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Daniela Constanza Behrens

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Mar 18, 2017, 9:48:28 AM3/18/17
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La American Academy of Pediatrics recomienda advertir a adolescentes y padres que la marihuana no es inocua

Norra MacReady

 | Conflictos de interés09 de marzo de 2017
 

A medida que cambia la situación legal de la marihuana, los pediatras deben orientar a los adolescentes y sus padres sobre su potencial dañino, señalan los autores de un nuevo estudio clínico de la American Academy of Pediatrics.[1]

Pese a la percepción de muchos adolescentes y sus padres, de que la marihuana es una droga relativamente benigna, ésta posee riesgos reales que pueden tener un efecto crónico sobre la salud y la función del individuo, escriben la Dra. Sheryl A. Ryan y el Dr. Seth D. Ammerman y sus colaboradores, en el informe clínico publicado el 27 de febrero en la versión electrónica de Pediatrics.

El Dr. Ammerman manifestó a Medscape Noticias Médicas que un aspecto clave de la inquietud acerca de la droga consiste en "el efecto de su uso sobre el desarrollo del cerebro".

Asimismo, se tiene el temor de que los niños más pequeños puedan estar expuestos a la marihuana a través de comestibles, como los pastelillos que tal vez existan en el hogar. Ya se han dado a conocer algunos informes de niños con sobredosis producidas de esta manera en estados donde la marihuana es legal.

En consecuencia, actualmente "a muchos pediatras se les cuestiona: '¿es inofensiva la marihuana?'"

El estudio brinda a los médicos información para responder al cuestionamiento. Aborda los efectos que el uso de la marihuana tiene en los adolescentes, y ofrece recomendaciones para llevar a cabo intervenciones breves en el consultorio, dirigidas a identificar a usuarios problemáticos y ayudarlos a suspender el consumo de la droga.

También proporciona una lista de 10 temas de conversación que los pediatras deben recordar al hablar con padres y adolescentes. Tales temas resaltan el carácter adictivo de la marihuana y su efecto sobre el cerebro, los peligros de conducir bajo la influencia de la marihuana y la toxicidad del humo de marihuana inhalado en forma pasiva, así como la influencia que los padres pueden ejercer como modelos de comportamiento para sus hijos.

Efectos adversos bien documentados

La perspectiva de la marihuana como una sustancia nociva ha disminuido entre los adolescentes en años recientes, explican los autores.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud de Estados Unidos, realizada por el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, sólo 41% de los participantes de 12 a 17 años percibía "un gran riesgo" en fumar marihuana una o dos veces a la semana en 2015, en comparación con 55% en 2007.

Sin embargo, muchos efectos adversos de la droga están "bien documentados", como alteraciones de la memoria y la concentración a corto plazo, alteraciones en el juicio, la coordinación y el control motor, disminución de la función pulmonar, y un aumento en el riesgo de presentar trastornos psiquiátricos, como depresión y psicosis.

Además, algunos estudios han demostrado alteraciones en el desarrollo del cerebro en zonas como la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, informó el Dr. Ammerman, profesor clínico, de la División de Medicina del Adolescente, en el Departamento de Pediatría, de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford y el Hospital Pediátrico Lucille Packard, en Estados Unidos.

Las implicaciones clínicas de estos hallazgos no están claras, "pero probablemente no son buenas", añadió el Dr. Ammerman.

Asimismo, hay evidencia clara de que la marihuana es adictiva, señala la Dra. Ryan, profesora de pediatría y profesora clínica asociada de enfermería, en la Escuela de Medicina Yale, en New Haven, Estados Unidos y sus colaboradores en el estudio. En general, 9% de las personas que prueban la marihuana se vuelve adicta, pero esto aumenta a 17% en quienes la prueban durante la adolescencia, y entre 25% y 50% de los adolescentes que fuman diariamente marihuana.

El riesgo es muy alto en adolescentes que consumen cannabis con regularidad o intensidad. El uso regular se define como 10 a 19 veces al mes y el uso intenso se define como 20 o más veces al mes.

Se recomienda detección sistemática en el consultorio

En el artículo se exhorta a los pediatras a efectuar detección sistemática de pacientes adolescentes para determinar el uso de sustancias, según se recomendó en la Declaración de Política de Detección Sistemática, Intervención Breve y Remisión para Tratamiento previamente publicada.[2]

La detección sistemática tendría que realizarse en todas las consultas de chequeo de los adolescentes, o "cuando exista la inquietud de que el uso de marihuana pudiera ser un problema", indicó el Dr. Ammerman, señalando que incluso antes de iniciar la detección sistemática, los pediatras deberían abordar el tema con los pacientes, de una manera adecuada a su edad.

Se pueden utilizar técnicas de entrevistas motivacionales para apoyar a los pacientes que han optado por abstenerse, o para desalentar el uso en adolescentes que fuman marihuana. Algunos pacientes pueden requerir una o más consultas de seguimiento, o la remisión a un asesor en salud mental, señalan los autores.

Los médicos pueden utilizar los temas de conversación para resaltar las desventajas de la marihuana: no sólo los efectos mentales y físicos adversos, sino también el hecho de que su uso por personas menores de 21 años todavía es ilegal. El procesamiento puede dar lugar "a un registro permanente de antecedentes penales que afecte a la educación, el trabajo, etcétera", comentan los autores.

Además, los puntos de conversación recuerdan a los padres que son modelos de rol para sus niños. "Las acciones hablan más que las palabras", advirtió el Dr. Ammerman. "Es muy evidente que si los padres consumen marihuana frente a sus niños, hay más probabilidades de que éstos la utilicen, independientemente de lo que diga el padre".

Los adultos que consideran relativamente inofensiva, a la marihuana tal vez estén pensando en el producto que utilizaron en las décadas de 1970 y 1980, añadió el médico. En ese tiempo, la dosis promedio de marihuana tenía aproximadamente 4% de tetrahidrocannabinol, o THC, el compuesto que le confiere sus propiedades eufóricas.

Sin embargo, la marihuana de la actualidad contiene 16% de tetrahidrocannabinol. "De manera que la droga que se utilizaba era mucho menos potente que la que nuestros niños están consumiendo, y hoy contamos con más información sobre sus problemas potenciales".

En promedio, los adolescentes que se vuelven adictos a la marihuana se mantienen dependientes durante casi 10 años. "Así que han perdido 10 años de su vida, tal vez con mal rendimiento en la escuela, en el trabajo, o en sus relaciones personales. No queremos que nadie malgaste su vida de esta manera", concluyó el Dr. Ammerman.

Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

 


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-------- Mensaje original --------
De: Daniela Constanza Behrens <behrens...@hotmail.com>
Fecha: 3/18/2017 10:40 (GMT-03:00)
Asunto: Artículo

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