Para los que hacemos esta revista, Axolotl es el lugar donde nos sacamos nuestras ropas cansadas de rutina y hasta nos permitimos olvidar por un rato las reglas de la unidad de efecto, las urgencias del ritmo o la métrica. Cada número es el jardín (o el jardin des plantes…) donde sacamos a jugar lo que más nos gusta de la Literatura.
Con ese espíritu, Axolotl se renueva, actualiza su sala de máquinas. Acompañando los rediseños de los últimos años finalmente queremos un mayor contacto con nuestros lectores, compartir con ellos opiniones, acercarlos. En una época donde todo se interconecta, el axolotl asoma tímidamente sus ojitos al ras del agua. No quiere resignar el remanso de paz de la pecera, pero quiere ver el mundo, conocer otros horizontes.
A las secciones tradicionales se suma esta pecera de actualización más frecuente con notas de interés literario y anuncios de la actividad de los axolotes que creamos estas páginas. De esa manera, el contacto será más fluido con nuestros lectores durante ese tiempo de espera ansiosa entre un número de la revista y el próximo.
El axolotl ha dormido una larga siesta sabática, quizá —creemos— sea una costumbre de este raro animal. Pero ahora que renovamos el agua de la pecera ya no tiene excusas, todavía con ojos de sueño parece confirmarnos que sí, que este año sí es el año del Axolotl. Seguramente, ustedes estarán de acuerdo.
La presente edición incluye todas las columnas permanentes, obras recibidas, narrativa, poesía, especiales, destacado y se presentan nuevas secciones.
Los invitamos a leernos y a enviar colaboraciones para este 2010.