La Frustración del Masón , Segunda Parte

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Alcoseri Vicente

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Jul 5, 2024, 8:39:13 PM (10 hours ago) Jul 5
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La Frustración del Masón , Segunda Parte

La frustración  de no ser quienes queremos ser o estamos frustrados por no ser lo que estamos destinados a ser ¿Quién nos gustaría ser?
La segunda forma de frustración , según destacados masones de décadas en logias , es la que se apodera de nosotros cuando nos parece insoportable no ser el Otro que nos gustaría ser. A diferencia de una persona suicida que al no llegar a ser lo que les gustaría ser se quita la vida, los masones sabemos  cómo permanecer en la vida y tener éxito y lograr lo meta ;  los masones sabemos cómo establecer una conexión con ese Algo o Alguien superior al que llamamos Gran Arquitecto del Universo. E incluso nos construimos en un vínculo fuerte con ese Ser Supremo , contactar con ese  gran Yo que vive dentro de nosotros , que, en muchos sentidos, nos mostró un camino eficaz hacia la autorrealización suprema .
Sin embargo, aquí hay un momento en el que nos rebelamos contra lo que ahora experimentamos como tutela insoportable por parte de este gran Otro que no somos nosotros . De ahí una segunda figura de frustración  que se debe al poder de la envidia y a la influencia de la impaciencia. Esta frustración  es tanto más fuerte cuanto que el vínculo que pudo conectarnos con este YO Superior ha sido y sigue siendo fuerte. Además, la enfermedad de la muerte, nuevamente, esta segunda figura de la frustración  conduce a un segundo escenario mortal, y a una segunda figura de la muerte: el asesinato del Ego.
Este escenario corresponde nuevamente exactamente al segundo gran escenario mortal que encontramos durante nuestro viaje masónico. Lo conocemos durante la primera parte de la ceremonia de ascenso al grado de Maestro Masón. Los tres malos compañeros (o egos) asesinan allí al Maestro Hiram el Yo Superior, porque ya no pueden esperar el reconocimiento de la igualdad legal con él por parte del Maestro. Ahora queremos tener, como él, acceso a las palabras que establecen a los amos como tales.
Sin duda creemos haber adquirido las habilidades que justifican esta afirmación; Por tanto, es aún más injusto que seamos privados de las palabras que así lo atestiguan. Hiram se niega a regalarlos lo que no merecemos . Lo matamos. La muerte ya no es la muerte del yo, es la muerte impuesta a Aquel que te hizo ser. Esta vez nuevamente, al no haber podido desafiar nuestra frustración , mirándola a la cara, nos lleva a la muerte, en este caso al asesinato.
¿Cuál es el remedio propuesto a los siempre posibles malos compañeros, hoy como ayer ? Al igual que en el Grado  de aprendiz, el remedio se encuentra en una reactivación, incluso más fuerte que en el Grado  de aprendiz, de la dimensión simbólica del Ser. Maldad (el doble significado de enfermedad, pero también, en definitiva, Maldad, en definitiva, con letra mayúscula se debe a lo que podemos sacar, una vez más, de relieve un ser de /’Ser. Matamos para ser. Pero al hacerlo, amputamos al Ser y por tanto también nos amputamos a nosotros mismos, necesariamente. De ahí la puesta en escena que se nos ofrece, y el papel que nos vemos llevados a desempeñar en él, para protegernos de esta tentación. Se nos muestra, se nos hace ver, dramatizamos la tentación mortal que podría apoderarse de nosotros como para alejarnos, a través de su exteriorización – verdadera catarsis – el movimiento interno de deseo e impaciencia que bien sabemos ya podría habernos torturado.
La frustración  de la muerte del Maestro Hiram , se muestra en el Sublime grado de Maestro Masón.
Tercera figura de la frustración : la dificultad desesperada de no saber más cómo ser uno mismo. Tercera forma de enfermedad al morir.
El Maestro Hiram está muerto. Fue asesinado. Estamos desesperados por no saber ya cómo ser o cómo convertirnos en nosotros mismos. Desorden. La muerte del Maestro Hiram es la catástrofe por excelencia, pues ya no tenemos al Maestro Guía . Es una pérdida irreparable, es una falta indomable, es un dolor insuperable. Ya no sabemos qué hacer para seguir siendo: ¿deberíamos o no empezar a matarnos a nosotros mismos, o matar a los que mataron al Maestro ? ¿Deberíamos vengarnos para esperar repararnos ? ¿Deberíamos permanecer para siempre en luto y abatimiento ? ¿Cuál es el punto de vivir, de todos modos, ya que el Maestro está muerto ? Pregunta que, dicho sea de paso, y como en bucle, podría devolvernos, además, a la primera figura de la frustración : ¿por qué vivir ?
Como podemos ver, esta nueva forma de frustración  corresponde, una vez más, a uno de los escenarios que nuestro viaje masónico nos invita a profundizar, en este caso en la segunda parte del ritual de exaltación al dominio de si mismos y del entorno . Es el último escenario de la enfermedad « al morir », ya que nos vemos obligados a encontrarla, a reflexionar sobre ella, a simbolizarla y a profundizarla, probablemente porque, en definitiva, es el más difícil de superar. Además, los llamados grados superiores, tras un examen más detenido, se dedican a ello casi en cada grado, según ángulos de ataque que ciertamente siempre son diferentes, pero que, sin embargo, todos se relacionan con el mismo problema: ¿cómo no desesperarnos a pesar de la muerte del Maestro Hiram, una muerte que también es antinatural, buscada, programada y realizada por hermanos ?
La realidad en este mito masónico es que se nos habla que , en nuestra vida , ya por ambiciones, hipocresías , ignorancia , o por efectos de la vida misma , va muriendo nuestro YO ,nuestra Alma se va nublando, esto sin duda es frustrante , ya que  , la energía del Verdadero Ser , nuestro  Maestro Interior, que habita en nosotros es asesinado , pero hay una posibilidad y es la de volver a la vida A Nuestro Verdadero YO, a nuestra Esencia , a revivir nuestra ALMA , y de eso habla el mito de Hiram en el sublime grado de Maestro Masón.
Una vez más, ante esta nueva figura desde la enfermedad hasta la muerte, el remedio masónico prescribe una reactivación de la dimensión simbólica del Ser. Una vez más, nos vemos inducidos a simbolizar lo que se debe hacer ante esta muerte impuesta. Antes estábamos mirando a los asesinos, a nuestros hermanos. Para comprender, para protegernos de su tentación. Ahora bien, el escenario nos obliga, lo que es más importante, a volver a ser actores, decididamente activos y, por tanto, comprometidos con nuestras acciones.
Tema de búsqueda masónica . En esta búsqueda se encuentra el cuerpo del Maestro. Larga caminata. Numerosos vagabundeos, en vano durante mucho tiempo, pero que continuaron al fin y al cabo. Y sin desesperar jamás. Conocemos el resto: el montículo, la rama de acacia, el cuerpo del Maestro encontrado y sacado o exhumado de la tumba. Pero sobre todo, incluso antes de esta recuperación del cuerpo, el redescubierto significado de la existencia, con esta primera palabra formulada simultáneamente ante el macabro descubrimiento del cuerpo del maestro asesinado, pero quién, a pesar de todo, a pesar del cadáver encontrado, se convierte en signo y palabra sagrada de los Maestros Masones.
No es tanto la muerte lo que no tiene esperanza sino la frustración  de no logar nuestro cometido como seres humanos que vinimos a desempeñar una tarea especifica en este vida . Ciertamente, la primera correlación no es falsa, ni mucho menos. Y, ciertamente, como se dice en Masonería, es importante que el Masón trabaje durante toda su vida para  meditar en ello y resolverse a sí mismo. Pero la segunda correlación es incluso más negativa que la primera y más perjudicial; por el contrario, trabajar en ello con perseverancia constituye sin duda la mejor manera de mitigarlo, reducir y superar el sufrimiento de la primera correlación, y por tanto permitirnos vivir a pesar de todo, a pesar de la muerte.
Para realizar este sublime  trabajo masónico, punto común entre la Masonería y el pensamiento reflexivo de cualquier ser humano pensante , es que debemos aprender a huir y desconfiar de  soluciones simplistas. La frustración  es multifacética. Luchado en una de sus formas, puede reaparecer en otra, por lo que debemos aprender a luchar contra la frustración ontológica también en la diversidad de sus formas y figuras, como en su siempre posible circularidad. Porque estos diferentes sucesos de frustración  constituyen una especie de nudo que incluye el los anillos , los nudos  siempre se llaman entre sí, hasta el punto de que nunca debemos descuidar nada,  si queremos escapar de la perniciosa influencia de todas las frustraciones que nos hunden; pero como les decía en la primera parte no debemos entender a la frustración como un algo negativo, sino como un reto a vencer .
Por tanto, desde este punto de vista, el camino masónico también nos enseña esto: la verdad absoluta de la esperanza presupone su necesaria humildad. No puede haber un verdadero masón  sabio, un verdadero maestro masón  que siempre crea que ha acabado con los tentáculos  del oscurantismo , la frustración  y la consternación. Y es, por tanto, sabiendo luchar contra todos juntos y constantemente que podemos reconocer eficazmente al Verdadero Yo Superior que habita dentro de Nosotros , dentro de nosotros hay un Maestro muy sabio , que sabrá guiarnos si es que sabemos escucharlo y permitir que nos guíe .
Como recompensa o última esperanza, y finalmente: llevar a cabo esta obstinada obra de luchar contra las polimorfas de la frustración , es el miedo a la propia muerte, de su verdadera muerte esta vez, que el francmasón  podrá aprender a superar. Sabe que, al igual que el cuerpo vuelto a la vida de Hiram, su vida pasada no dejará de poder seguir inspirando las palabras y compromisos de esperanza en todos sus hermanos de ayer, de hoy y de mañana.
Alcoseri

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