Las Dos Masonerías
Existe una antigua hermandad que ha influido en reyes, presidentes, filósofos y revolucionarios, tejiendo sus hilos en la historia de la humanidad desde el interior de las Logias.
La Masonería no es sólo una sociedad fraternal; es un enigma vivo que promete la transformación del alma, la búsqueda de la verdad eterna y el dominio sobre lo mundano. Pero ¿qué se esconde tras sus rituales y símbolos? En este comunicado, exploraremos las dos caras de esta orden milenaria: la exotérica, visible y accesible, y la esotérica, profunda y reservada para unos pocos masones elegidos.
A través de definiciones claras, ideas rosacruces que enriquecen su mística y citas reveladoras de Giacomo Casanova —un iniciado que vivió la Masonería en su esencia—, desentrañaremos cómo esta tradición no sólo une a los hombres en fraternidad, sino que los eleva hacia la iluminación divina. Prepárate para un recorrido que podría cambiar tu percepción de la realidad masónica, recordándote que, como en los misterios rosacruces, el verdadero conocimiento surge de la unión entre el espíritu y la materia, simbolizada por la rosa que florece en la cruz del sufrimiento humano.
Las Dos Faces de la Masonería: Exotérica y Esotérica
La Masonería se divide en dos dimensiones interconectadas: la exotérica y la esotérica. La Masonería exotérica representa su aspecto externo, público y visible. Se centra en la fraternidad, la filantropía y los valores morales como la virtud, la caridad y la honestidad. Es accesible a todos los miembros de la logia y se manifiesta en discursos éticos, actividades caritativas y servicio comunitario. Por ejemplo, promueve una "escuela de moralidad" donde los hermanos se apoyan mutuamente en el desarrollo personal y social, fomentando lazos que trascienden diferencias culturales o religiosas.
En contraste, la Masonería esotérica es la dimensión interna, oculta y profunda, reservada sólo para una minoría de iniciados masones cualificados. Se basa en el estudio simbólico de rituales, alegorías y misterios que revelan aspectos ocultos del universo y la naturaleza humana. Su enfoque es la búsqueda de la verdad a través del conocimiento interior, la filosofía y la espiritualidad, incorporando elementos como el simbolismo del Templo de Salomón, la alquimia y la cábala. Este nivel no se comunica conceptualmente, sino a través de experiencias personales guiadas por maestros masones experimentados, lo que explica su carácter secreto: no es un ocultamiento deliberado, sino una verdad inaccesible sin preparación y esfuerzo.
Estos dos aspectos no son excluyentes, sino complementarios. La exotérica sirve como puerta de entrada, mientras la esotérica ofrece profundidades mayores. Ignorar el esoterismo podría reducir la Masonería a una mera asociación cultural, pero integrarlo la transforma en una escuela espiritual que, influida por ideas rosacruces , gnósticas , ocultistas , alquímicas , astrológicas etc., busca la regeneración del ser humano mediante la armonía entre el microcosmos (el individuo) y el macrocosmos (el universo).
Como en el rosacrucismo – masónico grado 18º, que enfatiza la transmutación alquímica del alma —convirtiendo el plomo de la ignorancia en el oro de la sabiduría—, la Masonería esotérica invita a una metamorfosis interior, guiada por principios herméticos que han pasado de maestro a discípulo desde tiempos inmemoriales.
En el plano exotérico, visible y superficial, surgen conflictos y tensiones por el poder, condicionados por aspectos sentimentales o fanáticos. Sin embargo, la unidad y la armonía se revelan en el nivel esotérico superior, que trasciende ritos y grados formales como los de grandes maestres o dignatarios. Diferentes ritos masónicos se separan en sus formulaciones externas, pero convergen en un mensaje oculto, esencial y objetivo: una formulación pura de la verdad.
La Masonería esotérica, núcleo profundo del sistema, descansa en tres realidades clave: la iniciación en el primer grado, el aumento de salario en el segundo y la exaltación en el tercero. Paradójicamente, sin preparación esotérica no hay iniciación verdadera, y sin iniciación no emerge el esoterismo. Toda la organización es iniciática, transmitiendo su doctrina a través de una cadena humana que une a los participantes en una dimensión invisible de la verdad. Incorporando ideas rosacruces, esta cadena evoca la "cadena áurea" de Hermes Trismegisto, donde el conocimiento divino fluye ininterrumpidamente, fomentando la búsqueda de la "luz interior" que ilumina el camino hacia la inmortalidad espiritual.
Por asombroso que parezca, la Masonería sigue siendo la vía iniciática suprema en Occidente, recogiendo doctrinas y técnicas ancestrales. Es la fuente de muchos movimientos esotéricos, incluidos los rosacruces, que a menudo regresan a ella en busca de inspiración. La iniciación masónica permite al individuo entrar en esta cadena, transmitiendo un concepto milenario: la comprensión de su naturaleza divina. Así, el iniciado da el primer paso hacia misterios sagrados, liberándose de lo mundano y obteniendo una fuerza capaz de "mover montañas", similar al rosacrucismo– masónico grado 18º que promete el dominio de las fuerzas naturales mediante la voluntad iluminada.
El término "esotérico" proviene del griego esōterikós, significando "interior", y se refiere a conocimientos reservados para unos pocos con percepciones especiales: privados, secretos y confidenciales. En la Masonería, el "trabajo esotérico" alude a elementos rituales que sólo se comunican a miembros cualificados, prohibiendo su divulgación escrita. El esoterismo abarca áreas más amplias, como conocimientos secretos transmitidos a elegidos, técnicas para verdades ocultas en la naturaleza o el hombre —requiriendo experiencias gnósticas—, y corrientes como la filosofía perenne, hermetismo, alquimia, astrología, cábala y teosofía cristiana.
Giacomo Casanova, iniciado en 1750, ofrece claridad en sus memorias sobre esta dualidad. Como él escribió: "Aquellos que se convierten en masones sólo para descubrir el secreto de la orden corren un gran riesgo de envejecer bajo la llana sin realizar su objetivo. Sin embargo, hay un secreto, pero es tan inviolable que nunca ha sido confiado ni susurrado a nadie. Aquellos que se detienen en la corteza externa imaginan que el secreto consiste en palabras secretas o sagradas , signos o en alcanzar el grado más alto. Esta es una visión errónea: el hombre que solamente adivina el secreto de la Masonería pero no da con él , y es que para conocer el secreto no de simplemente adivinarlo , hay que evidenciarlo por uno mismo , y llega a ese punto sólo a través de una larga asistencia en las logias, mediante un pensamiento profundo, comparación y deducción". Esta cita refuerza cómo el esoterismo no es accesible conceptualmente, sino experiencial, alineándose con ideas rosacruces y gnósticas de revelación gradual.
Otra reflexión de Casanova: "El grado de Maestro es ciertamente el grado supremo de la Masonería, pues todos los otros que he tomado son sólo invenciones agradables que, aunque buenas en sí mismas, son ajenas a al Orden y no agregan nada a su constitución fundamental". Aquí, enfatiza la esencia sobre las formas externas, eco de la rosacrucista distinción entre lo exotérico (visible) y lo esotérico (interno).
Finalmente, Casanova advierte: "La Masonería es una sociedad caritativa, secreta y social", destacando su equilibrio entre lo público y lo oculto, y cómo el secreto fomenta la introspección, similar al rosacrucismo que valora la meditación para desvelar la "rosa del alma".
Los Esoteristas Masónicos: Buscadores de Luz
Los esoteristas masónicos son Maestros Masones regulares que, por interés personal, profundizan en grandes preguntas: ¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Adónde voy? Practican introspección ("Conócete a ti mismo"), investigan influencias históricas en rituales y realizan estudios comparativos con otras tradiciones. Buscan más luz a través de humanidades, artes y ciencias, y practican meditación —llave rosacrucista– masónica grado 18º a la iluminación— para lograr paz, creatividad y compasión.
No imponen vistas, evitan conflictos y responden a oposiciones recordando que el esoterismo complementa, no contradice, a las religiones. Como en el rosacrucismo, que integra tradiciones cristianas, judías e islámicas, los esoteristas distinguen especulaciones de hechos, promoviendo tolerancia y fraternidad.
En sí, la Masonería es un camino dual hacia la verdad: exotérico para la moralidad cotidiana, esotérico para la transformación divina. Inspirada en rosacrucismo del
masónico grado 18º, invita a pulir el alma como una piedra bruta, revelando la luz interior que une a todos en armonía eterna.
Alcoseri
