Navarrete
unread,Jun 13, 2009, 9:26:36 PM6/13/09Sign in to reply to author
Sign in to forward
You do not have permission to delete messages in this group
Either email addresses are anonymous for this group or you need the view member email addresses permission to view the original message
to Sangre Verde
Otra vez frente a la pantalla del ordenador a horas intempestivas,
horas que, seguramente, serían más apropiadas para estar durmiendo o,
en su caso, para estar tomando una copa en buena compañía.
El motivo de mi nueva aparición en este foro de debate, intercambio de
ideas o lo que quiera que sea el grupo de Google, es el simple deseo
de dar las gracias.
El pasado jueves, en la pista del cole, en nuestra pista de cemento,
donde tanto dinero en zapatillas hemos gastado, me volví a dar cuenta,
digo me volví a dar cuenta porque, en ocasiones, lo pierdo de vista,
de que formar parte de este equipo no ha hecho más que darme
felicidad.
Eran las ocho menos cuarto de la tarde y hacía mi mochila en casa.
Ritual recurrente en mi vida. Sabía que en unos minutos iba a empezar
a saldar parte una deuda que durante años he ido acumulando. Esa
deuda, que creo impagable, la empecé a contraer el día en que
Santiago, el Chueca, me dijo que me haría cargo del Infantil del
Muntaner. Más de una década después entiendo que, por más que
quisiera, nunca podría devolver todo lo que he recibido de este grupo
de gente. Hoy, sentado frente a la pantalla de nuevo, no me queda más
que daros las gracias por haber sido una parte esencial de mi
felicidad. Esto es tremendamente cursi. Soy consciente. Pero es que
entre cargos directivos de la Generalitat y recursos administrativos
me ha venido a la mente la foto que nos hicimos el jueves por la
tarde.
En esa foto, que voy a enmarcar y a colocar en un lugar preferente de
este estudio, estabáis muchos de vosotros. Estaba Felipe, alguien que
conocí a la corta edad de tres años, alguien que, a pesar de su pose
distante, guarda una sensibilidad que, a veces, me llega a asustar.
Estaba Javi Suárez, un amigo que hice ya algunos años y que debería
estar partiéndose la cara con nosotros en la pista. Porque nunca has
abandonado el equipo. Por lo menos, no el mío. En la foto del jueves,
la foto que hicimos ya con poca luz, estaba Manel, Pedro y Yeyu, tres
personas que, casi sin hacer ruido se fueron colando en mi vida.
Pedro, siempre con un tema del que hablar, por el que siempre me he
sentido apoyado, sobretodo cuando me jodí el tobillo y pensaba que
poco fútbol me quedaba. Aunque nunca te lo he dicho, me ayudó tu
confianza en mí. Te tengo mucho cariño. Como a Yeyu. No sé si es que
en los últimos tiempos hemos tratado más que nunca o si, ahora que
hablamos más, descubro cosas de ti que me sorprenden gratamente. Y de
ti Manolo, qué decir. Tienes ganado mi corazón desde hace mucho tiempo
pero ahora, desde que tienes horario flexible en el curro y te veo
más, estoy descubriendo que tú también amas a este equipo de
pescozones. Me gusta como piensas y, sobretodo, me gusta como dejas
pensar.
Las fotos, como las imágenes que guardamos en la memoria, son partes
de una historia. La historia del Muntaner que, de forma caprichosa,
vuelve sobre sí misma. Una historia llena de protagonistas. Una
historia que, como todas las historias, tiene sus héroes y sus
villanos. Muchas veces pienso que, en el Muntaner, más que héroes, lo
que hay es un superhéroe. Y lo digo en serio. Pienso en ti, Fernando.
No hemos compartido más que dos temporadas, la 2001/2002 y la
2008/2009. No he necesitado más para admirar tu predisposición y
actitud. Creo que me pongo pesado y acabo llegando a los mismos puntos
por los que ya pasé hace tiempo pero, como todo, imagino que esto
también tendrá su sentido. Lo que quiero decir es que has sido como un
soplo de aire fresco en nuestra casa, alguien que trabaja para los
demás sin quejarse, alguien que siempre se ofrece, dispuesto y
disponible. Más de una vez he pensado que debes ser un ejemplo para
los más jóvenes.
En las fotos siempre se sonríe. En las fotos hay personas que, como yo
mismo, tratamos de poner nuestra mejor cara, esbozando una sonrisa
poco natural que nos hace parecer unos gilipollas de tomo y lomo.
Otras personas sonríen de forma espontánea. Como Dani. Como Desi. Qué
grandes fichajes. Qué contento estoy de haberos conocido. Habéis sido
grandes notícias para el Muntaner. Me gusta la pareja que hacéis.
Dani, mi eterna promesa, alguien en quien confío de una forma
absoluta. Y no por tu técnica, ni por tu zurda de seda, sino por tu
corazón de oro y porque eres un sentimental de los cojones que muchas
veces se esconde detrás de las bromas del niño de Horta. Sabes que me
meto contigo porque te quiero una jartá. Igual que a Desi, al que
después de varias temporadas no he visto ni una mala palabra, ni un
mal gesto. Alguien que me parece un trozo de pan.
En la foto del jueves también estábais vosotros, mis pupilos. Los
niños que he visto crecer. Estaba Santi, el gallego más raro y, a la
vez, más especial que he conocido. Estaba Juan, la persona con más
palique del hemisferio norte, alguien con el que apetece irse de cañas
sólo para que te alegre el día. Estaba Javi, uno de los grandes
cómicos que todavía no ha pisado el Club de la Comedia y con el que
soy totalmente incapaz de ponerme serio. Me desarmas. Tus salidas
siempre me han hecho perder toda la autoridad que creía tener sobre
vosotros. Y estaba Rubén, el tío que más bipolar me ha hecho sentir en
un terreno de juego. Amor, odio. Seguro que amor, pero también
frustración por no ser capaz de haber sacado de ti lo mejor que puedes
llegar a dar.
Y por último, y no por ello menos importante, el futuro del senior A
del Muntaner. Genís, Raúl, Abel y Álex. Personas en las que se va a
sustentar el nuevo proyecto verde. En la fuerza de juventud del Ginés,
alguien que ha aguantado con cara de póker bajar día tras día con la
mochila llena de ilusiones por divertirse jugando un partido y que ha
acabado chutando doblespenaltis porque no éramos más de cinco. Gracias
por no perder la esperanza. Como Raúl, que ha aguantado un equipo de
mantas que no ha evitado que lo bombardeen partido sí y partido
también. Raúl, te queremos. Y yo sé que tú también nos quieres. Igual
que nos quiere el negro Abel, futuro capitán del Muntaner y tío cagón
por naturaleza. Cagón por no tomar la responsabilidad que su calidad
le exige. Cagón por no poner a más de uno en su sitio cuando la
ocasión lo requiere. Cagón desde que eras un crío. Pero maravilloso
jugador de fútbol sala. Ni Chocho Mari, ni Medina, ni ná. No he jugado
con nadie mejor que tú. No he compartido pista con alguien con más
talento para esto del fútbol. Ya está bien de cagarse.
He querido dejar para el final a Álex. Para mí, eres un diez. En la
pista y fuera de ella. Y a medida que te haces mayor me pareces mejor.
Creo recordar que fue por estos parajes de internet donde expresé por
primera vez lo poco justo que había sido contigo a la hora de repartir
elogios. En aquel momento quise dejar las cosas en su sitio. Hoy,
puede que más de un año después no me cabe otra cosa que reafirmar mis
palabras. Es un auténtico placer compartir vestuario contigo. Por tu
sentido del humor, por tu buen rollo, por tus pases al pie, por tu
visión de juego, por tu extraordinaria capacidad de soltar metano por
el culo cada dos minutos. De verdad, es un placer.
La voy a enmarcar. Pero antes necesitaré el fotochop. Porque me falta
gente. Me falta Ciriaco, me falta Castro, me falta el puto Gavilán, me
falta David, Salvi, Jordi, Xiscu, Lauri, Antonio, Pepe, el gran
Bonano, mi amor platónico, Sergio Medina, me falta Garcés, Víctor
Andreu, Iván, Valentín, Víctor, Santi, Guillén, Juanjo, Álex Santos,
Vicente, Nene, García, Roberto, Nano, Chocho, Chueca Junior y
Chuequilla, Jordi, Óscar, Eli y aunque sé que me dejo a algunos (lo
siento, es tardísimo) del que no me voy a olvidar nunca va a ser del
Tato.
Gracias. Sois los mejores.