la Tiranía, el Fanatismo y la Brutalidad, ha hecho multitud de víctimas. En esta nuestra edad de agitación política y de lucha social , la vida es demasiado barata para lamentar la muerte de un hombre que pasó a la historia hace varios siglos, y si fuese posible tal dolor, ¿por qué no lamentar la muerte de Sócrates, de Séneca, la de Emiliano Zapata, la de Martin Luther King , o la de tantos apóstoles de la Humanidad, que fueron crucificados, decapitados y quemados vivos, victimas de las sospechas y de las cobardías del déspota, de la intolerancia del sacerdote, de la rapacidad del noble, o de la crueldad e ingratitud del pueblo?
Si has meditado sobre las enseñanzas masónicas , habrás comprendido que la leyenda de Hiram y los lamentos de los Masones por su fin trágico, tienen un sentido más profundo y esotérico de lo que parece a primera vista, puesto que es evidente que el pueblo masónico no podría haberse dedicado desde hace tantos siglos a lamentar la muerte de un solo hombre, sólo por haber sido bueno, y que no se distinguió por actos sublimes de filantropía y de virtud. Seguro te preguntarás por qué se te llama de nuevo a lamentar la muerte hombre conocido como Jacques de Molay maestre de los Templarios, mandado ejecutar por el Papa Clemente V, y el rey de Francia, Felipe IV, 2 personajes destacados, pero que, como individuos, ocupan tan bajo nivel como los tres compañeros traidores y crueles. Igualmente te preguntarás qué lección encierra para la Humanidad el hecho de que tres bandidos, donde quiera que haya sido, asaltasen y diesen muerte a un hombre, con el solo fin de lucrar, y te quejarás de que muchas veces se te ha prometido una explicación masónicas que jamás has recibido; y debemos admitir que tu impaciencia es fundada. La Masonería es la Filosofía que enseña por medio de signos, así como la Historia es la Filosofía que enseña por medio de ejemplos.
Hiram el Maestro era un hombre del pueblo, un albañil, un herrero , que trabajaba principalmente el hierro y el bronce, en medio de un pueblo dividido en castas, en donde todo el poder, tanto real como sacerdotal, estaba en manos de ciertas familias. La masonería lo eligió como tipo de las clases trabajadoras que aspiraban a superarse, un hombre de las masas del pueblo cuyas manos producen lo que las clases políticas y religiosas consumen y crean las fortunas que malgastan los afortunados, Hiram Abiff era el hombre de abajo que se superó y triunfó . Es también el tipo de aquellos artesanos o masones operativos de las grandes ciudades que durante la Edad Media empezaron a derribar el Trono y la nobleza, y levantaron las primeras barricadas de la libertad contra el poder brutal y la tiranía legalizada.
El asesinato de ese hombre es típica de la suerte de aquellos que primero proclamaron los derechos de las masas sufrientes y mudas de la Humanidad y las exhortaron a vindicar esos derechos; la suerte de Francisco I. Madero, y la de tantos otros que se han interpuesto entre el pueblo y sus opresores, recibiendo el puñal o el cadalso, o el acribillamiento como único premio. Todos han caído por culpa de uno o de otro de los 3 enemigos la voracidad de los Reyes y de los nobles , el fanatismo del sacerdocio y las violencias insensatas y la bestialidad de la plebe ignorante.
La Masonería igualmente simboliza con esa muerte la somnolencia estúpida de un pueblo sumergido en esclavitud denigrante, que besa sus cadenas y abrasa los pies de aquellos que los que lo pisotean; conforme con ser esclavo, con tal de que pueda comer y beber; murmurando sus plegarias incoherentes a un Dios que desconoce, bajo dogmas dictados por un sacerdocio al que venera como si hubiera recibido de Dios el poder de dar o de quitar la vida eterna.
Jubelos, Jubelas y Jubelón, los tres asesinos del pueblo son los mismos que han dado muerte a todos los Apóstoles de la Libertad; a todos los Caudillos de los pueblos: Herodes el Tirano, Caifás el Gran Sacerdote, y la plebe que pedía a gritos la libertad de Barrabás el malhechor, y la muerte de Jesús el Cristo.
La Masonería sabiamente ha escogido a Hiram el Artífice y a Jesús de Nazareth como ejemplos de Virtud y de Fidelidad, y como tipo de todos los que han procurado emancipar al mundo de la tiranía espiritual mantenida por Pontífices, Demagogos y Déspotas: de ahí que la Masonería no repita la Leyenda con el objeto de inspirar tristeza o dolor por los Asesinados. No exige monumentos a su memoria a causa de su muerte y de la pérdida que ha sufrido, sino para enseñar a sus iniciados, por medio de estos ejemplos, a maldecir la existencia de esos tres asesinos, los más grandes enemigos de la felicidad humana, y a luchar contra ellos con una disposición inquebrantable. Cuando eres un masón bien formado sabes bien contra quiénes tenemos que combatir; basta decirte por ahora que aquí, como en otras partes, no pedimos de ti un dolor ficticio o un simulacro de tristeza.
Aquí, como en otras partes también, tenemos una mira diferente. No es una farsa lo que representamos, sino algo muy serio en el fondo. La Leyenda de Hiram es sólo una parábola, una leyenda que simboliza varias cosas. La Masonería procura por medio de la unión, aumentando sus miembros y su fuerza, enseñar sus nobles y sublimes doctrinas para evitar hasta donde sea posible una repetición de asesinatos como el de Jesús el Cristo por los Jerarcas de Judea, el inútil asesinato de Hipatia, por Cirilo de Alejandría, de los inocentes de Francia por los revolucionarios y de los horrores inauditos de la Inquisición. Procura la Masonería también siempre establecer el reinado de la Libertad, de la Paz, la Tolerancia; de esa Libertad y de Tolerancia para los pueblos que no están aptos para una Libertad completa; pero que les asegura, cuando menos, leyes justas y los derechos comunes a la Humanidad, la protección contra la rapiña y de los actos licenciosos, procura la Masonería promover la plena libertad de venerar a Dios como les parezca y la emisión libre de sus opiniones. Si no puede evitar las guerras entre Naciones, ni las guerras civiles, cuando menos procura mitigar sus horrores y sus atrocidades. No permanecerás tranquilo cuando los ciudadanos pacíficos sean robados y ultrajados; cuando la barbarie y el salvajismo se hayan injertado en la civilización, o cuando la crueldad y la villanía sean premiadas con honores y distinciones.
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