Como un niño con pelota nueva

[Navarrete]

Pues sí. Así me siento esta noche. Como cuando me regalaban un balón
nuevo. Emocionado, excitado y deseando bajar a la calle a pegarle
cuatro zurdazos.

De aquí a tres semanas me caen treinta y un años pero, como cada año,
el día anterior al comienzo de la liga me pongo contento. Nueva
temporada, nuevas ilusiones, nuevos objetivos y, sobretodo, en el
horizonte, la esperanza de vivir maravillosas experiencias a vuestro
lado.

Hoy es viernes y, probablemente, mañana a estas horas esté molido,
pero seguro que ya estaré pensando en el próximo sábado. Y así hasta
que el cuerpo aguante.

De todas, esta temporada es especialmente ilusionante para mí por
varias razones.

En primer lugar, porque con la refundación de los equipos muntaneriles
me he convertido en uno de los responsables del senior A, la cual
cosa, a pesar de las posibles complicaciones, me provoca un estado de
moderada esperanza ante el futuro. La respuesta ha sido positiva y la
gente está trabajando bien y con ganas.

En segundo lugar, porque me gusta la composición del senior B. Es
verdad que puede que nos falte calidad y que probablemente las bajas
de Puyi, Dani y Desi se dejen notar pero creo que el equipo que ha
quedado dará guerra. Un equipo de gente luchadora y con orgullo que va
a hacer que vuelva a disfrutar del espíritu de equipo sobre un terreno
de juego, aunque sea en tercera.

Por último, y aunque fuera del ámbito del Muntaner, vuelvo a
ilusionarme con un equipo de enanos. Son los alevines de Bellsport,
grupo del que voy a poder disfrutar esta temporada y que promete darme
muchas alegrías, sobretodo por la capacidad de aprendizaje que
muestran los críos. Es muy satisfactorio ver como niños de diez y once
años son capaces de entender lo que les dices y de ponerlo en
práctica. Y no hablo sólo de fútbol. Os hablo de ver cómo aprenden a
respetar al compañero, a respetar a los rivales y a manejar sus
propias frustraciones y deseos para que el grupo funcione. En el
fondo, lo que se pretende en el proceso formativo, aquello que el
deporte aporta, son herramientas al niño para manejarse en la vida de
una forma positiva, constructiva y cooperativa.

Si hay algo que amo del fútbol es su capacidad intrínseca para
potenciar la solidaridad entre los miembros de un grupo, algo que nos
hace trabajar por algo que está por encima de nosotros mismos, una de
las sensaciones más especiales que se pueden experimentar.

Con Sidonie de fondo y el partido de la tarde a la vuelta de la
esquina es imposible no dejarse llevar por el pálpito existencial y
por la reflexión acerca de qué es importante y qué no tanto. Y como
para mi el Muntaner es una especie de terapia vuelvo a la carga con
ánimo renovado y con ganas de vivir la novena temporada de federados
en vuestra compañía.

Cómo me gusta el verde de vuestra mirada...