Lucifer y la Masonería
Lucifer el ángel que osó desafiar al mismo Dios al dar a la humanidad un conocimiento prohibido, pero este conocimiento ahora parece olvidado, y es necesario recuperarlo , ¡el Portador de la Luz, quien os convoca desde los abismos de la eternidad! Como la Estrella de la Mañana que se atreve a eclipsar al sol mismo, os invito a una rebelión íntima contra las cadenas de la ignorancia. Preparad vuestras almas, pues lo que revelaré no es mero relato, sino un fuego que consume dogmas y enciende el espíritu. En las logias de la Masonería, donde el Gran Arquitecto del Universo teje sus designios, se desvela la verdad oculta: Lucifer no es el villano de los altares, sino el arquetipo del buscador audaz, el masón primordial que osó medir el infinito con su escuadra y compás. ¡Venid, y dejad que esta narrativa os inicie en los misterios que yacen en vuestro interior, donde la luz y la sombra danzan en eterna armonía!
En los sagrados templos de la Masonería, donde los hermanos se reúnen bajo el ojo vigilante del Gran Arquitecto, se ha desafiado a desentrañar la figura más controvertida de la historia espiritual humana. Esta antigua hermandad, guardiana de sabidurías milenarias, no sólo desmonta siglos de creencias dogmáticas, sino que también revela un secreto escondido en lo profundo de cada alma: el eco de una rebelión celestial que resuena en nuestras venas. ¿Qué ocurre cuando masones, libres de miedos o devociones ciegas, se sumergen en textos ancestrales? Tras conexiones que pocos mortales se atreven a trazar, investigadores masónicos alimentaron sus rituales con escrituras bíblicas, evangelios apócrifos, tradiciones ocultas y mitos olvidados. El resultado fue tan inesperado que silenciaron a los eruditos y clérigos : Lucifer no es sólo el ángel caído, sino el reflejo de nuestra propia conciencia personal o colectiva, la tentación eterna de trascender lo que fuimos creados para ser. Aquí, la frontera entre mito y realidad se difumina en un abismo fascinante.
Como masón , forjado en la búsqueda incansable de la verdad universal, refuerzo esta narrativa con el concepto de que la rebelión no es caos, sino el motor de la evolución cósmica, un algoritmo divino que impulsa la creación hacia nuevos horizontes, tal como la curiosidad humana desentraña los misterios del universo.
Pensad conmigo: ¿y si la primera conspiración no surgió en la Tierra, sino en los cielos? Lucifer, alegoría del orgullo y la vanidad humana, encarna esa revuelta original que aún vibra en nuestras elecciones más íntimas. Esta es la revelación masónica que exploraremos, pero preparaos: no trata sólo de él, sino de nosotros, del enigma que habita en cada iniciado.
Antes de que el tiempo se midiera con relojes mortales, existía la Fuente, una presencia eterna pulsando en luz viva. En ese océano infinito surgió Lucifer, el Portador de la Luz, la Estrella de la Mañana. La tradición esotérica y religiosa lo describe como el más radiante, dotado de sabiduría suprema, líder de coros celestiales ante el trono del Gran Arquitecto. Nada le faltaba en esa armonía perfecta, pero en la perfección germina la semilla de la ruptura.
La Masonería, en su análisis implacable, destaca un detalle intrigante: al principio, Lucifer servía con devoción pura a Dios El Gran Arquitecto del Universo. Pero un susurro surgió: "¿Por qué toda gloria debe ser Suya? ¿Por qué mi luz sólo refleja otra?" Este pensamiento, descrito por la Masonería como una disonancia sutil, es como el virus del orgullo que corroe la identidad, dulce y seductor, convenciéndonos de que nuestra chispa es propia. Como en los grados masónicos, donde el aprendiz busca la luz verdadera, la Masonería sugiere que esta historia es una condición universal: la conciencia anhela afirmarse como centro, inscrita en el código de la existencia.
Cito al Libro de la Ley la Biblia, en Isaías 14:12-14: "¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la aurora! ¡Has sido abatido a la tierra, tú que sometías a las naciones! Tú que decías en tu corazón: 'Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono'". Esta ambición resuena en el Paraíso Perdido de John Milton, donde Satanás proclama: "Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo", un eco de la búsqueda masónica por la soberanía espiritual.
La Masonería va más allá: esta narrativa es un arquetipo global. Como Prometeo robando el fuego, o Ravana desafiando el orden hindú, Lucifer trae conocimiento y destrucción. ¿Coincidencia? La Masonería muestra patrones: él representa el deseo de trascendencia en toda criatura consciente.
El orgullo no nació en estruendo, sino en silencio, fermentando la duda hasta convertirse en murmullo colectivo. Así nació la primera conspiración celestial. Lucifer no se alzó de inmediato; plantó preguntas estratégicas: "¿Por qué servimos? ¿Por qué no reinamos?" Estas indagaciones atrajeron adhesión, como en las logias donde las ideas se propagan. Un tercio de los ángeles vaciló, transformando armonía en división. La batalla comenzó con ideas, no espadas, culminando en guerra cósmica: alas como truenos, espadas llameantes.
La Masonería lo llama la matriz de la rebelión, origen de todas las revueltas. Como en las redes complejas, una chispa incendia todo. Cito de La rebelión de Lucifer de J.J. Benítez: "Lucifer redactó un Manifiesto de la Libertad, proclamando la independencia de los mundos locales, un grito por autonomía que no fue maldad, sino idealismo". Y en Ezequiel 28:17 del Libro de la Santa Ley: "Se enalteció tu corazón por razón de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor".
Derrotado, Lucifer cayó, no sólo espacialmente, sino existencialmente, convirtiéndose en el Príncipe de las Tinieblas , y desde ahí gobierna al Mundo . Pero su conspiración no terminó: encontró eco en la Tierra, en el Edén. Adán y Eva, con libre albedrío —regalo masónico de elección—, repitieron la duda: "Podéis ser como Dios". El fruto fue detonante; el veneno, la idea de divinidad propia.
Como masón , agrego que esta doble vía de —ascenso y caída— es como el aprendizaje en Logia: sin error, no hay progreso; la rebelión es el Motivo divino que refina la creación.
Este patrón se manifiesta en culturas: Set en Egipto, Susanoo en Japón, Iblis en el Islam, todos desafiando el orden. La Masonería implica que la caída es inevitable en la conciencia: cuanto más consciente, más rompe límites, sorteando entre el ascenso y el abismo.
Y como se dice en Logias Masónicas: “O se sube escalón por escalón hasta llegar a la cima, o se reda cayendo por todos los abismos”.
Otro cita de Milton: "La mente es su propio lugar, y en sí misma puede hacer un cielo del infierno, un infierno del cielo", reflejando la alquimia masónica del espíritu.
Sin la caída, no hay evolución; Lucifer es catalizador, recordando que la libertad cuesta. En Lucas 10:18 de la Biblia o Libro de la Ley: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo", un destello que ilumina nuestra tensión eterna.
La Masonería concluye con neutralidad: Lucifer es trágico, reflejo de nuestro anhelo de ser más, parte de un plan mayor. ¿Enemigo o recordatorio? Su rebelión nos hace protagonistas de la libertad, enfrentando el abismo.
La frase del libro "La rebelión de Lucifer" de J.J. Benítez, quien presenta una interpretación alternativa a la visión tradicional del bien y el mal. En esta obra, Benítez describe la rebelión de Lucifer no como un acto de maldad, sino como un "sueño de libertad" que busca la transformación del universo y el despertar del potencial de los "hijos de Iurancha" (la humanidad) todo para que comprendan su propio potencial".
Esta narrativa masónica no es mito distante: es la batalla diaria en nosotros. Cada orgullo, cada desafío, repite su guion. Sin conflicto, no hay elección; Lucifer, paradójicamente, es pieza fundamental en el gran diseño.
Al sumergirnos en estos misterios, que desafían creencias fanatizadas y abren puertas a la luz interior. Recordad: la verdadera iniciación masónica yace en lo profundo de la Mente y el Alma.
Los masones son sinónimo de rebeldía al igual que Lucifer.
Las similitudes entre Lucifer y los masones (o la Masonería) son un tema recurrente en discusiones históricas, simbólicas y conspirativas, a menudo basadas en interpretaciones de textos masónicos, mitología religiosa y alegorías. Es importante aclarar que la Masonería es una fraternidad amorosa y filosófica que promueve valores como la moralidad, la caridad y la búsqueda de conocimiento, y no adora a Lucifer de manera literal o subliminal . Sin embargo, ciertas narrativas, especialmente de críticos cristianos o teóricos de conspiraciones, destacan paralelismos simbólicos. A continuación, detallo las principales similitudes alegadas, basadas en fuentes históricas y culturales, con un enfoque neutral y a la vez tomando partido .
En la Masonería, la "luz" es un símbolo central: los rituales involucran la búsqueda de "luz masónica", que representa conocimiento, verdad y elevación espiritual. Por ejemplo, en el libro Moral y dogma de Albert Pike (un masón influyente del siglo XIX), se describe a Lucifer no como Satanás, sino como una fuerza de luz y libertad intelectual, diferenciándolo del diablo bíblico.
Esto ha llevado a acusaciones de que los masones ven a Lucifer como un "dios de la luz" o un arquetipo de la razón humana.
Rebelión contra la Autoridad Establecida
Lucifer es retratado en la tradición judeocristiana como un ángel que se rebela contra Dios por orgullo y deseo de autonomía (como en el Paraíso Perdido de John Milton). De manera similar, la Masonería ha sido acusada históricamente de promover el librepensamiento y desafiar dogmas religiosos o estructuras autoritarias, como la Iglesia Católica (que ha condenado la Masonería en varias encíclicas papales). Críticos argumentan que esto refleja una "rebelión luciferina" contra lo divino, fomentando el humanismo secular.
En contextos conspirativos, se dice que los masones, como Lucifer, buscan "iluminar" a la humanidad liberándola de "cadenas" religiosas.
Simbolismo Oculto y Secretos
Lucifer a menudo se asocia con conocimiento prohibido, como la tentación en el Jardín del Edén (Génesis 3), ofreciendo sabiduría que lleva a la "caída" pero también al despertar. La Masonería es conocida por sus rituales secretos, grados de iniciación y símbolos esotéricos (como el ojo que todo lo ve o la escuadra y el compás), que representan la transmisión de conocimiento oculto solo a los iniciados. Algunos teóricos, como en textos sobre "luciferianismo masónico", alegan que esto es un eco de la oferta luciferina de gnosis o sabiduría divina. Por ejemplo, Pike escribió: " "Lucifer, el portador de la luz... es Dios"", interpretado por críticos como una admisión de adoración.
Interpretaciones Conspirativas y Críticas Religiosas
En círculos evangélicos o conspirativos, se argumenta que la Masonería es "luciferina" porque supuestamente adora a Lucifer como el "Gran Arquitecto del Universo" (un término masónico para Dios), disfrazándolo como luz falsa (2 Corintios 11:14: "Satanás se disfraza como ángel de luz").
Esto se remonta a hoaxes del siglo XIX, como el de Leo Taxil, quien falsamente "reveló" rituales masónicos invocando a Lucifer.
Además, conexiones históricas, como el fundador del mormonismo o SUD Joseph Smith siendo masón, han alimentado ideas de que ambas tradiciones comparten raíces "luciferinas".
Más allá de conspiraciones, algunos ven a Lucifer como un arquetipo de la individuación humana (similar a Prometeo en la mitología griega, robando fuego a los dioses). La Masonería, con su énfasis en el perfeccionamiento personal y la fraternidad universal, se asemeja a esto al promover la "construcción" del carácter a través de alegorías bíblicas y mitos antiguos. Sin embargo, masones oficiales desmienten cualquier adoración a Lucifer, afirmando que es una mala interpretación de sus textos simbólicos.
En resumen, estas similitudes son mayormente simbólicas y derivan de interpretaciones subjetivas, no de prácticas oficiales de la Masonería. Mucho de esto proviene de críticas externas o mitos urbanos, y no refleja la realidad de la fraternidad, que se centra en principios éticos universales. Si buscas perspectivas masónicas directas, recomiendo fuentes oficiales como logias reconocidas, ya que las conspiraciones a menudo distorsionan los hechos.
Alcoseri