El filosofo griego Platón, en su banquete, recoge la antigua leyenda
según la cual el hombre nació en forma de ser masculino y femenino a
la vez, los enfurecidos dioses lo separaron como castigo a este
andrógino inicial en sus dos mitades de hombre y de mujer, desde
entonces están ambos condenados a buscarse continuamente para
complementarse el uno al otro, la unidad perdida a este nostálgico
deseo la llama Platón, "Amor", el hombre no es únicamente masculino,
ni la mujer es únicamente femenina, en ambos circulan también las
hormonas del sexo opuesto.
El hombre y la mujer son iguales en derecho y deberes: No hay ninguna
excusa para fomentar la discriminación en función del sexo.
Sin embargo a pesar de nuestra igualdad intrínseca, existen ciertos
aspectos psicológicos que nos diferencian en comportamiento a los
hombres y mujeres.
A qué mujer no le ha pasado ir sentada al lado de su pareja mientras
éste va conduciendo y después de estar dando vuelta más de media hora
sin rumbo fijo tratando de encontrar una calle nos permitimos
sugerirle que pare en la próxima esquina y pregunte dónde queda el
lugar que estamos buscando y recibir por respuesta un prolongado
silencio, el sabe que la dichosa calle tiene que estar un poco más
adelante, ahí, a la derecha...
Cabezonería masculina? ¿Nerviosismo femenino? "El modo en que el
cerebro masculino está organizado lo hace más capaz en las
percepciones espaciales, por eso se fía de su sentido de orientación e
intenta encontrar su destino sin ayuda", explica el doctor Hugo Liaño,
jefe del servicio de Neurología de la Clínica Puerta de Hierro de
Madrid y autor de Cerebro de hombre, cerebro de mujer (Ediciones B).
"El modo en que el cerebro femenino está organizado hace a la mujer
más capaz en áreas verbales, lo cual le lleva a intentar resolver el
problema por medio de la palabra", añade. Y es que -en contra de lo
que predicaba insistentemente el feminismo en los años 60- ya no se
puede afirmar que la educación es la única culpable de las aptitudes e
inclinaciones intelectuales de hombres y mujeres.
Las imágenes tomadas por tomografía de emisión de positrones (TEP) y
las de resonancia magnética revelan que las diferencias de mentalidad
se deben también a que hombres y mujeres resolvemos los problemas con
células diferentes del cerebro.
Pero mucho antes de disponer de las imágenes de tomografía de emisión
de positrones (TEP), los neurólogos sabían muy bien que la función
mental de hombres y mujeres se organiza de forma bastante diferente.
Ahora, las investigaciones demuestran que los hombres tienen, como se
pensaba, más lateralidad, es decir, las funciones cerebrales están
expresadas más exclusivamente por uno de los dos hemisferios. Por su
parte, las mujeres utilizan más los dos hemisferios para razonar.
Las hormonas son el quid de esta extraordinaria historia. Porque, como
explica Liaño, "el influjo de la testosterona cuando el feto está
formándose en el útero materno hace mucho más que establecer las
características sexuales externas. En concreto, la testosterona
potencia un cerebro masculino y la ausencia de testosterona lo
feminiza".
Hasta la década de los noventa, los investigadores dedicaron poca
atención a la fisiología, neuroanatomía o psicología femeninas
diferenciándolas de los varones, así lo advierte la Dra.Louann
Brizentodine en su libro El cerebro femenino. Hasta los setenta se
disponía de escasa investigación al respecto, pero llamaba la atención
de que había el doble de casos de depresión entre las mujeres que
entre los hombres. También era significativo que los ratios de
depresión de hombres y mujeres no empezaban a divergir hasta que éstas
cumplían doce o trece años, edad en que las chicas empezaban a
menstruar., parecía entonces que los cambios químicos de la pubertad
actuaban en el cerebro, desencadenando así más depresión entre las
mujeres.
En ese momento había pocos científicos dedicados a esa investigación y
los psiquiatras habían sido instruidos según la teoría psicoanalítica
tradicional que examinaba la experiencia de la infancia, pero no se
tenía en cuenta la participación que podía tener la química en el
cerebro femenino.
Cuando Brizendine comenzó a tomar en cuenta el estado hormonal de la
mujer, advirtió los enormes efectos neurológicos que tienen sus
hormonas durante diferentes estadios de la vida, en la configuración
de sus deseos, de sus valores y del modo en que percibe la realidad.
Desde 1994, fecha en que se fundó la Women’s Mood and Hormone Clinic
en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California, en
San Francisco , se ha encontrado que el cerebro femenino están tan
profundamente afectado por las hormonas que puede decirse que la
influencia de éstas crea una realidad femenina.
Cada estado hormonal, sea en sus años de infancia, de adolescencia, de
citas amorosas, de maternidad, de menopausia y de post menopausia
actúa como fertilizante de diferentes conexiones neurológicas,
responsables de nuevos pensamientos, emociones e intereses. En virtud
estas fluctuaciones que comienzan ni más ni menos que a los tres meses
de edad y que duran hasta después de la menopausia, es que la realidad
neurológica de una mujer no es tan constante como la del hombre. La de
él es como una montaña que la erosión la va desgastando
imperceptiblemente durante milenios, en cambio la de ella es como el
clima, constantemente cambiante y difícil de predecir
El avance de las ciencias del cerebro ha permitido cambiar los
conceptos que teníamos sobre las diferencias básicas neurológicas
entre hombres y mujeres.
Antes la investigación sólo se podía hacer sobre los cerebros de
cadáveres o los síntomas de individuos con daños cerebrales, Hoy en
día gracias al avance de la genética y la tecnología de imagen del
cerebro no invasiva ha ocurrido una verdadera revolución en la
investigación de las neurociencias
Las nuevas herramientas como la tomografía de emisión de positrones
(PET) y las imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) nos
permiten ahora ver dentro del cerebro humano en tiempo real, mientras
resuelve problemas, produce palabras, recoge recuerdos, advierte
expresiones faciales, establece confianza, se enamora, escucha como
lloran los bebés, siente depresión, miedo y ansiedad.
Así hoy podemos saber que los hombres y las mujeres tienen diferentes
sensibilidades cerebrales ante el estrés y el conflicto. Utilizan
distintas áreas y circuitos cerebrales para resolver los problemas,
procesar el lenguaje, experimentar y almacenar la misma emoción
intensa. Las mujeres son capaces de recordar los detalles más pequeños
de sus primeras citas y sus enfrentamientos mayores, mientras que sus
maridos apenas recuerdan que hayan sucedido estas cosas, la estructura
y la química cerebral son las responsables de que esto sea así.
Los cerebros femeninos y masculinos procesan de forma diferente los
estímulos, para realizar y cumplir los mismos objetivos utilizan
circuitos diferentes.
Diferentes estudios han demostrado que las mujeres pasamos más tiempo
dando forma a los objetos en la mente que los hombres y esto explica
porque necesitamos más tiempo para llegar a la misma respuesta,
realizamos las mismas funciones cognitivas utilizando diferentes
circuitos.
En zonas tales como el lenguaje y el oído, las mujeres tienen el 11%
más de neuronas que los hombres. El hipocampo, centro de formación de
la emoción y la memoria es también de mayor tamaño en el cerebro
femenino, lo mismo ocurre con los circuitos cerebrales para el
lenguaje y la observación de las emociones de los demás. Esto explica
porque, las mujeres expresan mejor las emociones y recuerdan mejor los
detalles de acontecimientos emocionales. Los hombres, por el
contrario, tienen dos veces y media más de espacio cerebral dedicado
al impulso sexual, igual que centros cerebrales más desarrollados para
la acción y la agresividad.
Estas diferencias estructurales básicas explicarían las diferencias de
percepción.
Se realizó un estudio explorando los cerebros de hombres y mujeres
mientras se observaba la escena neutra de un hombre y una mujer
conversando. Las áreas sexuales de los cerebros masculinos
inmediatamente chispearon, vieron una potencial cita sexual. Los
cerebros femeninos no tuvieron ninguna actividad en las áreas sexuales
y consideraron que la situación era simplemente la de dos personas que
hablaban
Los hombres también tienen procesadores mayores, en el área más
primitiva del cerebro, la amígdala, que registra el miedo y dispara la
agresión. El hombre puede pasar de cero a pelearse a puñetazos en
cuestión de segundos, mientras que la mujer hará cualquier cosa por
evitar el conflicto., sin embargo el stress del conflicto se registra
mucho más profundamente en el cerebro femenino.
Aunque vivimos en un mundo moderno nuestros cuerpos están preparados
para vivir en la naturaleza salvaje, y cada cerebro femenino lleva
dentro de sí los antiguos circuitos de nuestras vigorosísimas
antepasadas, las respuestas al stress diseñadas para reaccionar al
peligro físico y situaciones que amenazaban la vida hoy se emparejan
con los modernos desafíos de hacer malabarismos con las demandas de la
casa, los hijos y el trabajo, por ello las mujeres podemos llegar a
calificar una cuenta sin pagar como un stress que parece amenazar la
vida, esto lleva al cerebro femenino a actuar como si la familia
estuviera en peligro, por el contrario el cerebro masculino no tendrá
la misma percepción a no ser que exista la amenaza de peligro físico
inmediato.
Estas diferencias estructurales básicas suelen ser fuentes de
conflicto cotidiano entre hombres y mujeres.
Si bien algunos siguen diciendo que esas diferencias implican algo más
-por ejemplo, capacidad de liderazgo, o que los hombres son más aptos
para el trabajo fuera de casa y las mujeres para el hogar-, es pura
subjetividad... y provoca polémicas estériles.
Aunque no puede negarse que las cosas empiezan a cambiar. Un
recientísimo estudio realizado por investigadores de Toronto revela
que si bien los ejecutivos varones soportan mejor el estrés (algo muy
valorado hasta ahora para puestos directivos), las mujeres mantienen
mejores relaciones interpersonales y son socialmente más responsables
que sus compañeros. Por primera vez en su larga y tradicional historia
prestigiosas universidades como la de Córdoba en la Argentina y
Harvard en EE.UU. tienen una rectora mujer.
El cerebro no es nada más que una máquina de aprender dotada de
talento. Si bien la biología afecta poderosamente, no esclaviza
nuestra realidad, podemos alterar dicha realidad usando nuestra
inteligencia y determinación tanto sea para aprobar como para cambiar
cuando sea necesario
Veremos más adelante que el influjo de la testosterona cuando el feto
está formándose en el útero materno hace mucho más que establecer las
características sexuales externas. En concreto, “la testosterona
potencia un cerebro masculino y la ausencia de testosterona lo
feminiza".
El hecho de que pocas mujeres terminen dedicándose a la ciencia no
tiene nada que ver con deficiencias del cerebro femenino en las
matemáticas y la ciencia. El cerebro femenino tiene muchas aptitudes
únicas: sobresaliente agilidad mental, habilidad para involucrarse
profundamente en la amistad, capacidad casi mágica para leer las
caras e interpretar el tono de voz en cuanto a emociones y estados de
ánimo, así como también una gran destreza para desactivar conflictos.
Estos son los talentos con que la mujer ha nacido, los hombres poseen
otros talentos todos ellos configurados por su realidad hormonal.
Recién a comienzos del nuevo milenio comenzó a emerger la
investigación que revela cómo la estructura, función y química del
cerebro femenino afectan a su humor, así como también a sus procesos
de pensamiento, energía, impulsos sexuales, comportamiento y
bienestar.
Los médicos y los científicos solían pensar que el género fue creado
culturalmente para los hombres, pero no para los animales.
¿CUÁNDO NACE EL CEREBRO FEMENINO?
La mayor parte del desarrollo cerebral que determina los circuitos
específicos de su sexo acontece durante las primeras dieciocho semanas
del embarazo.
Hasta las ocho semanas todo cerebro fetal parece femenino, la
naturaleza efectúa la determinación del género femenino por defecto.
En la octava semana se produce un flujo de testosterona que convertirá
ese cerebro unisex en masculino, matando algunas células en los
centros de comunicación y haciendo crecer otras más en los centros
sexuales y de agresión. Si no se produce la llegada de testosterona el
cerebro de la niña sigue creciendo sin complicaciones, se establecen
más conexiones en las áreas de comunicación y den las áreas que
procesan la emoción.
Durante los tres primeros meses de vida las facultades de observación
facial mutua crece en las niñas en un 400% mientras que en el niño la
aptitud para examinar rostros no se desarrolla durante ese tiempo.
Si observamos a una niña pequeña cuando se aproxima a una figura
carente de expresión, intentará todo para lograr un gesto expresivo.
Las niñas pequeñas no toleran las caras inexpresivas, interpretan que
si la cara que las mira carece de expresión, es que ellas han hecho
algo malo. Las niñas no abandonan una cara hasta que no logran una
reacción, piensan que si hacen lo que corresponde, obtendrán la
reacción que esperan. Brizendine afirma que “es la misma especie de
instinto que hace que una mujer adulta persiga a un hombre narcisista
o emocionalmente inasequible por otra razón: si hago exactamente lo
que corresponde me amará. Ya se puede imaginar, por tanto el impacto
negativo que ejerce en el aprecio por sí misma en pleno desarrollo la
cara inexpresiva y plana de una madre deprimida; incluso la de una que
haya recibido demasiadas inyecciones de bótox”. La niña puede llegar a
creer que no le gusta a su madre, ya que no puede recibir la reacción
esperada a su demanda de atención a o su gesto de afecto.
Los circuitos cerebrales de la niña que se han desarrollado para
captar significados y tonos de voz la impulsan también a analizar muy
pronto la aprobación social de los demás. Si la niña no logra
establecer contacto con el adulto se siente fracasada.
La niña pequeña puede armonizar más fácilmente con su madre y responde
rápidamente a una conducta tranquilizadora tendiente a detener sus
rabietas y llantos.
Otro estudio demostró que las niñas recién nacidas típicas de menos de
veinticuatro horas, responden más a los llantos desesperados de otro
bebe, como también a la cara humana que el recién nacido varón.
De la madre la niña hereda algo más que los genes, por esa aptitud que
tiene para observar indicios emocionales, la niña incorpora, en
realidad, el sistema nervioso de su madre al suyo propio.
El entorno que la niña absorbe durante sus dos primeros años de vida,
constituye una imagen de la realidad que la afectará el resto de su
vida.
Los varones pequeños usan en general el lenguaje para dar órdenes a
otros, hacer que se hagan las cosas, presumir, amenazar, ignorar las
propuestas del compañero y aniquilar los intentos de hablar de los
otros, no les importa las consecuencias que entraña un conflicto, la
competición forma parte de su carácter y tienen la rutina de
menospreciar los comentarios o las reglas dadas por las chicas.
Quienes tenemos hijas mujeres sabemos que la niña no es siempre tan
obediente y buena como la cultura nos quiere hacer creer.
A medida que van creciendo no todo es calma, si bien no exhiben
usualmente agresividad en forma de juegos rudos y violentos ,tampoco
son capaces de luchar ni golpear como los niños, tienen más aptitudes
sociales, empatía e inteligencia emocional que los niños, pero... a no
engañarse, suelen volverse verdaderas tiranas para conseguir lo que
desean , y cuales son las metas que se propone el cerebro de la
niña, simplemente ser el centro de todas las relaciones, es aquí donde
se manifiesta la agresividad del cerebro femenino, protege lo que es
importante para él, esto es la relación, de esta forma la niña camina
por una delgada línea que separa el hecho de estar segura de que se
encuentra en el centro de su mundo de relaciones y el de arriesgar el
rechazo de esas relaciones
Hay un estereotipo erróneo referido al buen comportamiento congénito
de las niñas en relación con los varones, como no necesitan empujarse
parecen menos agresivas que los varones.
En la adolescencia la niña se volverá explosiva y se intensificarán
los rasgos establecidos en el cerebro femenino durante la niñez. En
esta nueva realidad impulsada por el estrógeno, la agresividad también
representará un papel importante, su cerebro adolescente la hará
sentirse poderosa, dotada siempre de razón y ciega ante las
consecuencias, sin este impulso no sería capaz de crecer, pero
adaptarse a él resulta difícil
Neurológicamente, los cerebros del hombre y mujer presentan
dimorfismos sexuales:
*
La estructura que interconecta los dos hemisferios (cuerpo
calloso) tiene una mayor densidad de interconexión en las mujeres.
*
Flujo sanguíneo cerebral más incrementado en las mujeres que los
hombres.
*
El cerebro de los hombres está funcionalmente organizado de una
manera asimétrica evidente en las regiones frontales izquierdas,
mientras que el cerebro de las mujeres se evidencia una función
bilateral.
*
El cerebro femenino envejece más despacio
*
Diferencias de densidad neuronal en ciertas zonas
Diferencias Hombre Mujer
*
La mujer puede realizar más tareas intelectuales simultáneamente
-Ej.: leer el periódico y hablar por teléfono- que el hombre (Cuerpo
calloso más denso)
*
El cerebro masculino está más capacitado para la concentración
(menos tareas simultaneas) -Ej.: al leer el periódico, disminuye la
agudeza auditiva- (Cuerpo calloso menos denso)
*
El cerebro femenino puede identificar emociones ajenas con más
precisión.
*
Mejor capacidad espacial y de orientación en el hombre.
*
Mejor capacidad de la mujer para el lenguaje (Mayor densidad
neuronal del hemisferio izquierdo: Uso de ambos hemisferios)
*
Mejor memoria en la mujer
*
Mujer: Resolución de problemas centrada en el proceso
*
Hombre: Resolución de problemas centrada en la meta
CAPACIDADES FEMENINAS VERSUS MASCULINAS...
Ya vimos que la mujer desarrolló áreas del cerebro que potenciaron el
lenguaje y un pensamiento complejo, llegando a provocar una
superioridad en el lenguaje gramaticalmente estructurado.
Los hombres, en cambio, por ser primitivamente los dedicados a proveer
el alimento y a proteger a la familia, tienen más desarrollado el
ámbito visual y espacial. Es decir, la genética les entregó las
mejores herramientas para desarrollar naturalmente su trabajo
original.
Todo lo anterior, fue previamente avalado por variados estudios
científicos, como el realizado por la Escuela de Trastornos de la
Comunicación de la Universidad de Sydney, Australia, en la que se
descubrió que las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje son de
un 20 a un 30 por ciento más grandes en las mujeres que en los
hombres.
Este resultado fue reafirmado con uno realizado por el investigador J.
Shaywitz, sobre el funcionamiento del cerebro en 1995.
Pero, ¿eso nos hace más inteligentes? No, si estas capacidades no
están de acuerdo con otras como las capacidades analíticas o
informativas, por ejemplo. Es decir, de nada sirve tener todo el
talento del lenguaje si no se tienen conocimientos que comunicar.
Lo mismo ocurre con la inteligencia, que de nada sirve tener el CI
alto si no se aplica y domina correctamente, es decir, la capacidad de
desarrollo depende de la formación y de los talentos de cada
individuo. Por lo tanto, lo único que podría afirmarse con estos
resultados es que las mujeres tendrían mayores ventajas en las
actividades que requieran habilidades comunicacionales como las
relaciones públicas, la sicología, la educación, la divulgación y
cosas similares.
En tanto, los hombres, como son más capaces de manejar la información
visual y espacial, son mejores en áreas de exploración, navegación,
creatividad, arquitectura y todas las actividades que sean más
analíticas.
Una vez entendido el concepto de habilidades innatas y capacidades
genéticas, es importante hacer el alcance que pese a que no se ha
definido bien qué sexo es más inteligente en la especie humana, sí se
ha comprobado que el cerebro masculino es más grande que el femenino,
aunque no tiene más neuronas, sino que en el de los hombres, éstas
están más apretadas nada más.
Esto demostraría por qué son más hombres los que ganan los Premios
Nobel., aunque recordemos que Marie Curie ganó dos premios Nobel uno
de Física y otro de Química, por sus investigaciones sobre el radio y
sus compuestos.
No obstante, el investigador Richard Lynn destaca que esta ventaja de
los hombres es “más significativa para algunas tareas de gran
dificultad, como resolver problemas complejos de matemáticas, física o
ingeniería”, y añade reconociendo que: “Algunos elementos demuestran
que a idéntico nivel de coeficiente intelectual, las mujeres son más
eficaces que los hombres, porque son más meticulosas y aguantan mejor
los largos períodos de trabajo”.
Los resultados de este estudio están basados en pruebas de coeficiente
intelectual a una primera muestra de 80.000 personas y luego a una
segunda de 20.000. La última muestra estuvo formada netamente por
estudiantes
UNA VIEJA DISCUSIÓN...
Durante décadas se ha tratado de probar que un género es más
inteligente que el otro, como si se tratara de una eterna competencia
de capacidades.
Sin embargo, ningún estudio científico ha probado esto, ya que cada
uno concluye diversas afirmaciones en base a test o cuestionarios
determinados (es decir, las referencias hacen el resultado), pero no a
la inteligencia en sí.
Entonces, se debiera hacer otro planteo: cuáles son las diferencias
que existen entre nuestras respectivas inteligencias o sensibilidades,
o más aún, en qué cosas somos mejores las mujeres y en qué los
hombres.
Ahora bien, es sabido que más allá del tamaño, existen varias
diferencias entre el cerebro masculino y el femenino. Sabemos que el
cerebro se divide en dos hemisferios..
El izquierdo procesa el pensamiento lógico y proporciona una visión
analítica de los fenómenos, mientras que el derecho maneja la
información emocional y permite visualizar los fenómenos en un
contexto general.
El núcleo de colaboración entre las dos mitades se encuentra en una
zona llamada cuerpo calloso, donde podría existir una de las más
importantes diferencias entre ambos sexos. Muchos estudios han
demostrado que el cerebro femenino no separa tanto como el masculino
las habilidades de cada hemisferio.
Sophie Courgeon, escritora e investigadora de temas femeninos a favor
de la igualdad de los sexos, afirma que una de las consecuencias de
esta diferencia es que la mujer es capaz de ver los daños colaterales
de los actos, es decir, cuando lleva a cabo una acción no sólo ve el
objetivo, sino todo lo que se mueve en su contorno.
En cambio, los hombres van directo al grano, sin darse cuenta de lo
que le rodea. Ellos van de un objetivo a otro sin importarle nada más.
Esto podría significar que la mujer posee una visión contextual de los
acontecimientos, mientras que los hombres poseen una lateralización en
su cerebro, es decir, que nunca juntan los dos hemisferios para hacer
una tarea. Por ello tal vez las mujeres puedan manejar y maquillarse
al mismo tiempo, y ellos sólo dar un paso a la vez
CONCLUSIONES
No sólo por el hecho de ser hombre se es más inteligente, ni por nacer
mujer tendremos mejor labia que nuestro compañero. Debemos destacar
que la biología no es inmune a los estímulos sociales, por lo mismo,
lo que antes nos hacía tan diferentes machos de hembras, hoy es cada
vez menor, y las distancias entre unos y otros se han achicado
notablemente intercambiando incluso roles sociales que jamás se habría
pensado.
Por lo mismo, hombres y mujeres serán inteligentes en la medida que
tengan la genética y cultura que potencie sus capacidades, sin
importar a qué sexo pertenecen
Dra. Marta S .Martin
http://ar.geocities.com/marty_624/msm16.htm