Las dos palabras más poderosas
Se ha dicho que las dos palabras más poderosas son “yo soy”. Esto es
porque cualquier cosa que pongamos después de estas dos palabras es algo
en lo que nuestro subconsciente va a trabajar inmediatamente, bueno o
malo, positivo o negativo, correcto o incorrecto.
Muchas personas desconocen el poder de las palabras en nuestra mente, y
las dicen sin pensar, a tontas y a locas. Algunos prefieren simplemente
ignorar este tema y seguir diciendo(se) cosas como: yo soy malo para
vender, yo soy impuntual, yo soy un neófito para las matemáticas, yo soy
malo para la música, etc. O lo que es peor, algunos adultos dicen
contínuamente esto a los niños sin pensar en las consecuencias: su boca
se hace profeta; lo que dicen se cumple en los niños.
Por otro lado, las dos palabras más peligrosas que puedes usar son “ya
sé”. Una vez dichas o pensadas, esas palabras cierran la mente y limitan
o incluso eliminan la habilidad para aprender algo. ¿Cuántas veces usas
esas palabras en el curso del día? “ya traté eso antes y sé que no
funcionará”. “yo sé que eso no aplica a mi situación.” “ya sé lo que
tengo que hacer o ya sé como…”
Claro que quien utiliza mucho estas dos palabras no sabe de lo que se
pierde. Muchas veces un problema que está causando un gran costo (en
salud, en dinero, en estress), se puede resolver con una idea muy
sencilla que se le ocurre a otra persona; pero el “ya sé” interrumpe la
comunicación y evita que llegue esa idea a sus oídos, pagando entonces
el precio…
Algunas veces lo que “sabes” es realmente una creencia limitante. Puede
ser una opinión o una percepción y no un hecho. De hecho, simplemente
puede ser lo que evita que seas todo lo que puedes ser. ¿Qué tan
frecuentemente cuestionas tus creencias limitantes? En la vida, como en
los negocios, no es lo que sabes lo que realmente importa. Es lo que
haces con lo que sabes. Es la acción que tomas lo que te mueve en la
dirección de tus metas y sueños y construye el éxito. La siguiente vez
que estés a punto de decir las palabras “ya sé…” – haz una pausa por un
momento y di en su lugar “¿no es eso interesante?”. Abre tu mente a las
posibilidades, a las oportunidades, al aprendizaje o simplemente a otro
punto de vista. Y observa lo que pasa.