Hombre Despierto

[Orlando Palacios]

*El Mito del Hombre Despierto* 

Uno de los mitos más perniciosos que viene del este es que un hombre despierto está al nivel de Dios y cada palabra que dice es divina. Esto ha llevado a mucho abuso psicológico y físico.

El Sr. Gurdjieff se esforzó por mostrar sus defectos y debilidades. No ocultó sus flaquezas detrás de un círculo íntimo de facilitadores.

Me encanta el comentario de Fritz Peters sobre el Sr. Gurdjieff: «Era el ser humano más sensato, lógico, interesante, benevolente, sabio, grosero, obsceno, divertido y completo que jamás he encontrado en mi vida.»

El Sr. Gurdjieff decía que era fácil pretender ser perfecto... si estabas recluido en un monasterio —pero saca a un monje y verás lo mal que se las arregla en el mundo.

Mientras tengamos un cuerpo, tenemos un yo mineral, un yo metálico, un yo vegetativo, un yo invertebrado y un yo vertebrado / hombre-máquina.

Y si podemos desarrollarlos: un yo consciente / mentalmente consciente y un yo despierto.

Realmente somos más como un edificio de apartamentos que una casa de tres pisos. Quita un piso y el edificio se derrumba.

Incluso podemos tocar el borde de lo Divino y entrar en una relación nupcial con el Divino Esposo en el nivel más alto de nuestra posibilidad.

Pero solo Dios es perfecto.

Y aún así, Dios está sujeto a una ley, la Ley de la Unidad.

Mientras que Cristo/el Santo Reconciliador está sujeto a tres leyes.

Y el Santo Negador/Santa Femenina a seis leyes.

El hombre despierto está limitado por 12 leyes. Pero sólo en su nivel más alto. Porque aún tienen un cuerpo que abarca toda la Creación terrenal. Y no puede dejar de respirar, o defecar, o sangrar, o enfermarse.

Rodolfo Valentino, la estrella del cine mudo, murió cuando su vejiga se rompió, porque no quería que sus fans lo vieran yendo al baño.

El Sr. Gurdjieff se negó a permitir que sus estudiantes idealizaran su vida.

Admitió tener insomnio y episodios de oscuridad (el yo consciente / mentalmente consciente es el reino de algunas emociones extremadamente polarizadas). 

Nunca negó la paternidad de ninguno de sus hijos ilegítimos. Nunca mintió sobre sus madres porque sus madres de repente se convirtieran en recordatorios inconvenientes. Pero los acogió en su círculo mientras vivió.

Nunca mintió a sus amantes, ni las manipuló, ni hizo promesas floridas, ni dijo que eran almas gemelas, ni prometió que acostarse con él les permitiría entrar en el _sanctum_ interior. Tampoco las acosó, ni las dominó, ni se impuso sobre ellas. Aunque fue brutalmente honesto y dijo que el sexo era solo sexo.

Fabricó conflictos y ahuyentó a todos y cada uno de sus estudiantes más avanzados (a veces porque necesitaban valerse por sí mismos y a veces porque hacían su vida demasiado cómoda). Le dijo a la tía de Fritz Peters que afirmara que Fritz era un pervertido sexual para romper su adopción y que Fritz pudiera regresar a América, algo que provocó que el padrastro de Peters se divorciara de su madre y que su madre lo mirara con horror.

Cuando los de Hartmann se negaron a dejarlo, les dijo algo tan terrible sobre Thomas de Hartmann, que Thomas de Hartmann se negó a hablar con él nuevamente, incluso cuando se le invitó a hacerlo años después.

Hablaba abiertamente sobre el hecho de que había personas a las que «odiaba objetivamente». Y habló de la importancia del «odio objetivo». Dejó muy claro que hay líneas que deben trazarse. Cosas que deben condenarse. Posturas que deben tomarse. Y que a veces tenemos el deber de odiar al pecador porque es muy odioso.

Mucha gente piensa que cuando su líder espiritual se tira un pedo, huele a perfume. Estoy seguro de que los pedos del Sr. Gurdjieff apestaban.

Y, sin embargo, creo plenamente que no era solo un hombre despierto, no solo un Hombre # 5, sino un # 6.

Hay demasiada mierda, demasiada pretensión, demasiadas mentiras, entre las personas que dicen ser espirituales. Pero todo lo que tienes que hacer es presionarlos para ver caer la máscara.

Todos necesitamos limpiarnos el culo. Todos necesitamos ducharnos para quitar la suciedad de nuestro cuerpo. Todos eructamos, nos tiramos pedos, vomitamos, sangramos.

Como proclamaba el título de uno de sus libros: «La vida es real sólo entonces, cuando yo soy».

Así que reflexiona sobre lo que significa ser un hombre real y no un «hombre» entre comillas.

 *Allan* *Clews*