Es realmente extraordinaria la visión del cineasta Nazer Khemir
(también pintor y escritor) evidenciada en esta película, en la que ha
logrado plasmar el mensaje intrasmisible del sufismo, vertiendo en
cada una de las escenas simbolismos a raudales, metáforas
trascendentales de las más finas vivencias espirituales, sin descuidar
ningún detalle ni en cuanto al guión o a la escenografía, la estética,
la música seleccionada y los silencios, conformando la más elevada
expresión de la auto-realización sufi y de la expansión de la
conciencia.
Es una de las mejores películas que he visto en muchos años, en cuanto
a este género cinematográfico (cine espiritual) -drama-.
El director de cine, Nazer Khemir, con esta película Bab 'Aziz: El
Sabio Sufi, ha hecho un enorme aporte de belleza poética y excelsa
filosofía a los buscadores del profundo sentido de la vida
incentivándolos a restablecer la conexión verdadera con lo esencial.
Esta película se puede ver numerosas veces, y cada vez se descubren
nuevos significados.
... Aon
Director: Nacer Khemir
Guión: Nacer Khemir
Tonino: Guerra
Fotografía: Mahmoud Kalari
Música: Armand Amar
Montaje: Isabelle Rathery
Distribuidora: Karma Films Spain
El príncipe que se convierte en derviche tras contemplar su alma en el
agua, ocurrido en el desierto central de Irán y Túnez. Quien deviene
en un sufí anciano llamado Bab'Aziz.
Una niña llamada Ishtar.
La gran reunión de derviches para celebrar el momento en que
desencarna el anciano maestro y se fusiona con la existencia inmortal.
Zaid, cuyo canto hizo que recuperara a su amor perdido.
Nour, la amada.
Osman que cayó en el pozo de la ilusión.
El derviche pelirrojo, el mago shamán del desierto.
Hussein, el de la mezquita.
Hassan, el de la taberna.
ver en:
http://www.dailymotion.com/video/xc5doh_babaziz_shortfilms
¡Ay, Hassan, Hassan!, quién pensaría que tú, que frecuentabas la
taberna y que jamás habías entrado en una mezquita, que tenías como
única meta en la vida perseguir a un mago derviche pelirrojo por haber
ayudado a tu hermano a realizar su sueño, serías quien heredaría la
ropa y el bastón del anciano derviche ciego Bab'Aziz después de su
muerte, como símbolo de la mayor riqueza espiritual sufi, que además
representa la sabiduría y el espíritu del maestro o guía de la
conciencia, del misma manera en que el propio Bab'Aziz recibió esas
ropas y ese bastón del sabio derviche que lo cuidó cuando de joven
había sido un príncipe contemplando su alma reflejada en un pequeño
oasis del desierto.
¡Ay, Hassan, Hassan!, hasta debieron despojarte de tu vestimenta en el
desierto para que pudieras recibir ese enorme obsequio de la
existencia, el de ser heredero y custodio de una tradición
espiritual. Pero estabas dormido y te quejabas por estar sin ropas
sin saber nada de tu maravilloso destino. Así que quien te robó, no
lo hizo en realidad, sólo te estaba señalando el rumbo para llegar
desnudo ante tu maestro. Tuvieron que quitarte la ropa para que
pudieras vestir las del maestro sufi y recibir el bastón del saber
ancestral... pero, ¿dices que tienes miedo a la muerte? pues, por
ello mismo eres el elegido.
Todos esperaban que Hussein, quien dedicó su vida a rezar en la
mezquita, fuera el sucesor, pero no. Tal vez podría haber sido Zaid o
la misma Ishtar, pero no. Incluso hasta el mismo Osman que al fin
despertó de su sueño, pero tampoco. Quien lo mereció resultó ser el
menos esperado de todos, fue aquel que estaba completamente perdido
para aquellas personas que razonan superficialmente, fue aquel que se
encontraba en apariencias más alejado de Allāh, aquel que andaba como
un loco por el desierto creyendo saber lo que buscaba, hasta casi
morir.
Tan perdido estaba Hussein como pareció estarlo el príncipe ante los
ojos de la gente, pero el príncipe no se había perdido sino que se
había encontrado a sí mismo.
Así es, quienes se han perdido para el entendimiento de todo el mundo,
son quienes más cerca de Allāh están, quienes más perdidos se
encuentran en el plano de los mortales más enraizados están en el
plano de lo divino.
Bab'Aziz inició en el camino derviche a su nieta Ishtar, porque ella
también se perdió en el desierto. Ella también siguió a su gacela, la
conciencia iluminada. Ella también llegó a amar finalmente el ser un
caminante del desierto y el ser una bailarina en trance de la danza de
la conciencia.
Amar la arena y el fusionarse con ella es la senda de todo caminante
espiritual.
No como Osman que quería escapar de seguir siendo un portador de arena
tal como lo fueron sus antepasados, y así fue grande su desengaño
cuando experimentó el sabor de la ilusión, pero al fin él también
danzó el giro sufi porque gracias a su ilusión también él recuperó el
amor por el desierto, seguramente para reencontrarse con su alma a
igual que el príncipe la halló o del modo como Zaid lo hizo
representada en Nour.
Porque, en última instancia, el amor es la más grande alquimia de
fusión con la esencia del cosmos y de la existencia.
Todos los que estaban preparados fueron convocados a la gran reunión
del desierto para la celebrar la partida del anciano maestro sufi,
Bab'Aziz, el príncipe que contempló su alma y se volvió derviche.
¡Gracias, Nazer Khemir!
... Aon
Algunos de los símbolos:
Adentrarse en el desierto, un abuelo y su nieta, la gran reunión, la
gacela, el caballo, el medallón dorado del príncipe, los dos pozos de
agua donde cae Osman, los dos triángulos superpuestos dibujados en una
tela, los dos cuadrados superpuestos en el piso, el mandala de once
pétalos, el sahumador, la tienda en el desierto, caminar sin rumbo en
el desierto hacia una meta en común, la iniciación, el traspaso de la
sabiduría ancestral, y una gran cantidad de situaciones que
representan aspectos psicológicos y metafísicos del ser.
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ver en:
http://www.dailymotion.com/video/xc5doh_babaziz_shortfilms
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