¿Es la Mayéutica el sistema operativo de la Masonería?

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Alcoseri Vicente

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Aug 16, 2025, 7:27:11 PMAug 16
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¿Es la Mayéutica el sistema operativo de la Masonería?

No pasa mucho tiempo que cuando estamos en el proceso de la iniciación masónica, que te des cuenta que la idea de la Masonería, al menos en ese momento de la iniciación , de que las cosas apuntan en Logias Masónicas a un proceso de Mayéutica Socrática, pasan los grados , las Tenidas , los mismos Ágapes y siempre esta presente entre masones la Mayéutica.   

 Ya desde las antiguas tradiciones mistéricas hasta las logias masónicas contemporáneas, se ha sostenido que el verdadero conocimiento surge no de imposiciones externas, sino de una profunda reflexión interior en pos de la verdad eterna. La masonería, como hermandad simbólica dedicada al perfeccionamiento moral y espiritual bajo la guía del Gran Arquitecto del Universo (GADU), encarna esta búsqueda, recordándonos que el hombre es un constructor de su propio templo interior.

En siglos pasados, innumerables pensadores, sabios y masones han intentado desentrañar los senderos hacia respuestas profundas, predicando métodos para iluminar el alma. Sin embargo, esta noble empresa ha generado teorías contradictorias, sembrando dudas y divisiones que oscurecen el camino al conocimiento. En pleno siglo XXI, el materialismo rampante y la lucha por la supervivencia dominan las sociedades, dejando a las personas sumidas en una desorientación colectiva. El ritmo acelerado de la vida, con sus vértigos, miedos y conflictos, erosiona la coexistencia pacífica, transgrediendo límites éticos y endureciendo códigos sociales. El ser humano se ve impulsado en una carrera alienante, persiguiendo metas nebulosas sin pausa, ignorando a quienes quedan atrás y desatando instintos primitivos.

Para mitigar este caos, muchos recurren a escapes temporales como fármacos, alcohol o drogas, que adormecen la conciencia pero incineran el cuerpo y esterilizan el espíritu. Los problemas que nos rodean forman una cadena invisible, donde dramas individuales parecen únicos pero convergen en patrones comunes: corrupción, inmoralidad e insensibilidad que infectan todos los estratos sociales, degradando especialmente a los poderosos. Aquellos que acumulan riquezas a costa de los pueblos, orquestan guerras, perpetran injusticias o pervierten la ley, se convierten en sombras de sí mismos, zombis ambulantes que propagan dolor y sufrimiento. Estos individuos, alguna vez niños inocentes o jóvenes idealistas, tal vez se hayan planteado preguntas trascendentales como "¿De dónde venimos?", "¿Hacia dónde vamos?", "¿Qué es la vida?", "¿Qué es la muerte?" o "¿Qué es el Universo?". Pero estos destellos de curiosidad fueron eclipsados por la dinámica mundana o profana, relegando la introspección espiritual a un segundo plano.

Frente a esta encrucijada, la humanidad del siglo XXI tiene dos vías claras: A) Seguir deslizándose por la ilusión de progreso, una montaña rusa de ascensos falsos y caídas abruptas que culmina en parálisis superficial; o B) Reencontrar la esencia perdida, invocando al GADU para formular preguntas que despierten la conciencia y guíen hacia la luz interior.

Una práctica sencilla y transformadora, alineada con los principios masónicos de autoexamen, consiste en dedicar 30 minutos diarios a la quietud: sentarse en silencio, sin movimiento, reconociéndose a uno mismo al pronunciar el propio nombre como una afirmación de identidad. No de dirigir la mente, sino observarla vagar libremente, permitiendo que los pensamientos emerjan sin control, esto ayuda al  autoconocimiento . Con el tiempo, surge un contacto profundo con el yo interior, revelando resultados positivos. Este sendero, trazado por grandes iniciados en los misterios antiguos —y reflejado en los rituales masónicos—, afirma que todo ser humano puede acceder al saber divino: basta con formular preguntas a la Inteligencia Superior, recibiendo respuestas que brotan espontáneamente en la mente, como gotas homeopáticas de conciencia.

Persistir en esta disciplina fomenta equilibrio, armonía y un estado de felicidad auténtica, nacido del despertar espiritual que cada uno porta como habitante de este planeta. Es imperativo activar este espíritu para evitar su disolución en el vasto universo. Históricamente, el esoterismo —del griego "esôterikos", que significa "interior" o "íntimo", refiriéndose a conocimientos, doctrinas y prácticas reservadas a una élite selecta— ha guardado estos misterios para pocos, ya que el conocimiento es poder y con él se domina a otros. Pero en nuestra era, el esoterismo debe democratizarse, abriendo secretos y sellos a todos los buscadores, permitiendo ascender hacia la plena conciencia y la libertad interior, tal como promueve la masonería en su esencia inclusiva.

Aquí entra en juego la mayéutica socrática, un método simple y accesible que todos podemos entender: se trata de un proceso de "dar a luz" ideas, similar al de una partera que ayuda a una mujer en el parto. Sócrates lo usaba para guiar a sus interlocutores mediante preguntas, permitiendo que descubrieran por sí mismos la verdad oculta en su mente, sin imponer respuestas. Esta técnica resuena profundamente en el contexto masónico, donde las iniciaciones y liturgias rituales operan de manera análoga, extrayendo sabiduría interna a través de interrogatorios simbólicos que despiertan el alma del iniciado.

Platón, en su diálogo Teeteto, describe vívidamente esta mayéutica a través de Sócrates, quien se compara con una partera espiritual. Por ejemplo: "Mi arte de partear tiene las mismas características que el de ellas, pero se diferencia en el hecho de que asiste a los hombres y no a las mujeres, y examina las almas de los que dan a luz, pero no sus cuerpos."

 

 Aquí, Sócrates enfatiza su rol en ayudar a "dar a luz" pensamientos verdaderos. Otra cita clave: "Lo más grande que hay en mi arte es la capacidad que tiene de poner a prueba por todos los medios si lo que engendra el pensamiento del joven es algo imaginario y falso o fecundo y verdadero."

 

 Esto ilustra cómo el método discierne entre ideas ilusorias y genuinas. Además: "El dios me obliga a asistir a otros pero a mí me impide engendrar."

 

 Sócrates aclara que no genera conocimiento propio, sino que facilita su emergencia en otros. Finalmente, al cierre del diálogo: "Pues bien, Teeteto, si después de esto intentas quedar encinto de otras cosas, si logras hacerlo, estarás lleno de cosas mejores gracias al examen que hemos llevado a cabo ahora; si quedas estéril serás menos pesado y más amable para los que se relacionan contigo, pues con sensatez no creerás saber lo que no sabes."

 

 Esta reflexión subraya el beneficio purificador de la mayéutica, eliminando falsas creencias.

En la masonería, esta aproximación socrática se manifiesta en las ceremonias de iniciación y las liturgias de todos los grados, donde las preguntas no son meras formalidades, sino herramientas mayéuticas para que el candidato "dé a luz" su propia comprensión espiritual. Por instancia, en la iniciación al grado de Aprendiz Masón, el Venerable Maestro formula preguntas como "¿Qué buscas en la masonería?" o "¿Estás dispuesto a someterte a las pruebas para conocerte a ti mismo?, ¿Cuál es el Secreto Masónico?", guiando al neófito a reflexionar sobre su motivación interna y el templo simbólico que construye en su alma, similar a cómo Sócrates extrae verdades ocultas. Esto evoca la mayéutica al hacer que el iniciado descubra su potencial moral sin doctrina impuesta.

En el grado de Compañero, las liturgias incluyen catecismos con preguntas como "¿Cuáles son las artes liberales y cómo se aplican a la vida masónica?" o "¿Qué representa el compás en tu búsqueda de equilibrio? ¿Qué es la piedra cubica para los compañeros? , ¿Qué significa la letra “G”? ", que impulsan al masón a extraer significados personales de los símbolos, fomentando un "parto" de ideas sobre armonía y conocimiento. Un ejemplo concreto: el ritual pregunta "¿Por qué viajas del Occidente al Oriente?", llevando al compañero a reconocer su viaje interior hacia la luz del GADU, desenterrando verdades latentes en su conciencia.

En el grado de Maestro Masón, la liturgia se intensifica con interrogatorios sobre la resurrección simbólica, como "¿Qué significa la leyenda de Hiram Abiff para tu espíritu? ¿Qué significan vuestra muerta y resurrección, ¿Qué simboliza la Acacia?" o "¿Cómo reconstruyes tu templo interior tras la 'muerte' simbólica?", que actúan como parteras del alma, ayudando a "dar a luz" comprensiones profundas sobre inmortalidad y virtud. En todos los grados, estos diálogos rituales —a menudo en forma de preguntas y respuestas memorizadas— operan mayéuticamente, evitando intelectualizaciones egoicas y permitiendo que respuestas fluyan desde la Conciencia Cósmica, disolviendo el ego como enemigo distorsionador.

Al aplicar la mayéutica en la mente dirigida a la Conciencia Cósmica, como en las prácticas masónicas, emergen estados desconocidos: paliar enfermedades mediante autoconocimiento, lograr objetivos trascendentes y dominar el yo para una libertad interior plena. En este siglo, el esoterismo masónico debe extenderse libremente, usando estos métodos para elevar la sensibilidad innata y facultades del hombre, construyendo un mundo de hermanos iluminados.

Alcoseri 

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